DISCLAIMER: Los personajes Naruto y todo lo relacionado con ellos, pertenecen a Kishimoto Masashi. "Inexplicable" es propiedad de Inner Angel.
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Inexplicable
By Inner Angel
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No matter what darkness lies ahead,
I will pursue that path.
No matter what,
I will obtain power!
My dreams are not of the future.
My dreams are of the past.
Uchiha Sasuke
-I-
Había cosas que eran, sencillamente inexplicables.
Sasuke lo sabía bien.
Por ello evitaba con todas sus fuerzas el racionalizar más de la cuenta. En especial cuando se trataba de mujeres.
Las mujeres no tenían sentido. ¡Cualquier hombre sabía eso!
Además, con la mayor ambición de su vida a punto de ser lograda, él no tenía tiempo para ocuparse de chicas y de sus complejidades, al menos no por el momento.
Pero eso no hacía menos cierto que su cuerpo tenía necesidades naturales y que esas necesidades debían ser atendidas con cierta frecuencia al menos, o no dudaba que terminaría como Juugo en uno de sus ataques de furia asesina.
Es por eso que había hecho su costumbre el buscar alivio para esas funciones fisiológicas sin llevarse complicaciones innecesarias. El dinero simplemente cambiaba de manos y él obtenía una merecida descarga de tensión. Era un procedimiento sencillo y conveniente al que él, ya estaba más que acostumbrado.
Mientras estuvo con Orochimaru, tales cosas eran totalmente comunes, sin límites respecto a la cantidad, edad o género de los participantes. No eran ningún secreto todas las perversiones que alimentaba el legendario sannin, tanto con sus adoradas serpientes como con hombres jóvenes, especialmente.
Sasuke tampoco pensaba mucho en eso. Él era un ninja después de todo, y su cuerpo no era más que su instrumento de trabajo. Todos sus sacrificios bien valían la ganancia de poder que había experimentado.
El poder para matar a su hermano Itachi y vengar a su Clan.
Su mente estaba completamente enfocada en lograr su meta. Nada podía distraerlo o desviarlo de su misión. Ese era el camino que había elegido.
El camino del poder.
El camino de la oscuridad.
Pero como suele pasar cuando se está tan cerca de la meta, se presentó para él un problema inesperado.
O no tanto, quizás, si se toma en cuenta la terquedad de Naruto por llevarlo de vuelta a Konoha.
Era la tercera vez que veía a sus viejos compañeros de equipo desde aquel día, en escondite de Orochimaru, cuando lo encontraron por primera vez con la estúpida pretensión de salvarlo.
Pero esta vez había algo diferente.
O más bien había algo que, si bien siempre estuvo allí, era ahora, por primera vez, que verdaderamente se hacía notar.
Haruno Sakura.
Sasuke siempre dijo que sus sueños y su futuro estaban en el pasado.
Nunca, tales palabras habían sido más ciertas.
Su pasado le acababa de golpear en la cara con tanta fuerza que tenía suerte de tener su cabeza aun pegada al resto de su cuerpo. Si el puño enguantado de Sakura le hubiera pegado de lleno, él no hubiera vivido para contarlo.
Entonces la miró verdaderamente, por primera vez en su vida. Y ya no vio a la niña enamorada y debilucha que le fastidiaba la vida más que Naruto –lo que ya era bastante decir. Ahora vio a una mujer que era toda una kunoichi por derecho y méritos propios. Una mujer dispuesta a lastimarlo, incluso a matarlo, si él siquiera amenazaba con vulnerar aquello que era precioso para ella.
Desde ese día, sin explicación, su propia mente comenzó a traicionarle.
Y los recuerdos lejanos de una niñez que quería olvidar empezaron a plagar su mente.
Ahora no podía apartarla de su recuerdo.
Ni de sus deseos.
-II-
Sakura podía, si quería, marcar el día y la hora exacta en que por fin dejó de ser una niña.
