Los personajes originales son propiedad de Rumiko Takahashi.

Idea y Trama basada en la novela original de la autoría de H.G. Wells. (asi que cualquier parecido o situación creada por las presuntas escritoras no es mera coincidencia o casualidad sino todo lo contrario o)

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Fue a la par de dos años y siete meses, el día en que las manos de Nodoka Saotome sujetaron por vez primera en mucho tiempo, una de las últimas cartas que había recibido de su hijo.

La carta no tenía remitente, y el sobre corrugado y maltratado hacía aparentar que el papel tenía más de cuatro años de antigüedad.

--¿Señora, se encuentra bien? –la voz del cartero le hizo casi tambalear, volviendo a la realidad.

Ella asintió en voz baja. Su vista quedó fija en el maltrecho papel que había dentro del sobre. Lo sacó y su rostro dibujó una aliviada aunque confundida sonrisa, mientras contemplaba el papel.

Once simples palabras, escritas con el pulso digno de un artrítico, manchadas por extrañas huellas de tierra y lodo, y firmado por el nombre que ella tanto añoraba pronunciar.

El insignificante mensaje, parecido a un telegrama, a juzgar por la brevedad y las palabras cortadas solo expresaban lo siguiente:

". . .Estoy bien. . .tan bien como puede estarse aquií. . .

. . .Saludos.

Ranma Saotome"

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LOU HIGURASHI Y PAO CHAN

FANFICTIONS

Orgullosamente P R E S E N T A N:

LA ISLA DEL DOCTOR TOFÚ

Capítulo 1

"El Muchacho que no tenía empleo"

Bien, es hora de poner en orden todo el desastre que ha pasado en mi vida hasta el día de hoy. Empezaré por el principio.

Cada vez que trato de recordar cómo comenzó todo, es tanto el tiempo el que ha pasado que me parece una eternidad. .¡Y sólo han pasado dos años desde entonces!

Solía vivir en una de las ciudades más pobladas de toda Asia, antes de embarcarme en este problema que cambiaría mi vida. Yo vivía en Tokio, durante el último año que estuve en civilización, pero soy originario de Nerima, un modesto barrio ubicado a las afueras de la poblada ciudad capital.

Se preguntarán qué demonios era de mi vida ahí, y bueno, recuerdo que era tan despreocupado e inquieto como lo sería cualquier muchacho de 23 años, recién graduado de la universidad y listo para formar parte de las pobladas filas de profesionistas. Sí, esa era mi vida, durante el primer año después de graduarme, entusiasmado por el hecho de querer "comerme al mundo de un bocado". Pero el mundo real, fuera de las paredes de una escuela, es cruel y duro con aquellos que apenas se aventuran en él.

Varias veces mi mente me reclamaba el porqué no me dedicaba enteramente a las artes marciales, como esperaba mi madre y mi desaparecido padre, pero parte de mi instinto a aceptar retos me insinuaba a demostrar que podía ser más que un tipo ágil y diestro físicamente.

Así que me enlisté en la facultad de Ciencias, y aquí estoy, con un certificado grabado en altos honores bajo el título de Ingeniero Genético, una cédula profesional, un maletín que compré una semana antes. . .¡y sin empleo!

Bueno, no totalmente desempleado, tenía un insignificante trabajo de medio tiempo, en un derruido laboratorio clínico, y eso fue gracias a que Hiroshi, un buen amigo de la escuela, me consiguió esa vacante. Y sinceramente, en ese momento, yo no estaba de humor ni en condiciones de negarme.

Y así era mi vida, estando detrás de un aburrido mostrador, "ocupado" en recibir, entregar y analizar muestras de sangre, cosa que podía hacer en la brevedad de una hora u hora y media a lo máximo, y el resto del tiempo me aburría mirando por entre las rendijas de una de las diminutas ventanas.

--¡¡Saotome! ¡¡necesito esos resultados ahora!—la puerta del laboratorio se abrió y entró un tipo, al que de mala gana llamábamos jefe, con su típica voz cascada y gritando como si se sintiese el dueño absoluto del lugar—¡¡No le pago por hacer nada!

--Señor, acabo de mandar los resultados con la secretaria. .—respondí sin siquiera tomar en cuenta su actitud hostil.

--¡¡Entonces continúe con el resto! –refunfuñó él, tirando sobre la mesita de trabajo un par de sobres pertenecientes a una institución médica—¡¡Sea útil y archive esto!

Se dio la vuelta y cerró la puerta detrás de él.

Si, ése era uno de mis tantos típicos días de trabajo.

