SECRET
by: Harlett
No tengo idea de cómo me llego la idea a la mente. Solo PUFF. Lástima que coherencia en el trama tampoco hay. Y el otro problema es que no pude hacerlo OneShot (Harlett patea el piso de frustración)
Jitomatazos, abucheos, intento de linchamiento y amenazas con armas punzo cortantes. Al final del capitulo, por favor.
Nota/Disclaimer/Negación/Aviso/etc…:Nurarihyon no Mago y Cía. No me pertenecen, esto es por mero entretenimiento sin fines de lucro; de lo contrario: No sería una historia tan buena, gracias a Dios.
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Un mundo lleno de secretos, es un mundo lleno de falsas suposiciones…
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El problema del Joven Onmyouji.
I PARTE
(Día cualquiera, por la tarde. Parque de la ciudad.)
No es como si realmente le interesara o siquiera le importara quien fuera. No era de su incumbencia a decir verdad lo que le ocurriera, es decir, la vio pasar y eso fue todo. Ni uno ni otro se saludo ni nada, ni después de lo que hubiera ocurrido unos meses atrás con todo el caos ocurrido en Kyoto. Es más, apenas si la había reconocido, jamás habían cruzado palabra.
Pero la cuestión fue cuando la volvió a ver, cinco minutos después, pues hubo algo en ella que le llamo la atención apenas se asomo, con actitud sospechosa y temerosa, por detrás de los árboles, con algo entre los brazos. Las sombras y una manta le impedían ver que era aquello a pesar de su buena visión. Pero algo dentro de él, una corazonada… o sus instintos, le decían que allí había gato encerrado. Frunció el ceño, algo que no era novedoso en él.
– Oye… –
Ienaga Kana pego un brinco del susto cuando escucho que alguien la llamaba por detrás. Casi le da un infarto al percatarse que justo detrás de ella estaba un joven moreno, mirándola fijamente como si ella fuese un bicho extraño. Y el aire se le fue de los pulmones y el color de la cara cuando descubrió, que tristemente, no se trataba de un simple y desconocido acosador de jovencitas como los que luego la asediaban, era algo mucho mucho peor…
Era una persona que ella conocía en cierto modo y entonces trago saliva. Este era el peor momento posible que este sujeto apareciera en su camino.
¿Dónde está un onmyouji cuando lo necesitas? Kana acababa de comprobar que no era cuando eras atacado por Youkais. No. Es cuando menos lo necesitas para ocultar un secreto. Si, así es la vida. Trago saliva, armándose de valor.
– ¿Ryuuji… san? –
Se sentía tonta al sonar tan dubitativa al mencionar su nombre. De todos modos ya sabía quién era. Pero es que no pensaba encontrarse a esa persona en el parque, kilómetros y kilómetros de Kyoto, donde se supone debería de estar él, con los Keikan.
– Amiga de Yura, ¿no es así? – pregunto de pronto, algo que para ella significaba que iba a alargar la incomoda entrevista a la que se vio de repente sujeta – Y la de aquel mocoso… – agrego arrugando la nariz – ¿Tu nombre es…? –
– Kana… –
– Oh, si. Kana-chan… Kana-chan, ¿Que llevas allí? – pregunto sin tapujos, señalando el bulto que ella cargaba.
Kana empalideció, para su horror de suerte. Nunca se le había dado mentir y frente a ella, de algún modo lo sabía, tenía al amo y señor de los embustes y sucios trucos, el hermano de Yura. Que curioso.
– Mi… mascota. – titubeo.
El joven onmyouji ladeo la cabeza con un gesto desdeñoso. – ¿Mascota? –
Y lo peor de todo, pensó ella, era que Ryuuji aparte de ladino, era un muy competente e incompasivo exorcista.
– ¿Me permites echarle un vistazo? –
Y antes de que ella pudiera negarse o siquiera responder, el joven le arrebato el bulto y tiro la cobija al piso.
– Linda mascota – rió mientras sostenía en el aire un animalillo que parecía ser una comadreja. De hecho, era una linda comadreja con varios vendajes. Una comadreja que curiosamente tenía una de esas miradas que matan, cosa que lo hacía adorable sin lugar a dudas, si ajá.
