Mi primer fic Vocaloid! xD
Además Yaoi, si no te gusta este género pues... Abstente de leerlo, por favor.
Primer capítulo y el más corto! ^0^ Espero... ^^u
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- ¡Buenos días, Kaito! –saludaba alegremente una chica de dos largas coletas.
- Buenos días , Miku-chan –respondió con una sonrisa sin voltear a verla.- ¿qué quieres desayunar? – en lo que menos esperaba, la chica ya se encontraba junto a él, abriendo el alacena.
- ¡Cereal! –dijo muy contenta sacando la caja; Kaito sonrió al verla, continuó preparando los waffles.
Meiko ya se encontraba disfrutando de aquellos, Luka comía un pan tostado junto con leche; fue cuando escuchaba las voces de los Kagamine, que comenzaban asomarse por la cocina.
- ¡Fue uno de los sueños más extraños que he tenido en toda mi vida! –exclamó la mayor.
- Onee-chan, tú siempre tienes sueños extraños… -terminaron de entrar a la cocina.- ¡Ohayo! –sonrió el pequeño rubio.
- ¡Pero este fue diferente! – dijo tomando asiento, a diferencia de Len, Rin era un poco más distraída, era la "menor" si de compararlos se trataba.
- No, el más extraño fue en el que nee-san nos comía a todos… -murmuró mirando a Meiko, la cual al devolverle la mirada confundida, provocó escalofríos en el pequeño.
- Buenos días, Rin.- interrumpió Kaito acercándose a Rin y besando su frente.
- ¡Ah! Buenos días, Kaito-niisan. –sonrió y volteó a verlo.- Me muero de hambre ¿Qué hay para el desayuno?
- Waffles…
- ¡Y Cereal! –sonrió Miku sentándose junto a ella ya con su cereal en leche.
- ¡Quiero waffles! -levantó la manito animada.
Kaito dirigió su mirada hacia el otro gemelo, éste miraba con hambre el plato de Miku, se notaba qué era lo que quería, rió al notar lo aún inocente e increíblemente tierno que era. Esos grandes y brillantes ojos azules que siempre denotaban dulzura y carisma; su fino cabello rubio, suave y brillante, el cual siempre sostenía esa pequeña coleta; su piel blanca y tersa; su pequeño cuerpo perfecto. Todo él era sencillamente hermoso, caído del cielo. Se volteó para prepararle el desayuno a su querido "ángel".
Todo era total paz y calma, hasta que lo escuchó acercarse.
- ¡Buenos días! –habían arruinado su mañana…
- ¡Ohayo! –dijeron todos a unísono, todos, menos él.
- Dormiste más de lo habitual. ¿Qué te ocurrió? –preguntó la castaña.
- Me acosté hasta tarde escribiendo una nueva canción… - el peliazul se volteó, y se acercó lentamente a Len depositando el tazón frente a él.
- ¡Arigato! –le sonrió el rubió, a lo que el mayor le sonrió y acarició su cabeza.
- ¿Sobre qué? –curiosa, Luka posó su cara sobre sus manos mirándolo fijamente.
- Pues… Es un SE-CRE-TO… - Kaito miró a Gakupo a los ojos, no estaba equivocado, el muy bastardo miraba perdidamente al rubio que comía sin darse cuenta de nada, frente a él.
- Moo... Tus historias siempre son muy interesantes, nii-san... ¡Quiero saber! –comentó Miku con la boca aún llena de cereal.
- No hables con la boca llena, cariño.- dijo Meiko, y se acercó a ella con una servilleta limpiando sus labios.
Sea como sea, si las cosas seguían así, el samurái le declararía la guerra y obviamente no se daría por vencido por nada ni por nadie en el mundo, eso nunca, no dejaría a Len en sus manos; al igual que él, no daría su brazo a torcer…
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Continuará...
Espero les haya gustado... u.u
