Discleimer¿Creen que si fuera Rowling estaría escribiendo fanfics¿Creen que si ganara plata con esto hubiese estado todo un fin de semana sin ir al medico cuando lo necesitaba con urgencia? Yo les responderé: NO, asi que no me demanden pues nada de esto es mío.

CAPÍTULO I: PRESENTACIONES

-Así que esta será la sede de la orden ¿Qué te parece? – Sirius se dejó caer en una butaca particularmente polvorienta y posó su mirada en la de su amigo. Su aspecto era mucho más desmejorado del que había tenido cuando se lo topó en Hogwarts luego de su huida de Azkaban. Probablemente el estar desocupado causaba esos efectos en Remus. De hecho al recordar cómo se esmeraba en el colegio por estudiar y aprender, lo hizo darse cuenta de que el licántropo no era una persona para estar desempleada. Al menos él se las había apañado bastante bien, siendo un vago. Lo que le molestaba de su situación actual era tener que estar encerrado (nuevamente) y en esa horrible casa.

-Supongo que sólo Albus pudo haberte obligado a volver aquí – Remus en vez de sentarse junto a Sirius siguió caminando hasta la cocina y allí tomó asiento en una silla junto a la mesa del medio. Sirius se levantó de un salto y siguió a su amigo. Hasta ese momento no habían tenido ocasión de hablar de muchas cosas que habían quedado inconclusas, pero ninguno se sentía muy a gusto tocándolas. Después de todo, ambos eran unos desconfiados. Pero la paciencia de Sirius era más escasa.

-Escucha, Remus. Sé que aquella vez en la casa de los gritos, cuando le contamos a Harry toda la verdad, nos perdonamos mutuamente. Pero no sé tú, yo encuentro que aún hay algo que no es como antes.

Remus sonrió, casi con lástima

-Sirius, la cosa ya no es igual. Estamos viejos y han pasado muchas cosas terribles. Solíamos ser los mejores amigos, pero no olvides que uno de nosotros murió por ser traicionado por el otro de los nuestros. Los dos desconfiamos de nosotros mismos ¡Nunca pensé que algo así pudiera pasar! Éramos inseparables y mira cómo terminamos. Los últimos años antes de la muerte de James y Lily, era todo un completo caos. Nos llegamos a detestar. Era comprensible. Estábamos tan preocupados por la seguridad de los Potter que hasta nos peleamos con ellos por ser tan descuidados. Nuestra amistad en Hogwarts se terminó cuando acabamos el colegio. Eso es lo que ha pasado. Podemos intentar llevarnos bien ahora. De hecho aún sigues siendo mi amigo más cercano, pero tienes que comprender que cosas como esas no se solucionan de un día para otro.

Sirius miró a su amigo, indeciso. Tenía toda la razón, como siempre. Sólo el tiempo diría si es que su amistad podría recomponerse. Pensó entonces en James y en lo cercanos que habían sido. Quizás si él estuviera vivo, las cosas tampoco serían iguales. Y entonces estaba Harry. El no había vivido esa terrible etapa, y se parecía mucho a James. Su única esperanza de volver a tener a sus amigos era ese niño.

-Claro. Moo... es decir, Remus. Puedes quedarte a vivir aquí, no tengo ningún problema y de hecho me alegraría mucho. En un rato más llegará Dumbledore con los de la orden. Aún no conoces a los nuevos, así que él te los presentará. Ahora voy a... creo que iré a alimentar a Buckbeack – Sirius se levantó cabizbajo y salió de la cocina.

El castaño se preguntó si quizás había sido muy duro con él, pero después de todo, no quería que las cosas entre Sirius y él fueran como antes. Siempre encargándose de sus niñadas. Esperaba que el cautiverio en Azkaban lo habría hecho cambiar un poco, pero aún sentía esa impulsividad y locura propias del moreno. Ojalá el encierro en la casa lo hiciera cambiar un poco. Las cosas no estaban para andarse arriesgando por ahí. Por eso siempre pensó que él podía ser el traidor. A Sirius le gustaba la adrenalina, por lo que casi le habría parecido divertido ser un doble agente. Ahora habría que tenerlo el doble de vigilado, así que sería mejor que estuviera un poco deprimido. Por lo menos no saldría de la casa.

