Disclaimer: Harry, el asombroso Potter, le pertenece a JK Rowling, yo sólo tomos sus personajes y fabuloso mundo prestado, sin fines de lucro, para traerles esta nueva historia. (Continuación de Un sueño con la sangre pura Granger).
El despertar de un dulce sueño.
Prólogo.
Hermione caminaba despacio entre la multitud de alumnos que corrían apresuradamente por el gran comedor.
Su cabeza y pensamientos estaban bastante lejos de ese lugar, paseando lentamente por algún espacio redondo, amplio, sin fin.
No notaba nada ni a nadie a su alrededor.
Era como si estuviera en tiempo y espacio diferentes al del resto de estudiantes que estaban ahí.
Si alguien la veía a la lejanía, diría que se encontraba lejana y distante.
Los mismos Slytherin sabían que pasaba algo con su princesa pero nadie se atrevía a hablar con ella, sólo Pansy y Dhapne lo habían hecho y luego de eso habían expresado a todos los demás que respetaran a Hermione y que cuando estuviera lista, tal vez hablaría con ellos y les explicaría el porqué de su comportamiento tan misterioso. Tarde o temprano lo tendría que hacer.
Pareció volver en sí cuando un estudiante de primer año y de la casa de Gryffindor chocó contra ella.
Zabini, que se encontraba a unos pasos detrás de ella, pensó que le haría algo al distraído león por sólo acercarse a ella. Pero eso no paso.
Hermione le pidió que tuviera más cuidado la próxima vez.
Blaise abrió los ojos como platos al escucharla, tenía que hablar con ella de inmediato para hacerla entrar en razón. Ella jamás hubiera tenido un comportamiento tan educado con un león y mucho menos uno tan enano como ese.
Frenó sus pensamientos cuando notó que Hermione había desaparecido de su vista.
La encontraría, sin importar nada.
Ella era su mejor amiga y no la dejaría sola y menos ahora que lo necesitaba desesperadamente, aunque la castaña no se lo dijera.
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Escuchó unos leves cuchicheos a su alrededor.
Nadie se atrevía a hablar con él pero siempre escuchaba comentarios a sus espaldas.
Harry había intentado charlar y eso pareció ayudarle al principio pero luego simplemente volvió a su constante estado de ánimo.
Su pasatiempo favorito, leer, había sido recientemente sustituido por el de dormir.
Dormía tanto que ya ni siquiera se esforzaba por sacar su tan acostumbrado "Supera las expectativas", ahora era diferente, se conformaba con pasar bien los TIMOS, nada más.
Era un Draco un tanto, cambiado.
Ron trataba de hacerlo reír para que los tres pasaran un buen rato, aunque no parecía funcionar todavía.
En las horas de clase ya no se molestaba en responder a todo.
Cuando por las noches no lograba conciliar el sueño, por dormir tanto en el día o por otras circunstancias, se reunía con Luna, que al parecer tampoco dormía durante esas horas e iban a la torre de Astronomía con la capa de invisibilidad de Harry. Ya ahí, no decían ni una palabra, no hacía falta, compartían un agradable momento a solas. Sin miradas lastimeras o de burla, sin habladurías ni interrogatorios sobre su personalidad o su estado de ánimo, únicamente ellos, en un silencio que se sentía mejor que palabras falsas. Un silencio cómodo y reconfortante, uno que sólo compartía con ella.
Se levantó de su lugar en la Sala común y de manera despreocupada caminó a su cama, en el dormitorio de los leones.
Una vez adentro, las charlas a su alrededor cesaron y un silencio pesado reinó la habitación de los chicos.
Ron había entrado en ese momento y le había pedido a Dean de madera silenciosa, con un suave moviendo de cabeza, que saliera de allí.
El pelirrojo se sentó de manera brusca en su cama, que estaba del lago izquierda de la del rubio y miró al Malfoy al rostro. Jugando nerviosamente con sus dedos.
