SnK no me pertenece, hago esto sin fines de lucro, solo diversión…la canción Edge of Desire es de John Mayer y es hermosa :3 (me gusta más la versión acústica xD)

Advertencia: drama! xD mucho drama jaja, fem!levi :3 espero les guste, OoC…hmmm oh, posiblemente lemmon, en un futuro y quizá cambie el rate a M en un futuro jeje xD

Edge of Desire

Capítulo 1

Miró su alrededor, estudiando con lentitud el lugar. La oficina era sobria, decorada con elegancia, los títulos estaban colgados en la pared como en las consultas de todos los médicos, y sobre el escritorio solo había una foto de dos niños.

Su madre hacía brincar su pierna de los nervios, poniéndola aún más de malas, vio de reojo a la mujer a su lado y le detuvo.

-Para-casi ordenó con el ceño fruncido, ni su madre ni Erwin le habían dicho porque estaba ahí-Me harás saltar por la ventana si sigues con eso-comentó irónica pero se madre pareció ponerse muy tensa por el comentario

-No lo vuelvas a decir…ni siquiera en broma-Levy lanzó un bufido y se hundió en su silla, cruzándose de brazos

-¿Vas a decirme ya porque estamos aquí?-pregunto de malas, estaba harta

La puerta se abrió, dejando ver a una mujer de cabello negro y largo, vestida con una falda negra y una blusa blanca. Rodeó el escritorio y tomo asiento en la gran silla giratoria. Les sonrió a ambas y se recargó del escritorio, con los codos.

-Lamento la tardanza, tenía que arreglar un par de cosas antes-comentó pasando sus ojos aguamarina de una a otra-Y bien ¿Estás lista?-le pregunto a Levy que solo arqueó una ceja

-¿Lista para qué?-volteó la mirada hacia su madre que se veía aún más nerviosa

-Verás, hija, he hablado con Rouge-comenzó a explicar con dulzura, señalando a la mujer detrás del escritorio-Te…quedarás aquí, por un tiempo-el rostro de la chica se distorsiono, lleno de ira

-¡¿Me dejarás en el loquero?!-gritó, asustando a la mayor, que dio un ligero brinco en la silla

-Cariño, es por tu bien, necesitas relajarte y aquí podrás estar lejos de todas tus preocupaciones-

-¡Y una mierda! Les digo que estoy bien, no necesito del loquero-se sentía tan furiosa que ya no medía su lenguaje frente a su madre

-Levy, ya lo decidí y es mi última palabra-a pesar del tono dulce de su madre su rostro se veía serio, la pelinegra apretó la mandíbula y los puños

-Tus cosas ya están en tu habitación-dijo la doctora poniéndose de pie-Siéntete libre de recorrer la casa, este será tu hogar durante los próximos meses-

Le lanzó una última mirada a su madre y salió azotando la puerta. La mujer suspiró y se pasó una mano por la frente.

-No sé si fue lo correcto-dijo sintiéndose al borde del llanto

-Está bien, ella estará bien, necesita alejarse de aquello que la tiene en ese estado de estrés, depresión y malhumor-se cruzó de brazos y se recargó del escritorio-Lejos de todo aquello que le hace sentir culpable, tendrá el tiempo para pensar en algo más-

-¿Puedo…venir a visitarla?-

-Lo lamento, pero no, será mejor si se mantiene alejada-la mujer bajó la cabeza y asintió, sintiéndose claramente decepcionada

-Está bien, lo entiendo-carraspeó y se puso de pie-Me voy, gracias por todo-

-Descuida Elizabeth, Levy estará mejor para cuando salga-le reconfortó poniendo una mano en su hombro

La madre de Levy salió del consultorio y se encamino hacia su auto, la casa era enorme, hecha completamente de madera y con múltiples habitaciones, Sasha, la enfermera, le despidió desde la puerta. Arrancó el auto y suspiró, de verdad esperaba que todo mejorara.

