Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Toriyama y la Toei
Lo que nos trajo el Dragón
"Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad"
(Oscar Wilde)
Capitulo I
Septiembre 9, Año 749.
Un sonido sordo se escuchó cuando su rostro se estampó en el suelo de la plataforma. Apenas hizo amago de levantarse cuando un pie se clavó en su estomagó. Ya su vista se encontraba borrosa, tanto por los golpes como por la sangre que cubría su rostro. A sus oídos llegó la risa divertida de Freezer. Con todo el esfuerzo que le causaba, alzó la mirada hacia él, lo vio sentado en su silla frente a él, con su risa más sádica y las manos formando un triángulo, tocándose la barbilla. Estaba disfrutando como nunca el espectáculo, de eso no cabía duda. No soportó más tal imagen, no aguantó más ver esa maldita sonrisa burlona en su rostro y, ahí tirado, juró una vez más que un día acabaría con él. Se vengaría de él y de todos sus malditos soldados por cada humillación. Aun con todos los malditos huesos rotos, a fuerza de orgullo logró ponerse de pie y hacer frente a su oponente.
—Vaya, parece que al mono aún le quedan energías —Sonrió burlón, Dodorian con los puños aun rebosantes de la sangre de Vegeta.
—Emperador, le juro que no lo volverá a hacer —Cayó de rodillas el mayor de los saiyajin frente a Freezer
—¡Cállate, Nappa! —escupió Vegeta con la poca energía que le quedaba—. No te atrevas a rogar por mí.
—Ya lo escuchaste —intervino Freezer—. No lo veo muy arrepentido, al parecer quiere seguir jugando con Dodorian —Sonrió.
—Mi señor, si me lo permite, pienso que deberíamos acabar de una vez por todas con él, no es más que una molestia, un mono maleducado —agregó Zarbon a su lado.
—¿Y perder la diversión de ver a mi mono favorito? Por supuesto que no. Por ahora tengo cosas más importantes qué hacer. Mientas tanto Dodorian, puedes seguir educándolo, pero no vayas a matarlo. ¿Entendido?, o de lo contrario yo me divertiré conmigo.
Dodorian asintió con una amplia sonrisa mostrando los dientes y se giró hacia Vegeta. Este no esperó que justo en ese momento Vegeta lanzara un ataque que apenas pudo esquivar, cortándole la cara.
—Mira nada más… y yo que pensé que ya no tenías energía —Sin pensarlo, le lanzó un ataque que impactó directo contra Vegeta, el cual atravesó la pared. Su rastreador estaba completamente hecho pedazos, sentía algunos trozos del metal cortándole la oreja. No terminaba de caer cuando Dodorian lo pateó hacia arriba, donde le impactó con otro ataque Lo estaba esperando para recibirlo con otro golpe cuando de la nada desapareció del lugar.
Vegeta estaba preparado para un impacto que no llegó, al contrario, cayó sobre algo suave. Como pudo, intentó enfocar, pero todo lo veía borroso y era demasiado muy surreal. Era obvio que ya no estaba en la nave de Freezer, la luz que desprendía un gigantesco ser a su lado lo dejaba encandilado y estaba a punto de perder el conocimiento cuando sintió los brazos de una mujer abrazándolo. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Dónde rayos estaban? ¿Acaso había sufrido un golpe tan fuerte que ahora estaba alucinando? ¿O por fin había muerto y había terminado en el infierno?
—¡¿Emperador, se encuentra bien?! —gritó una mujer sacando al pequeño ser, debajo de él.
—¡Bulma! —Llegaron corriendo al mismo tiempo Oolong, Yamcha y Puar.
—¡¿Estás bien?! —grito Yamcha preocupado al acercarse a ella y verla con un tipo en brazos y con la cara desconcertada.
—Bulma, ¿quién es ese? —preguntó Oolong. Los celos se podían apreciar en su tono.
—¡Ellos arruinaron mi deseo! ¡Acaben con todos! —exclamó Pilaf e inmediatamente Mai sacó las armas y empezó a dispararles.
