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Preguntas y repuestas

El cielo estaba oscuro y no había ninguna estrella, la luna roja adornada con nubes negras y grises, el bosque se veía temible, la casa se levantaba majestuosamente y escalofriante, sus ventanas eran intimidantes y el miedo se empezaba a esparcir por los huesos, las puertas empezaron abrirse lentamente y de ellas una voz salió.

"¿Qué esperas?... ¿no entraras? ven y recupera lo que me lleve de ti."

En cada palabra usaba un tono frío y malvado.

Las puertas de aquella mansión ya estaban abiertas y no se veía nada en su interior solo oscuridad, sintió estar yendo hacia su interior y entonces abrió los ojos, lo primero que vio fue su techo, respiro un poco.

—Solo fue una pesadilla mas— dijo acomodándose en su cama y pasando una mano por sus ojos quitando el cansancio de ellos.

Agradecía que cuando dormía y tenía sus pesadillas no gritara y no se removiera, lo único malo: sudaba y sudaba mucho; Se sentó en la orilla de su cama y levanto la vista, observo su ventana aun era de noche, volteo a su derecha para ver la hora eran las 2:39 am. Regreso su vista a la ventana, fue directo a su escritorio donde tomo su pluma estilográfica y su cuaderno donde siempre escribía y dibujaba, camino hacia su ventana y se sentó en ella.

Se dispuso a dibujar su sueño...

...

La mañana llego y con ello todos habían iniciado los movimientos cotidianos, trabajo, escuela, y etc. Y en aquella casa no era la excepción, en Grimmauld Place numero 12 todos estaban en el comedor, los Weasley, los Lupin y Hermione, se podría decir que parecía una reunión de la orden del fénix.

Una hora le había dado el señor tenebroso, una hora llena de tensión, en ese momento estaba abrazando a su amigo y sobrina, pensó que habían muerto y un dolor le había pasado por su corazón.

—Pensé que habías muerto —le dijo viéndolo incrédulo.

—yo también — respondió Remus confundido, viendo por largos segundos a su esposa.

Sirius escucho la voz desesperada de una mujer llamando tal vez a sus hijos a gritos, iba a voltear pero no fue necesario, ella paso enfrente de él la siguió con la vista incrédulo, era ella, ¿enserio era ella? ¿Su vista no lo engañaba? ¿La mujer que en algún momento fue su novia estaba ahí corriendo abrazar unos jóvenes? ¿No podía ser verdad?

Siguió viendo y al estar cerca escucho todo.

—Oh estaba tan preocupada— vio como los abrazaba fuertemente, besándolas mejillas sucias y con sangre.

—Estamos bien mamá —escucho decir al joven y la chica asistía.

Tenían un aspecto terrible el joven era alto, sus pantalones estaban rotos y sucios, algunos rasguños en sus rodillas , muslos y en la mejilla, una cortada en la ceja y toda su cara manchada de tierra con sangre mezclada, sus cabellos estaban hechos una bola pero en cambio a la imagen del joven su hermana se veía cansada y pálida, en su cara había tierra y sangre que salía de su labio y de su mejilla, en su cuello había una venda con una mancha grande de sangre, su blusa parecía ser blanca pero al estar sucia no se distinguía bien, estaba rota un poco de la parte de arriba, había tal vez una herida grande igual ahí, en uno de sus brazos había una cortada grande y sangraba demasiado, en la otra había una venda sucia y manchada de sangre y en sus piernas habían letras que no vio bien por la sangre y tierra que tenían.

— ¿Bien? — pregunto incrédula la mujer.

—Si, unos rasguños pero nada grave —dijo la chica, su madre la vio

— ¿unos rasguños? ¡Por Merlín, niños! —les dijo la madre, ellos sonrieron.

Volteo hacia otro lado.

— bueno, amigo mío… ¿Por qué nos ocultaron información durante la guerra? —dijo Sirius

—No sé de que hablas, explícate— dijo Remus confundido y no solo él.

—sobre aquella joven y sus familia siendo miembros de la orden, ¿Por que no estábamos enterados de ellos? —aclaro y volvió a preguntar.

—ah ellos, porque Dumbledore me lo pidió— respondió tranquilo— los conocí una semana después que termino el quinto año de los chicos, en ese momento yo no sabía que eran miembros si no semanas después, Dumbledore me cito en su oficina y cuando llegue ahí estaba ella con su hermano— se acomodo en su silla.

