El día era una mierda total

Su café era mierda, la sonrisa de las sirvientas igual y su madre hablándole de los deberes del futuro jefe del clan Li le sabían a mierda.

Todo era una completa mierda y debía irse al infierno.

-He terminado. Con permiso, honorable madre, honorable familia y honorables miembros del clan- dijo, para después levantarse ante la mirada severa de su madre.

Y le podía importar una …

Sin importarle ir una hora antes al instituto, emprendió su marcha, escabulléndose por la puerta de las personas del servicio, porque se negaba a irse con chofer.

Y es que todo se había vuelto un completo asco desde que a su madre le dio la gran idea de irse a vivir en Tomoeda.

Camino por las calles del pequeño pueblo viendo la poca vida social del lugar, a comparación de la brillante mañana.

Solo una cosa podía cambiar todo aquello.

A su madre hablándole de encontrar una prometida para su cumpleaños número 18

A su padre, instigándolo a tomar una decisión, entre dirigir el clan o hacer algo más

Y entre el maldito de Eriol, que cada vez se acercaba más a ella.

Llegó al instituto y saludo con respeto habitual a los vigilantes ya acostumbrados. Caminó hasta llegar a las puertas del instituto, pero un sonido, en especial ese sonido, detuvo su andar.

De repente no hubo nada más en su mente.

Decidió seguir el sonido de esa voz tan única, y camino alrededor del instituto, por los parques y sitios para el recreo.

Entonces, vio a una muchacha de cabello castaño largo correr por la cancha de fútbol junto a otras chicas de su edad, alentándolas, pero él solo la vio a ella. Corría ágilmente, y saltaba los obstáculos con maestría y hazaña. Pero qué diablos, el solo podía ver sus piernas esbeltas y tonificadas siendo cubiertas por una falda que lo torturaba, al mostrar un poco más de la piel prohibida, cada vez que saltaba.

Estaba entrenando con su equipo de porristas.

-Encantadora vista, ¿no lo crees shaoran?

Y tenía que aparecer el estúpido inglés.

-Veo que ya no contestas, me pregunto si tu madre aprobaría tal actitud- y continúo el cabronazo, apareciéndose a su lado. Aun usaba gafas, y tenía su pelo de un color extrañamente azul, pero había crecido hasta ser casi tan alto como él, y el estar en natación había hecho cambiar su cuerpo.- Espero que nadie le avise a la tia Ieran

-¿Qué haces aquí?-preguntó intentado controlar su rabia y hastío. No lo miró, y en cambió, siguió mirando a cierta castaña, que ahora estaba haciendo otra actividad.

Admiró su sonrisa, su fuerza y energía, esa que la hacían ser la mejor capitana de porrismo con cuatro títulos a su nombre, y la mejor estudiante de la clase.

-He venido porque el paisaje se encuentra…iluminador-contestó el imbécil, con su acento británico y miesterioso en cada puta palabra

-Largo

-No nos hemos visto en cuatro años, y en dos meses que llevo en Tomoeda, no te has negado a hablarme más que para saludarme, solo cuando hay alguien más. Me decepcionas Shaoran

Sin importarle un bledo si su madre se enteraba, decidió ignorarlo y caminar hasta llegar a otro lado del lugar. Pero no dejo de mirarlo de reojo, el muy maldito seguía mirando a Sakura sin ningún reproche.

Apretó sus puños y se abstuvo de hacer algo que deshonrase a sus antepasados. Cerró sus ojos para calmarse y dejar de pensar en asesinar al imbécil.

-¿Shaoran?- preguntó la protagonista de todo su mundo. Se había acercado corriendo porque al parecer ya había acabado el entrenamiento. Entonces seguramente se había quedado mirándola mucho más de lo establecido. La miró, no sin antes haber repasado mentalmente lo que se le ofrecía. No se sentía incómodo, porque ya había aceptado lo que sentía muchos años atrás. Pero interesarse ahora por el cuerpo de ella, le hacía sentir como un pervertido.-¿Qué haces tan temprano aquí? Estabas en la colina más o menos desde hace una hora.

Si, la Sakura despistada había mejorado un poco.

