Tras media hora esperando a que cierto jōnin apareciese, el equipo 7 se encontraba en el tercer campo de entrenamiento. Acababan de finalizar una misión y estaban mejorando el trabajo en equipo con ayuda de su sensei, Kakashi.
Múltiples ataques individuales eran esquivados por el peliplata, lo cual Sasuke, Sakura y Naruto tomaban como burla ya que los evadía mientras leía su libro Icha Icha Paradise.
-Chicos, ¿cuántas veces debo decirlo?, eso no es trabajo en equipo. Inténtenlo nuevamente.
Los tres gennin se dispersaron y ocultaron. Tres shurikens arrojadas por Sasuke y Sakura fueron evadidas por el peliplata. Al voltearse para esquivar un clon de shuriken, Kakashi se encontró con el siguiente campo de entrenamiento, donde vió a cierta kunoichi entrenando a sus gennin.
El clon de shuriken no resultó ser más que una técnica de transformación de Naruto, la cual fue detenida con un fuuton de larga distancia.
-Esa técnica la utilizaron contra Zabuza, deberían pensar en una nueva, -sonrió. -pero el trabajo en equipo está bien. Aguarden un momento, chicos.
Al notar que su sensei se dirigía al otro campo de entrenamiento, los tres gennin se colocaron enfrente suyo.
-¿Y bien...? -sonrió Sakura.
-Sí, ya díganos, Kakashi. -intentó no sonar tan curioso Sasuke.
El jōnin se sonrojó.
-¿A qué se refieren?
-Ya no nos engañe, a usted le gusta Anko-sensei, ¿no es así?
-Es bonita. -guiñó un ojo Sakura.
-Sí, y está demente. -acotaron los otros dos al unísono.
-¿Qué tonterías dicen? -dijo acariciando sus cabezas mientras continuaba caminando.
Sus tres alumnos intercambiaron miradas y comenzaron a seguirlo sin que lo notara.
-Ustedes saben lo que amerita esto, ¿verdad? -sonrió Naruto.
-Qué tontería. -respondió el uchiha.
-Tienes toda la razón Sasuke. -agregó la pelirosa.
-No me digan que no quieren provocar un incidente entre Kakashi y Anko-sensei. Será divertido, ¡de veras!
Dejaron de hablar en cuanto vieron a su sensei ingresar en el campo de entrenamiento más próximo a ellos. Lo siguieron entre los arbustos lo más sigilosamente posible y oyeron atentamente.
-Sigues lamiendo tus labios antes de atacar, al igual que en nuestro examen chunnin.
-Y tú sigues hablando de más incluso con la boca cubierta, Kakashi.
El jōnin cerró su libro, colocó las manos en sus bolsillos y se acercó a la kunoichi. Ella colocó sus manos sobre sus caderas y lo miró desafiante.
-En fin, ¿qué demonios haces aquí?
-No me des importancia, sólo quiero ver tu habilidad como instructora.
-¡¿Quién demonios te crees que eres para probar mis habilidades?! -gritó furiosamente colocándose frente a él.
-Tu superior. -sonrió.
La ira de la jōnin era visible. Ordenó a sus alumnos alejarse y con su jutsu Manos de su serpientes Sombras ocultas atrapó al peliplata, quién ya había deslizado su banda hacia arriba dejando ver su sharingan. Pero la persona que creyó haber atrapado se transformó repentinamente en un tronco.
-Sustitución. -dedujo.
Mientras tanto, Sasuke, Sakura y Naruto se encontraban en un árbol sobre los dos jōnins.
-Sakura, entrégame una de esas redes que se utilizan como trampas.
-¿Para qué rayos la quieres, Naruto?
-¡Apresúrate, Sakura-chan!
-Está bien. -respondió luego de quejarse.
Un brazo con una kunai rodeó el cuello de la jōnin.
-No debes descuidar tu espalda.
-Lo mismo digo. -respondió una voz detrás de él.
-Jutsu clones de sombra. -dedujo el peliplata al voltearse tras haber hecho desaparecer el clon.
En cuanto lo vió voltear, Anko infló su pecho, provocando que él se sonrojara, y lo atacó con un jutsu bola de fuego.
El ninja que copia utilizó un doton para detener esta técnica. Las respiraciones de ambos comenzaban a agitarse. En cuanto el humo cedió, ella apareció repentinamente delante del peliplata, pero ambos cayeron al suelo con una red que se desplomó, aparentemente, del árbol.
Kakashi cayó sobre Anko, aunque con su sharingan pudo ver la red desplomándose, por lo que procuró no dejar todo su peso sobre ella.
La frente del peliplata se encontraba apoyada en la de la jōnin, sus narices una al lado de la otra, apenas rozándose, y sus labios a escasos centímetros. Las respiraciones de ambos se aceleraban a la vez que se miraban a los ojos y luego descendían ligeramente con la mirada hasta los labios del otro.
-¿Se besaron? -preguntó ansiosamente Sakura al bajar de un salto del árbol.