—Dumbledore inicio diciéndome que ellos y su madre eran miembros de la orden, también menciono que su madre era miembro desde que se había formado pero que nadie lo sabia pues su deber era pasar información hacia la orden.

Me tenían confundido, menciono que la chica haría el mismo papel de su madre, sería una espía, después de eso comento que había dos posibilidades en esta guerra mágica, perder o ganar. Ella tomo la palabra y dijo que si perdía Harry todos en la orden debíamos ocultarnos porque seriamos perseguidos y de atraparnos no se pintaría nada bueno y toda esperanza moriría, así que debíamos preparar un plan para derrotarlo, ofreció su casa para toda la orden y aseguro que nadie sospecharía que estaban ahí y que ella pasaría información atreves de su hermano. Entonces yo pregunte y si ganamos, todos sonrieron—

— ¿Que planeaba Dumbledore si ella iba a Azkaban? — pregunto Molly

—Bueno eso no lo sé, tal vez había dejado pruebas de su ayuda hacia la orden a alguien, pero de lo que estaba seguro es que ella contaba no salir viva de esto— respondió viendo la nada.

— ¿Es todo? — pregunto Harry, tenía una curiosidad de saber más de ellos y aquello le parecía demasiado corto.

Remus sonrió —podrías preguntarle a ellos, de hecho creo que ahora sería un buen momento además de que deben de estar en su casa— se levanto y camino hacia la chimenea.

—¿Cómo sabes que están en su casa? O ¿Por qué aseguras que sería buen momento?— pregunto Hermione antes de dejar que se fuera por la chimenea.

—Porque siempre voy a visitarlos y en algún momento comentamos esta situación y ellos están más que dispuestos después de mucha insistencia por parte nuestra— señalo a su esposa y el —y aunque sé que están ocupados en sus trabajos, estoy seguro que en este momento deben de estar en casa— sonrió.

...

La noche en Londres era fría; en medio de un inmenso bosque se encontraba una gran casa de dos plantas, el interior de las casas era de colores neutros y sus ventanas corredizas que comunicaban el interior de la casa con el patio de la planta baja estaban abiertas, tenía un pequeño pasillo, en aquel pasillo un joven acostado veía la luna. Adentro en la planta baja, con un diseño abierto, donde estaba la ventana abierta había una sala de estar grande negra y de cuero en forma de esquinero y al frente una chimenea grande, a lado de la sala había un pasillo que iba hacia el hall y unas escaleras de vidrio, atrás del sillón dejando una buena parte donde caminar estaba el comedor, y la cocina con el desayunador, a lado de las escaleras había una gran pared donde se encontraban un cuadro grande donde estaban dos señores grandes.

En la sala había una joven sentada con la cabeza recargada en el respaldo del sillón y viendo el techo. A lado de ella había un niño de 4 año de edad quien dormía en sus piernas, ella le acariciaba su cabeza en afán de arrulló. La chimenea se prendió con unas llamas verdes pero nadie le tomo importancia, de la chimenea empezó a salir gente. Ella escucho una tos falsa y bajo su mirada, enfocándola hacia los visitantes.

Ellos vieron a una chica hermosa sentada con finos rasgos, como de la aristocracia y de mirada fría y cansada como si hubiera pasado de guerra en guerra, su piel era tersa y amarilla como un helado de vainilla, sus labios eran suaves y rojos, sus ojos eran grises y juntos, mostraban una frialdad que perforaba como si leyera tu alma, su cabello era largo y negro con las puntas grises, llevando su cabello hacia atrás en la parte izquierda, este estaba colocado detrás de la oreja, un arete colgaba de ese lado con una cadena hacia la parte superior de la oreja. En su cuello tenia cicatrices como unos rasguños, ambos brazos estaban vendados del codo hasta la muñeca, traía una blusa pegada azul marino y un short pegado dejaba ver sus grandes piernas y en ellas palabras como "traidora" "perra" "sucia" "escoria" estaban llenas.

En su regazo estaba el niño, era de una altura promedio con finos rasgos que aun durmiendo se notaba que era una lindura, su cabello era largo pero no demasiado, ondulado y castaño, tenía puesta una pijama de carritos.

La joven se levanto después de acomodar al niño en una almohada, fue hacia ellos.