Se levantó y buscó en la cocina algo para beber. Había pasado una vez un fin de semana en esa horrible casa, y recordaba algunas cosas del lugar. Encontró algo de café y se preparó una taza. Quizás pasar una temporada allí no sería tan terrible. Después de todo, el alquiler se le estaba haciendo muy pesado. Sonrió pensando que volvía a tener algo así como un trabajo.

Una media hora más tarde, sintió pasos en el vestíbulo y se asomó a mirar. Pero cuando ya estuvo a la altura de la entrada, tuvo que ayudar a colocar la manta que cubría el retrato de la madre de Sirius, pues alguien había hecho mucho ruido y había despertado a la insoportable señora. Se encontró con muchos personajes que le eran conocidos y otros que no había visto en su vida. Albus murmuró que fueran todos a la cocina (que en realidad era el lugar más habitable) y luego de ciertos comentarios sobre la casa, se sentaron y Remus sirvió café para todos.

-¿Dónde está Sirius? – preguntó Dumbledore a Remus mientras se sacaba el sombrero.

-En su habitación. Alimentando a Buckbeack

-Oh, no. He hablado con él y no ha querido usar su antigua habitación. Está tal como la dejó cuando dejó este lugar. Ahora debe estar en la pieza que comparte con Buckbeack

-¿Comparte la habitación con un hipogrifo? – preguntó con voz escéptica Moody, pero Albus no reparó en su comentario y haciendo una leve tosesilla captó la atención de todos

-Bueno. Está será de ahora en adelante la sede de nuestra organización. Les presento a quienes no lo conozcan a Remus Lupin. Fue profesor de Defensa durante un año y será otro importante integrante de la Orden – luego miró al castaño que lo miraba con agradecimiento – Remus, ya conoces a Alastor, Hagrid, Minerva, Hestia, Dedalus y Sturgis – a medida que los iba nombrando los magos y brujas hacían un pequeño asentimiento, excepto Dedalus que lo saludó calurosamente con la mano – Y éstos – dijo señalando al nuevo grupo, entre ellos una pareja de pelirrojos, una chica con un color bastante extravagante de cabello, un joven negro y un hombre harapiento – son nuevos integrantes. Ellos son Molly y Arthur Weasley. Arthur trabaja en el Ministerio

-Claro. Les hice clases a sus hijos en Hogwarts – dijo Remus recordando a todos los Weasley. La pareja se puso muy nerviosa.

-Espero no le hayan hecho pasar ninguna molestia – dijo la Sra. Weasley riendo con nerviosismo.

-Oh, en lo absoluto – Remus rió pesando en los gemelos – Son todos muy buenos alumnos y muy inteligentes. En especial Ginny, creo que tiene muchas aptitudes.

-Muchas gracias – Los Weasley sonreían más relajados.

-Ella – continuó Dumbledore señalando a la chica del color de pelo rosa – Es Nymphadora Tonks. No sé si Sirius te lo habrá comentado, pero es su sobrina.

La chica se levantó de su asiento y saludó a Remus estrechándole la mano.

-Hola – dijo sonriendo – Es un placer.

-Para mí también – dijo Remus torpemente correspondiendo al saludo.

-Ella es auror y es una metamorfomaga– siguió Dumbledore – Alastor nos la ha recomendado por sus capacidades

-Mentira – comentó el aludido – La recomendé porque era la única en quien confiaba. Con respecto a sus capacidades... – el viejo dejó de hablar dando a entender que no eran muchas y Tonks estaba roja como un tomate.

-Silencio, Ojoloco – dijo molesta y retando al mago como de si su abuelito se tratara – Mis capacidades están más que comprobadas – y diciendo esto caminó hasta su silla y tropezó con las piernas extendidas del hombre harapiento, cayendo al suelo. Remus corrió a ayudarla, pero ella se levantó más rápido – No hace falta, me puedo levantar sola – dijo más sonrojada aún.

