Disclaimer:Los personajes y demás material de Batman no me pertenecen. Alguno que otro personaje inventado si, pero el resto no. La trama es mía, y haré lo que yo quiera con ella :).

Universo Alterno basado en "El hijo de Batman".

Summary:

Barbara Kean-Gordon murió dando a luz a su única hija durante una crisis en Ciudad Gótica. La niña fue vendida y dada por muerta por su padre, quedando así a merced del sistema y del bajo mundo hasta perderse a si misma.

Por las casualidades del destino Talia al Ghul la encuentra y al ver potencial en ella, la toma bajo su ala, entrenándola para un solo y único propósito: Ser guardiana y protectora de su hijo Damian.

Prologo.

Parte 1: Cuando la oscuridad lo cubre todo.

|| Año Cero ||

El caos reinaba en Ciudad Gótica.

Aunque desde cierto punto de vista eso no era extraño, aquel día el infierno parecía haber llegado a la tierra reticente a irse. Los edificios se incendiaban y derrumbaban sobre si a causa de bombas colocadas en sus mismo cimientos, la gente desprovista de maldad al final rebelaba su lado oscuro al salir a la calle con el rostro cubierto a saquear negocios, casas y todo aquello que se cruzara por su camino. Se escuchaban gritos, suplicas, choques de auto y ruidos estrepitosos, todos ellos apocados de vez en cuando por más horribles explosiones.

— ¡Jefe Gordon! — Llamo fuertemente el oficial Simon Jackson mientras entraba a la oficina del nuevo Jefe de Policía de Ciudad Gótica — Estamos listos para la reunión, apresúrese por favor.

James Gordon se giro y asintió mientras el oficial de policía salía de la habitación tan rápido como había entrado. La expresión asustada del hombre era la misma que el mismo tenia interiormente pero no podía demostrar: como el nuevo jefe -desde hace una hora cuando el auto del Jefe anterior había estallado con el adentro- debía mostrarse fuerte y decidido aunque no se sintiera así. Miró a través de la ventana de su oficina a pesar que en ella no había nada que realmente le perteneciera: Gótica parecía haberse convertido en el mismísimo infierno.

Gordon abandono su lugar detrás del gran escritorio de madera y lentamente tomo el control de la televisión, se giro hacia el aparato encendido silenciosamente solo para ver distintas imágenes de destrucción, maldad y muerte que sucedían en toda la ciudad, aquello a lo que el debía enfrentarse lo mas rápido posible. Tratando de reunir valor presiono el botón de apagado y dejando el control remoto de nuevo en su lugar, salio de la habitación imitando el paso de Jackson. Mientras caminaba aseguro de nuevo su chaleco antibalas, palmeo su arma enfundada con la otra mano por reflejo, debía estar listo para salir de la efímera protección que la estación de policía le proporcionaba.

En la sala principal, donde los escritorios de los detectives se apilaban, la mayoría del personal que se había reportado esperaba ansioso y expectante, todos ellos habían venido con la intención de dar su vida por la ciudad y aunque James esperaba que sus decisiones fueran las correctas, un rápido vistazo a los escritorios vacíos le dio un mal presentimiento. Muchas vidas dependían de su accionar.

— Muy bien, repórtenme — Indicó profesionalmente una vez sus compañeros le hicieron espacio en la ronda que habían hecho en torno a gran mapa de la ciudad.

Uno de los pocos policías de la viaja escuela se aclaro la voz para llamar la atención antes de hablar: — Básicamente la mierda pinta mal. El alcalde acaba de renunciar antes de abordar un helicóptero a Washington y salvar su trasero. Nuestras fuerza no alcanza para cubrir todos los disturbios, pero como ordenaste, todos los refuerzos se están reuniendo en el centro de la ciudad y sus cercanías para evacuar a la zona de las explosiones, los bomberos y cuerpo medico esperan nuestra luz verde para ingresar a la zona afectada. La turba furiosa se acerca al centro también y pronto habrá una batalla campal, habrá muchos muertos sin duda. La buena noticia es que la seguridad privada de Empresas Wayne es buena y han conseguido hacer un perímetro en torno al edificio que los saqueadores aun no han violado, han solicitado nuestro apoyo.