-0-

Observó la habitación, con una cama y un ropero, un escritorio y la silla vieja frente a este. Sus maletas estaban a un lado de la cama, listas para ser desempacadas. Con fastidio se sentó en la orilla de la cama y lanzó un bufido. ¿Cómo había sido su madre capaz de dejarla allí? ¿Por qué mierda Erwin había participado en ello? ¿No se suponía que era su novio y que la apoyaba en todo? Maldijo en voz baja en todos los idiomas que sabía y se cruzó de brazos, se rehusaba a aceptar la decisión de su progenitora.

La puerta se abrió, y la doctora que le tenía ahí reclusa hizo su aparición, con una estúpida sonrisa en el rostro, se acercó a ella, despacio, deteniéndose a una distancia prudente.

-Lamento que sea tan…rústica, pero no podemos darnos muchos lujos aquí, igual la cama es cómoda y hay todo lo esencialmente necesario-

-¿Cuándo me iré?-

-Cuando te sientas mejor-Levy bufó de nuevo

-¿Y que se supone que haré aquí?-

-Distraerte de tu rutina-cerró la carpeta que traía en la mano y le sonrió de nuevo-Hablar conmigo, conocer al resto de la gente aquí…hacer amigos-

-Bueno, no sé qué le haya dicho Elizabeth, pero yo no soy muy sociable que digamos, así que, creo que me quedaré aquí-

-Levy, tu madre me dijo que solías tocar el piano de niña-le sonrió y señaló las escaleras detrás de ella-Hay uno en la parte de arriba, tal vez quieras echarle un vistazo más tarde-abrió la puerta y se paró en el marco-¿Quieres ir a conocer el lugar conmigo? Porque no creo que hayas ido tu sola-le dijo y salió, dejando la puerta abierta, como una invitación

Levy se pasó la mano por el cabello, no quería ir a recorrer el lugar, pero tampoco tenía ganas de quedarse allí. Se puso de pie y alcanzó a la doctora, sin prisa, viéndola abrir la carpeta de nuevo.

Recorrieron varios pasillos y cuartos mientras le explicaba el funcionamiento de las cosas y que era cada uno, hasta que se detuvieron en una puerta en específico. Le dirigió una mirada fugaz a la chica y abrió, dejando ver los enormes muebles llenos de libros de toda clase, la pelinegra no pudo evitar sorprenderse.

-Esta es la biblioteca-señaló los estantes y añadió-Hay de todo lo que te puedas imaginar, así que no creo que te sea difícil pasar el rato aquí, estoy segura de que encontraras algo de tu agrado-la doctora volteó hacia el sillón al lado de la chimenea y pegó la carpeta a su pecho, con una ligera sonrisa-Oh, perdona por haber interrumpido tu lectura-

Levy no se molestó en voltear a ver a quien sea que le haya hablado, simplemente se aventuró con un par de pasos para recorrer los libreros, leyendo con rapidez los títulos en las pastas viejas.

-¿Qué lees ahora?-preguntó la mujer y la pelinegra no se molestó en responder-Oh, ese es muy bueno, dime cuando lo termines para que te recomiende más de la autora-la menor sintió que se estaba burlando de ella, por lo que asomó la cabeza con el ceño fruncido nuevamente

Su expresión se relajó un poco al ver que había un chico sentado enfrente a ella, estaba de espaldas por lo que no podía verle bien, "Un loco de por aquí" pensó y continuó con su tarea. Escuchaba a Rouge hacerle preguntas al chico pero ninguna respuesta de vuelta, no sabía si él solo se limitaba a responder con la cabeza o simplemente hablaba en voz baja, igual, no le importaba, no estaba ahí para fraternizar con los locos de ahí.

Memorizó varios títulos que le llamaron la atención y se prometió a si misma a escabullirse cuando nadie anduviera por ahí para llevarlos a su habitación.

