Aclaraciones:

-Diálogos

-"pensamientos"

-Recuerdo

(*)Notas

Nota de la autora: Bueno la idea no me llego de repente, hace un tiempo en la universidad presentaron la obra "el hombre de la mancha" como estudiante tenia un gran descuento y fijándome que la obra era cara decidí verla, pocas personas asistieron a la obra pero vaya que se lo perdieron un gran musical, lo recomiendo bastante si tienen la oportunidad de verlo, de allí llego una parte de la inspiración, no sabia como desarrollar la idea de una forma dulce y luego viendo el caso de Kisa como por quinta vez me fije en algo que dijo un compañero de Yukina "no tienes por que preocuparte con tu apariencia, seguramente seras la mascota de alguna vieja adinerada" si y surgió esta un poco bizarra idea no se, no es masoquismo ni nada de eso, si alguien sabe de la obra sabrá que esto sera algo dulce y tierno como lo es la relación de estos dos, espero la idea los atrape, bueno sin mas disfruten


Capitulo 1

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Una potente tormenta azotaba el devastador panorama, un pequeño pueblo había sido victima de la impredecible madre naturaleza, un deslizamiento de tierra que enterró tanto a sus habitantes como a sus pertenencias, entre los cadáveres y trastos destruidos se movía ágil la pequeña figura de un niño con cabello castaño y ojos color miel, un sobreviviente, un niño que desobedeciendo las ordenes de su madre se había alejado demasiado del pueblo salvándose de ser sepultado bajo tierra, pero ahora buscaba desesperadamente entre los escombros alguna señal de sus padres, por azares del destino entre esa masa de gente y tierra encontró la castaña cabellera de su madre

-...mami...¡MAMI!-El pequeño corrió con sus ultimas fuerzas desplomándose cerca de su progenitora, al fin la había encontrado, se permitió llorar mientras la llamaba, parecía un milagro que la mujer aplastada por lo que parecía un árbol abriera los ojos, respondiendo al llamada de su único hijo

-Gracias a Dios que estas bien mi pequeño Kou-Con mucho esfuerzo la mujer alzo su mano para limpiar un poco el sucio rostro de su travieso retoño-Escúchame, hijo tienes que ser fuerte, cosas difíciles vendrán, pero te aseguro que no estarás solo, Siempre estaré a tu lado-Los ojos se le cerraban, sentía que la vida se le escapaba, apretó con fuerza la mano de su pequeño pero no era suficiente para mantener su alma en este mundo-Adios Kou, mami te ama-Un ultimo beso basto para la mujer que cayo inmediatamente sin vida y aun con solo 8 años el pequeño Kou Yukina entendía que su madre no volvería abrir los ojos, pero aun entendiéndolo no podía evitar llorar y suplicarle entre sollozos que volviera

Un joven adulto despertó derepente, apenas eran las 3 de la mañana y ya se le había espantado todo el sueño, se levanto con pesadez a lavarse la cara, ya estaba acostumbrado para esa fecha siempre recordaba el incidente, la muerte de todos sus seres queridos, justo el día del cumpleaños de su fallecida madre, recordaba como antes de que todos despertaran el escapaba por la madrugada de su casa para recoger flores en un lejano claro como obsequio, y como si su madre se lo recordara desde el mas allá jamas perdió esa costumbre, todos los años el día de su cumpleaños Yukina llevaba lirios blancos a la tumba de su madre, solo ese día.

Aunque la ciudad y su pueblo natal quedaran un poco lejos, levantarse temprano había sido de gran ayuda, después del largo viaje había llegado justo a tiempo para su trabajo, dejo a su cansado caballo y se dirijo a un elegante salón social, habían pocas personas pues la fiesta empezaba a media noche, sus compañeros lo saludaron, rápidamente se encamino hacia su camerino, hoy como todos los principios de mes, tenia que dar un excelente servicio a las señoras de alta clase que asistirían a la fiesta y al finalizar la velada junto con sus compañeros serian escogidos para servir por ese mes exclusivamente a una de esas urgidas mujeres, la paga era buena y le ayudaba a llevar el nivel de vida que mantenía

La fiesta comenzó y se dispuso a ser un gran anfitrión, sonreía, coqueteaba y les hacia creer a esas mujeres que las amaba pero la verdad es que no importaba cuanto pagaran aquellas cuarentonas jamas conseguirían su amor, el iba con cualquiera mientras esta pagara, para que ocultar con finos nombres su profesión, ya estos años habían vuelto su voluntad de acero sabia que ninguna mujer de verdad lo amaba lo había aprendido por las malas, solo era un objeto para ellas por lo cual había que pagar para obtener lo que querían y eso jamas cambiaría, pero no estaba triste ¿que mas daba?, esa era la vida que había elegido

Por mas que pagaran no le gustaba, sus caricias, sus besos jamas le habían dado placer, odiaba a las mujeres, pero allí estaba sonriendoles y brillando con luz propia, el momento de la subasta llego y con el ese sentimiento agridulce cada vez que su precio aumentaba, como la primera vez, pero esta vez una voz masculina y muy gruesa fue la que dio un montón que ninguna mujer se atrevió a sobrepasar. Su mirada se poso en el hombre, alto, fornido, piel morena, pelo largo y negro, ojos cafés los cuales le dedicaron una fría mirada

-Sera un placer servirle todo este mes, maestro-el hombre frunció el entrecejo-¿Señor...como desea que lo llame?-Se sentia un poco nervioso jamas habia estado con un hombre y no quería admitir que le asustaba la idea

-Mocoso, No me servirás a mi

-Entonces, ¿A quien?

-No desesperes-El hombre hablo un poco mas con su jefe, el anciano hombre lo miro

-Sabia que llegaría este día, Adiós Kou-con su arrugada mano desordeno con cariño sus cabellos, el conocía esa clase de despedida y no pudo evitar que su corazón se oprimiera, aun con tan alta suma de dinero alguien había logrado comprarlo, había perdido la libertad que ese anciano hombre le dio, ahora era en definitiva solo un objeto.

CONTINUARA