Me levanté y tomé los sobres, leyendo el espacio en blanco de la firma del solicitante.

--¿Lo mismo? –murmuró Hiroshi, detrás de mi, dándome una palmada en el hombro—Ese viejo cree que todos estamos a su merced.

--Ni modo –suspiré resignado—Técnicamente esto no es lo que esperaba.

--TE lo advertí. . .—rió él.

Asentí con la cabeza, simulando una sonrisa fingida y me dirigí hacia la puerta.

--Espero conseguir un mejor puesto, algún dia. . .jeje, aunque fuese clonando dinosaurios. . .—dije.

--¡¡¡SAAAAAOTOMEEEEEEEEEEE!

--. . .ya voy. . .

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Llegué al archivador, ordené los sobres tal y como el viejo cascarrabias me lo había pedido y me disponía a regresar al laboratorio, claro, no sin antes tomar una merecida taza de café.

Me detuve frente a la máquina expendedora, cuando algo atrajo mi atención.

¡Esa cosa! ¡Ese maldito rozo de papel! Que de haber sabido que me metería en tantos problemas ni siquiera lo hubiese tomado.

Frente a mi, en la pared de mosaico verde, estaba pegado un pequeño y apenas visible papel post it color amarillo, garabateado con unas extrañas letras y cuyo mensaje no entendí a primera vista.

Picado por la curiosidad (que raro. . .tratándose de mi ) lo desprendí, mirándolo con una extraña mueca de asombro, leyendo una y otra vez el extraño mensaje.

¿Solución ante mis problemas? ¿o era producto de mi imaginación?

De habérmelo imaginado, o de que se hubiera tratado de una broma, me habría dado cuenta inmediatamente.

Pero no era asi. Era demasiado real como para ser ficticio.

Mi vista tropezó con una insignificante frase, escrita con letras más pequeñas y que había pasado inadvertida a primera vista.

Y volví a leer el anuncio completo.

"Conocido científico, solicita auxiliar especializado en Biología, Disección, y conocimientos básicos en Medicina Genética.

Tel. 03 30 40 95 45

que le gusten los animales. . .PREFERENTEMENTE ) "

Raro.

Ahora si todo esto me parecía demasiado raro. ¿Qué tenía que ver el asunto de que si me deberían de gustar o no los animales?

--¿y ahora a ti que te pasa? –preguntó Hiroshi, haciendo que casi me golpeara contra la pared por la sorpresa.

--¡Nada! Jeje. . .—reí como tonto, guardando inmediatamente el papel en mi bolsillo.—solo sentí que se me olvidaba algo. . .jeje, pero no recuerdo que era.

Él no se dio cuenta en el momento en el que guardé el papel, y dudo que siquiera notara que traía un papel.

Tomé una taza y me serví el café, para pasar el resto de la mañana con mis rutinarias labores.

Y me olvidé por completo de la garabateada nota en mi bolsillo. . .hasta esa tarde.

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Había regresado de mi caminata de veinte kilómetros, como lo acostumbraba hacer después de llegar del trabajo. Entré en la casa, dejando mi sudadera en el suelo y me senté en el futón que tenía frente al televisor.

Urgué en el bolsillo de mi pantalón y saqué el papel, doblado torpemente y arrugado de las esquinas. El mensaje iba y venía en mi mente mientras caminaba, y decidí que era momento de aclarar todo esto de una vez por todas, más aun por lo inquietante que me había resultado el asunto descrito en letras pequeñas.

. . ."que le agraden los animales. . .PREFERENTEMENTE. . .¡ja! ¡ménudo requisito!"

Mi mente divagaba en varias ideas a la vez. Al principio tenía la sospecha de que se tratase de algún laboratorio de investigación, de esos en los que hacían pruebas clínicas con animales, pero en un pais tan industrializado, este tipo de proyectos había dejado de ser popular. Pero, si no era eso, ¿porqué subrayar el peculiar requisito en cuanto a los animales?

De algo no me di cuenta, y era de que inconscientemente mi mano fue directo al auricular, y cuando lo noté, estaba a punto de marcar el número descrito en la nota. Lo marqué, quedándome el papel, en la mano derecha y con el auricular en la otra.

Comenzó el sonido de marcado.

Uno. Dos. Tres veces.

"Debe ser broma todo esto. . ."

Timbró cuatro veces. A la secta o séptima tal vez colgaría o probablemente cortaría la llamada.

Pero nada de eso pasó.

El quinto bip fue cortado secamente por el descolgar de la bocina.

Mi voz se apagó.

--¿Diga?. . .—preguntó una voz femenina y suave.

