Shinobis VS Kunoichis "Guerra de asesinos"

Primer asesinato: "Comienzo"

En un edificio aparentemente abandonado, alejado de la una enorme ciudad, claramente eran escuchados algunos gritos, tanto de hombres como mujeres, pero no eran gritos de dolor ni miedo, perecían más gritos de guerra.

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Moon:

¿El como llegamos a esto?, es curioso, jamás imagine que algún día me llegaría a enamorar de tal manera, y menos tener la obligación de matarlo, y aun mas, que fuera uno de mis peores enemigos, y que él también tuviera que hacerlo.

¿Es posible odiar y amar a alguien con la misma intensidad?, pues para mi lo es, y creo que para el resto de mis únicas y verdaderas amigas también.

Los disparos y las armas chocan contra el concreto del edificio en un intento de golpearnos los unos a los otros, ninguna de nosotras se siente bien haciendo esto, creo que nunca lo hicimos pero habíamos aprendido a no sentir nada, en especial yo, pero todo se fue por el drenaje en cuanto lo conocí.

Creo que estoy yendo demasiado rápido, tal vez… debería comenzar desde el principio...

Fin Moon.

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La noche fría y desolada, un escenario pacifico y tranquilo hasta donde se podía observar, pero como es costumbre en este mundo, no todo es lo que se aparenta, recorriendo los techos se puede visualizar difícilmente a un pequeño grupo de personas corriendo de forma apresurada, tres de ellos cargan unos pequeños bultos en sus brazos, con pasos rápidos pero sigilosos saltan de techo en el techo.

Pero no son los únicos, metros atrás puede visualizarse a un gran numero de encapuchados corriendo a gran velocidad, en la misma dirección que los anteriores, mostrando una firme determinación en alcanzar al otro grupo, o eso demuestran por su incremento constante en cuanto a velocidad.

— Minato, ustedes continúen — Habló uno de ellos, aparentemente un hombre, a pesar de mantener la capucha y su voz sonora distorsionada, podían notarse algunos rastros masculinos.

— Pero... Jiraya-sensei... — Exclamó otro encapuchado deteniéndose en seco — usted no podrá solo contra ellos — Dijo algo preocupado por su maestro.

— Por eso me quedare yo también — Habló otra figura encapuchada de rasgos femeninos.

— Tsunade-sama... en ese caso yo también — Dijo determinada una cuarta silueta, la cual cargaba uno de los bulto.

— ¡No pueden!...ustedes deben cuidar de esas criaturas... nosotros ya hicimos nuestro papel con ustedes... ahora es su turno — Dijo la misma mujer antes de ver mas cerca a sus seguidores — ¡Váyanse! — Gritó autoritariamente causando un leve estremecimiento de los otros antes de continuar.

— Una vez más... solo tú y yo — Comentó él hombre.

— Así parece — Confirmó la mujer antes de que fueran rodeados.

Por la lejanía solo se escucho una fuerte explosión detrás de las sombras que aun corrían, causando que estas se detuvieran en seco y observaran una gran cantidad de humo y escombros donde antes se habían quedado sus acompañantes, conteniendo las lagrimas y deseos de revisar corrieron nuevamente con todas sus fuerzas.

— No hay forma de que alguien haya sobrevivido — Comentó otro encapuchado cerca de la zona devastada antes de retirarse junto con otro grupo de encapuchados.

De pronto uno de los encapuchados perseguidos se detuvo causando que el resto lo imitara.

— Ustedes sigan — Más que petición fue orden la que dio él otro sujeto.

— ¿Qué?, ¿estas loco? ¿Acaso quieres hacerles frente tú solo Minato? — Cuestionó la única chica del grupo.

— Solo escapar es inútil, intentare distraerlos lo mas posible, así ustedes tendrán aunque sea una pequeña oportunidad de salir de esto — Dijo secamente el hombre dando media vuelta esperando a sus perseguidores.

— En ese caso yo también me quedare, no te dejare aquí — Vociferó la chica decidida.

— ¡No! ¡De ninguna manera!, él va necesitar a alguien que lo guíen por el buen camino — Comentó observando el pequeño bulto que cargaba la mujer.

— ¡Él también va a necesitar de ti! — Gritó la mujer en un intento de hacer razonar al otro sujeto.

— Sabrás hacerlo bien… eres fuerte, Kushina — Dijo él encapuchado sin verla de frente.

— Si te hace sentir mejor me quedare con él — Exclamó de pronto otro de los presentes — Por favor cuida de él y haz que se convierta en un buen hombre — Dijo entregando un bulto al otro que lo veía desconcertado.