Bueno, hasta donde él sabía esos animalitos peludos no tenían ese instinto asesino ni emitían aura demoniaca alrededor suyo.
– Suéltalo! – suplico ella.
Que lindo. Pensó él.
De algún modo le pareció divertido a Ryuuji molestar a la chica. Le recordaba a cuando 'jugaba' con Yura en aquellos años. Hasta que llegaba Akifusa-niichan en su defensa y el entretenimiento se acababa. Hn.
– Esto no es una mascota y por tu propio bien, me encargare de él. –
– No! – grito asustada.
El chico no tuvo tiempo de replicar cuando la comadreja le tomo con la guardia baja y le mordió fuertemente la mano, obligándolo a soltarlo.
El animal se coloco entre Ryuuji y Kana, protegiendo a la chica aparentemente, mostrando los dientes y con el pelaje erizado.
Ryuuji se limpiaba la sangre de la mano – Sabandija astuta ¿Quieres que te extermine en este mismo lugar? –
Ante la horrible expectativa que se antojaba en la mente del joven, Kana se interpuso. Con los brazos extendidos y una mirada reprochante, se le opuso, para sorpresa de Ryuuji, la mascota… y la propia Kana.
Ay, Kami. ¿En que se había metido ahora?
– No lo toques! – demando ella. Hasta cierto punto podría sonar como un desafío o infundir respeto, si no fuera por que se podía distinguir que le temblaban los labios y la forma en la el pecho le subía y le bajaba indicaba que estaba nerviosa. Mucho. Y la comadreja también lo sabía.
Una media sonrisa, cargada de insolencia, se dibujo en el rostro del chico. Se olvido de su herida en la mano.
– Mira niña, esa cosa es un Youkai. No es cualquier animalito inocente. –
– Lo sé y él no es peligroso! No es un Youkai malo. –
– ¿Un Youkai… malo? – repitió incrédulo. Su acto la había descolocado, pero las cosas que ella decía eran aún peor. – ¿Hay Youkais buenos? – se burlo. - ¿Y que no es peligroso? –
Ella aún seguía temblando, nerviosa y con miedo y ahora él se estaba tratando de burlar de ella. Genial.
– No. No lo es. – respondió indignada
– ¿Qué te hace pensar eso? –
– Él salvo mi vida! – contesto enojada. – Así que déjalo en paz! –
Para su sorpresa, el sonrió.
– Todos los Youkais son peligrosos. – Dio un paso al frente. Kana dio uno hacia atrás. – Te salven la vida o no… – Otro paso adelante, otro atrás. – Esa es su naturaleza. No por que tengas amiguitos que te salven la vida… – Él dio otro paso al frente y Kana se quedo sin espacio, teniendo tan cerca al chico le hacía resaltar esa fría mirada que la helo y no pudo hacer mover sus piernas – … significa que todos los Youkais son iguales. – Cuando vio que ella estaba comenzando a hiperventilar, el rompió contacto visual y decidió cambiar de tema. – Además, a ti te conozco – dirigiéndose a la comadreja quién seguía a la defensiva. – Eres uno de los amigos de ese - Ryuuji se llevo la mano al mentón, tratando de hacer memoria. – Itaku, el Kamaitachi. Si no me equivoco. –
– ¿Itaku? – pregunto ella.
– ¿No lo sabías? – pregunto extrañado – ¿No se conocen? Por eso pensé que lo defendías. –
– ¿Por qué debería de conocerlo? –
Ryuuji levanto una ceja, de extrañeza. E Itaku sufrió de un horrible escalofrío que le erizo aún más el pelo, sus sensores de alarma se habían encendido.
– Por que tu amiguito peludo y tú son amigos de él – le explico algo impaciente, como si aquello fuera la cosa más obvia del mundo.
– ¿Él? ¿Quién? –
El joven onmyouji se quedo patidifuso por un instante antes de responderle. – Nurarihyon – respondió.
Si la pareja hubiera puesto atención al pobre animal, se daría cuenta que Itaku parecía que estaba a punto de ser atropellado por el tráiler más grande y pesado del mundo o eso daba la impresión la cara de angustia que había puesto de pronto.