—Draco, iremos a Hogsmeade y estaba pensando, que tal vez deberías bañarte, vestirte y arreglarte para salir con nosotros. Hablaremos de Quidditch, quizás también de chicas y si quieres podemos pasar a la biblioteca. Sólo seremos Harry, tú y yo. ¿Qué dices?, todo será como antes, te lo aseguro.
—No prometas esas cosas, Ronald. —dijo Draco sentándose frente a su amigo, apoyando sus largos brazos sobre sus piernas y mirándolo directamente—. ¿Qué harás cuando no las puedas cumplir?
—Esperaré que un Obliviate al fin me sirva de algo. —mencionó mientras se recostaba, quitándole importancia a su respuesta.
Malfoy sonrió ligeramente por su actitud. Sus amigos de verdad trataban de hacerlo sentir bien. Ojalá él fuera un mejor amigo y se esforzará en ser el chico sabelotodo de antes pero no podía, no quería hacerlo.
Alzó una ceja y acarició tras su oreja de manera nerviosa.
—Ron, gracias, sé que lo haces con las mejores intenciones pero no creo que...
—Granger también lo hará. —soltó el chico Weasley de repente.
Draco lo miró sin entender lo que trataba de decirle.
—Granger también se quedará y no creo que sea bueno que se queden los dos en el mismo lugar. —dijo él mostrando en sus ojos toda su preocupación—.Tú sigues apático y ella muy rara. No quiero ni imaginar lo que pasaría si se llegaran a encontrar. Por favor Draco —habló de manera suplicante.
El rubio desvío la mirada, mordiéndose los labios.
—De verdad Ron, no tengo ganas de salir hoy del castillo.
Escuchó al pelirrojo suspirar de manera cansada y cerró sus ojos color gris de manera suave.
—Te lo agradezco mucho y te prometo que la próxima salida con gusto los acompañaré, por hoy únicamente quiero descansar.
—Bien. —dijo el chico Weasley mientras caminaba a la puerta de los dormitorios—. Pero ese día no aceptaré excusas, ¿eh?
—Está bien Ron, está bien.
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—Hermione escúchame.
— ¿Y quién me va a escuchar a mí, Blaise? —cuestionó la castaña, con los ojos ligeramente vidriosos y tratando de leer la respuesta en la mirada del moreno.
—Yo lo haré si tú estás dispuesta a hablar conmigo. —Zabini se acercó lentamente a su amiga, como si tuviera miedo de que con un sólo movimiento en falso ella saliera corriendo, como lo había estado haciendo desde hace días.
—No importa si te digo o no, eso no me servirá de nada. —la voz de la serpiente estaba empezando a quebrarse, giró su cuerpo de manera vertiginosa, dándole la espalda al chico y se llevó las manos a la cabeza, tratando de no ceder ante el dolor que amenazaba con hacerse más fuerte si no paraba esa charla de inmediato.
Blaise, al darse cuenta de la situación en la que se encontraba la Slytherin, decidió tomarla por los hombros delicadamente e intentar tranquilizarla.
—No importa si no me dices lo que pasa, si quieres no me lo cuentes nunca, pero déjame estar a tu lado, no cargues con esto tú sola. Sé que Theodore tiene algo que ver con todo esto y ya que él es tan cobarde como para no pararlo de raíz, al menos deja que yo esté para ti, deja que te levante cuando ya no puedas resistir más, cuando quieras caer. —en ese momento, Zabini abrió ambos brazos y como prediciendo lo que la chica haría, recibió a una frágil Hermione que hundió rápidamente su rostro en el pecho del muchacho, esperando que sus penas al fin abandonaran su cuerpo.
—Tan cursi y leal como un verdadero Gryffindor —comentó de manera divertida la castaña cuando el llanto cesó lo necesario para dejarla hablar—. ¿Seguro que eres una serpiente, Blaise?
—Me has descubierto al fin lindura, soy un león lleno de sentimientos inútiles y ridículos —Granger rio delicadamente, aun aferrando los brazos con fuerza alrededor de la espalda de Zabini y su rostro al fornido pecho del mismo.