— Perfecto, envía a todas nuestras unidades ahí y que se organicen, debemos evitar que los civiles sigan haciendo estupideces. ¿Alguna pista de quien puso las bombas?.

— Nada seguro, el caos es tal que podría ser cualquiera.

— Genial — Dijo sarcásticamente James antes de mirar el mapa — Debemos evitar que la turba siga avanzando, pondremos barricadas aquí, aquí y aquí — Ordeno señalando puntos específicos de la cuidad — Comenzaremos a desbaratar el grupo desde el edificio de Empresas Wayne, contacten con el ejercito y que avancen desde las afueras de la ciudad, los acorralaremos. ¡Vamos, a moverse!.

El movimiento de gente fue instantáneo y los oficiales se movilizaron para cumplir sus órdenes. La secretaria de la estación se acerco en ese momento casi corriendo y con la respiración entre cortada: — Jefe Gordon, llamaron del Hospital, su esposa tuvo un accidente y entro en trabajo de parto.

James se quedo ahí parado por unos segundos completamente asustado. Su esposa Barbara no se suponía que entrara en trabajo de parto hasta dentro de un mes mas, si el bebe ya estaba aquí significada que su estado debía ser malo. Completamente aterrorizado miro alrededor esperando que alguien le dijera lo que tenia que hacer. No podía simplemente ir con su mujer dejando al resto del Departamento a su suerte... pero tampoco dejar a su suerte a su esposa y primogénito.

— Entiendo, gracias por avisarme Susan, yo lo arreglare — Atino a decir antes de volver corriendo a la oficina cerrando la puerta tras de si. Con rapidez marco el numero de su esposa, maldición cada vez que el temblor de sus manos le hacían confundirse en el marcado hasta que lo consiguió — Responde, responde, vamos Bars, responde... — Susurró una y otra vez mientras el sonido de llamaba le perforaba el oído.

— James — Respondió la voz baja pero dulce de su esposa — ¿Te encuentras bien?.

— ¡Jesús Barbara!, si me encuentro bien pero eso no importa, ¿como estas tu? ¿Como esta el bebe? — Contesto rápidamente el hombre sintiendo como el ritmo de su corazón bajaba un poco.

— Estoy bien, sufrí un pequeño accidente cuando las explosiones comenzaron pero me trajeron rápido al hospital. Los doctores dicen que el bebe se asusto y quiere salir, me practicaran una cesaría dentro de poco. No hay peligro inminente.

— ¡Dios, que bueno! — Casi lloro antes de tomar aire tratando de relajarse — Yo este, tratare de estar contigo lo mas rápido que pueda pero aquí...

— Lo entiendo — Interrumpió su esposa con una pequeña risa — Eres el nuevo Jefe de Policía, ellos te necesitan en este momento, ve.

El hombre se quedo en silencio por largos segundos antes de contestar con un hilo de voz: — ¿Estas segura Barbara? — Pregunto James en tono serio.

— Conozco al hombre con el que me case, cierra la boca y haz lo que tengas que hacer. Tu hijo y yo esperaremos por ti.

Gordon cerro los ojos mientras tomaba la decisión mas difícil de toda su vida: — Bien Barbs, enviare una patrulla al hospital, confió en que estés bien mujer, eres el ser mas fuerte que he conocido alguna vez. Es una de las cosas que amo de ti.

Una explosión se escucho cerca de la estación de policía, los muebles y papeles temblaron y James supo que era hora de moverse.

— Estaré bien Jim.

— Juro que estaré a tu lado lo más rápido que pueda mi amor, lo juro por todo aquello que tengo en esta vida. Te amo Barbara, te amo demasiado.

— Yo también te amo, nos veremos.

— Si — Respondió Gordon antes de cortar con un mal presentimiento encima. Con un suspiro el nuevo Jefe de Policía de Gótica se unió a sus compañeros antes de comenzar a moverse en un intento de traer la paz de nuevo a la ciudad.