En ese momento sonó el timbre de la casa y la madre de Sirius comenzó a gritar.

-Será mejor que vaya a ver – dijo Remus, pero Dumbledore lo detuvo

-Deja que Sirius se encargue. Ahora, ellos son Kingsley Shacklebolt y Mundungus Fletcher – dijo presentando a los últimos integrantes – Kingsley es también un auror recomendado por Alastor y Mundundus es un tipo que nos será de gran utilidad. Tiene muchos contactos y es muy discreto.

Los hombres saludaron también a Remus, y luego de las presentaciones Albus comenzó a hablar de asuntos más importantes, pero la madre de Sirius seguía gritando.

-Albus, creo que sería mejor que fuera a abrir la puerta – pero en el momento en que lo dijo, sintieron a alguien bajar las escaleras, rezongando. Al minuto entraban en la cocina Sirius seguido de una señora mayor y de... Snape

-¡No puedo creerlo! Acepté que la Orden fuera en mi casa, pero jamás que dejaría entrar a este – dijo Sirius señalando a Snape con un dedo acusador, dirigiéndose a Dumbledore

-¿Crees que a mí me hace gracia estar en tu encantadora casa? – soltó Snape mirando despectivamente todo el lugar que estaba en condiciones realmente ruinosas.

-Pues si no te gusta, puedes largarte

-Silencio – dijo Dumbledore alzando los brazos – Sirius, sabes que Severus ha sido parte de la antigua orden y ahora también es necesario. Discutiremos esto, si tanto te importa más tarde. Ahora necesitamos hablar de asuntos más serios. Y Severus, te pediría que fueras más educado. Esta no es tu casa – Ambos se sonrojaron y tomaron asiento sin rechistar, en lugares totalmente opuestos. La viejita que había entrado con ellos aún estaba de pie y Albus conjuró otra silla para que tomara asiento – Ella es Arabella Figg – dijo a todos – Es la vecina de Harry y lo tendrá vigilado durante este verano.

-¿Vigilado? – preguntó Sirius alzando las cejas

-El Sr. Potter necesita que un adulto responsable esté al tanto de los lugares que visita mientras está con sus tíos muggles – dijo Mc Gonagall hablando por primera vez – No queremos que nada malo suceda ahora que el Innombrable está de vuelta.

-Disculpen que no entiendo – carraspeó Sirius.

-Qué novedad – murmuró Snape

Sirius continuó, pasando del comentario de Snape – Dicen que Harry necesita vigilancia. Creo que él puede cuidar de sí mismo, pero en todo caso ¿No estaría mejor vigilado aquí, en la propia Orden?

-Lo siento, Sirius. Sé que tú eres su padrino, pero hay encantamientos que protegen a Harry mientras esté con su familia biológica, así que no hay lugar más seguro. Arabella sólo le echará un ojo y nos avisará si es que mortífagos rondan el lugar.

Sirius se cruzó de brazos y no volvió a abrir la boca en harto rato

La reunión versó entonces sobre la intromisión que tendría de ahora en adelante en Hogwarts el Ministerio y sobre Fudge que no se atrevía a declarar oficialmente la vuelta del que-no-debe-ser-nombrado. Luego de unas horas Dumbledore se levantó y se retiraron junto a él todos excepto Hagrid y Tonks. Una vez estuvieron solos los cuatro, se sentaron nuevamente a la mesa. Sirius seguía enfuruñado. Tonks lo miraba de reojo.

-¿Sirius? – preguntó finalmente. El moreno alzó la vista y la quedó mirando. Entonces en su rostro se formó una leve sonrisa y se dirigió a Remus, sin dejar que ella comenzara a hablar.