—Tío Remus— saludo dándole un beso en la mejilla y luego se acerco a Tonks —Tía Nymphadora, es placer verlos de nuevo— le dio un beso en la mejilla y luego se acerco a los demás y les dio la mano a cada uno —es un placer conocerlos.—

En la habitación entro un joven alto de cabellos largos castaños, su peinado estaba amarrado con dos tiras a la mitad de su cabeza y lo demás suelto el cual lo tenía hacia el frente cubriendo un poco sus hombros y un fleco a la mitad de la cara el cual no molestaba la vista y llegaba a la barbilla. Su rostro era igual de hermoso, aristocrático y su mirada era seductora y sus ojos grises eran igual a los de su hermana, su ropa era una camisa tartán abierta blanco con negro y abajo una de tirantes color gris y un pantalón pegado negro.

—el es mi hermano gemelo— presento ella. —Por favor pasen y tomen asiento—

— ¿Les ofrezco algo que tomar? — Pregunto encaminándose a la cocina —tenemos té, café, capuchino, mmm... Tenemos bebidas alcohólicas muggle, whisky de fuego y cerveza de mantequilla. — Los observo esperando su respuesta pero desde las escaleras se escucharon pasos.

—Niños, eh dejado su ropa en su cama, no olviden a guárdala, Lysa deje la ropa de Luke en su cama— y entonces vio a los visitantes.

Ella sonrió cordialmente, era una bella mujer de belleza delicada pero fiera, traía unos pantalones medio pegados, una blusa larga que cubría sus nalgas, traía unas pantuflas y su cabello era largo y trenzado hacia un lado.

—Buenas noches— saludo

—sigues estando bella, aunque si no mal recuerdo nunca te gusto el cabello largo— dijo Sirius sonriendo y ella sonrió con él.

—Así es, pero creo que después de tener a mis hijos quise algo nuevo— respondió, camino hacia el comedor — ¿ya les ofrecieron algo?— pregunto.

—ya lo hice pero no me han respondido— respondió su hija. La señora asistió y espero la respuesta.

Después de unos minutos donde preparaban las bebidas y las colocaban en la mesita que estaba en el centro de la sala, un poco de galletas con la ayuda de Tonks quien tropezó con su pie y un plato salió volando con todo contenido pero afortunadamente el joven idéntico a Lysa lo atrapo con gran agilidad, al final pudieron sentarse y aclarar dudas.

La joven hablo— bien, me imagino que su visita es para aclarar sus dudas en cuanto a nosotros, ¿verdad?—Hablo, todos los invitados asistieron —me llamo Lysa Aludra Walker— respondió.

Estuvieron un poco callados— mi hermano es Jack Altaír Walker y mi madre es Evadne Walker —dijo viendo a todos los presentes.

— ¿No se supone que eras Anderson?—dijo Sirius confundido.

—Sí pero surgieron algunas cosas—respondió viéndolo.

— ¿Cómo cuales? — pregunto

La señora quedo un corto tiempo en silencio pensado como decir su historia — bueno... —

Las paredes de aquella habitación eran blancas y estaba llena de cuatro camas una enfrente de la otra, a sus lados habían cortinas blancas y sillas, ella estaba sentada en una cama y su acompañante en la silla justo enfrente de ella...

—Vamos cariño, sólo son rasguños—dijo Evadne tomando sus manos —Sirius, amor ¿sucede algo?—

—Creó que es mejor terminar— dijo Sirius serio y viéndola.

Ella no dijo nada y él se levanto, se fue.

—¿Señora Evadne?— Llamo Harry

Ella poso su vista en Sirius —bueno después que me terminaste en aquella habitación de san musgo, pasaron tres meses cuando me entere que... tenía que casarme con un hombre que no quería— dijo Evadne

—¡Rompieron!— Dijo Fred

—¿tuvieron algo?— pregunto George

—¡Niños!— Molí grito

—No se preocupe— dijo Evadne sonriendo.

Evadne estaba en su habitación sentada en su cama con las piernas cruzadas y viendo fijamente su espejo, un libro se posaba en su piernas abierto a la mitad, estaba demasiado entretenida que cuando se abrió la puerta se espanto y aventó el libro al otro lado de la cama.

Ella observo al hombre que ingreso y el cual se encontraba recargado en la puerta —Levántate, te tienes que ir ahora— dijo él en una orden buscando una bolsa.

—¿Qué sucede?— Preguntó Evadne —¿Por qué he de irme?— Volvió a preguntar.

El golpeó con su puño el closet rompiendo la madera y dejando un hueco, Evadne se detuvo en su labor de bajar de la cama cuando el golpeo el mueble, sus ojos estaban aguados pero con una mezcla de preocupación.

