Mr. Grissom
Capítulo 1: Primer atisbo de oscuridad.
Hay algunas personas que piensan que su vida es un asco, personas que odian no poder mostrar quienes realmente son, hay personas que ocultan su verdadero yo detrás de una máscara agradable, más acorde a lo que la gente espera de ellos. Él particularmente siempre había dado la imagen de ser un excelente criminalista, un esposo devoto y un padre sin precedentes. Siempre pensó que todos odiarían su verdadero yo, que lo tacharían de indigno para la sociedad, su mente albergaba otros pensamientos ajenos a los que hacía públicos día a día a las personas que convivían, trabajaban o simplemente se cruzaban con él; para todos era un modelo de ciudadano, quizá no se le daba muy bien la política y odiaba la burocracia pero nadie podía negar que era el mejor en su campo.
Deambulaba por los pasillos de ese frío laboratorio, prisionero de pensamientos sangrientos que sabía no podía dejar aflorasen inundando su casi perfecta realidad. Cada figura, cada rostro...era como si quisiese matarlos a todos, saciar su sed de muerte, pero debía controlarse, su alter ago no debía apoderarse de él, debía permanecer oculto en las tinieblas, en las sombras, en lo más recóndito de su mente. Lo único que podía hacer era refugiarse en su memoria, recordar aquellos tiempos en los que su otro lado salió a la luz sin que nadie pudiese verlo, recordar como en las noches se transformaba en un ser siniestro que mataba a sus anchas sin ser nunca visto, mucho menos atrapado.
Una voz femenina lo sacó de su mundo de fantasías, sabía a la perfección de quién se trataba, pues esa voz era inconfundible, más aun lo era su perfume tan peculiar, siempre se había tirado a lo clásico, su perfume lo evidenciaba pues usaba el Clásico de Carolina Herrera; su cabello rubio cayendo sobre sus hombros desnudos, sus ojos claros que lograrían hipnotizar hasta al más astuto mago. Sin embargo él simplemente la podía imaginar de dos formas, una de ellas era íntegramente desnuda saciando su deseo, sirviéndole como instrumento sexual y la otra era más oscura y terrible, la imaginaba muerta, pensaba cómo sería matarla, la sensación que se apoderaría de su ser al hacerlo, aunque era consciente de que debía doblegar a la bestia brutal que permanecía escondida en su interior, escondida pero luchando cada vez con mayor fuerza para alcanzar la luz.
-Gil, estás bien?, me escuchas?- chascó los dedos delante de su cara, demasiado cerca de su nariz haciendo que volviese a esa realidad que detestaba, a ese mundo que creía no era para él.
-Qué? discúlpame cariño, es que tu belleza infinita hace que mi mente se pierda en pensamientos pocos sanos- y realmente eran pocos sanos, la imagen de su esposa yaciendo muerta a sus pies era la que más preponderancia tenía.
- Gil, creo que deberías tomarte un descanso y dejarte llevar por esos pensamientos pocos sanos - depositó un beso suave en sus labios a la par que cerraba sus ojos intentando aumentar el placer de aquel pequeño encuentro.
Si supieras cuáles son esos pensamientos no me estarías pidiendo que los hiciera realidad, si tan solo supieras quién soy, si conocieras mi verdadero ser, jamás volverías a abrir los ojos por el temor que te causaría mi presencia
-No creo que sea el lugar indicado para esto... - sentía como la frialdad de su alma se apoderaba de sus manos y las gotas de sudor helado que comenzaban a empapar su frente.
-Yo creo que es hora de una aventura- sus manos recorrían su pecho, su cuello, su nuca, intentando buscar la afirmación a su propuesta.
- No podemos, recuerda que Lindsay vendrá hoy porque irá conmigo a una escena del crimen, no sé qué es este ataque repentino de amor hacia la criminología- no pudo evitar pensar cómo había llegado él a ese trabajo, no podía estar lejos de la muerte, necesitaba al menos ver unos ojos oscurecidos tras haber perdido el brillo inequívoco que brinda la vida, aunque no hubiese sido él quien los hizo oscurecer.
- Envía a Warrick, él podrá hacerlo, además Linz se lleva muy bien con él- iba marcando un sendero de besos directo a su boca.
- Catherine Grissom, tú enviarías a Holly a hacer compras con Lindsay si ella te pidiera que fueses con ella? y peor aún, si fuese a comprar... su vestido de graduación?
- Pero este no es un vestido de graduación.
-Pero si es su primer paso hacia lo que podría ser su profesión- se separó de ella y se sentó en su escritorio.
- Las cosas que hace una por los hijos - bufó y salió en dirección a la sala de evidencias, mientras Gilbert Grissom, Dr. en Entomología, volvía a perderse en sus oscuros recuerdos y las imágenes de aquella noche en que debió escapar para siempre de su vida de crimen y masacre, inundaban su mente.