Aspiré y logré escupir una frase.

--Si. . .disculpe. . .llamo por lo del anuncio. . .—me quedé sin palabras de repente, y empecé a leer el papel, sin evitar tartamudear—. . .solicito auxiliar en biología y. . .

--¡¡ah, si! –me interrumpió—Espere un momento. . .

Se escuchó que dejó la bocina sobre una mesa, y el sonido de un leve vacío me dejó en blanco. Solo pasaron un par de segundos, cuando un extraño sonido al otro lado del auricular llamó mi atención. Al principio se trataba de la voz de la misma chica, hablando algo en voz baja. Alguien había respondido "si".

De nuevo todo quedó en silencio, cuando un tercer sonido hizo que casi me aturdiera. Al oro lado de la bocina, me pareció escuchar el estruendo de una puerta al azotarse, en conjunto con la voz de la chica. El sonido se hacia más fuerte, estando cerca del auricular, algo asi como una respiración o un jadeo. . .

"Que demonios. . ."

--¡¡La puerta! –gritó la misma voz que hace un momento había afirmado algo a la chica.

El gemido se hizo más fuerte, y distinguí que era un ladrido. Al poco rato, el par de voces y el extraño sonido impregnaron el vacío de la bocina armando todo un alboroto.

--¡¡cuidado con el cable del teléfono!

Grrrrrr

--¡¡No!. . .

GRRRRRRR GRROUUURRRR. .

--¡¡Sientate! –gritó una voz masculina—¡¡SIENTAAATE!

¡¡BAARK . . .BAARK!

Alguien murmuró a lo lejos. Yo estaba más que aturdido, pero estaba tan absorto escuchando el peculiar desbarajuste que ocurría, que no me separé del auricular.

"¿Qué demonios estaba ocurriendo ahí?", pensé.

El barullo se detuvo por un momento, mientras que de nuevo se oían unos cuchicheos en el fondo.

--¡. . se me olvidaba! –dijo muy a lo lejos la voz de la chica que me había contestado.

Los sonidos disminuyeron repentinamente y de nuevo el silencio inundó la acústica de la bocina, durante casi unos cinco o séis segundos, luego me pareció escuchar unos pasos.

Alguien tomó la bocina.

--Si. . .el trabajo es suyo. . .—dijo la voz de la desconocida chica, en un tono misteriosamente apresurado.

Me quedé sin aliento, ¡y como no iba a hacerlo, si la respuesta me asaltó por completo!

--¿Q. . .que? –jadeé, en una mezcla entre emoción y sorpresa, aunque mi mente me apremiaba a no quedarme escaso de palabras—gr. .¡Gracias! ¿Cuándo se supone que. . .?

--Mañana, llegue alrededor de las 7 pm al muelle Tanaka, y lleve sólo lo necesario.

--¡¿Que! . .pero creí que sería un trabajo en la ciudad o algo así. .

--Después le explicarán con mas detalle ¿Acepta el empleo o no?

--De acuerdo –asentí con la mente demasiado aturdida por la noticia, casi como si todo esto no estuviese sucediendo.—Gracias. . .señorita. .

--Tendo –respondió ella, a punto de colgar la bocina—Y sea puntual.

El sonido cesó repentinamente y colgó, dejándome con más de una palabra en la boca.

Colgué yo también y me quedé mirando estúpidamente el papel en mi mano izquierda.

Una diminuta gota de sudor pasó por mi frente.

--. . .asi debe sentirse cuando el destino te cae en las manos. . .

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LOU. . .and Pao chan. . .¡¡ON THE ROAD AGAIN. . .!

JUJU! AQUI ESTAMOS DE NUEVO, EN EL INICIO DE OTRA DE LAS LOCIRAS DE ESTAS EMPRENDEDORAS HERMANITAS OTAKUS. . . . . .BIEN, COMO SE HABRÁN DADO CUENTA ESTAN ANTE LO KE PENSAMOS ES UNA DE LAS TRAMAS MÁS LOCAS QUE PUEDEN LEERSE EN CUANTO A FANFICTIONS. . .

LO SOSPECHAN BIEN, PLANEAMOS HACER UNA PARODIA DEL LIBRO DE H.G. WELLS "LA ISLA DEL DOCTOR MOREAU" . . .JEJE PERO COMO TODOS NUESTROS FICS, HAY VARIOS DETALLES KE PENSAMOS PULIR DESDE LA TRAMA ORIGINAL. .

Asi que. . . SIGAN LEYENDO. . .OS DARÁN UNA TREMENDA SORPRESA CON TODO ESTO. . .