-¿Te ha gustado algo?-le pregunto la doctora y Levy ladeó la cabeza de un lado a otro-Puedes venir cuando quieras por lo que quieras-le sonrió-Déjame presentarte a alguien-le dijo haciéndole señas para que se acercara-Levy, él es Eren-dijo, haciendo referencia al muchacho, que aún no lograba divisar con claridad pues no quería pararse al lado de la mujer-Eren, ella es Levy-presentó, cuando finalmente se detuvo junto a ella-Se quedará con nosotros por un tiempo…y tendrán que compartir baño-

Levy giró para ver al chico, encontrándose de frente con unos increíbles ojos verdes que le miraban expectantes, su cabello castaño y corto, escondía la mitad de su cara detrás del libro, parecía avergonzado por algo.

-Hola-fue lo único que pensó en decir, el chico inclinó ligeramente la cabeza, concordando

-Bien, vamos, aún faltan lugares para que conozcas-la dio un par de palmadas en el hombro-Nos vemos en la cena-se despidió, a lo que Eren agito la mano en forma de despedida y salieron

Conforme recorrían el pasillo, la muchacha iba pensativa, ¿Por qué el castaño no había contestado a ninguna de las preguntas? Finalmente la curiosidad le gano y tomo una ligera bocanada de aire.

-¿Eren es mudo?-preguntó en voz baja, pero Rouge le escucho perfectamente

-Sí y no-la muchacha arqueó una ceja-Eren puede hablar, pero no lo hace desde que tiene 10 años-

-¿Y porque no? ¿Es idiota?-la doctora contuvo la carcajada por el comentario

-No, no, el trauma que le quedó a esa edad termino por enmudecerlo, sé que puede hablar, pero no lo hará hasta que no lo crea necesario-

-¿Y hace cuánto de eso?-

-10 años-

Se detuvieron en la enorme puerta que daba hacia el jardín y la doctora abrió la puerta.

-La cena es a las 7 de la noche, nos vemos hasta entonces-dijo dando media vuelta y siguiendo por los pasillos, Levy regresó la vista hacia el jardín y divisó a todos los presentes, hizo una mueca y dio media vuelta, de regreso a su habitación

-0-

El reloj de péndulo sonó cuando dieron las 7 de la noche y escuchó los múltiples pasos en el pasillo, bajando las escaleras, su estómago sonó pero le ignoró, obligándose a regresar su atención al libro en sus manos.

Escuchó el par de toquidos en su puerta, pero no levantó la mirada cuando la abrieron.

-No iré a cenar-declaró a quien sea que estuviera en su puerta

-Me gustaría acceder a tu deseo, pero la doctora me pidió específicamente que viniera por ti-escuchó una voz muy dulce a la entrada y no pudo evitar levantar la cara

Ahí estaba una chica, bajita, incluso más que ella, de cabellera rubia y ojos azules, su rostro amable no concordaba con el lugar, y no llevaba el uniforme de la enfermera Sasha que había conocido esa tarde.

-Mi nombre es Christa Renz-se presentó, haciendo una pequeña reverencia-Vamos, señorita Levy, los demás quieren conocerle-

Frunció el ceño ligeramente al sentirse como mono de circo por el comentario y abrió la boca para negarse de nuevo, pero su estómago rugió exigiendo comida y la pelinegra tuvo que ponerse en pie de mala gana, salió de su habitación y se adelantó un par de pasos, de inmediato la pequeña rubia le siguió escaleras abajo.

Al entrar en el comedor sintió las miradas de todos sobre ella, divisó el asiento en medio de Rouge y Eren, y se apresuró a sentarse, no es como si se sintiera muy cómoda con ellos, pero no conocía a nadie más. Sin embargo se arrepintió casi al instante de haber entrado.

-Chicos-llamó la doctora-Ella es Levy, será nuestra compañera por los próximos meses, trátenla bien ¿De acuerdo?-todos los presentes asintieron-Así que por favor, preséntense-

-Soy Armin-dijo un chico rubio de ojos azules, que fácilmente pudo haber sido confundido con una chica

-Nanaba-dijo la mujer rubia al lado, inclinando la cabeza ligeramente

-Soy Jean-

-Mejor conocido como cara de caballo-dijo un chico bajito, rapado, sentado al lado de Eren, el castaño sonrió divertido

-Cierra la boca cabeza de patata-se defendió el agredido, provocando algunas risas en la mesa