Fue algo vergonzoso para ella ir hasta donde su padre y decirle que estaba sangrando, que necesitaba ir a la tienda. Más lo fue para el pobre hombre, el tener que acompañarla y pagar por sus primeras toallas sanitarias, pero igual los dos se apañaron lo mejor que pudieron. Su madre se reiría después de ellos sin piedad.
Tenía muy presente también la situación que la forzó a tomar por primera vez y con toda seriedad, su carrera como kunoichi. Un ninja no necesita tener un cabello largo o unas uñas perfectamente manicuradas. Necesita agallas para luchar. Y Sakura descubrió las suyas ese día, en el bosque de la muerte, durante los exámenes chunin.
También podía recordar con precisión, el momento en que se sintió por primera vez en su vida como una kunoichi protagonista en su propia aventura y no como el personaje de relleno en un serial de moda.
Su pelea con Sasori, el maestro marionetero de Akatsuki.
Ella siempre estuvo dispuesta a todo para proteger y luchar por lo que amaba, pero nunca se sintió con la fuerza necesaria para hacerlo hasta sus últimas consecuencias. Ahora no dudaba más de sus propias habilidades. Sabía cuales eran sus límites y sus mejores armas, y no tenía miedo a usarlas. Su papel como médico sólo reforzaba aun más sus fortalezas.
Fue, en definitiva, un antes y un después para su autoestima.
Atrás había quedado la ninja que miraba con impotencia las espaldas de sus compañeros de equipo alejándose en la distancia. Atrás habían quedado todos los complejos de inferioridad por ser mujer, por no pertenecer a un gran clan, por ser frentona, por no ser la más bonita o por tener el cabello rosa.
Ahora estaba caminando hombro con hombro con sus compañeros de equipo, segura de sí misma y de su papel en el desarrollo de su propio destino.
Ya no tenía miedo.
Y el momento en que comprendió todo esto, y se dio cuenta de la verdadera magnitud de todos los cambios por los que había pasado, fue el día en que le rompió la cara de un sólo puñetazo a Uchiha Sasuke.
Nada se sintió mejor en la vida que el saberse capaz de ello.
Saber que ya no estaba atada a sus propios sentimientos por él y que podía enfrentarlo como igual, fue un momento decisivo para Sakura.
Ella, al igual que Naruto, lucharía siempre por salvar a su viejo compañero de equipo.
Pero no a cualquier precio. Ya no.
Porque la venganza y la traición eran un camino que el propio Sasuke había elegido, y ella no iba a anteponer su egoísmo de niño malcriado por encima de la vida y el bienestar de aquellas cosas en las que ella creía y que había jurado proteger: su aldea, sus amigos, sus ideales, la paz de lo que es justo y bueno en el mundo.
Por fin estaba fuera de la sombra de quien, una vez, significó todo su mundo. Por quien una vez, estuvo dispuesta a dejarlo todo.
El Sasuke del pasado nunca existió verdaderamente fuera de sus fantasías adolescentes, y el de ahora era alguien que ella desconocía y quien probablemente le odiaba luego de semejante golpe directo sobre su ego hiper-inflado de vengador incomprendido.
Ahora sólo quedaba Haruno Sakura. Una mujer independiente e inteligente, que se definía a sí misma en lugar de ser determinada por los afectos de los demás.
Él era tan sólo un recuerdo del pasado.
Y ella, ya no lo amaba.
-III-
La situación se convirtió en un completo caos tan repentinamente que Sasuke no podía más que maldecir su suerte.
Estaba muy oscuro como para ver con claridad a su alrededor y toda la base subterránea retumbaba peligrosamente con las explosiones que sonaban sobre su cabeza. Estaba completamente solo. El resto de Hebi se había dispersado, tratando de cubrir más espacio y de despejar el camino delante de él.