De repente no sabía que decirle, y mucho menos viendo lo bonita que se veía con ese uniforme, y con su cabello largo recogido en una coleta. – Sólo quise venir.

Su respuesta la sorprendió, y vio que arrugo el ceño de una manera que se veía muy tierna en ella- ¿Prefieres venir temprano en lugar de dormir? Definitivamente los chicos son muy raros

¿Chicos?

-¿chicos?- preguntó ceñudo y sin rastro de los nervios pasados.

-Claro, ¿ves esos chicos de allá?- le preguntó, señalándole a los hombres de casi toda la preparatoria que estaban en los palcos para observar el partido.

Maldijo su suerte, porque sabía que más de la mitad de los que estaban ahí seguramente solo habían venido a verla a ella. No quería desmeritar a las otras chicas, porque Tomoyo, Rika, Chiharu y Naoko también eran bonitas, pero sabía por experiencia que la que más llamaba la atención de ese grupo era Sakura.

Y ella nunca se daba cuenta.

-¿Shaoran? ¿Estás bien?-cuestionó acercándose más a él para tocar su frente. Su corazón latió aceleradamente por la proximidad y más aún, al ver la preocupación enmarcada en sus bellos ojos. – Parece que tienes algo de fiebre, creo que deberías ir a la enfermería. Yo te acompañaría pero tengo que ir a cambiarme- dijo apenada.

-Estoy bien-dijo relajado

-No, no lo estás- afirmó ella con determinación y algo que le pareció enojo.- Desde hace mucho te notó muy distraído, y siempre con el ceño fruncido. Estás muy callado muchas veces y… Shaoran no puedes estar así- le dijo, terminando esa especie de regaño.

-Yo… Bien, iré a la enfermería-y como si le hubiera dado la mejor noticia, la sonrisa de ella se ensanchó.

Estaba perdido, completamente perdido.

-Si no vas, me encargaré personalmente de llevarte- advirtió con sus ojos determinantes nuevamente. Cosa que lo hizo reír-¿Crees que no puedo hacerlo? ¡Shaoran Li!- regañó fingiendo estar enojada.

Y él reía con más soltura.

-Muy bien, tú lo pediste- sentenció ella, antes de tomar su mano y llevarlo a rastras al interior del edificio.

Mentiría si dijera que no se sentía malditamente bien, pero ver la cara de enojo y perplejidad de muchos imbéciles, lo hacía sentir mil veces mejor. Se dejó arrastrar por la chica que le gustaba, aun si ésta era bastantes centímetros más pequeña que él.

Finalmente llegaron a la enfermería y una brillante enfermera los atendió

-Oh pequeña Sakura, estás tan cambiada!-chilló la enfermera apenas pusieran un pie en el lugar. Entonces se acordó que Sakura era muy conocida y querida por muchas personas.

-Kino-San, que alegría verte- le dijo emocionada, a la par que entraba más a la habitación, mostrando al joven que iba detrás de ella.

-Oh y ¿quién es este joven? ¿Es tu novio Sakura-Chan?-pregunto la taimada mujer.

-Oh no, no- respondió ella con la otra mano, a la par que seguía sosteniendo la suya. La mirada de la enfermera se enfoco en las manos entrelazadas y Sakura, a pesar de eso, no la soltó- él es Shaoran

-Un gusto conocerla enfermera-saludó formalmente.

-Oh, tu eres Shaoran Li? El capitán del equipo de futbol?-preguntó entusiasmada, y a él ya le estaba hartando esa actitud- Así que eres tú el bombonazo que trae locas a todas las niñas- dijo, como si fuera lo más obvio.

-Si, bueno Kino-San, Shaoran ha estado algo raro y quería que usted lo revisara- dijo Sakura algo incómoda. No la culpaba, esa mujer lo estaba poniendo de los nervios.

-Oh si, si, claro...Empieza sentándote en la camilla-señaló ella a la par que parecía ponerse seria e ir a buscar unos guantes. El hizo lo que le ordenaron y se acomodó, separándose de Sakura.

La enfermera le hizo algunas preguntas y le hizo algunas pruebas, hasta que le pidió quitarse la camisa. Él lo hizo con naturalidad, pues los médicos del clan siempre estaban revisándolo ante cualquier problema.