—Juro ante la tumba y memoria de nuestro padre, Evadne, mi linda hermana, te lo juro hice todo; ofrecí más dinero, jure ser el más leal de los mortifagos incluso ser yo quien te desposara pero ella no lo acepto— camino hacia la ventana para voltear con un rostro enloquecido, estaba furioso —esa loca que tenemos como madre te vendió a ese asqueroso de Kla—

El rostro de Evadne se volvió de terror, sus ojos se llenaron en lagrimas que sin permiso y aviso salieron y navegaron por sus mejillas, su rostro estaba pálido como el de un vampiro, Evadne se llevo las manos al rostro, entre sus dedos se vía sus ojos en lagrimas y enloquecidos, después el cuarto se lleno de un grito.

—¡NO!, no, no… es broma— alzo su rostro, se acercó al pecho de su hermano —por favor dime que es mentira, dime que esa señora no hizo eso— su hermano la veía con tristeza.

—Hice todo— se río levemente, tomó su rostro entre sus manos para ver claramente sus ojos.

Evadne hablo —me va a matar, eso hace con sus esposas, sabes que me torturará hasta que ruegue por muerte, me violara tantas veces sean necesarias hasta no sentir nada, me volverá loca si es necesario.—

—Lo sé, por eso te irás muy lejos, al mundo muggle, nada de mágico, sería capaz de buscarte; si es necesario que salgas de Londres lo harás, en este momento sólo puedes pensar en escapar, donde él nunca te encuentre, de acuerdo— La soltó para seguir con lo que estaba haciendo, metió zapatos, maquillaje y un saco de dinero —Te daré tiempo para que escapes— le dijo tomándola por las mejillas le acomodo el cabello

—Jack, hermano, te mataran— lloro más tomando su rostro entre sus manos.

—Moriría por ti; si solo siguieras con Sirius, el seguro te protegería pero ya nada se puede hacer—

—Eso no importa ahora, aunque estuviera con el nada cambiaría— dijo ella sonriendo.

—Tal vez, si Sirius fuera hecho la propuesta antes ahora no pasaríamos esto— comento negado a escuchar.

—Jack, ella jamás quiso a Sirius, madre siempre quiso que se formara una unión con Kla, aun sabiendo lo que era un Black— ella caminando por su cuarto.

Su hermano suspiro.

—Bien, es hora mi hermosa Evadne, Runa te llevará fuera de aquí, de ahí te deseo lo mejor hermana, si no muero y nos volvemos a ver, todo será diferente, te quiero hermana—su voz sonó cortada.

—Jack sabes que te quiero y siempre te llevaré conmigo, espero que no te suceda nada— lo beso en la frente y en la mejilla.

Su hermano hizo lo mismo pero antes le dio un collar.

—Como recuerdo—

Una elfa doméstica apareció, tomó la mano de Evadne y antes de desaparecer entraron a la habitación y unos rayos deslumbraron el lugar.

—¿Te casaste? ¿Quién era él? —Pregunto Sirius.

Todos observaban a la mujer quien veía a Sirius con una mirada suave.

—Estas loco, jamás me fuera casado con ese tipo, me causaba asco y terror ¿crees que estoy loca como para desposarme con Kla?— pregunto observándolo —mi madre biológica me había vendido con él, mi hermano Jack trato de evitarlo, ofreciendo más dinero por mi libertad, ofreciéndose como mi marido e incluso como fiel sirviente de Voldemort pero no acepto, así que me obligo a huir para no casarme— sonrió triste.

—¿Kla?— Pregunto sorprendido

—Logre escapar por el sacrificio que realizaron mi hermano y mi elfa domestica—

—Es aquí donde debo dejarla—dijo Runa.

—¿Regresas?— Pregunto

—El amo Jack me liberó; pero yo le ganare más tiempo para que pueda huir y tener demasiada ventaja—dijo la elfina valiente.

—No—dijo Evadne

—Es algo que Runa quiere hacer por su antigua ama—y luego desapareció.

—¿Acaso no te siguió Kla?— Pregunto Remus.

Ella volteo a verlo —lo hizo, así que tuve que huir al mundo muggle; huí sin dinero y sin comida, fue ahí cuando conocí a dos personas increíbles, esas personas me cuidaron y me ayudaron a mí y a mis niños—

Había demasiadas luces y el suficiente ruido de algunos carros y de gente caminado, el cielo era oscuro con estrellas y una hermosa luna. Evadne caminaba cansada por las calles sin rumbo aparente, se sentó en la acera.

