Pase lo que pase nunca te rindas

\\\\\\\\Flashback\\\\\\\

-Pase lo que pase nunca te rindas, eres fuerte-

-No soy tan fuerte como tú crees-

-¡¿Sabes que estaré contigo hasta el final no?!-

-Lo sé-fue lo último que le pudo decir.

\\\\\Fin del flashback\\\\\

Como todas las tardes se encontraba recostada en uno de los sillones de la entrada principal, leyendo alguno de sus libros favoritos, inmersa en ese mundo de fantasía que tanto la ayudaba a desentenderse de la realidad.

Había llegado el otoño y las hojas jugaban con el viento, creando pequeños remolinos en el aire. Ella se quedaba admirando aquel paisaje sabiendo que las pequeñas cosas de la vida eran las más valiosas, que esos momentos de los cuales uno no se percataba fácilmente eran los más importantes por el simple hecho de que ya no volverían. Detenía por momentos el tiempo y se quedaba a observarlas, trataba de disfrutarlas más seguido. Así lo había aprendido y no de la mejor manera posible.

Volvió a introducir su rostro en el libro, como queriendo ser absorbida por el mismo. De esta manera pasaba varias horas como queriendo no pensar en lo sucedido.

Los días pasaban y todo seguía igual, la cotidianidad se había vuelto una rutina de la cual sentía que debía escapar, pero no podía, a veces sentía que se estaba volviendo loca. La incertidumbre, la preocupación, el miedo, el dolor, eran sentimientos corrientes para ella desde hacía ya algún tiempo.

Un día recibió una visita inesperada.

-¡Buenos días señorita!- dijo una voz que pareció haber salido de la nada. Era el cartero que traía algo para ella.

-Esto es para Ud.- le dijo entregándole una carta. Y así como apareció de manera precipitada se alejó impidiéndole que le preguntara quien la mandaba.

- Muchas gracias- llegó a decir, mientras lo divisó a lo lejos. Le era muy extraño recibir algo así, ya que hoy en día no era un medio muy utilizado.

Tomó el papel, lo abrió y lentamente comenzó a leerlo.

"De seguro tienes muchas preguntas y no creo poseer todas las respuestas, y sospecho que por el momento tú tampoco las tienes. Sólo te diré lo mismo que la última vez en que nos vimos: pase lo que pase nunca te rindas.

Volveré a realizar aquella promesa que alguna vez te mencioné y tú te enojaste pensando que eran tonterías… Siempre estaré a tu lado, en tus pensamientos, en cada lugar que compartimos, en los buenos y en los malos momentos…

Le agradezco a la vida el haberme permitido compartir todo lo que compartí contigo. Aunque a veces las circunstancias no son las que uno querría, pero de eso se trata. Ahora te toca a ti hacerme una promesa, prométeme que seguirás adelante, no por mí, ni por los demás, sino sólo por ti. ¡Eres fuerte!"

- Lo sé- dijo llevándose la carta hacia el pecho.