-Remus, no te había contado de Tonks

-¿Tonks? – el castaño miró a la chica y recordaba que su nombre era Nymphadora, no Tonks

-Sí. No me gusta mi nombre. Puedes decirme Tonks, es mi apellido

-¿A que no adivinas? Es hija de Ted Tonks. ¿Te acuerdas del buscador de Hufflepuf? – Remus sonrió. Claro que lo recordaba. Era un chico unos años mayor que ellos, que había ganado un premio anual. Pero algo no le cuadraba. Como él sabía, la familia de Sirius no se había relacionado jamás con hijos de muggles – Bueno, pues ella es hija de Ted y de mi prima Andrómeda

-¿Eres hija de Andrómeda? – Remus no lo podía creer. Sirius siempre hablaba muy mal de sus primas y ahora resultaba que una había tenido una hija con un sangre sucia. Tonks asintió

-Por eso la borraron de la familia. Mi padre es hijo de muggles – contestó ella, como imaginó que debería estar pensando Remus.

-Vaya, ves que no eres el único, Sirius – dijo Remus palmeando la espalda de su amigo, que sonrió de medio lado - ¿Y ustedes se conocían?

-Yo sí. Asistí al matrimonio de Andrómeda y a su bautizo, pero entonces Tonks era muy pequeña como para recordarme. Luego entré en Azkaban y perdí total contacto con Andrómeda, aunque nunca tuve demasiado – Sirius había dejado de sonreír al decir Azkaban y todos se sumieron en un silencio, roto por Hagrid

-Disculpa Sirius, antes de irme quería pedirte un favor. Me gustaría ver cómo está Buckbeack. No lo he visto desde que, bueno, ya sabes – Sirius asintió y guió a Hagrid hacia las escaleras.

Entonces Tonks y Remus se miraron en silencio y sonrieron.

-Estoy un poco preocupada por él – dijo ella finalmente – Lo conocí hace unos días y se mostraba más alegre. Después de todo, es mi único pariente por el lado de mi madre que me acepta.

Remus no conocía mucho a la familia de Sirius, pero por los gritos de su madre, podía imaginar lo que pensarían de Tonks. Y de cierta forma la entendía perfectamente. Muchos de sus familiares lo habían rechazado luego de convertirse en hombre lobo.

-Así que eres una auror – dijo tratando de cambiar el tema – Nosotros de chicos siempre pensamos en estudiar eso. Pero después de la guerra, lo más importante era salvar el pellejo de uno y de los más queridos, en vez de ponerse a estudiar.

-¿No has estudiado? Pero si Dumbledore nos habló todo el viaje de lo bien preparado que estás para la Defensa y de lo gran profesor que habías sido. Casi se atrevió a destacarte como uno de los mejores que habían estado en Hogwarts

-¿En Hogwarts? – Remus se había sonrojado a medida que Tonks continuaba hablando sobre las palabras de Dumbledore – Apuesto que exagera. Sólo enseñé un año. Pero no hablemos de eso – se apresuró a decir cuando veía venir la pregunta de por qué había dejado el cargo – Cuéntame de ti, Nympharora Eres la primera pariente de Sirius que no me lanza algún insulto

-Oh, pero no duraré en hacerlo si continúas con el Nympharora. Por favor llámame Tonks – Remus asintió divertido.

-A mí tampoco me gustaba mi nombre cuando era joven, hasta que conocí a Sirius. El tampoco tiene un nombre muy común ¿eh? Al parecer es cosa de tu familia

Tonks se echó a reír

-¿Qué pasa¿Qué es tan chistoso?