—Duelen—chillo observando sus pies—tengo hambre, y olvide la bolsa que preparo mi hermano— estaba sentada aún, su estómago rugió; alguien le hablo.

—¿Querida?— Evadne volteo —¿tienes hambre?— Al ver que no le respondía solo le dijo —vamos—

Evadne entre cerró los ojos pero al final fue con ella aún sabiendo que era una extraña y podía hacerle daño.

—Y dime cariño ¿Cuántos meses tienes?— Pregunto la señora.

—¿Disculpe?— Dijo Evadne desconcertada.

—Estás embarazada—

Evadne abrió los ojos como plato, se llevó una mano al vientre.

—¿No lo sabías?— Pregunto observándola —¿Cuándo fue tu último periodo?—

—Ha— abrió la boca sorprendida después de hacer cuentas.

—Bueno debes comer por tu bien y el de tu hijo—dijo la señora con una sonrisa.

—Realmente tuve suerte de encontrarlos— sonrió.

Ella estaba sentada en el comedor de la casa, era acompañada por un señor grande de 45 años, cabello negro, su piel era morena clara, ojos verdes y una mirada tranquila; trasmitía paz, a su lado derecho estaba la señora que la había invitado a comer, era una mujer hermosa de 40 años, su piel era blanca, su cabello era largo de un castaño claro, sus ojos eran azules, su mirada era maternal, trasmitía demasiado amor.

—No sabía que estaba embarazada hasta que la señora me felicito, ella se dio cuenta de eso así que me pregunto cuando había sido mi última menstruación, hice las cuenta y resulto que tenía tres meses de embarazo— prosiguió contando esta vez viendo el suelo— la señora con su esposo me trasmitieron tanta confianza que termine contando todo lo que me estaba pasando— levanto el rostro y volvió a observar a Sirius.

—Entonces tu hermano se sacrifico por ti— dijo el señor.

—Así es señor Walker— respondió ella educadamente.

—Llámame solo Adam— dijo sonriendo.

—Ah, está bien Adam— acepto sonriendo.

—¿Entonces tienes donde quedarte?— Pregunto la señora.

Ella solo negó.

—Bueno quédate aquí— sonrió la señora.

—Oh no señora Walker ya me ofrecieron mucho —dijo apenada.

—A no, si a mi marido le vas hablar por su nombre entonces también a mi; llámame Joan— dijo fingiendo molestia —no hay ningún problema que te quedes con nosotros, ¿verdad cariño?— Termino.

—Así es, hay bastantes habitaciones, además estas embarazada, y jamás le daré la espalda a mi hija— dijo el señor sonriendo —porque hoy en adelante eres una Walker, una más en esta familia, eres nuestra hija—.

Ella estaba incrédula, ¿tanta suerte tenia?, era demasiado para ser verdad, pero por Merlín, estaba pasando.

—Adam se lo agradezco pero y sus hijos ¿Qué dirán?— Bajo el rostro a penado.

—Nada, tuvimos un bebe antes pero…— respondió Joan su rostro se volvió triste y su voz sonaba sin emoción alguna —...la había dejado en su cuarto dormida y yo fui a al mío, a la hora me sentí preocupada y temerosa… me levante y descubrí que ya no estaba en su cuna apenas tenía un mes de nacida y desde entonces la hemos buscado, no quiero hacerme a la idea de que la eh perdido... de que este muerta, sigo pensando que la encontraremos… es raro y muy extraño pero en este momento mi corazón siente un alivio y unas tremendas ganas de ayudarte, no lo se... solo quiero hacerlo, así que permite ser tu madre y la abuela de tu hijo o hijos— sonrió dulcemente.