-Veo que te ejercitas mucho-dijo ella en un tono que no le parecía el correcto. Además de asentir, notó como tocaba su espalda y cambiaba su expresión a una más seria- Quizá demasiado, esto que veo aquí son tensiones en tus músculos- señaló tocándolo.

Él hizo una mueca de dolor y escucho una exclamación. Se volteó a verla y la vio algo sonrojada, con las manos cubriendo su boca.

-Lo siento, es que, se ve muy rojo- dijo ella en voz baja, mirando al suelo y eso lo sorprendió, Sakura no era una chica tímida y ya llevaban muchos años de confianza como para que le hablara así, por lo que no entendía.

-En efecto, lo que dice Sakura-chan es cierto- aseguró la enfermera aclamando su atención- La piel de la parte de tu espalda superior está de una tonalidad que sugiere algún problema con tu cuerpo, por lo que te sugiero ir al médico con urgencia. Por ahora, puedo darte unos calmantes para que no te duela tanto.

¿dolor? Hasta hace menos de un minuto su espalda no le dolía. Pero bueno, ella era la experta.

-Oh, y ya puedes ponerte la camisa

Lo hizo y espero a que le diera los medicamentos. Cuando lo hizo, se despidió efusivamente de Sakura y se acercó a decirle algo que la puso roja como un tomate.

Él no era un preguntón, pero quería saber qué le había dicho.

-Estás muy callada

-Oh, es que…no es nada- dijo, aún desviando la mirada y eso lo molesto. Pero no pudo decir nada porque la campana inicial sonó, alarmándola- Tengo que ir a cambiarme..yo…nos vemos Shaoran

Extraño. Pero al menos el día de mierda no estaba tan mierda con ella en él.

Decidió ir al salón y sentarse en el puesto detrás de ella. Yamasaki estaba dormido y las personas que restaban del salón eran chicas que no dejaban de suspirar, mirandolo de reojo. En resumen, no tenía nada más que hacer que esperar al profesor.

-Oye Shaoran-llamó Yamasaki, parado frente a él, al parecer había despertado- no se te hace raro que las chicas se demoren tanto?

-¿Tanta falta te hace ver a Mihara-san?-se burló

-Si- admitió risueño sentándose en el escritorio de su puesto-Creo que a ti también te hace falta ver a Sakura-chan

-Cállate imbécil-exclamó empujándolo de su puesto.

Incluso en el piso, estaba sonriente

-Yamasaki ¿podrías dejar de comportarte como un crio?- y habían llegado ellas.

-¡Pero fue Shaoran!-exclamó levantándose para ir a verla, pero ella solo le dio un empujón.

Entraron todas las chicas, y pudo ver a Sakura con su uniforme cambiado. La falda había dejado de ser tan larga, pero no era tan corta como él quisiera. Caminó por su lado y le dio una sonrisa algo extraña, pero decidió no preguntar. Esta tarde la acompañaría a su casa y le preguntaría él mismo.

-Sakura-Chan-saludó el inglés acercándose al puesto de Sakura, que siempre había sido antes que el suyo, y le tendió una flor amarilla- Estás muy bonita hoy ¿Será por algo especial?

-Oh no, no Eriol-kun no es eso, yo…estoy igual que siempre-respondió azorada aceptando la rosa. En ese momento entro el profesor y Shaoran solo podía pensar que era gracias a los dioses porque si no, por todos los dioses de la dinastía, que iba a matar a ese Ingles.

Las clases se le pasaron mirando por la ventana la mayoría de las veces, participando en algunas clases, sobre todo con matemáticas, y mirando a Sakura. Ese era su pasatiempo favorito, y aunque estaba seguro que ella se había dado cuenta hace mucho que él la miraba sin reparos, siguió mirándola, porque lo único bueno de sus días era ella.