Kana, sin embargo, se sonrojo ante el recuerdo de dicha persona. Pero la incertidumbre pronto embargo su rostro e involuntariamente comenzó a negar con la cabeza.
– Yo no lo conozco – explicaba – No… nosotros no… –
Ryuuji entrecerró los ojos, perplejo. ¿Como que no se conocían? Si por lo que le había dicho su hermanita, esos dos, Rikuo y la chica, eran vecinos incluso.
Vio que ella no mentía. Tuvo cinco minutos para analizarla y saber cuando mentía y cuando no y, ella era bochornosamente franca ahora.
Miro por sobre el hombro de ella a la comadreja plantada en su mismo sitio. Está tenía los ojos como platos y las garras enterradas en el asfalto, muy asustada por algo, en apariencia.
Algo en su mente hizo click y entonces todo tenía sentido ahora. Cabía la posibilidad de que ella… ¿no supiera el pequeño y sucio secreto de su amigo?
Se llevo nuevamente la mano a la barbilla pero con un gesto de petulancia y diversión que espantaron a Itaku.
– Vaya, vaya... – pensó el joven para sus adentros y relamiéndose el labio superior. - Esto debería de ser una broma ¿No se supone que son amigos? –
– Con que no se conocen, ¿eh? – le comento en un tonito malicioso – ¿Estás segura? – agrego casi arrastrando las palabras en un vano intento de sonar amigable.
Kana estaba confundida por el cambio de actitud pero Itaku parecía haber reaccionado de su temporal shock y estaba a punto de lanzársele al chico para encajarle los colmillos en la yugular cuando el ruido de pasos los tomaron por sorpresa.
– Noooooooooooooooooooooooo! – grito una chica y… y… lo que siguió a continuación fue tan inverosímil y extraño que Kana e Itaku no pudieron procesarlo con tan rapidez como ocurrió.
Lo único que sabían es que de pronto y sin previo aviso… Ryuuji desapareció de su vista y solo una estela de polvo ocupaba su sitio y una cosa amorfa parecida a una pelota fue a dar vueltas por el piso mientras iba maldiciendo en voz alta, hasta terminar chocando contra los arbustos.
Kana y su amiguito peludo se quedaron estupefactos y parpadeando, contemplando el espacio vacio que quedo frente suyo, bastante consternados.
A ciencia cierta no sabían si había sido un carro quién había derribado a Ryuuji o una estampida de elefantes lo había arrollado.
Pero la realidad era que, tratando de recordar en cámara lenta que paso lo que ocurrió fue que: como una avalancha y con una tacleada más espectacular que las que se ven en un partido de la NFL, había aparecido Yura, quién se había arrojado sobre su hermano con tal fuerza que ambos fueron a rodar varios metros allá.
Y era dolorosamente obvio que Ryuuji se había llevado la peor parte al verlo tendido en el piso y sobre él su hermana, que le estaba enterrando las rodillas en las costillas. Aunque ella ni por enterada ni preocupada por que no perdió tiempo en pararse e ir con Kana. La tomo de los hombros con gesto decidido.
– Ienaga-san no le creas! – grito ella ignorando el hecho que la tenía frente a ella y comenzando a zarandearla de forma desesperada - Cualquier cosa que él te haya dicho son puras mentiras! Él tiene esa costumbre de engañar a la gente así que por favor solo ignóralo – comenzó a soltar palabra tras palabra como ametralladora y atropellándose con las palabras sin soltar a su amiga. – Tienes que creerme a mí. No des por hecho lo que te haya contado. Es muy bromista. Lo que te haya contado sobre Nura-kun no es verdad! Así que solo olvida lo que paso hoy ¡¿Entendiste, Ienaga-san? Dime que lo entendiste, por favor Ienaga-san! – Yura chillo de forma casi desesperada y sin dejar de sacudirla. – ¿I-Ienaga-san? – de pronto se dio cuenta de lo que le estaba haciendo, preocupada que ella no era ni capaz de responder, entonces Yura la soltó.
Kana se dejo caer sobre sus rodillas completamente mareada y despeinada, entonces la comadreja se acerco a ella y se poso a su lado, más seguro de la situación.