—¡Bulma tenemos que irnos! —insistió Yamcha.
Cuando por fin Bulma volvió en sí, intentó poner de pie a Vegeta pero era demasiado pesado para ella.
—¡Sí! ¡Ayúdame a llevarlo! —exigió.
—¿Pero, qué? —discutió Oolong—. ¡Pero si es un extraño! Déjalo ahí, ¡lo importante es salvarnos! —Intentó jalarla.
—¡No voy a dejarlo! ¡Él es mi deseo! —les gritó furiosa.
—¡Entonces muérete tú también! —rugió Oolong y salió corriendo.
—¡Yamcha! ¡Rápido, ayúdame! —exigió a Yamcha que la ayudara, este corrió hacia él y se lo colocó en la espalda para correr. En el camino recogieron a Goku que parecía desorientado.
Se adentraron nuevamente en el castillo tratando de protegerse de los disparos y de la jauría de perros de Shu que los perseguía.
—¡Maldición! —se quejó Yamcha, bajando a Vegeta—. Tendremos que enfrentarlos… ¿Goku, estás listo?
—Tengo demasiada hambre —dijo somnoliento.
Bulma se acercó a Vegeta, le puso la mano en el hombro y logró arrastrarlo hacia atrás con ella, donde estuviera fuera de peligro.
Vegeta no podía creer nada de lo que estaba pasando. Había sido cargado por una sabandija y ahora se encontraba a la merced de un grupo de estúpidas creaturas. ¿Qué clase de pesadilla era esa? Pensó en su scouter roto, aunque ni siquiera valía la pena ver su nivel de poder, era obvio que solo se trataba de basura. Si tan solo recuperara una minúscula parte de su fuerza acabaría con todos los presentes.
Sintió a la mujer acurrucarse hacia él y fue cuando notó la presencia de una de esas criaturas correr hacia él. No, podía estar débil pero jamás se permitiría ser dañado por una basura de esas. Reunió una mínima estela de energía y aun desde el hombro de la mujer le disparó al perro, el cual cayó fulminado.
—Malditos insectos inútiles… No son más que basura… —Fue lo único que alcanzó a decir entre dientes antes de desplomarse nuevamente en el hombro de Bulma. Definitivamente eso debía ser alguna clase de infierno o una pesadilla. Él, el príncipe de los saiyajin, dependiendo de un grupo de gusanos aterrorizados por seres inferiores. No terminaba de cavilar cuando sintió nuevamente unos brazos estrechándolo y algo suave apretando su rostro.
—Me has salvado… —susurró en su oído después de darle un beso en la mejilla—. No podía esperar menos de mi novio.
Intentó hablar, intentó alejarla de un empujón. ¿Quién se creía esa muchacha vulgar? Si tuviera por lo menos un poco más de energía ya hubiera acabado con ella por atrevida, pero en esos momentos era tan patético que le costaba incluso hablar. Maldito Dodorian, cuando pudiera toparse con él y vengarse lo haría vivir el infierno en carne propia.
Yamcha y Goku hicieron lo que pudieron, pero al final los superaban en número y en armas.
—¡Ustedes! ¿Creyeron que arruinarían mis planes y se saldrían con la suya? —dijo Pilaf desde una barandilla—. ¡Mai! ¡Enciérrenlos!
Al cabo de unos minutos se encontraban todos encerrados en una especie de urna de metal con el techo de cristal blindado.
Se encontraban preocupados, pero al menos habían logrado arruinar los planes de Pilaf. Aunque algunos se encontraban molestos por el deseo de Bulma, esta se encontraba abrazada como si de un niño se tratara de aquel extraño que había aparecido de la nada y, al parecer, no había poder en el mundo que pudiera separarla de él.
Vegeta comenzaba a acostumbrarse a su cercanía, pero no por eso le parecía menos molesta. Cada vez le costaba más respirar. Estaba seguro que alguna costilla le había perforado un pulmón. Así que para su desgracia no podía hacer más que quedarse ahí, dependiendo de esa mujer… ¿Se podía ser más patético en la vida?
