Días de dudas y gloria
Chapter 1:
Era una tarde como cualquiera en berk, el sol brillaba ya que la época más calurosa del año se hacía presente, todos trabajaban o estaban en sus deberes como era la costumbre, pero algo en la fragua llamo la atención de toda la aldea en ese mismo instante.
Se escuchaban los reclamos de la imponente Astrid hacia su "amigo", quien en ese momento se encontraba completamente asustado por la situación. Había afilado de más el hacha de la vikinga.
-¿Pero que te sucede? Dijiste que sabias hacer esto-Dijo enfadada la rubia.
-Lo siento, lo siento, no me di cuenta- Respondió el joven castaño. Y es que el descuido de hipo no era por ser torpe del todo, Sino que al ver los hermosos ojos azules de la guerrera, no se contuvo de un suspiro que al dejar salir, hizo que el mismo muchacho aflojara el arma de sus manos, creando el tan gran desperfecto.
-Te prometo que lo arreglare, solo dame un poco de tiempo-Hipo haciendo esa cara de verdadera vergüenza termino convenciendo a la muy dura pero enternecida joven.
-Está bien, pero no te demores-Respondió en tono más calmado, ya que después de todo, era hipo, no cualquier vikingo.
Ella salió rumbo a su casa de muy mala gana, ya que debería entrenar con un hacha de repuesto, más nueva, pero no tan confiable.
El pensaba que el hacha no solo necesitaba ser reparada, sino mejorada, es lo menos que podía hacer por el mal que había hecho. Así que se paso toda la tarde metido entre bocetos e ideas que al final del día dieron un resultado mejor del esperado.
No era una simple arma…Era un hacha de doble filo con una empuñadura nueva, pulida a su máximo esplendor. Parecía un regalo del mismísimo Thor.
La guardo lo mejor que pudo antes de ir a su casa, donde su dragón lo esperaba, pues como siempre su padre y bocón aprovechando el inicio de la temporada fueron a pescar a aguas más profundas, esperando saciar el hambre del pueblo en lo que las cosechas terminaban de crecer.
Era ahora un hombre, sus 17 años lo demostraban, al llegar a su casa el limpiaba, alimentaba a su furia nocturna, hablando con él antes de dormir como siempre y luego de darse un baño se iba a dormir…pero esta vez, tenía un mal presentimiento.
-Amigo, ¿sientes lo mismo que yo?-Pregunto refiriéndose al reptil.
(Chimuelo con una cara de confusión solo miro fijamente a su jinete)
-Eh…no es nada solo olvídalo-Luego el oji-verde se quedo dormido.
A la mañana siguiente, despertó lo más rápido que pudo desayuno junto a su dragón y luego subió a hacer la tan esperada estrega. El sabía que aquella joven que lo volvía loco a esta hora estaría en el gran salón desayunando ya que después de todo, ella solo tenía a su dragona "tormenta", pues estoico en secreto le había aclarado la última voluntad de sus padres antes de que desaparecieran misteriosamente. Una carta que solo ella debía abrir al cumplir los 17 años de edad, eso sucedería en unas cuantas semanas.
El dudoso de lo que acontecería solo trataba de pasar más tiempo con ella, ya que aunque quisiera ocultarlo no podía, la amaba con toda su alma.
Desde hace meses que había intentado pedirle a la bella Hofferson ser su novia pero el miedo o la pena siempre lo detenían, sin contar, las miles de veces que había sido interrumpido por sus amigos.
Fueron tardes en el bosque, atardeceres a pleno vuelo, cientos de oportunidades desperdiciadas desde hace meses, pero estaba decidido, hoy sería el día en el que se lo pediría sin importar quien estuviera hay o eso esperaba.
-Quédate aquí amigo, por favor, no tardare.- Suplico un poco sonrojado por lo que iba a hacer el castaño.
(Chimuelo solo asintió con la cabeza, sabía que algo importante iba a suceder)
El gran salón estaba sorprendentemente vacio, sin personas comiendo esto solo tenía una explicación, ayer debió haber una gran fiesta y todos por la resaca están en sus casas.
-Hola…aastriid-Tartamudeo un poco el chico-Buenos días-
Hipo solo recibió una gélida mirada…ella no estaba de humor.
-Tengo lista tu hacha-Dijo casi temblando-perdón por la demora.
La cara de la rubia tuvo un cambio repentino-Gracias Hipo-contesto.
-Astrid tengo que preguntarte algo-hablo un poco sonrojado.
-¿Quieres…ser… mi novia?
-Hipo yo…
Al momento sonó una alarma, era el cuerno del puerto.
-No creo que sea mi padre…él se acaba de ir.
-Creo que debemos ir a revisar.
-pero… lo que te pregunte
Con un guiño le contesto-Eso ya lo veremos.
