LA MARIPOSA…

El entierro

Llovía como nunca había llovido, gota tras gota, su agonía se hacia mas grande, todo había pasado tan rápido y justo a días de su boda, y ahora perderle era realmente triste, pero ya debería haberse acostumbrado, desde la infancia había vivido cosas realmente desagradables, pero esto no era justo, sentía que era su culpa,si, si era todo su culpa, sabia que no podía quedarse ahí, todos se iban, no sabia que hacer con su tristeza, no tenia a donde escapar, y los recuerdos eran lo único que le quedaba. Recordó cuando le dijo que prefería que le recuerden con una sonrisa en los labios que con una lagrima en los ojos.

Le había amado tanto y ahora ya no estaba, no sabia que hacer, ni como reaccionar. Volvió a mirar, solo quedaba su amiga; no estaba muy lejos, parada bajo la lluvia. Sabía que no podía quedase ahí, así que con mucho esfuerzo, se levanto y se dejo llevar por su amiga, llegaron hasta el estacionamiento, sintió como su cuerpo entraba en el auto, sus oídos escucharon el rugir del motor, sus ojos empezaron a percatarse de los lugares por donde iban, y mandaban mensajes a su cerebro, haciendo que recordara, esas calles donde habían estado en tiempo mas felices, le parecían lejanas, las lagrimas otra vez quisieron inundar sus ojos, pero se contuvo, serró los ojos, no queria sentir mas, continuo con los ojos serrados hasta que el auto se detuvo. Miro el lugar, habían llegado a ese lugar que llamo "casa", un departamento, no muy grande, solo para ellos dos, lo habían comprado justo después de que le propuso matrimonio, ese departamento había sido testigo de su amor, ahora ya no habría mas secretos, ahora ese departamento formaba parte del pasado.

-Oye, mira se por lo que estas pasando, nos duele a todos, pero hay que ser fuerte, tienes que ser fuerte, las cosas pasan por alguna razón.

-Lo se, pero es que…-ni pudo terminar, no sabia como expresarse.

-Mira, por que no entras, te cambias de ropa y tratas de dormir aunque sea un poquito.

-Si, creo que tienes razón, mañana va a ser un nuevo día, y el mundo no se detiene por los problemas de uno. Pero creo que me tomare unos días de descanso, quiero irme unos días de la ciudad, al menos por un par de días, quiero distraerme, cambiar de aires.

-Claro, no te preocupes yo les aviso, solo intenta no pensar en lo que paso.

-Si gracias, nos vemos luego, adiós.

-Chao, cuidate.

Entro en el departamento, se sentía triste, vio las cosas, y la tristeza aumento, se cambio de ropa, y se recostó en la cama, solo dormiría un par de horas, lo necesita el ajetreo del día le había dejado sin fuerzas. Miro el techo, tenia que seguir adelante, no podía dejar que lo que paso arruine su vida, tenia que seguir adelante, no podía dejarse vencer por la tristeza. Serró los ojos y poco a poco callo en los brazos de Morfeo.

Estaba caminando por calles desiertas, sentía que algo no iba bien, llego a su departamento, no había nadie absolutamente nadie, camino un poco más, camino hacia su habitación, no había ni un mueble, de pronto la puerta se serró, no había ventanas por donde salir, no había escapatoria, la habitación cada vez se hacían mas pequeñas y le faltaba la respiración, no podía mas, grito pero nadie le oyó, no había nadie para ayudarle, soledad y miedo era lo único que le quedaba. Sintió como moría…

Se despertó, había sido un sueño, miro a su alrededor, seguía en el departamento, se asomo a la ventana, había gente, miro el reloj eran las 4:42 de la tarde, era temprano, tenia que comprar un boleto, a cualquier lugar, necesitaba alejarse de esa ciudad.

Talvez se mudaría, pero a otra ciudad, Santa Mónica talvez o Los Ángeles, lo decidiría durante el trayecto al aeropuerto….

Salio del departamento y se embarco en un taxi, que le llevo hasta al aeropuerto, cuando llego, se acerco a la ventanilla y pidió un vuelo a Los Ángeles, que salía en tres horas.

Regreso al departamento y alisto sus maletas, solo se iría por una semana. Cuando hubo ordenado todo, apago las luces y salio. Ahora el departamento estaba solo, sin nadie que le habite, y así se quedaría una temporada, un departamento que vio alegrías, y ahora vio tristeza, que vio amor y ahora veía vació…