—Tenemos que salir a como dé lugar, así encontraremos las esferas del dragón nuevamente y conseguir nuestro deseo —dijo Yamcha frustrado.
Vegeta, en su estado de semi inconciencia, apenas podía comprender de lo que estaban hablando. Esferas… deseo. Nada tenía mucha lógica, pero después de aparecer en ese lugar nada lo tenía. Intentó abrir los ojos y moverse, pero era como si mil agujas atravesaran su cuerpo. Sabía que todas sus extremidades se encontraban rotas y quizás algunos órganos internos dañados. Si no conseguía una máquina de regeneración podría morir, pero, ¿cómo la conseguiría si apenas y podía respirar? Contrario a sus deseos, no le quedo más opción que quedarse ahí tirado entre los brazos de esa extraña mujer.
—No encontraremos las esferas del dragón por un tiempo —les explicó Bulma—. Una vez que concedieron el deseo y el dragón ha separado todas las esferas, tomara todo un año en recuperarse… En otras palabras, tendremos que esperar un año en recuperarse, de otra manera solo serán piedras y no podremos reconocerlas.
Así que esas esferas podían conceder deseos ¿Qué clases de deseos podrían cumplir? ¿Serían acaso esas la clave para deshacerse de Freezer? Eso parecía interesante… Aunque por lo que decía la mujer tendrían que esperar un año. ¿Cuánto tiempo seria ese? ¿En qué planeta se encontrarían? Una voz chillante lo sacó de sus cavilaciones, estaba seguro de que en cuanto recuperara un poco de su fuerza mataría a ese molesto ser.
—¡¿Cómo se atrevieron a desafiarme?! —se escuchó la voz de Pilaf desde un altavoz—. Ustedes saben que no me gustan los barbarismos, así que no tienen por qué preocuparse. Tendré que matarlos muy lentamente, ¿ya se dieron cuenta que el techo es de vidrio? Es demasiado caliente durante el día, será como un horno llegando el medio día. Conforme vaya llegando el calor ustedes se deshidratarán, se secarán y luego morirán. ¡Jajajajajaja! ¡No puedo esperar hasta mañana y ese será el día más feliz de mi vida!
¿Barbarismos, he?… Apenas pudiera moverse le demostraría a ese insecto lo que era un barbarismo real.
—¡No te saldrás con la tuya! —le gritó Yamcha.
—¡Ay no! —gritó Bulma, abrazada al maltrecho cuerpo de Vegeta—. Yo no tengo bronceador, mi piel, mi piel se secará. ¡No quiero convertirme en una momia tan joven!... Y justo ahora que mi deseo fue concedido.
—¡Y yo tantas ganas que tenia de casarme! —agregó Yamcha desesperado.
—Y yo tengo hambre —dijo Goku.
—¡Vamos a morir como un guisado! —dijo Oolong con voz angustiada.
—¡Si fuera tú me callaría! ¡No digas eso! —le gritó Bulma molesta.
—Esto no hubiera pasado si no te hubieras aferrado a traer a ese sujeto que no es más que un estorbo! —soltó apuntando a Vegeta inconsciente.
—¡No le digas así a mi novio! —Le dio un coscorrón—. Claro no es lo que esperaba. ¡Ese dragón! ¿Cómo pudo traerlo en ese estado? Y tan sucio y apestoso —puso cara de angustia—. ¡Pero no me importa! ¡Él es mi deseo, es mi novio ideal! ¡Y no iba a dejarlo morir cuando apenas lo encontré!
—¡Estás loca! —le gritó Oolong.
—¿Podrían calmarse? —Intentó calmarlos Yamcha—. Puar ¿Qué estás viendo?
—¿Vieron qué hermosa luna? —agregó con una sonrisa.
—Luna llena… ¿Han escuchado alguna vez la historia del terrible monstruo? —dijo Goku sentado en el suelo con los brazos cruzados.
—Sí. Deja de pensar tonterías y piensa cómo salir de aquí... —lo cayó Bulma.