Pero todos los esfuerzos de infiltración habían resultado inútiles. No había señales de Uchiha Itachi en la enorme base Akatsuki por la que ahora se desplazaba. Era evidente que la escurridiza comadreja se había marchado justo a tiempo, dejándolo como siempre con las ganas de matar a flor de piel. Y para hacer de su día una mierda más complicada todavía, los ninjas de Konoha eligieron ese momento para atacar el lugar, con lo que la situación se fue al quinto infierno rápidamente.
Tenía que moverse y salir de allí cuanto antes. No podía seguir perdiendo el tiempo en una empresa inútil a sus intereses. Konoha bien podía encargarse de destruir el lugar si quería. Su objetivo personal era luchar contra su hermano, no salvar al mundo de las locuras del célebre grupo que amenazaba con desestabilizar la intrincada organización ninja desde sus bases.
Moviéndose con la gracia que le es natural a un ninja de su calibre, Sasuke comenzó a avanzar como una sombra más en la dirección por la que sabía, existía una salida secundaria. A estas alturas todas las vías de escape estarían resguardadas seguramente, así que se preparó mentalmente para la lucha. Igual era a lo que había venido, así que un poco de práctica con sus viejos compatriotas no le vendría nada mal para ventear algo de su creciente frustración.
Entonces, lo que se encontró al doblar el recodo y entrar en la antecámara que conducía a las escaleras de salida lo hizo reconsiderar su suerte.
A un lado del lugar, atendiendo a un par de ninjas mal heridos e inconscientes, estaba su más reciente fuente de preocupación.
"Sakura".
Sasuke saboreó con cuidado como su cuerpo se tensó bajo la caricia de su voz. Ella no se había percatado de su presencia a sus espaldas, tan concentrada como estaba en la atención médica del shinobi a sus pies.
Sin voltear a verle o relajar su guardia, la joven contestó con una seguridad que rayaba peligrosamente en indiferencia.
"Uchiha Sasuke, ¿qué te trae por aquí? Vas de salida, espero…".
No había señales del resto de sus compañeros de equipo pero era probable que la separación fuese momentánea y que estuvieran en camino. El complejo subterráneo era muy amplio e intrincado pero igual debía actuar rápidamente si quería sacar ventaja de la situación.
"Eso depende de ti, Sakura".
"¿De mi?"
Antes de que la joven kunoichi pudiese moverse más allá de un cambio de postura defensiva a una ofensiva, Sasuke ya la tenía aprisionada entre su cuerpo y la pared a sus espaldas, completamente inmovilizada bajo su peso.
"Depende de si vas a colaborar, o a poner resistencia".
Se sentía muy bien tenerla allí, completamente pegada a su cuerpo. Su calor era intenso y las curvas de su pequeña figura se amoldaban a las suyas a la perfección. Era una mujer menuda, pero el increíble poder que escondía su cuerpo aparentemente delicado y femenino lo excitaban de maneras que él mismo no podía explicar.
Porque ella estaba allí dejándose someter por él, al menos por el momento. Sasuke sabía por experiencia que un puñetazo era más que suficiente para hacerlo lamentar el haberle puesto las manos encima. La amenaza en sus próximas palabras era testimonio de ello.
"Sasuke, no se que estés tramando ahora, pero si no te quitas en este inst….".
A Sasuke le gustaba su voz, pero más le gustaban esos labios rosados y carnosos que estaba comenzando a saborear, acallando sus palabras con besos que tenía tres semanas soñando con darle. Desde su último encuentro, su deseo se había encendido y no importaba cuantas prostitutas pagase, siempre se encontraba imaginando en ellas el rostro, el cuerpo, la sonrisa de su ex – compañera de equipo, mientras se corría con su nombre en los labios.
Era evidente para él que nada más que la propia Sakura, fuente de su más reciente e inexplicable tormento, podía aplacar la sed de su deseo.
Y él no se iba a quedar con las ganas.