—Pero…—

—Bien debe ser demasiado para ti… te contare algo, la familia Walker fue creada hace varios años por un Emavidia, una antigua familia italiana muggle que se dedicaba a la mafia. El fue diferente y sabia que su familia lo usaría para hacer daño, el no quería así que fingió su muerte y escapo a Londres. Estudio justamente en Hogwarts, cuando eran las vacaciones se quedaba aquí, sabía que podía usar el apellido de su familia pero él jamás lo quiso y cambio su apellido; Sabia salir adelante, fue a la casa de Ravenclaw. se llamaba Eliot y ahí en la misma escuela conoció a su amor, Rose era de la casa Hufflepuff una mujer encantadora, tuvieron dos hijos, el mayor fue a Gryffindor y el más pequeño a Slytherin, era una familia unida. Eliot era un buen hombre que amaba a su familia pero desgraciadamente su antigua familia lo encontró y fueron detrás de él y su ahora familia; él había aprendido desde que nació a manejar armas, así que estaba preparado pero su familia no, eran magos sí, pero no era conveniente que usaran la magia en muggles, así que sabía que necesitaría gente, en poco tiempo su familia creció, preparo a sus hijos para defenderse y a su mujer y una noche los atacaron, ganaron pero perdieron a su hijo Alioth el más pequeño. Les costó superar aquella falta—

—después de un tiempo empezaron atacarlos otras familias, el tuvo que crear algo igual a lo que había escapado, su hijo fue el siguiente jefe de la familia y así en generación en generación, hasta que llegamos a mí, yo deje eso estoy cambiando las cosas, es verdad que habían gente con nosotros pero entendieron y nos separamos, pero cuando los necesite o mi sucesor estarán dispuesto a todo— contó viéndola fijamente —¿por qué te cuento esto? Te preguntaras, bien porque tu hermano hizo algo demasiado valiente, se sacrifico por ti, te pidió sobrevivir, te pidió que te cuidaras... escaparas y justamente eso vas hacer. Yo te estoy ofreciendo mi protección y ser la próxima jefa de la familia, te estoy dando todo lo necesario para que salgas adelante, todo para que cuides de tus hijos— dijo tomando una de sus manos.

—Adam...— no sabía que decir, no entendía que sucedía —me pidió que me alejara de la magia.—

—Pero jamás podrás, eres una bruja, tus hijos lo serán y ese tal Sirius también lo es, es inevitable escapar de lo que eres, Eliot lo intento y mira como termino, ese Kla te buscara como Anderson pero no como una Walker; además me siento igual que mi mujer, quiero ayudarte y a mí no me molestaría tenerte como hija y tu hijo como nieto, que tal vez termine llevando mi puesto— dijo el sonriendo alegremente.

Y en cierta manera tenía razón, el podría buscar hasta bajo de una piedra pero jamás bajo su nariz, solo cambiaría algunas cosas, su apellido y su familia, le ofrecían algo demasiado tentador pero era por el momento la única alternativa, protección para ella y su hijo, además estaría cumpliendo con lo que le pidió su hermano sobrevivir y alejarse de la magia, bueno algo, era una familia mágica si pero también una muggle ¿Por qué lo era? ¿No?

—Joan perdona la pregunta pero eres muggle ¿cierto?— Dijo ella sonriendo.

—A si es— respondió amablemente.

—Entonces no quiero su puesto padre y ni mi hijo— dijo ella sonriendo, pensó que sería difícil decirle "padre" pero salió tan natural que hasta se sorprendió, lo sintió como si fuera lo correcto.

—Hm… bueno eso ya luego lo veremos, hija— sonrió él.

—Necesito su ayuda— dijo ella, ellos la observaron —necesito buscar a Sirius y decirle que será padre.—

—¿Y cómo lo harás?— Pregunto Adam

—No se…pensaba buscarlo mañana, ir a su casa o a los lugares que frecuenta— dijo ella

—¿Creo que la perdimos?— Se dijo Ron

—Estos señores me contaron gran parte de su vida y la vida de esta familia, me tomaron como su hija, ofreciéndome protección para mí y mis hijos… se volvieron mis padres, es ahí cuando deje de ser Anderson para ser Walker—

—Vaya— dijo Sirius.

—Les pedí que me ayudaran para buscarte— siguió mirando a Sirius —pero en ningún momento te encontré y jamás pude decirte que seriamos padres—

El rostro de Sirius fue de completa sorpresa y no era para menos, uno no va por la vida recibiendo noticias de que es padre y nunca supo de ellos, pero le estaba pasando.

—¡Qué emoción!— Dijo Joan destilando amor y alegría.

Caminaban tranquilamente por las calles de Londres muggle hasta llegar a un hospital, se sentaron en la sala de espera era una sala llena de mujeres embarazadas que eran acompañadas por sus parejas, mientras que ella de sus padres adoptivos, sintió un poco de tristeza.

—¿Me buscaste?— Pregunto Sirius.

—Sí pero te repito, no pude encontrarte y aun con una gran panza de embarazada te busque... hasta que supe de ti un año después, te habían llevado a Azkaban— dijo ella

—Evadne Walker— se escucho a una enfermera joven y amable.