—No estoy bromeando, ese monstruo mató a mi abuelo. Yo no lo vi porque estaba dormido… Mi abuelo me decía que nunca mirara de frente la luna llena, pero no creo que sea tan malo que vea de cerca la luna llena.
Vegeta hizo el mayor esfuerzo posible, mientras esos insectos seguían parloteando, para observar al mocoso que estaba hablando. Se paralizó por un momento cuando vio la cola tras de él. No cabía duda era un saiyajin. ¡Maldita sea! Si esos inútiles estaban hablando de la luna era obvio lo que iba a suceder.
Desde donde él se encontraba no alcanzaba a verla, pero era obvio que el chiquillo sí, y dudaba que el insecto pudiera controlarse. Si no lograba detenerlo o ver la luna, sería su fin, pero desde su posición le era casi imposible. Apretó el puño como pudo y Bulma lo notó.
—¿Qué?, ¿qué pasa?, ¿también está asustado? No te preocupes, no deben ser más que leyendas —Le dijo con voz aterrorizada, tratando de creerse sus propias palabras.
¡Já! ¿Miedo? ¿Él? ¿Pero con quién demonios creía que estaba tratando esa chiquilla? Si tan solo pudiera recuperar un poco de su fuerza, acabaría con todos esos insectos y les demostraría lo que era el verdadero terror.
De un momento a otro todo se descontroló. La transformación del mocoso comenzó y destruyó todo el lugar… Como era de esperarse, el muy imbécil no tenía control sobre él mismo. Pensó nuevamente que ese sería su fin. Qué patética forma de morir… Siendo aplastado por un mocoso tan inútil que no era siquiera capaz de controlar su fase Ozaru. Pero eso no era lo peor, si no el hecho de que jamás se podría vengar de Freezer.
Por lógica pensó que todos escaparían de ahí dejándolo a la merced del Ozaru, pero sintió las pequeñas manos de la mujer tratando de arrastrarlo lejos del lugar.
—Tengo que sacarte de aquí. ¡Maldito dragón! ¿No pudo traerte en buen estado? —Maldijo para ella misma.
Vegeta tenía algo claro, esos gusanos jamás podrían contra el poder de un saiyajin por más débil que fuera. Si no hacía algo en ese mismo momento, todo acabaría para él. Cuando el Ozaru atrapó a la mujer y ella soltó un grito aterrorizado, extendiendo sus brazos hacia él… Lo único que pudo pensar era en que estaba a punto de ser aplastado por el un pie gigantezco. Sacó todas las fuerzas que podía desde su interior y lanzó un ataque de energía para cortar la cola del mono. Después de eso cayó completamente inocente.
Bulma salió corriendo hacia donde él estaba y nuevamente lo acunó en sus brazos.
—Muchas gracias… Me salvaste de nuevo. Veo que estas muy mal pero no te preocupes, te llevaré conmigo. Haré que te vean los mejores doctores —Le acarició el rostro—. Pero mira nada más como te han dejado...
—¡Bulma! ¡¿Deberías alejarte de él que no viste lo que hizo?! —Le regañó Oolong.
—Claro que lo vi, me salvó la vida. ¡Así que deja de gritar!
—No sabía que ese era tu tipo —Se volteó molesto el cerdito.
—Ahora que lo dices… —Observó a Vegeta—. Realmente no lo es, pienso que es demasiado bajo y mira esa frente tan amplia. Eso sí, no puedo quejarme de esos músculos —agregó pasando su mano por su pecho —Aunque, la verdad es muy atractivo, sólo necesita un buen baño y curar esas heridas tan feas que tiene.
—¡Entonces has lo que quieras! —le gritó molesto.
—¡Ya vieron?! —gritó Yamcha, apuntando al "cinturon" de Vegeta.
—¡No puede ser! —gritaron todos al unisón.
Bulma lo dejó caer y se retiró asustada, después de todo acababa de ver lo que pasó con Goku.