-No, pero sólo por un poco, ¡de veras!
Ambos jōnin se sonrojaron.
-¡Mocoso, más te vale sacarme de aquí en este instante!
-Yo me encargo. -intentó tranquilizarla el peliplata antes de concentrar un poco de su chakra de rayo en su mano y desgarrar la red.
En cuanto se incorporó, Kakashi se dirigió hacia donde se encontraba su equipo.
Naruto se escondió detrás de Sakura, y esta, a su vez, detrás de Sasuke.
El uchiha se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Desde el principio dije que era una mala idea.
El jōnin no tuvo tiempo de responder ya que aparecieron los alumnos de Anko.
-Anko-sensei, el hokage los manda a llamar a usted y a Kakashi Hatake.
Ninguno dijo nada, ambos se dispersaron y dirigieron a la oficina del hokage.
-Tercero, ¿nos mandó a llamar?
-Sí. Anko, Kakashi, tengo una misión rango A para ustedes. La mayoría de los anbu están investigando con otros jōnin y acompañando en otras misiones como esta así que cuento con ustedes.
-A la orden, ¿en qué consiste la misión? -cuestionó el peliplata.
-Deberán ir a la aldea de la arena y entregar esto. -explicó mientras le entregaba un pergamino al jōnnin. -Es muy probable que en la frontera, shinobis de Iwagakure que se oponen a la alianza entre estas naciones, les tengan preparada una emboscada. Kakashi, tú serás el líder de esta misión.
-Entendido.
-Les tomará un día llegar a la frontera, si parten antes de que sea tarde será mejor, de otra manera los emboscarían de noche y sería una desventaja.
-¿Eso es todo, Sandaime?
-Sí, pueden retirarse.
El jōnin abrió la puerta y permitió salir primero a su temporal camarada. En cuanto la puerta se cerró, ella aspiró a irse pero el peliplata la tomó delicadamente de la muñeca y la volteó para verlo.
-Te espero en la entrada de la aldea a las 3 en punto.
-Entendido.
Ella esperó a que él la soltara pero eso no ocurrió. Permaneció observándolo y notó como su mirada hacia ella era diferente, esta se veía más cálida y reconfortante. No podía apartar su mirada del jōnin, esa mirada intensa y ardiente comenzaba a producirle cierto calor, a la vez que sentía cómo sus mejillas se enrojecían.
-Lamento haberte incomodado. -sonrió tras soltar su muñeca.
Ella le devolvió la sonrisa y palmeó su pecho.
-No te preocupes.
Luego volteó y se alejó a preparar sus cosas para la misión.
Ya casi una hora esperando, había comenzado a llover y para colmo había dejado su saco en casa al creer que sería un día soleado y caluroso.
-Ese idiota de Kakashi.
La kunoichi permaneció esperando por unos cuantos minutos más mientras frotaba sus manos contra sus propios brazos tras el frío que comenzaba a hacer.
De pronto sintió unas cálidas manos en sus hombros y que algo la cubría de la lluvia. Al voltearse notó que lo que la abrigaba era uno de los mantos para lluvia de Konoha y las manos sobre sus hombros se encontraban semi-cubiertas con guantes de anbu.
-¡KAKASHI! -gritó al voltearse y tomarlo del cuello de su chaleco.
Él sonrió y llevó una mano detrás de su cabeza tratando de excusarse.
Ella se tranquilizó y lo soltó. Observó el cuerpo del jōnin y notó que este no se encontraba cubierto de la lluvia.
-¿Por qué me cubres con tu manto?
-Porque comenzó a llover en el camino y no tuve tiempo de ir a buscar otro.
-No necesito de tu ayuda.
El peliplata se acercó a la jōnin, provocando que ambos se ruborizaran, y subió lentamente el cierre del manto de esta sin dejar de mirarla a los ojos. Descendió con su mirada hasta sus labios y con su pulgar desplazó lentamente las gotas de lluvia del labio inferior de esta.
-Estás completamente mojada.
Ninguno de ellos era idiota, ambos interpretaron esa frase en otro sentido.
-Kakashi, qué-
-Ya es tarde, debemos irnos. -la interrumpió.
Tras decir esto, colocó las manos en sus bolsillos y comenzó a caminar saliendo de la aldea. Ella rápidamente lo siguió y se colocó junto a él.
Caminaron uno junto al otro por unas cuatro horas, sin emitir palabra. Intercambiaron miradas todo el camino pero se incomodaban y dirigían la vista hacia otro lado.
Finalmente la lluvia cedió. La kunoichi se quitó el manto y se dispuso a beber agua.
-Kakashi, ¿no deberíamos descansar y continuar mañana?
-Sí, tienes razón.
El jōnin se colocó un uniforme seco, aprovechando que su compañera estaba distraída analizando la geografía del lugar.
Utilizando un fuuton, Anko hizo caer unas pequeñas ramas, las reunió cerca de un árbol y con su jutsu bola de fuego creó una fogata improvisada.