-IV-
Todos los que la conocían sabían a la perfección que Sakura era una mujer de armas tomar, que no soportaba abusos ni estaba dispuesta a tolerar desprecios de parte de nadie.
Esto, junto con su volátil temperamento, eran una combinación letal. Sus reacciones rayaban, con mucho, en lo monstruosamente peligroso por lo que la joven kunoichi trabajaba todos los días en mejorar una paciencia demasiado corta ante la excesiva estupidez, o ante Naruto. Era lo mismo en realidad.
Cuando algo no le gustaba lo decía sin tapujos, y cuando las palabras fallaban, sus puños hablaban por ella.
Sin embargo, la situación totalmente inexplicable en la que estaba metida la silenció efectivamente; tanto como el beso que estaba recibiendo de Uchiha Sasuke.
El infame vengador simplemente se había arrojado sobre ella para proceder a devorar su boca como un mendigo a un plato de los más exquisitos manjares. Sus labios se movían con intención y fuerza, succionando y acariciando con firmeza. Su presencia lo llenaba todo, haciendo imposible el ignorarle, o hacer algo más que igualar el ritmo frenético de su boca.
Cuando el oxígeno comenzó a hacer falta, el asalto se detuvo. Sakura abrió los ojos todavía aturdida para encontrarse con una mirada tan orgullosa y altiva que debería estar prohibida por ser una amenaza contra la humildad mortal y mundana de los demás seres humanos.
Eso bastó para hacerla recuperar un poco la cordura, claro.
"¡Suéltame… ahora!", dijo con los dientes apretados.
"¿A quién quieres engañar, Sakura? Tu sola puedes soltarte con esa fuerza monstruosa que tienes… pero no lo has hecho".
"Cierto, para ello tendría que matarte, y la verdad sería muy engorroso llenar de sangre mi falda favorita".
"Yo puedo arreglar eso…", sus manos se movieron rápidamente, levantando la falda para acariciar sin reservas su trasero cubierto por los shorts de trabajo. Sakura no podía sino permanecer completamente anonadada con su descaro. Su boca procedió entonces a atacar su cuello poniendo más besos sobre su piel y subiendo considerablemente la temperatura de la habitación.
Ella nunca hubiera creído que Sasuke podía ser sexualmente tan agresivo, en especial considerando que su actitud siempre fue más bien indiferente y estoica, particularmente en sus interacciones con el sexo opuesto. Ahora no sólo demostraba que estaba interesado, sino que la deseaba.
La vida, desde luego, tenía un maldito sentido del humor.
Tres años atrás hubiera matado de buena gana por recibir semejantes atenciones del joven Uchiha. Había llorado mil y una lágrimas por su partida, por su desprecio, por su indiferencia. Pero ni todo el llanto del mundo podía devolverle lo que nunca había sido suyo.
Ahora, con el repentino asalto sexual al que estaba siendo sometida, se sentía más desconcertada que excitada la verdad.
¿Sería una trampa, quizás?
¿Estaría tratando de manipularla?
¿O acaso estaba atrapada en algún tipo de genjutsu?
La preocupación competía de cerca con las reacciones naturales de su cuerpo a las atenciones de Sasuke. Y eso, definitivamente, no lo iba a permitir.
Una de sus manos subió por la espalda ancha y masculina hasta enredarse en el cabello corto y rebelde, en la parte posterior de su cabeza.
Cerrando su puño, Sakura lo haló con fuerza por los cabellos, forzando a Sasuke a separarse de su cuello y detener el dulce tormento a sus sentidos. La expresión en su rostro le informó de inmediato que la resistencia a sus atenciones era, sorpresivamente, bienvenida. De hecho Sasuke parecía complacido con su reacción y eso sólo sirvió para exasperar más a una Sakura que estaba perdiendo rápidamente la paciencia. Necesitaba recuperar el control y pronto.
"Me parece que no lo has entendido… suéltame ahora, o sufres las consecuencias".
"¿Me estas amenazando, Sa-ku-ra?"