Había crecido, y podía jurar que era la más alta de todas, pero solo le llegaba a la barbilla y aún no era tan alto, sólo medía 180. Era delgada, pero no estaba en los huesos e inclusive podría decir que era algo musculosa, si eso significa que se le marcaban estupendamente las piernas cuando corría. Su piel se había aclarado un poco, y conociendo a la mamá de Sakura, se dio cuenta de que era imposible que no pasara. Si esa mujer era casi tan blanca como Daidoji. Seguía siendo su mejor amiga y para gusto suyo, seguía poniéndose toda la ropa que ella le diseñaba, para bailes, festivales e inclusive para salir. Sabía que Sakura aceptaba eso porque era el sueño de su amiga, pero que en realidad no le gustaban tanto las faldas, que él amaba, ni los cuasi tops que se ponía para porrismo. Pero Tomoyo había insistido.

Miró mal a la pelinegra que se había volteado a verle y ella le sonrió, ella sabía que odiaba que Sakura mostrara demás, para otros claramente.

Sonó el timbre para ir a recreo y la vio pararse, comparada con sus compañeras, Sakura se comportaba algo infantil y nada sexual, pero para él era todo lo contrario. La forma en la que se recogía su largo, y algo ondulado cabello castaño le gustaba, porque podía ver su cuello fino, y se sentía como un depravado, pero le encantaba. Difería también, porque Sakura no actuaba coquetamente o algo parecido, como las chicas que lo estaban mirando de reojo desde hace rato, sino que era natural y Dios, eso lo mataba.

-¿Vas a dejar de mirar a Sakura-chan alguna una vez? Necesito comer ya- le asaró su amigo y lo miró con hastio, pero era Yamasaki, su mejor amigo, ahora algo corpulento por el gimnasio, así que le dio igual y lo acompañó.- Las chicas están emocionadas porque ya se va a acabar esta mierda y quieren hacer algo para celebraro.

-¿Cómo qué?

-Quieren una fiesta, pero no la de graduación sino…

-Así que las niñas se quieren descualquierar- interrumpió el metiche de Ryu Otokawa, su otro gran amigo que estaba en el otro salón. Entró un año después que él, intentó seducir a Sakura pero al final, después de una buena pelea en la que le pidió a Wei que no le dijera nada a su madre, hizo que dejara de conquistarla.

-Ryu no intentes siquiera acercarte a …

-¿Sakura? Calma jefe, mi meta está un poco más allá de esa belleza-afirmó mirando hacia el grupo de Sakura, específicamente hacia la chica de gafas.- Y lo golpeó, pero poco importo, su amigo era un tipo extraño. Era rubio, alto y bronceado, siempre estaba con muchas chicas y con la ropa desarreglada, si necesitaba irse a un lugar y perderse, conocer chicas o probar sustancias extrañas, ese era su amigo.

-El caso es que quieren divertirse, y propuse ir a la cochera de Ivan-dijo el otro, para después agarrar a correr.

Lo iban a matar, pero no importaba

-¿LA COCHERA DE IVAN?-gritaron ambos a la vez, aunque Ryu estaba alegre por eso, al mirar a Shaoran se dio cuenta de que eso no estaba bien

-Mierda, no podemos llevarlas allí, todas las chicas me conocen y no tendré una oportunidad con Naoko-chan…Ojou, pero tu mi amigo, tienes las de perder, si Sakura-chan se entera de que allí es donde pasas algunas noches entonces..Auch! maldito

-Las chicas ya habrán escuchado de ese lugar y por eso querrán ir- dedujo él, sentándose en la columna a su derecha, una posición que el futuro jefe del clan Li no debería tener.

-Y Daidoji es muy terca cuando de conseguir algo se trata-comentó el rubio, desparramándose en el piso. Al instante tomo el liquido de un tarro, y por los gestos del rubio, Shaoran supo que no era algo legal.

-Tenemos que distraerlas, llevarlas a otro lugar como..