– Oi, Yura – La susodicha entonces se digno a mirar a su hermano.
– ¿Si, Nii-chan? –
Ryuuji puso un pie sobre su espalda y la empujo al piso. Yura no pudo hacer mucho en su defensa cuando su hermano se sentó cómodamente sobre su espalda, ignorando sus lloriqueos y pataleos. Su costado le dolía y estaba seguro que con la cabezota de su hermana menor le había roto al menos un par de costillas cuando choco con él.
–Nii-chan! Bájate-
– Cierra la boca. – le ordeno. Entonces parpadeo desconcertado, acaba de recordar lo que estaba haciendo antes de la interrupción. Volteo y confirmo que Kana y la bolsa de pelos de Youkai seguían allí. Ryuuji trono la lengua. Kana pudo haber escapado aprovechando la situación y huir de él con todo y su estúpida mascota, pero no. Al fin y al cabo era amiga de Yura, no podía esperar mucho.
– Yura-chan –
– S-Si? – trato de responder ella aunque le dolía el estomago por tenerlo aplastado contra el piso.
– ¿Qué tenía que ver Rikuo-kun con todo esto?- pregunto. La cara de la comadreja se ensombreció otra vez.
Yura puso cara de estupefacción mientras la sonrisa le volvía al rostro de su hermano. – ¿Ah? ¿No estaban hablando de Nura-kun ustedes dos? – pregunto confusa.
Itaku sintió un poco de lástima por Yura, pero no la suficiente como para no fulminarla con la mirada.
Yura volteo a ver a su hermano con cara de circunstancias – ¿De que estaban hablando? – le cuestiono.
Ryuuji solo puso los ojos en blanco. – De su mascota –
– ¿Mascota? – volteo a ver al animal y casi le da un infarto – Ienaga-san! – volvió a gritar - Eso… eso es un Youkai! –
– Ella ya lo sabe – le reveló el joven.
– Pero puede ser peligroso! – continuo ella.
– Eso le estaba explicando… - alegó Ryuuji.
Yura miro a Kana – Pero… ¿Piensas conservarlo? ¿Por qué? –
Kana se agacho a la altura de Yura con Itaku en sus hombros, parecía relajado, pero en el fondo estaba listo para lanzarse contra la chica exorcista si era necesario, aún no le había quitado el ojo de encima a Ryuuji y aún se le antojaba encajarle el colmillo en el cuello: Ryuuji había tratado de exterminarlo, Ryuuji se había burlado de su benefactora, Ryuuji estuvo a punto de revelarle un secretillo de Rikuo a Kana y Ryuuji, simplemente, no le caía bien y punto.
Yura sintió la mirada abrasiva de Itaku sobre su persona y trago saliva, se preguntaba como Kana no se daba cuenta de el aura asesina que emanaba de él aunque estuviera tan cerca de ella.
– Es una historia muy larga de contar. Pero lo único que puedo decirte es que él salvo mi vida y salió lastimado. Voy a cuidar de él, hasta que mejore. Serán solo unos días. Por favor, Yura-chan. –
– Pero Ienaga-san… –
Un brillo peligroso asomo por los ojos de Ryuuji – Si ese es el caso, ¿Porqué no dejas que su amigo lo haga por ti? –
La ignorancia de Kana asomo otra vez y la paciencia de Itaku se desvanecía también. Todo este drama y suspenso le harían mal, mucho mal. Peor que sus heridas.
– ¿Cuál Amigo? –
Y antes de que él le respondiera, nuevamente Yura interrumpió a tiempo.
Sacando fuerzas de quién sabe donde se abalanzo sobre su hermano, lo puso contra el piso, lo tomo de las ropas para acercarlo a su rostro y con una cara oscura y una voz sombría le hablo con rapidez en un tono apenas audible.
– Por lo que más quieras, por lo que más quieras. Por favor. No-le-digas-a-Ienaga-san-sobre-Nura-kun! – le suplico en un tono de amenaza.
Ryuuji se consterno.
– ¿Decirle que? – murmuro. Miro de reojo que Kana estaba más consternada que él por el inestable cambio de humor de su hermana.