Sin saberlo, James Gordon se había condenado para siempre.

En el Hospital General de Cuidad Gótica, Barbara Kean-Gordon sonrió tristemente al tiempo que escuchaba a su esposo cortar la llamada. Preocupada, se pregunto si el estaría bien y si alguna vez la perdonaría por la gran mentira que le había dicho. Rogó en silencio por que Jim la perdonara y se perdonara a si mismo.

— ¿Ya esta? No podemos retrasar mas esto — Indicó la enfermera que sostenía su teléfono celular en su oreja. La pelirroja asintió y la enfermera rápidamente comenzó a moverse al rededor de su camilla. Ella ya no podía moverse por voluntad propia, no después de que el impacto de una bomba volteara su auto y un trozo de hierro lastimara de gravedad su columna vertebral. Solo podía mover su cabeza. Miró alrededor de la habitación donde mas enfermeras, enfermeros y médicos corrían a su alrededor con lastima en sus ojos. Ella no sobrevivía, lo tenía claro, ahora lo que quedaba era salvar a su hijo. A su niña. Cuando quedo embarazada ambos habían decidido no saber el sexo del bebe para que fuera una sorpresa a pesar de ser padre primerizos. Sin embargo las ultimas ecografías que le había hecho para ver el estado del bebe le habían revelado que seria madre de una hermosa niña.

Con lagrimas deslizándose por su rostro, el doctor se acerco para decirle que iban a comenzar con la cesaría.

Pocas horas después, decenas de heridos más entraron por la puerta del hospital.

Nadie noto cuando una de las enfermeras entro a la zona de recién nacidos silenciosamente y miraba a los bebes dormidos. La mujer, con uniforme de enfermera y un barbijo que ocultaba la mitad de su rostro, rondo por el lugar hasta detenerse frente a una cuna igual al del resto. El bebe dentro, una personita envuelta en una manta rosa, la miraba detenidamente sin dormir. Sus ojos azul cielo eran hermosos. Mirando alrededor por si alguien la veía, tomo al bebe y salio de ahí tan rápido como había entrado. Camino por los pasillos oscuros del hospital sin que la vieran -cosa que no era difícil pues la central eléctrica de la ciudad también había sido atacada-. Llego sin problemas a la sala de enfermeras y tomo una chaqueta que no era suya, antes de envolver al bebe en ella y salir corriendo de ahí.

Salio por la entrada trasera del edificio y miro alrededor antes de concentrarse en una figura oscura apoyada sobre una pared. Con ojos entrecerrados y cuidadosa se acerco al hombre que la había contactado horas antes para aquel trabajo. Al estar mas cerca noto que el hombre traspiraba y estaba visiblemente alterado, tal vez drogado. Algo histérico el hombre tardo en notarla y cuando lo hizo miro directamente el bulto entre sus brazos.

— ¿Es ella? — Pregunto el hombre tomándose las manos claramente ansioso.

— Si. Mi dinero — Exigió la mujer directamente.

El hombre arrojo la mochila que llevaba sin problemas ni reparos.

— Ahí esta lo que acordamos. Dámela — Dijo y sin mas tomo al bebe de las manos de la enfermera. La mujer rápidamente tomo la mochila y abriéndola contó el dinero antes de asentir y largarse corriendo de ahí. El hombre hizo lo mismo y subió a su auto alejándose del lugar.

Pocos segundos después, una bomba exploto dentro en el Hospital General de Ciudad Gótica.

James Gordon estaba sentado en la calle frente al Hospital de Gótica. Su mirada ausente y vidriosa miraban el suelo mientras a su espalda los bomberos y médicos trabajaban para apagar el incendio que se había extendido por dos pisos del edificio y salvar a todos los sobrevivientes que pudieran. Ya casi lo conseguían, así que nadie más necesitaba al Jefe de Policía por ahora.