-Al motel de la esquina?...Auch! Li, cálmate, Eugene me dejó muy cansado, sino…- interrumpió su charla al ver a su amigo algo extraño- Oye, tranquilo, simplemente le dices a Sakura que podría ser ella y…Ojo, me calmo no más patadas, podrías decirle que son unas amigas, o podríamos secuestrarla y llevarla a otro lugar

-No propongas un motel

-Calma chico ceñudo, no, un motel para Sakura sería un insulto, ¿que tal a la casa del árbol?-preguntó alegre el rubio, a la par que sacaba unos panes de su bolsillo y se lo tendía a Shaoran.-Sé que no es que esté muy sobrio hoy, pero mi idea es brillante, así de paso, te le declaras cabrón

Y no sabía que era más estúpido, él escuchando al imbécil ebrio ahí tirado, o él pensando seriamente en las palabras del imbécil ahí tirado.

-Lo llamaremos el plan "Shaoran a la caza"-continuó hablando el trigueño feliz- Yamasaki y yo la distraeremos en la fiesta, para que así no se encuentre con ninguna, aunque quizá Lila-chan ponga algo de resistencia-razonó él, y su amigo lo miraba divertido, porque estaba loco-Pero no importa, nadie puede entrometerse, ni Sakura chan

-Eso último no me gusta…

-Tampoco es que la vayas a violar cabrón, sólo vas a llevarla a un lugar mucho más seguro- se interrumpió-creo que no te he dicho, pero creo que Hiraguizawa está enterado

-La que lo parió- repuso enojado a la par que se paraba y levantaba a su amigo. Ya entraban a clase.

En la clase, Sakura se comportaba aún más raro, si eso era posible, evadiéndolo y mirando hacía el piso cuando sabía que él la miraba. Quizá…quizá no quería que él la estuviera viendo tanto?

Quizá se comportaba como un auténtico cabrón.

Dejo de mirarla desde ese día, y no la acompañó a su casa, como hacía antes, porque ella se le escabullía, pero seguía asistiendo en las mañanas a ver su entrenamiento. Lo hacía cerca de un árbol, y aunque se sentía como un acosador, ese era el único tiempo que tenía para verla sin que se diera cuenta.

Los exámenes finales fueron resueltos y entregados las dos semanas siguientes, y Sakura apenas y lo saludaba cuando pasaba por su lado. Eso, combinado con las exigencias de su madre y con la indiferencia de su padre sobre su futuro, lo estaban matando.

Era miércoles y faltaban dos días para la dichosa fiesta, el plan seguía en pie y Ryu había invitado a sus amigos universitarios para que embobaran a las chicas e impidiera que se acercaran a él o a sus amigos, solo así podría sacar a Sakura sin que hablara con Lila, y para que Ryu pudiera enamorar a Naoko en una sola noche, el cabrón era un cobarde y en todo el año no había hecho nada más que mirarla, si, ambos eran patéticos.

Decidió salir a trotar un rato por el parque de Tomoeda y fue entonces cuando la vio sentada en una banca, comiendo un helado con un tipo alto, fornido y con el pelo blanco recogido en una coleta.

Sintió la sangre hervir, tanto, que no se dio cuenta de que había un chico que apareció delante suyo. Por la fuerza del trote no pudo parar y se lo llevó por encima.

-Oh..lo siento, lo siento muchísimo, no me fije yo estaba distraído…lo siento mucho- se excusó él, levantándose primero y ayudando a parar al otro. Extrañamente, se parecía mucho al que estaba con Sakura.

-Creo que sé por qué estabas distraído-comentó risueño, y por alguna razón quiso sonreír también- creo que te conozco

-Yo también…

-Oh, lo siento, no me he presentado, mi nombre es Yukito Tsukishiro-saludó amablemente extendiendo la mano, era más alto que él.

-Mucho gusto, soy Shaoran Li…

-¿Li? Ese apellido me suena familiar- repuso pensativamente

-Yukito-llamó una voz profunda y demandante. Ambos se voltearon para ver la cara sorprendida de Sakura y la cara seria del tipo que las está acompañando.

-Parece que la pequeña Sakura te conoce, no deja de mirarte- comento suelto el peli blanco, observando como los colores le subían a la cara al castaño.

-Si, eh somos compañeros de clase…

-Oh, entonces estudias con Sakura, ven, debes conocer a mi hermano- y sin más empezó a jalarlo. Vaya confianza tenía ese tipo, pero si era para poder hablarle a Sakura, estaba bien

Estaba vestida con unos pantalones anchos, un sueter blanco en forma de V que remalcaba sus ... que la hacía ver bien, y tenía el cabello recogido en una trenza. Se veía hermosa.