—Tiene una cola… —susurró Bulma—. ¡Maldito Dragón! ¿Por qué me hace eso? ¿No se supone que debería ser perfecto? —Se puso pensativa—. Tal vez debería dejarlo aquí y pedirlo nuevamente…
—¡No puedes estar desperdiciando deseos así!, ¡tonta! —le reclamó Oolong, con el ceño fruncido.
—¡Tú no me puedes decir lo que tengo que hacer! —contestó molesta.
—Además… —agregó Puar—. Si este es el amor de tu vida, si lo vuelves a pedir quizás te lo traiga de nuevo.
Bulma se dejó caer de rodillas.
—¡Ay, no! ¿Por qué el amor de mi vida tenía que ser tan raro como Goku? —lloriqueó.
—Aquí no se alcanza a apreciar la luna pero, ¿creen que deberíamos cortarla? —cuestionó Yamcha.
—N.. Ni se les.. Ocurra… —alcanzó a decir Vegeta.
—¡Estás bien! —exclamó Bulma a una distancia prudente.
—Claro que lo estoy… —contestó apenas en un susurro, intentando incorporarse—. Soy El Príncipe de los Saiyajin… No iba a ser vencido por una basura como esa —Apuntó a Goku. Intento seguir en pie, pero se desplomó.
Apenas Bulma escuchó la palabra príncipe corrió nuevamente a abrazarlo. Podía estar maltrecho, sucio y tener una cola, pero era un príncipe. "Su" Príncipe, y ella seria su princesa. Después de todo, el dragón no se había equivocado. Él era su deseo.
En eso Goku despertó, y notó la ausencia de su cola. Entró en pánico e intento mantener el equilibrio.
—¡Mi cola! ¿Dónde está mi cola? —lloriqueó— ¿Y quién es él? ¿Por qué el sí tiene una cola y yo no? ¿Acaso me robó mi cola?
—¡Deja de decir tonterías! — Bulma le dio un coscorrón—. ¿Eres tan despistado que no lo habías visto?
—Perdón, pero tenía hambre. ¡Mi báculo! ¡Iré a buscarlo!
—Bueno, todo ha terminado… —dijo Yamcha con los brazos tras su cabeza—. Ni hablar, tendré que esperar un año más para cumplir mi deseo.
—Ánimo Yamcha, seguro lo lograrás —Le guiñó un ojo logrando que se sonrojara.
—Al menos se cumplió tu deseo, Bulma —dijo Puar abrazándose a Yamcha.
—Sí —dijo observando a Vegeta—. Lo llevaré conmigo —Sacó un avión de una capsula—. Necesita atención urgente, no sé dónde ha estado, pero se ve que la ha pasado mal. ¿Alguien más quiere unírsenos?
—Yo voy si me prometes que habrá chicas lindas —se apuntó Oolong.
—Yo iré a entrenar con el maestro para volverme más fuerte —agregó Goku, que ya había regresado con su báculo—. Yamcha, si quieres puedes venir.
—Yo… Bueno, me vendría bien entrenar —le dijo sacando una aeromoto de una capsula—. Te sigo. Y… Bulma, ojalá te vaya bien con tu deseo.
—Gracias, Yamcha —dijo despidiéndose de todos. Después de eso, ayudada por Oolong, acomodó a Vegeta en la aeronave.
—Este será el inicio de nuestra aventura… Mi Príncipe.
Continuara...
¡Hola de nuevo! Tanto tiempo verdad! jajaj voy a ser lo mas sincera con ustedes posible, ya me había despedido por completo del fandom casi por completo, pero heme aqui de vuelta, esto por Nadeshico023 y Schala S que me insistieron en esto.
Bueno esta historia la estamos desarrollando Nadeshico y yo ya que se cansó de siempre ser ella la que escribía xD Romi te amo jajajaj y pues ahora me toca a mi crea r nuestro bastardo aunque claro te toca betearlo si quieres que sea decente.
Por eso esta historia esta dedicada a allas y a todas quienes aun se acuerden de mi.
Bueno las dejo, espero sea de su agrado.