-Berthold-dijo un chico, que daba la impresión de ser bastante alto, con el cabello oscuro corto y una mirada amable, cargada de culpabilidad

-Ymir-dijo la chica pecosa, con expresión aburrida y recargada de la palma de su mano, la rubia que con anterioridad había ido por ella solo le sonrió

-Connie-dijo el "cabeza de patata" con una sonrisa

-Y bueno, ya conoces a Eren, y a Sasha-dijo Rouge llamando la atención de la chica a su lado que parecía concentrada en algo dentro de su cabeza-Mañana, Levy se unirá a las sesiones grupales diarias, por favor trátenla como de la familia-los presentes asintieron y la muchacha rodó los ojos con fastidio, no tenía por qué sentirse como de la familia, igual buscaría la manera de largarse lo antes posible

-Eren-la vocecita de Armin la regresó a la realidad-¿Terminaste de leer el libro que te recomendé?-pregunto y el castaño asintió, sonriéndole-¿Te gusto?-volvió a asentir-Es bastante emocionante-

Sus ojos iban del rubio al moreno, siguiendo aquella extraña conversación de preguntas y asentimientos de cabeza, era tan extraño, pero nadie parecía inmutarse por ello, lo pensó un poco más y concordó con que muchas conversaciones con ella eran así

-¿Le gusta leer señorita Levy?-la pregunta de Armin le hizo volver a la realidad, llevándola a la conclusión, de que se perdía mucho en sus pensamientos muy seguido

-Sí-

-¿Ya ha visto la biblioteca?-preguntó con una ligera sonrisa, ella asintió-Es grandiosa ¿No? Seguramente encontrara más de un título de su agrado-

-Sí, ya tengo algunos pensados-

-Si me permite, me gustaría recomendarle un par de libros-dijo después de darle un sorbo a su taza de té, la pelinegra hizo un ademán con la mano, nunca rechazaba una recomendación literaria

Al terminar la cena volvió a su habitación y se recostó, antes de poder sentarse a leer había verificado que el cuarto estuviera lo suficientemente limpio, quedando satisfecha con su trabajo después de limpiarlo unas tres veces. Se cubrió con las mantas y cerró los ojos, esperaba poder dormir un poco esa noche.

-0-

Erwin entro a la habitación blanca donde Levy recién despertaba, él le miró claramente enfadado, decepcionado y ella pareció confundida. ¿Qué pasaba? ¿Y por qué estaba ahí?

-¿Dónde estoy?-

-En el hospital-respondió serio, Levy hizo una mueca

-¿Qué paso?-preguntó poniendo una mano en su vientre sintiéndolo más bajo de lo que debería-¿Y la bebé?-

-La perdiste-respondió el otro sin ninguna clase de tacto y con el ceño fruncido

-¿Qué?-se sintió ajena a aquello, como si no escuchara lo que decía

-¿Ahora también eres sorda?-pregunto el rubio acercándose a ella-La perdiste-

-¿Cómo…que lo perdí? ¿Qué pasó, Erwin?-

-Sufriste un aborto…que conociéndote seguro lo provocaste-

Las palabras le cayeron como un balde de agua fría, ella, por muy fría e indiferente que fuera a muchas cosas no se atrevería a matar a un inocente, ¡Y mucho menos a su hija!

-¿Yo?-la voz de la pelinegra parecía haber desaparecido-¿De qué hablas? Vamos a casarnos, a formar una familia… ¿Por qué abortaría?-

-Porque es un estorbo para ti-dijo con facilidad, tomándola con fuerza del brazo, lastimándola-Seguramente por eso-

-¿Crees que sería capaz de matarla por una razón tan egoísta?-reprochó, aún en voz baja e intentando ignorar el dolor en su brazo

-Tú eres muy egoísta-

-Me lastimas-dijo enojada, finalmente y jaló su brazo, soltándose de manera brusca, no quería escuchar nada, no quería saber nada-Vete-

-¿Qué?-

-¡Vete!-elevó la voz señalando la puerta

-Me voy-dijo asintiendo-Pero en cuanto salgas de aquí haré que quedes embarazada de nuevo…no por una estupidez tuya vamos a arruinar nuestros planes-

-¡Vete!-gritó, tomando el jarrón junto a ella y aventándoselo con furia

Erwin fue más rápido y lo esquivó, caminando hasta la puerta y cerrado tras él, en seguida la jarra con agua que habían dejado allí se estrelló con la puerta de madera.

