N/A: Hola! Sé que debería de estar escribiendo los caps que debo, pero mi familia me ultrajó atacando a mi hermoso acondicionador (en mi casa eso es algo imperdonable) y de inmediato se me ocurrió esto xD Disfruten y a leer!
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Draco abrió sus ojos grises con renuencia, y conjuró un Tempus con la varita a su lado.
09:47 a.m.
Unas risas se escucharon de fondo mientras Malfoy se desperezaba, haciendo las mantas a un lado con una sonrisa. Harry y Lily deberían de estar jugando en el cuarto de la pequeña, ya que Scorpius, Albus y James se encontraban en la casa de los Scamander por aquella semana.
Se dirigió al cuarto de baño pensando en lo mucho que habían cambiado las cosas. Harry y él se habían reencontrado cuando Potter tuvo una lesión en una redada y al rubio le tocó curarle; allí habían visto lo cambiados que estaban y, luego de una vergonzosa pelea que tuvieron que arreglar en poco tiempo, decidieron que algún día deberían ir a tomar algo a aclarar las cosas; recordó Draco mientras se sacaba el pijama, una vez prendida la ducha.
Desde aquella salida, todo había ido como en picada y terminaron decidiendo en intentar de vivir las dos familias en una casa; tuvieron sus altos y bajos, pensó Draco con una pequeña risita mientras se enjabonaba.
Jamás olvidaría las primeras semanas. Ahora habían construido reglas no dichas y rutinas, memoró el medimago quitándose el shampoo.
Los anteojos de Harry eran intocables, al igual que las muñecas de Lily; Albus y Scorpius no toleraban que nadie tocara sus libros y medias, al mismo modo de que James le rebanaría un dedo a aquel que se atreviera a dañar sus discos muggles…Draco, por otro lado, pensó mientras estiraba su mano al acondicionador con otra sonrisilla…él jamás de los jamases toleraría que…
Su crema de enjuague hizo un 'plop' al abrirse, pero cuando estaba a punto de ponérsela en el pelo…
-¡POTTER!- Resonó el grito de Draco por toda la casa, Harry intercambió una mirada culpable con su pelirroja hija.
-Si no salgo vivo de esta, Lils; dile a los chicos que tengo a un elfo a su servicio en mi testamento… no creo que Draco sepa cocinar- La chiquilla se rió, abrazando a la muñeca con la cual había estado jugando a la peluquería con las cremas y cosas de baño del rubio; los pisotones de la escalera no se tardaron en escuchar y la puerta se abrió de forma tan brusca que golpeó la pared.
-¡POTTER!-
-Draco, cariño, que bien te ves hoy en toalla- El rubio estaba chorreando agua, con jabón a medio quitar y helado por el cambio de temperatura.
-¡METETÉ EL CARIÑO BIEN POR DONDE TE QUEPA! ¡¿Cómo te atreves a tocar mi acondicionador!? ¿¡CÓMO TE ATREVES A GASTARLO Y RELLENARLO CON AGUA?! ¿¡ENSERIO creíste que no me daría cuanta?! ¡¿YO!? ¿¡DRACO MALFOY?!- Gritó frustrado y con una mirada asesina que puso todos los cabellos de Harry, ahora escondido tras su adorada hija, de punta.
-Pues verás, cielo, luz de mis ojos, respiro de mis días, Lily quería ju…-
-¡NO! ¡Esta me la cobras cara, Potter! ¡OLVIDATE del sexo por el siguiente mes!- Harry ahogó un jadeo espantado mientras el rubio se iba hecho una furia.
-Lilian Luna Potter, esta abstinencia me la cobrarás cara tú a mí- Y como toda diva que era, le sacó la muñeca a su hija y se retiró tan indignado como modelo de pasarela sin tacos.