Justo cuando el chico pensó que su mejor amiga ya no hablaría más, escucho en un débil susurro.
—Gracias, muchas gracias Blaise.
El no comentó nada, sólo se dedicó tranquilamente a acariciar el cabello color chocolate de Hermione. Ya luego habría tiempo para hablar.
Y así se quedaron por largos minutos, inocentes de las sucias jugarretas e inesperadas sorpresas que les prepararía el destino, un chico rubio y cierto señor oscuro.
Por ahora el saber que se tenían el uno al otro, en los malos y buenos momentos les bastaba para seguir sus turbios caminos.
Por ahora.
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En otro lado no muy lejos se encontraba Theodore, pensando de forma severa en la reacción que había tenido su novia al comunicarle su tan esperada y ansiada noticia.
Aunque Hermione no le creyera a él también le había impactado en un principio la noticia, pero pensando las cosas un poco mejor, no era una mala oferta.
Si ellos se casaban no perderían nada, ellos ya eran novios desde hace años y el trabajo más difícil de hacer, amarse, ya estaba hecho. No lograba entender el porqué del reciente distanciamiento de su novia con, al parecer, todo el mundo.
Además, ya uniendo dos de las familias más importantes de sangre puras, los Nott y los Granger, serían tan respetados como nadie hasta ahora, exceptuando a Voldemort. Y hablando de él, su futuro matrimonio les compraría el pase directo a ser los consentidos del señor tenebroso, serían sus más fieles súbditos y sus favoritos. No habrían chicos más poderosos y respaldados que ellos. Ambos serían imparables.
Ahora, lo único que faltaba era que su querida dama quisiera el matrimonio y sus ventajas tanto como él. Que lo anhelara como él.
Ya vería como lo haría pero a pesar del comportamiento de su chica la conocía lo bastante bien para poder convencerla.
Él la amaba tanto como para aceptar cualquier cosa que le propusieran por el bienestar de ella sin dudar y sabía que a Hermione no le harían nada si estaba con él.
De ahora en adelante él se encargaría de hacerla feliz y protegerla a cada minuto de cada día. Si aún no se había marchado de ese lugar y matado a la mitad de los que se lo merecían, era por su chica. Ella y sólo ella era su más grande prioridad, siempre lo sería.
Y así, pensando en su amada novia, el heredero Nott cerró sus profundos ojos azules llenado su mente de imágenes de la castaña y recuerdos de ellos, siendo felices. Algún día, para siempre.
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En otro frío y triste lugar, Harry Potter sufría.
Su padrino, su único sobreviviente familiar, su tan preciado padrino moría.
Moría y con él se iban sus últimas ilusiones y sus promesas que, ahora, jamás podrían cumplir. Al menos no juntos.
Sirius Black estaba siendo asesinado, esa misma noche.
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Nota: El disclaimer sólo tengo intenciones de ponerlo una vez, creo que todos aquí sabemos que Harry no me pertenece UnU
En fin, espero que les guste este primer capítulo, un poco corto pero bueno, según yo, además como ya dije, es la esperada (creo) continuación de Un sueño con la sangre pura Granger.
Leí, releí y volví a leer el fanfic, no encontrando faltas de ortografía o un error de dedo que me haga quedar como la peor analfabeta de
Pero, si ustedes encuentran una, háganse las de la vista gorda. (Avísenme)
Gracias por el buen recibimiento y trato que le dieron a Un sueño con…
De verdad muchas gracias y ojalá pueda contar nuevamente con ustedes en este, el seguimiento de la historia antes mencionada.
¡Gracias por su atención y espera!
Las quiere, Hina Uchica Granfoy.
¡Casi se me olvida! Hice una página en Facebook, subiré avisos y demás de mis historias, tanto de HP como de Naruto, pueden encontrarla fácilmente pues tiene mi nombre como aquí, Hina Uchiha Granfoy. Así que si quieren información o estar avisadas de los fanfics pendientes y por hacer, ahí podrán encontrar todo.
¡Hasta pronto!