"otra vez ese jutsu", pensó el peliplata al ver cómo los pechos de la jōnin se elevaban en cuanto tomaba aire.
Él, por su parte, se sentó con sus piernas entreabiertas en la base de un árbol y sacó su libro Paraíso erótico.
-¿Uno de los libros de Jiraiya-sama?
-¿Quieres acompañarme? -sonrió.
-Ya que.
El jōnin creyó que ella se sentaría a su lado, pero se asombró al verla sentarse entre sus piernas. Ella se cruzó de brazos y recostó su espalda en el pecho del peliplata, a la vez que su cabeza en el hombro de este.
Él colocó el libro a una altura en la que ambos pudieran leer y reposó su otra mano en la cintura de la jōnin.
Ambos se sonrojaban más a medida que continuaban leyendo. La mano de Kakashi descendió lentamente por la pierna de la kunoichi, volvió suavemente hacia su cintura y comenzó otra vez a descender.
Ella observaba la mano del jōnin y mordía su labio inferior. Observaba cómo apenas levantaba su falda y deslizaba su mano debajo de esta.
Hacía rato ya de que ambos aparentaban leer. Él bajó el libro y lo dejó a un costado.
-Sé que no estás leyendo.
-Tú tampoco lo estabas haciendo.
-Estaba distraído.
Llevó sus manos a los hombros de la jōnin y las deslizó suavemente hacia sus codos. Finalmente la rodeó inquietante con ambos brazos y la aferró más hacia él.
-Hace un poco de frío. -dijo tratando de justificar su acción.
-Ya lo creo. -respondió apoyando parte de su rostro en el pecho del peliplata.
"¿Qué hacen tan juntos?", dijo en tono de burla una voz desde un árbol.
-¡¿Naruto?! -exclamaron ambos antes de incorporarse.
-El Hokage me envió a darles esto antes de que lleguen a la frontera. -dijo entregándoles píldoras de alimento y un kit médico.
Anko sacó un pergamino y los guardó allí.
-Ya puedes largarte, gusano.
-Sí, lamento haberla interrumpido con Kakashi-sensei. -se burló el gennin.
Kakashi sujetó a Anko desde atrás antes de que golpeara a su alumno. Sonrió y le aconsejó a este no provocar a la kunoichi.
Tras despedirse de ambos, el problemático gennin se fue, dejándolos nuevamente a solas.
-Ya puedes soltarme, Kakashi.
-¿Hm? ¿Dijiste algo?
-¡Que ya puedes soltarme!
-Ah, lo siento. -sonrió tras separar sus manos de la cintura de la jōnin.
El peliplata preparó su tienda ante la mirada de la kunoichi y se inclinó para entrar, pero la voz de Anko lo interrumpió.
-Verás, Kakashi... -balbuceó mientras rascaba su cabeza. -yo... olvidé empacar mi tienda. -finalizó con una pequeña sonrisa.
-No te preocupes, aunque sea pequeña, ambos cabemos. -sonrió.
Hizo una seña con sus manos indicándole que entrara, ella se inclinó y entró en la tienda con el jōnin detrás suyo.
En él se dibujó una pequeña sonrisa de costado gracias a la vista que tenía, se quitó el chaleco y se introdujo en la tienda también.
Anko se recostó cuidadosamente dejando espacio para el shinobi. Él se recostó junto a ella dándole la espalda y colocó una manta sobre ambos.
-Has programado una alarma, ¿verdad Kakashi?
-N-no. -respondió casi dormido.
Ella se incorporó y lo tomó del cuello de su uniforme shinobi.
-¡¿Eres idiota o qué?! Tenemos que despertarnos temprano o nos emboscarán por la noche.
Él la tomó por los hombros y trató de tranquilizarla.
-Eres muy hiperactiva y estricta. -sonrió. -Tranquilízate, tengo una perfecta noción del tiempo.
Ella lo soltó y se volteó para descansar.
La jōnin estiró la manta hacia su lado, quitándole parte de esta al peliplata. Él suspiró e imitó esa acción pero hacia su lado.
-¡Kakashi!
-En verdad es difícil descansar contigo.
-¡Me quitas parte de la manta!
-¿Eh...? Bueno, es para una persona y estamos muy separados. -concluyó con su tono despreocupado de siempre.
-¿Qué sugieres? -cuestionó tras un suspiro.
De pronto sintió todo el cuerpo del jōnin contraerse en su espalda, los brazos de éste debajo de sus pechos, envolviendo y oprimiéndola hacia él. Sentía la respiración del peliplata sobre su oreja y la ingle de este presionada contra su trasero, lo cual provocó que se sonrojara.
¿Desde cuándo un hombre la provocaba de ese modo y podía conseguirla a sus pies cuando quisiese? Aceptar esa misión fue mala idea y lo sabía. Si fuera otra persona ya lo habría golpeado, pero por alguna razón le fascinaba sentirlo cerca suyo.
-Así ambos podemos utilizar la manta. -susurró Kakashi antes de quedarse dormido.