Levy sintió una extraña rabia en su interior que crecía, ¿Había perdido a la bebé? ¿Qué demonios significaba eso? ¿Fue su culpa? Pues era su cuerpo, así que si ningún factor externo tuvo que ver, seguramente ella lo había provocado.

-Es mi culpa-dijo en voz baja, dejándose caer en la camilla, pasándose una mano por el cabello-Es mi culpa-repitió, encogiendo las piernas, abrazándose a sus rodillas

Sintió los ojos escocerle pero las lágrimas jamás bajaron, a pesar de que lo intento, quiso llorar, pero las lágrimas no aparecieron. Lanzó un suspiro y se mordió el labio inferior con fuerza, hasta hacerse sangrar.

-No me afecta-dijo en voz baja-No me afecta…no me afecta-

-0-

Abrió los ojos, sintiendo su cuerpo temblar, bañada en sudor y con la respiración agitada. Se sentó en la cama, despacio y vió a su alrededor, recordando que no estaba en su casa.

Tragó saliva con algo de dificultad y sintió la garganta seca.

-No me afecta-dijo cerrando los ojos con fuerza, estrujando entre sus dedos las cobijas-No me afecta-

Se puso de pie, mientras en voz baja repetía aquellas tres palabras, se puso una sudadera y bajó a la cocina, se sirvió agua en un vaso y se la tomó de golpe, buscando despejarse un poco. Pero la garganta aún la sentía seca.

La luz se prendió y volteó a la entrada, mirando a quien estuviese allí.

-Ah, eres tú-comentó al ver a Eren que camino hacia ella para tomar un vaso-¿Pesadillas?-preguntó en voz baja, a lo que el muchacho movió la cabeza de un lado a otro-Suerte con eso-dijo y después de lavar el vaso en el fregadero salió a paso lento-Buenas noches-deseó y salió

Eren se quedó allí, con el agua en la mano y la mirada fija en la entrada, Levy no parecía mal, entonces ¿Por qué estaba ahí? Nada parecía cuadrarle…

Levy entró en su habitación y cerró la puerta, se recargó de ella y se deslizó despacio hasta quedar sentada en el suelo, tenía frío, su cuerpo entero temblaba. Encogió las piernas y recargó la frente en las rodillas, sus manos viajaron a su vientre, abrazándose a su misma.

Deseo que Erwin estuviera ahí, que la abrazara y la mimara, entonces recordó lo enfadado que estaba con ella, por ser tan inútil y que su cuerpo no pudiese retener a su hijo.

-Quiero ir a casa-dijo en voz baja, mirando a la nada

Gateó hasta la cama, y sacó de ahí la maleta, la abrió y vió en esta el oso de peluche color rosa con un moño atado en el cuello, lo tomo y se puso de pie. Empujó la maleta de una patada debajo de la cama de nuevo y se subió, se acurrucó entre las mantas, se hizo ovillo y se abrazó al oso. Si ella no fuese tan débil y estúpida tendría a su bebé en brazos.


Hallo! Como están? Ya se! Ya se que estoy con mas fics pedientes y que me tome una semana de vacaciones xD pero tenía que subir este…es…algo así como una adaptación xD jaja ya luego les contare una "bonita" historia y el porque de este fic n.n

Por cierto~ al ser el nombre de Levi cambiado a Levy por su genero, se pronuncia entonces como se escribe y no Rivaille como en masculino ¿Vale?

Tenía rato que quería escribir un fic inspirado en esa canción n.n y estoy emocionada por esto! Wiii~!

Pero buaaano, ojala les guste :) les mando un beso embarrado de nutella y espero sus reviews

Ja ne!

Rave-chan