El mundo a su alrededor seguía corriendo pero el se quedo en esa misma posición, mirando a la nada con sus manos temblando y un visible tic nervioso en su rostro. Sus emociones eran tantas que se sentía mareado: ira contra si mismo y contra el resto del mundo, angustia por su perdida, miedo, terror, tristeza, soledad.

Al final el único que se atrevió a acercarse al hombre fue su viejo amigo Simon que sin decir una palabra se sentó en la acera a su lado. Los minutos pasaron y casi media hora después James solo comenzó a hablar.

— Barbara no sobrevivió a la cesaría, no tuvo ninguna posibilidades y ella lo sabia; me mintió para que me quedara ayudando a la ciudad — Dijo simplemente antes de que lagrimas comenzaran a salir de sus ojos. — Tuve una hija, la enfermeras me dijeron que le pusieron Barbara como su madre. Murió cuando el fuego se acerco a la sección de recién nacidos, no pudieron salvarla a tiempo y ni quiera quedo nada de ella que pudiera enterrar. Yo... yo no se que hacer Simon, de verdad que no lo se — Medio lloro el hombre antes de cubrirse el rostro con sus manos y llorar con todas sus fuerzas.

Nadie cuestiono la actitud de James Gordon pues lo había perdido todo en pocas horas.

El hombre conocido como David salio del auto con cuidado para no despertar a la bebe. A su nueva hija. Con rapidez miro alrededor para revisar que nadie lo siguiera antes de entrar a la viaja y destartalada casa. Ni bien cerro la puerta tras de si, los gritos de su esposa se escucharon potentemente en el comedor seguido del ruido de objetos siendo arrojados.

— ¡Destiny! ¡Mi bebe! ¡¿Donde estas?! — Rugió la mujer mientras tomaba una silla y la arrojaba contra el suelo haciendo que la madera se destruyera contra el suelo — ¡Destiny! ¡Mi bebe! ¡Destiny! ¡¿Donde estas?! ¡¿Donde te metiste?! — Gritaba con todas sus fuertes mientras se movía de un lado para otro buscando descontrolada con sus ojos verde inyectados de sangre.

— Dan, cálmate, amor — Trato de llamar David pero su esposa seguía descontrolada — ¡Dan, despertaras a la bebe! — Grito luego de tratar por varios medios de conseguir la atención de la mujer sin conseguirlo. Lo único que despertó a Dan de su ataque fue cuando la bebe comenzó a llorar inevitablemente. La ojiverde miro a su esposo y luego al bulto que sostenía. Con ojos iluminados se acerco cuidadosamente al bebe que inmediatamente llego a sus brazos, llenándolos completamente.

— ¿Quien es ella? — Pregunto a David luego de mecer a la bebe dulcemente hasta que volviera a dormirse.

— Es Destiny.

— ¿Que? Si... Espera, no, no puede ser. Destiny estaba llorando y... — La mujer se quedo estática con la mirando a la nada antes de comenzar a gimotear angustiada — Y yo quería que se callara y... y, la tome y... fui mala con ella...

— Shh, no, calma mi amor, ella es Destiny, la lleve al hospital y la arreglaron, solo... Debes tener mas cuidado con ella querida, es un personita frágil, debes cuidarla.

— Debo cuidarla — Repitió la mujer con una sonrisa y se alejo, convencida de que su hija debía descansar.

Mientras Dan llevaba a Destiny a su habitación, David miro la sala destruida y con un suspiro subió las escalares hasta la habitación principal. Ahí se acerco hasta el armario abriéndolo y sacando una caja de cartón que contenía algunos papeles y basura. Con algo de culpa tomo la pequeña banda medica que minutos antes había tenido la niña en su bracito. Leyó por última vez la fina letra que decía el verdadero nombre de la criatura: "Barbara", antes de ponerlo debajo de la basura, cerrar la caja y el armario.

Sin apuro, el hombre busco los gramos de cocaína que había ocultado en su traje el último par de horas. Con una sonrisa perezosa saco la navaja y preparo todo con clara práctica antes de esnifar lo más rápido que pudo la mercancía. Era buena, unos pocos segundos después todo minúsculo rastro de culpa había desaparecido.