-Dijiste que cuando joven no te gustaba tu nombre. Lo dijiste como si ahora fueras un vejestorio

-Ah, bueno. No soy un vejestorio, pero probablemente para ti debo serlo

-¡Para nada! – Tonks hizo un gesto para recalcar sus palabras y pasó a llevar una taza que había en la mesa detrás de ella. Se disculpó y con la varita la reparó – Merlín, esto me pasa todos los días. Soy muy torpe

-Apuesto que no. Una auror recomendada por Moody no puede ser torpe

-Ni te imaginas – ahora era el turno de ella de sonrojarse – Creo que la única razón para que me aceptaran en la academia, fue por ser metamorfomaga

-Cierto, lo había olvidado – Remus se mostró muy interesado por este tema – Eres la primera chica metamorfomaga que tengo el placer de conocer. Debe ser muy divertido

-Pues claro. Aunque a veces hay personas a las que les molesta. En general no tengo problemas con los niños o los jóvenes, pero la gente mayor se molesta mucho. A veces creen que me estoy burlando de ellos, yo qué sé – Tonks se encogió de hombros y se quedó mirando al piso. Hubo un momento de silencio - ¿Sabes? Cuando iba en Hogwarts tenía muchos amigos, pero una vez una chica me dijo que sólo eran mis amigos porque mi apariencia los hacía reír, no realmente por mis cualidades

-Pero esa también es una cualidad tuya. Apuesto a que esa chica era una amargada

-Sí, de hecho sí – Tonks se lo quedó mirando y luego sonrió avergonzada – No sé por qué te cuento esto. No tenía relación con lo que estábamos hablando

-Yo creo que sí. Hogwarts es un punto que se puede unir con cualquier conversación. Además los dos estuvimos alguna vez en ese lugar

-Es cierto ¿Cómo eran ustedes allí? Creo que con Sirius se hicieron amigos en Gryffindor. Mi madre siempre habla de que era el único de la familia que no perteneció a Slytherin.

-Así es. Bueno, éramos los mejores amigos, junto con... otros chicos más que eran compañeros. Teníamos algo así como una pandilla, pero te aseguro que tu tío era el peor. Dumbledore me eligió prefecto los últimos años y me desvivía tratando de que él y otro de los chicos se comportaran. Pero era imposible. Eran un par de revoltosos. No sé cómo no nos expulsaron. Supongo que teníamos buenas notas, y eso nos terminó salvando

-Qué divertido. No me lo imaginaba así

-Sí, era terrible. Lo pasamos muy bien y descubrimos muchas cosas de Hogwarts que la mayoría de los alumnos desconocen.

-Me las tendrás que contar

-Será un placer – Otra vez se quedaron mirando en silencio, pero no en uno incómodo, si no más bien de reconocimiento. Se estudiaban mutuamente con la mirada. Hasta que sintieron pisadas desde las escaleras. Hagrid venía hablando

-Creo que el lugar es algo pequeño. Necesita ejercicio de vez en cuando, ya sabes, desplegar sus alas.

-Ya te oí, Hagrid. Si quieres puedes sacarlo a pasear, no creo que un hipogrifo en mitad de este lugar de muggles, llamaría la atención – En ese punto habían llegado a la cocina y Sirius se había dejado caer en una silla – Yo mismo lo sacaría, pero ya sabes que como tengo al ministerio completo tras mi pista, bueno, se me hace algo complicado – había usado todo el tiempo un tono despreocupado, pero Hagrid no era tan lento como para no entender la ironía.

-Bueno, yo sólo decía. Será mejor que me vaya ¿Se van conmigo? – dijo dirigiéndose a Remus y Tonks

-¿Tú todavía aquí? – preguntó Sirius a Tonks sonriendo de medio lado, y viéndola como por primera vez – Veo que el viejo Remus todavía no pierde encanto. Y tampoco el tiempo. En todo caso, será mejor que se vayan ahora mismo o se queden a dormir. Mi madre grita más cuando la despiertan a estas horas.

-Vayan ustedes – dijo Remus sin despegar la vista de Sirius, frunciendo el entrecejo.

-Bueno, buenas noches. Nos veremos pronto – Tonks tendió la mano a Remus y luego abrazó a Sirius. Hagrid les sonrió e hizo un gesto antes de salir.

Al momento de cerrar la puerta, Sirius asaltó a su amigo con preguntas.

-¿Has decidido quedarte a vivir?

-O sea, si la oferta aún sigue en pie...

-¡Por supuesto!

-Lo que sucede es que se me hará más fácil para los asuntos de la Orden y además... bueno tengo algunos problemas con el dueño de la pieza que arriendo y...