"Tómalo como quieras".
"Eso es exactamente lo que hago… tomar todo lo que quiero".
Sasuke siempre había sido orgulloso en exceso, pero ahora su arrogancia sobrepasaba todos los límites conocidos y registrados en los anales del viejo Team 7. Cierto que tenía razones para serlo, pero no por ello Sakura iba a permitir que la intimidaran esos ojos rojos como la sangre, marcas inequívocas del poder de su legado.
Ella ya no era la misma de antes, después de todo.
Una pequeña e inocente sonrisa afloró entonces en respuesta, al tiempo que su otro puño se cerró lentamente. El sonido del cuero de su guante estirándose y crujiendo bajo la presión del chakra concentrándose en su mano, fue advertencia suficiente.
En un segundo Sakura estaba lanzando un gancho de izquierda que Sasuke evitó por milímetros, impulsándose abajo y hacia atrás, fuera del alcance de la fiera kunoichi.
La mirada que intercambiaron entonces dejó en claro que ninguno de los dos iba a cederle un milímetro al otro sin luchar con uñas y dientes. Sakura estaba tan furiosa con el abuso del Uchiha que el suelo bajo sus pies comenzó a resquebrajarse, mientras que él continuaba evidentemente complacido con cada una de sus reacciones.
¿Qué estaba buscando sacar con todo esto? ¿Cuáles eran sus motivos?
Las preguntas se multiplicaron en su cerebro pero las respuestas tendrían que esperar.
Apenas y pudo reaccionar cuando Sasuke ya estaba a sus espaldas, sus brazos rodeándola y aprisionándola efectivamente en un agarre firme, pero que no tenía la fuerza requerida para retenerla, aun sin usar chakra.
Él estaba jugando con ella, eso era evidente ahora.
"Te has vuelto muy fuerte, Sakura". Sus cuidadosas palabras vibraban desde su pecho y su voz era una caricia para todos los sentidos. La joven kunoichi no pudo evitar estremecerse, insegura de si era a causa de su propia furia o de la pasión que comenzaba a arder en su vientre.
"¡SAKURA-CHAN!"
Sin romper el abrazo en el que estaban, ambos voltearon en dirección a la previsible y conocida fuente del escándalo.
"Eres tan inoportuno como siempre, dobe".
"¡¡Sasuke-teme!! ¿Qué rayos haces aquí? Y suelta ya a Sakura-chan o te vas a arrepentir…". Naruto parecía un tazón lleno de ramen en rápida ebullición, como siempre que veía a su eterno amigo y rival.
"Ku-ku-ku", la risita siniestra del Uchiha fue acompañada por unos sellos demasiado rápidos para ser vistos por el ojo ordinario. El jutsu se activó en la forma de mil serpientes de diversos tamaños y colores, que salieron disparadas en todas direcciones a su alrededor, envolviéndoles y obscureciendo totalmente la visibilidad, al llenar el lugar a tope con sus escamosas pieles y su escalofriante siseo.
Sakura no podía ver nada, pero si sentir unos labios cálidos rozando su oreja.
"Hasta la próxima vez, Sa-ku-ra".
Sin más, todo había terminado.
Las serpientes se esfumaron tan rápido como llegaron, junto con su amo.
La mirada ansiosa de Naruto demandaba explicaciones sobre lo que había ocurrido. Explicaciones que una muy irritada Sakura no tenía.
Pero que, definitivamente, deseaba obtener.
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NDA: Pues aquí está lo prometido: un pequeño sasusaku. Por los momentos lo marco como one-shot y queda completo. Si la inspiración llega de nuevo le haré una segunda parte pero por ahora les dejo ese próximo encuentro a su imaginación… X3
Editado: 221108
Una revisión rápida para corregir detalles menores antes de publicar la continuación.
Gracias a todos los que dejaron un review. El próximo capítulo está dedicado a cada uno de ustedes!