Se levanto de su asiento, entro por la puerta y se acostó en la camilla, había un aparato.

—Que bueno volver a verla Evadne, ¿y su pareja?— Pregunto inocentemente la doctora.

—No se pudo presentar— respondió Joan pero venimos nosotros.

—Veo que será su primera vez señor Walker— dijo la doctora.

Evadne se levanto su blusa dejando ver su estomago ya crecido, la doctora unto algo en su panza y en un aparato, luego lo coloco encima de la panza que estaba abultada y sonrió.

Y entonces escucharon varios tambores.

—¿Qué es ese sonido?— Pregunto el señor Walker, aunque ya había tenido la experiencia, esta era muy diferente, el sonido era mucho más fuerte

—Son los corazones de sus nietos— dijo la doctora alegre, ella volteo a observarla —si Evadne usted será madre de dos bebes— dijo ella en una pura sonrisa.—Una niña y un niño—

—Oh hija mía—Dijo Adam.

—Cuando había cumplido 7 meses regresaba del callejón diagon había ido a buscarte una vez más— observo a Sirius —pero… el me encontró… sentí en ese momento el fin de mi vida y las de mis bebes, no tenía mucho que me habían dicho que eran dos— su voz se entrecortaba y veía a los ojos de Sirius —¿te puedes dar una idea de lo que sentí?—

Él la observo también, habían sido novios durante dos años y un mes por lo que al verla sabía lo que le estaba trasmitiendo, realmente se daba una idea, ella lo veía aun sintiendo el miedo de aquella vez —me lo imagino—

—La calle estaba vacía y solo éramos nosotros dos, el me golpeo tanto que apenas podía sostenerme de pie pero logre escaparme de alguna forma, cuando me detuve sentí el peor dolor de toda mi vida, había entrado en labor de parto, ellos aun no debían de haber nacido y ese bastardo provoco que casi perdiera a mis bebes—

Triste se veía, caminaba cansadamente, hasta que alguien hablo detrás de ella.

—Te encontré amor— dijo una voz grave, sonaba como si un demonio hablara.

Ella supo quién era y voltio rápidamente, el miedo que estaba sintiendo la estaba matando, podía y escuchaba claramente como su corazón latía como si estuviera conduciendo un carro de carreras. Ella volteo valientemente, el estaba demasiado cerca de ella. su rostro era el más horrendo que cualquier otro hombre, su sonrisa de psicópata adornaba su rostro y sus ojos negros que carecían de brillo y sus dientes eran afilados como los dientes de un tiburón, él la tomo por la muñeca lastimándola.

Estaba petrificada no sabía qué hacer, el miedo la estaba comiendo viva. —Suéltame cucaracha— apenas pudo articular, tenía miedo.

—"por mis hijos, por mis hijos seré valiente"— pensó

—Veo que tendré juguetes...— sonrió Kla — ...¡eres una puta! — la golpeo en la cara tan fuerte que le rompió el labio, él sujeto el rostro de ella para que lo viera y entonces la golpeo de nuevo en pleno rostro rompiendo su nariz y luego un rodillazo en su vientre, ella chillo pero él la volvió a sujetar. — ¡No pague por ti para que te acostaras con cualquier pendejo que se te antoje!— otro puño se estampo en su rostro.

Justamente esa calle debía de estar vacía, no había nadie que la ayudara iba a morir y su bebes también, realmente era injusto. El empezó a zarandearla, la aventó hacia la pared fuertemente, ella tomo esa oportunidad para sacar su varita, pero no fue lo suficiente rápida, la atrapo por el cuello, empezó a ahorcarla y se reía mientras lo hacía, ella levanto la varita y conjuro un hechizo, el salió volando, ella corrió y corrió tan rápido pero el miedo y el dolor la hizo parar, sintió unas punzadas y un liquido callo de sus piernas.

— ¡no! — Chillo ella impotente —aun no deben de nacer, amores aun no— chillo.

Grito. Y en ese momento una señora pasaba.

Ella se estremeció ante el recuerdo que tenía perdiéndose en ellos y olvidando que tenía invitados que estaban expectantes por escuchar la historia.

—Nacieron el 30 de agosto de 1980— dijo Evadne viendo a Sirius.

