Harry parecía sorprendido, es más, no lo parecía. Lo estaba. ¿Qué hacía Ginny tan arreglada y poniéndose el abrigo? No recordaba que tuvieran algún compromiso pendiente… ¿Qué día era? No, no era ninguna fecha especial, faltaban dos semanas para que hicieran 4 años de novios y él pensaba que si habían pasado la tarde juntos, también pasarían la noche… ¿Entonces por qué se iba?

- ¿Te vas? –Qué pregunta más ridícula… ¡Está claro que se va!

- ¿No te habías dado cuenta hasta ahora?

- Bueno pensé que… ¿Dónde vas?

- Con Hermione y Angelina a cenar.

- ¿Volverás muy tarde? –La pregunta más bien era: ¿Volverás?

- No lo sé, Harry. No hace falta que me esperes despierto.

- ¿Por qué no me lo has dicho hasta ahora?

- Bueno… No le he dado importancia…

Silencio. ¿Por qué se iba? ¡¿Por qué?! No le gustaba estar solo… era aburrido. Y se sentía vacío. Quería que ella se quedara. O que él se fuera con ella. Pero no se lo permitiría…

- ¿Yo no puedo ir?

- Sabes que no, Harry. Es una cena de chicas. Y no, no cuela lo de la peluca.

- Está bien… Me quedaré aquí solo y aburrido. Y si te dignas a volver, no te asustes si no me encuentras, es porque he ido a buscarte y en vez de salir por la puerta he salido por la ventana porque he enfermado de no verte. -¿Por qué tiene esa sonrisa tan bonita? ¡¿Por qué?!

- Harry eres un exagerado. Si te sientes solo, llama a Ron, él se sentirá igual, ya lo verás.

- Mmm… Dudo que alguien pueda llegar a sentirse tan mal como yo… Y si alguien lo consigue, será un pobre desgraciado.

- Harry, sabes que eres pésimo haciendo teatro. Además, ¡no me gusta que seas tan empalagoso!

- Está bien, está bien… Pero prométeme una cosa…

- ¿Si?

- Si el camarero tiene los ojos verdes… ¡no le mires a la cara! A ver si te vas a confundir y vas a creer que soy yo y te vas a tirar encima de él… ¡No sé qué pensaría la gente!

- Oh, Harry, ¡no seas bobo!

Ginny se acercó a Harry y le dio un corto beso en los labios. ¿Alguien después de esto se cree que no le gusta que la gente sea empalagosa? Nadie.

- Me tengo que ir ya, sino llegaré tarde. ¡Lo siento! Prometo no despertarte cuando vuelva.

- ¿Vendrás a casa después de la cena? Vale, pero lo de que no me despertarás, ¡no me lo creo!

- Luego si eso lo compruebas… ¡Hasta luego! –Otro besito.

¿Por qué son tan cortos sus besos? ¡¿Por qué?! Aaaahh… Solo en casa. Por fin. Puedo hacer lo que quiera. Me estiraré en el sofá y nadie me mandará que quite los pies de encima de la mesa. Pediré pizzas y beberé cerveza hasta reventar y veré una película… Y no llamaré a nadie. Estaré solo. Solo. ¿Quién necesita a cualquier persona pudiendo estar cómodamente solo en su casa? ¡Nadie! Ni Ginny, ni Ron, ni Hermione, ¡ni nadie! Bueno… ¿por dónde empiezo? Ya sé, iré a la cocina a por las cervezas.

10 minutos después, a Ron le llegaba un patronus con forma de ciervo preguntándole si le apetecían unas pizzas en casa de su amigo.