-Y bien, ¿quién es este?

-Hermano-regañó el otro peli blanco, aún con una sonrisa en la cara al otro tipo- él es un amigo de Sakura y creo que te va a interesar quién es

-Habla ya mocoso

-No me dé ordenes- espetó el castaño serio- y mucho menos me diga mocoso, ni siquiera lo acepto de Kinomoto como para…

-¿Kinomoto Touya?-preguntó extrañamente impaciente, porque los que lo conocen saben que pocas emociones lo rodean y mostrarse de esta manera era raro

-Si, el hermano de Sakura-aseguró algo confundido, mientras de reojo miraba a Sakura, parecía no querer saludarlo

-Así que tu eres Shaoran Li- dedujo el musculoso tipo, y algo no le gustaba a Shaoran de la manera en la que lo había dicho

-Si, y ya que apenas llegamos a Tomoeda, no sería mejor tener más compañía que solo la de Sakura chan?

-Yukito-regañó el otro, antes de mirar nuevamente al castaño, este era un poco más bajo que él, y más alto que su hermano.-Bien, puedes acompañarnos

Y ese fue el inicio de una extraña, completamente extraña y llena de mierda-tarde. Yukito, quién resultó ser un biólogo, era el que más hablaba y no podía negar que animaba la conversación y que era agradable. Yue, el hermano de Yukito, era un matemático puro, de pocas palabras y de mirada gélida, que le recordaban a alguien. Habían hablado pocas veces, pero cuando pasaron por la biblioteca para recoger unos libros, aumentaron el índice de la conversación, porque al parecer a él también le gustaban los libros de ingeniería. Con Sakura era otro cuento, le hablaba mas que todo a Yukito y a Yue cuando él le preguntaba algo, casi siempre en voz baja, y no lo miraba a él. Estaba empezando a hartarse.

-Oh, ya es de noche y Touya va a matarme por no haber llevado la comida, y también tengo que ayudarle a mi mamá con unas flores para el evento de… oh, que tarde-exclamó asustada la castaña

-Tranquila Sakura, Yue y yo vamos a comprar la comida en el restaurante de la esquina, mientras tanto, ve con Shaoran- si, ya se había ganado su confianza y no lo podía negar- a tu casa, allá llegamos.

-Oh..si..emm Shaoran…

-Sé cuál es tu casa Sakura- dijo el castaño con el ceño fruncido. Estaba hartándose y Sakura lo iba a saber.

En el camino ninguno hablaba y faltaba poco para llegar.

Al diablo, él iba a ser directo.

-¿Cómo sigue tu espalda?-preguntó timida, mirando hacía adelante.

¿qué pasaba con su espalda? Ah si, la cosa esa

-Bien, nada que un buen entrenamiento no pueda arreglar-y siguió el silencio.

-Te he llamado varias veces y no me contestas- empezó él, y no le importaba que estuviera poniéndose tan rojo como cuando Mihara ahorcaba a Yamasaki- tampoco me hablas y parece que me evitas ¿he hecho algo malo?

-N-no Shaoran, no has hecho nada malo-reparó ella moviendo las manos para negarlo, pero aún así no lo miraba a los ojos- He estado ocupada, eso es todo…

-Supe que te aceptaron en la universidad de Tokio, felicidades-muy bien, si ella no quería hablar, al menos él si lo iba a hacer- Era imposible que no entraras.

-Gra-gracias, y tú qué vas a hacer Shaoran?-pregunto interesada mirándolo fugazmente.

-No lo sé, ciertamente no lo sé.-Armándose de valor confeso-Pero me gustaría estar dónde está esa persona especial

A pesar del silencio ella habló- Dijiste hace tiempo que tenias a una persona especial, ¿ya están juntos?

La pregunta le pareció extraña, no solo por el tono de voz algo extraño, sino porque Sakura ya no era la misma despistada de antaño, y sabía que él siempre la estaba mirando, apoyando o al menos, estando cerca de ella. Aun así, decidió responder con honstidad-No, pero eso va a cambiar desde este viernes.