– Que él es… Youkai. – Yura lo repensó – Bueno, solo un cuarto. –
Pero su hermano bien que sabía a que se refería ella. Y ahora ella le estaba pidiendo que lo guardara en secreto. Eso ya no sería divertido. Al ver que su hermano no decía nada, Yura entro en crisis.
– ¿Así que no conoce que él es Nurarihyon? – pregunto divertido.
Ambos escucharon que la comadreja de repente comenzaba a gruñir peligrosamente y el pelo se le erizaba otra vez. Kana pensó por alguna rara razón, que Itaku sentía dolor así que lo tomo entre sus brazos para calmarlo.
Aprovechando la oportunidad, siguieron con su plática.
– Ella no lo sabe! Es un secreto!– repitió Yura.
– No entiendo –
– Por que ella le tiene pavor a los Youkais! Y él no quiere preocuparla. Son amigos! –
– Esto es un chiste… ¿Cierto? –
– Solo prométeme que no le dirás a ella quién es él! – volvió a suplicar casi estrangulándolo.
Ryuuji solo puso los ojos en blanco y suspiro. Eso le basto a su hermana así que lo soltó.
Cuando vio que ambos terminaban de hablar de quién sabe qué y que su comadreja parecía sentirse mejor, Kana se acerco.
– Yura-chan. Necesito que me ayudes en algo –
Algo en Yura le indico que esto no era bueno. Pero era Kana, su amiga, amiga de Nura-kun y una buena persona. Ella sería la última persona en el mundo que la metería en un problema o la haría pasar un mal rato. Pero ese sexto sentido le indicaba que esto no terminaría bien.
– Por favor, prométeme que no le dirás a Rikuo-kun que es un Youkai –
Ambos hermanos parpadearon confundidos.
– ¡¿Qué? –
– Cuidare de él estos días como te dije, pero en dado caso… Por favor, no le digas que Itaku es un Youkai a Rikuo-kun! –
– Ienaga-san… ¿Quieres que no le diga a Nura-kun que tienes a un Youkai por mascota? –
– Si –
Por mas ridículo que sonará, ella lo decía en serio.
– Porque no piensas decirle a él. ¿No son amigos? –
– No quiero que se preocupe. –
Ryuuji casi suelta una carcajada ante lo ridículo de la situación. Pero es que todos los amigos de su hermana son igual de ingenuos y tardos. Él no quería que se preocupara ella y ella no quería que él se preocupara. Estaba en eso hasta que sintió la mirada de la chica sobre sí.
– Ryuuji-san Por favor, te lo suplico, deja en paz a Itaku… Y no le digas a Rikuo-kun, son solo unos días... –
Por alguna razón él encontró bastante perturbadora y fastidiosa su mirada de cachorrito desamparado sobre su persona. Con el ceño fruncido y algo hastiado de toda esta cursilería, chasqueo la lengua.
– Como sea – le respondió.
La cara de felicidad que ella tenía no tenía comparación, pudo ver él.
– Gracias, muchas gracias! –
Y esa cara de alegría le asqueaba y le incomodaba. Así que mejor sin agregar palabra se marcho de allí, dejando a ambas chicas y a la bolsa de pelo con ellas.
Ese no había sido un buen día.
Había sido mordido, tacleado, tumbado y amenazado.
Y lo peor de todo, era que había accedido y cedido ante su hermana… y ante esa chica...
Había terminado enredado en los problemas de esa niña y la maraña de secretos que se amontonaban cerca de ella. Ni siquiera sabía por que había aceptado guardar el secreto.
Aunque sonrió un poco.
Todo el mundo quería ocultar un secreto que de todos modos no era tan secreto...
Cuando menos, a él, le intrigaba saber que pasaría cuando el chico Nura se enterara de esto, cuando se supone que no debería de ser así.
Ni siquiera estaba planeada. Pero llego, creció y se publico.
Algo raro, pero quería escribir algo donde apareciera Ryuuji e Itaku. Tienen un no sé qué que me gusta.
Falta ver que pasa con Rikuo y con la mascota, digo, Itaku, ante este... problema.
Recuerden, dormir es bueno para la salud mental.
Quejas, comentarios, sugerencias, traumas y criticas caben bien todas en un review.
Cuídense~