—¿Qué sucedió con él?— Pregunto Sirius sintiéndose la peor persona que pudo existir, casi pierde a la mujer que amaba y a sus hijos... a manos de un ser despreciable. Por esa razón habían terminado pues temía que los mortifagos le hicieran daño a ella en venganza por lo que él les hiciera y resulta que eso le valía madres a la vida.

—Mi padre lo busco y lo mato— dijo ella con cierta satisfacción.

— ¿Lo buscaste?— pregunto Evadne viendo a su padre

—Sí, no será molestia mas, ahora se pudre en el infierno— dijo mientras limpia un cuchillo a espalda de ella.

— ¿Lo mato?— pregunto Tonks.

—Si— respondió ella viéndola.

Evadne estaba recostada, a su lado había mucha gente vestida de azul, arriba de ella había una luz blanca, entre sus piernas estaba un doctor quien le decía cuando pujar y cuando detenerse, ella respiraba agitadamente, sudaba, su rostro mostraba dolor y cansancio.

—Puje— grito el doctor

— ¡ah! — y el chillido de un bebe se escucho.

—Es un niño— dijo.

El doctor entrego a la enfermera el primer bebé.

—Respire, exhale— ella siguió las indicaciones —bien vuelva a pujar, ya viene— dijo.

Y el segundo chillido se escucho, sus hijos habían nacido.

—Es una niña— dijo el doctor, hizo el mismo procedimiento pero jamás le entregaron a los bebes. —como ya le había dicho sus hijos están sanos pero por cualquier duda dejaremos que sus bebes estén en la incubadora—

Ella siguió observando a Sirius y él le regresaba la mirada con la misma intensidad —lo lamento, realmente lo lamento— dijo Evadne con lagrimas en los ojos.

Ella estaba vestida de azul, aquella vestimenta para cuidarte y cuidar al paciente de algún contagio que se pudiera presentar, sus bebes estaban en una caja trasparentes agarrados de las manos, ella metió las manos por unos guantes y los acaricio. Su madre estaba a su lado.

— ¿Alguna vez has sentido culpa o arrepentimiento?— pregunto Evadne

—Si— fue toda respuesta.

—yo igual mamá... me arrepiento de no seguir buscando a Sirius... debe saber que es padre— dijo ella viendo a sus bebes.

—llegara el momento donde podrás decirle, cariño— dijo Joan

— ¿y si no? — pregunto.

—Y si no ellos lo sabrán, a ellos no puedes mentirles— dijo en una sonrisa.

—eso si, ellos sabrán quien es su padre, quien realmente es... un tonto valiente, que ama a sus amigos y es capaz de hacer cualquier cosa por protegerlos, por proteger a los que ama, sabrán todo de él. — rió mientras decía aquello.

Él la miro con confusión —¿Por qué?—

—Porque tarde mucho para decirte que eres padre— sonrió aun con lágrimas en los ojos —Paso un año cuando retome tu búsqueda— dijo Evadne viendo a Sirius quien asistió en ello.

Estaba en el despacho de Dumbledore, en un asiento enfrente del escritorio y al otro lado el mismo Dumbledore.

— ¿Qué acabas de decir? — pregunto incrédula. —el es incapaz estamos hablando de Sirius Black el mejor amigo de James Potter, jamás haría tal blasfemia, el odia a los mortifagos, jamás traicionaría sus principios, ¿quien idiota cree tal estupidez?— decía caminado por la sala.

—perdona Evadne, pero eso paso— dijo el anciano serio.

—mentira, eso es mentira… debes hacer algo por él, evita que pise Azkaban. Yo seré testigo— dijo ella desesperada y entonces se acerco mas al escritorio se inclino en el —por el metería las manos al fuego, y apuesto mi vida a que no fue el—

—no debes decir eso, piensa en tus hijos— dijo el anciano, conmovido.

—justamente en ellos pienso, su padre está siendo acusado de una vil mentira y lo encerraran en un lugar que no debe ir— dijo ella harta. Suspiro —mi lealtad esta con Sirius estoy segura que él no lo hizo, es incapaz—se sentó en la silla que tenia detrás de ella cansada, soltó un largo suspiro—sabía que Sirius era el padrino de Harry así que déjame cuidar de él, Lily era mi amiga y no dejare que Harry se quede solo—

Sonrió —no puedo, Harry debe estar con su tía— fue lo último que dijo.

Ella lo observo con tristeza pero resignada sus ojos le decían que era una decisión incuestionable —espero que este seguro de lo que esté haciendo—

Estaban en silencio, hasta que alguien hablo.