-Oh…ya veo.

-Llegamos a tu casa- afirmó él, parecía que ella estaba en la luna porque seguía caminando. Un poco sonrojada se devolvió caminando hacia atrás. Eso le arrancó una sonrisa.

-Gracias Shaoran…nos vemos mañana- dijo ella abriendo la puerta, sin mirarlo realmente.

-Creo que no va a ser así- y sin esperar respuesta se marchó.

No iba a pensar en lo extraño de la situación, el viernes se le declararía y si ella lo rechazaba entonces si se pondría a pensar en lo extraño de la situación, no ahora.

-Oye, Shaoran- llamó alguien al final de la calle, él volteó para encontrarse a los dos hermanos. Los iba a saludar cuando notó sus rostros serios.

-Yukito, Tsukishiro-san- se despidió, pero antes de irse un apretón en su hombro lo hizo detenerse. Por la fuerza supo que era el hermano más alto.

-No queremos que tengas nada que ver con Sakura

-Creo que ella debería elegir eso no?-afirmó volteándose, obligando al otro a quitar su mano de encima.

-Nosotros juramos protegerla de gente como tú Shaoran, es por eso que te decimos que por favor te alejes. Sakura, ella no ha estado muy bien y..

-Yukito-lo interrumpió su hermano. Y entonces entendió: el comportamiento de Sakura no era fortuito, quizá ellos tenían algo que ver. Sin importarle qué, decidió arrazar contra este, empujándolo hacía la pared de un jardín, poniendo su codo en la garganta del peli blanco.

-¡¿Son ustedes los que han hecho que ella cambie conmigo?! ¡¿ah?!- gritó enojado. Y antes de que el otro hiciera un movimiento, que le parecía de judo, lo detuvo- ¿Qué tipo de persona es que soy, como para que le prohíban verme? ¿Y quiénes se creen para prohibirle algo? es Sakura de quién hablamos!

-Eres el futuro jefe del clan Li y no queremos que juegues con Sakura- contestó el otro calmado. Algo había cambiado.

- No le hemos prohibido nada a ella, si ha cambiado, es porque asi lo ha decidido-complementó el otro.

-Ella sabe…¿que yo soy el jefe del clan?

-No-respondió Yukito, con una mirada comprensiva.-Pero Touya lo sabe y él…

-Al diablo con Kinomoto, no me casaré con él sino con Sakura- espetó furioso sin darse cuenta de lo que había hecho.

Aflojo el amarre y soltó al joven de ojos grises.

Que mierda, si tenía que hablar, lo iba a hacer. Miró intercaladamente a cada uno a los ojos y con la cabeza en alto comenzó- Nunca ha sido mi interés jugar con Sakura. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. He sido su amigo y siempre he estado apoyándola, conozco a su familia, inclusive a su abuelo, así que no soy un extraño, ni un aparecido.-Tomo aire, y con algo de bochorno en su rostro admitió- Me gusta Sakura desde que once años y ahora, el sentimiento es más complicado. No niego que no sé qué va a pasar en el futuro, pero tampoco me importa. Si Sakura decide o no estar conmigo, es el asunto de Sakura, y el mío, no de ustedes.-afirmó ceñudo.-Pero entiendo que la quieran proteger, si Sakura me rechaza entonces me haré a un lado, pero si ella no lo hace, por más que intenten alejarme de ella no me dejaré, porque Sakura vale demasiado para mí y no me importa si Touya o ustedes se entrometen.

Deberían darle un premio o algo por ese discurso. O a las caras de ambos hermanos, quienes después de un largo e incómodo momento de silencio, decidieron hablar.

-Tienes razón, nosotros no debemos decidir por ella- Dijo Yukito-Pero si sigues causándole daño, yo…

-¡Yukito!

-No sé qué le he hecho- afirmó sincero y con algo de desconsuelo en sus ojos- Pero no deseo hacerla sufrir. Si este viernes Sakura me rechaza, me alejare de ella y así evitaré que siga sufriendo. Hasta entonces, no intenten ordenarme algo, o a ella.- Con esas últimas palabras, y sin importarle si los otros se enojaban o no, se marchó.