-No se hable más entonces, hermanito. Quédate aquí. Las piezas sobran en esta casa. Puedes usar la pieza que antes era mía. Yo estoy durmiendo en la pieza de Buckbeack. Te ofrecería la de mis padres o la de Regulus que es más grande, pero creo que Kreacher le tiene manía a esas dos, y no tengo ganas de discutir a estas horas con el infeliz

-¿Quién es Kreacher?

-¿No te acuerdas? Es el elfo doméstico que ha sido siempre de la familia. Esa vez que viniste de visita te llamó "andrajoso amigo del indigno amo Black" Kreacher nunca me ha respetado. Ni cuando aún no había "traicionado" a mi familia. Creo que era porque hacía enfadar constantemente a mi madre. Pero bueno ¿quieres entonces mi habitación? Podríamos hacer una pequeña limpieza, porque el muy flojo ha tenido todo el tiempo la casa en un estado lamentable

-Seguro. Comparada con mi antigua pieza, la tuya debe ser un palacio.

-Sí, el palacio de la basura – mientras hablaban subieron hasta la habitación y la abrieron. Pero fue una mala idea, pues Sirius se calló en el acto y se quedó mirando el lugar con la vista perdida - ¿Sabes, Remus? Mejor te traigo unas mantas y sábanas para la cama. Quizás mañana podemos limpiar un poco. Estoy cansado

-Claro, no te preocupes – Sirius salió del lugar y Remus paseó un rato.

Pensó en la preocupación de Tonks por Sirius. Estaba realmente cambiado a como él lo recordaba. Parecía que a cualquier momento se echaba a llorar. De seguro pasar todos esos años en Azkaban lo habían perturbado mucho, más si su amigo había sido siempre algo desequilibrado. La habitación representaba todo lo que había sido antes de entrar allí, con su decoración a lo Gryffindor y los posters de motos y chicas en bikini. Cuando vio la fotografía de los merodeadores en Hogwarts sintió una punzada. La habían sacado probablemente en su último año. Todos saludaban y James sacaba la lengua, mientras por detrás Sirius le ponía la mano sobre la cabeza semejando la cornamenta

-Estás viendo la foto ¿eh? – Remus se giró y ahí estaba Sirius con las mantas

-Sí. Es un bonito recuerdo

-Los recuerdo son lo único que me va quedando – Sirius dejó las sábanas sobre la cama y se disponía a irse.

-Sirius, no te tomes tan en serio lo que dije en la tarde. Todavía seguimos siendo amigos. Más viejos, pero todavía amigos

El moreno sonrió

-No me recuerdes la edad, que una de las cosas que más echo de menos es que ahora las mujeres no se dan la vuelta a mirarme

-¿Qué¿Al gran Sirius Black, el mito sexual de Hogwarts?

-Búrlate no más – escuchó que decía Sirius desde afuera, ya dejando la habitación – No todos tenemos la suerte de gustarle a las más jovencitas.

Remus se desvistió y acostó. Pensó en las cosas que tendría que hacer al día siguiente como hablar con el dueño de la habitación y empacar sus cosas que aún estaban ahí. Cuando estaba a punto de quedarse dormido, comprendió a qué se refería Sirius con las palabras que había dicho antes de irse.

- Ja. Yo no le gusté a Tonks. Si supiera que sólo se preocupaba por él. Perro mal pensado y calientucho


Me cai bajo extrañas condiciones y ahora, gracias a un esguince tengo mucho tiempo libre. Les adelanto que esto va a ser basicamente cursilon y sin mucho humor de por medio como acostumbro a hacerlos...PERO habra musho amor de por medio. Remus-Tonks es una pareja muy tiernucha (quien no se acuerda de la cancion de julieta venegas) pero les prometo que nunca he leido un ff sobre ellos, asi que esto es totalmente imparcial.

Como dicen los españoles "Leed y dejad reviews" pliss, acuerdense que estoy convaleciente.