— Hishashi… tú… — Murmuro él otro sujeto después de tomar el bulto en sus manos.

— Será mejor que se den prisa… están cerca — Comentó Hisashi

— Pero… — Intentó replicar la mujer.

— ¡Rápido! — Ordenó Minato haciendo sobre saltar a la mujer la cual reinicio su marcha con lagrimas en los ojos junto al otro sujeto — Lo harás bien, Kushina — Susurró él mismo antes de voltear al vista y ver a sus perseguidores rodearlo por completo junto a su acompañante.

La persecución pareció llegar a su fin cuando al fin después de tanto tiempo de correr sintieron que podían descansar aunque fuera unos momentos, el silencio sepulcral del lugar se vio roto por un sollozo por parte de la mujer, no lo había presenciado pero sabia el final de la batalla en la que abandono a su ser mas amado.

Por su parte el otro solo permaneció inmóvil observando a la mujer sin poder decir, ni hacer nada, de eso paso su vista a las pequeñas criaturas que cargaba, en especial al niño que aparentaba ser mayor que el otro bebe que cargaba en brazos, el cual parecía recién nacido.

— Hiashi… escúchame — Habló seria la mujer tragándose las lagrimas que aun querían salir — Toma a Naruto y vete… prométeme que lo cuidaras bien… y lo criaras como un hombre de bien — Dijo firme la chica extendiendo sus brazos para que el hombre tomara aquel bulto.

— ¿De que estas hablando? — Preguntó sorprendido él Hyuga.

— Hiashi… todos te conocen, pero casi nadie sabia de Hisashi… y con lo que paso — Se detuvo en seco por unos segundos — estoy segura de que no estarán tras de ti…en cambio a mi… — Volvió a detener sus palabras.

— Comprendo… — Habló finalmente él hombre, pero antes de que pudiera tomar aquel bulto se vieron rodeados por una gran cantidad de sujetos encapuchados.

— Descuida scarlet… tú hijo será un buen hombre… te aseguro que será un asesino mejor que su padre — Exclamó uno de ellos antes de que todos se lanzaran contra los perseguidos.

— ¡Eso jamás lo permitiré! — Vociferó comenzando la batalla contra los encapuchados.

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Por las sombras de la noche se podía contemplar una lujosa limosina en dirección a ala zona este de la ciudad, por el poco trancito y a pesar de la tenue luz, era fácil deducir que pasaba por una zona poco transitada y de escasos recursos, dentro del vehiculo se encontraban 6 personas, 3 de ellas bien armadas, uno el conductor y los otros con ropa fina, uno de ellos con muchas joyas en su cuerpo.

De pronto 4 sonidos parecidos a pequeñas explosiones obligaron al conductor a detener el auto, rápidamente abrió la puerta y bajo solo para confirmar sus sospechas… las 4 llantas estallaron, pero encontró algo mas, unas esferas metalizas con púas clavadas a estas, lo cual claramente significo que no fue accidental.

Dos de los que se encontraban adentro salieron e inmediatamente uno notifico a su jefe del problema, pero antes de terminar el pobre hombre callo con una especie de enorme aguja en su nuca.

Al contemplar tal escena, otro de los de adentro saco su cabeza encontrando a los otros dos muertos, uno con una herida en su cuellos y el otro sin cabeza, apenas y aviso cuando el mismo hombre callo muerto dentro del auto y al igual que él primero con una aguja en la nuca, pero esta tenia una pequeña esfera con una mecha encendida, segundos después estallo liberando una gran cantidad de humo que obligo al resto a salir del vehiculo.

Una vez afuera las dos personas que aun permanecían con vida, observaban el lugar de un lado a otro intentando encontrar al responsable y preparando sus armas. Un gemido ahogado de dolor se volvió a escuchar y él 5to. hombre callo sangrando de su nuca.

Junto a él se encontraba una figura encapuchada, con una mascara color blanco con una rosa color rosa en su frente, inmediatamente el ultimo hombre levanto su arma dispuesto a abrir fuego, pero de pronto sintió una extraña presión en sus brazos como hilos, los cuales ejercían presión poco apoco.

Lo ultimo que él sujeto supo fue que sentía un dolor punzante en parte de sus brazos, puesto que el resto fue cortado, y ahora solo corría sangre en lo que quedaba de ellos.

— Por favor, pagare lo que sea — Dijo él hombre en tono de suplica y desesperación.

En respuesta otra figura encapuchada apareció tras él y nuevamente sintió la presión de esos hilos invisibles, pero esta vez en su garganta.

— Él pago es… — Habló la persona frente a él con una voz distorsionada.

— Su vida — Completó fríamente la de atrás con la misma voz distorsionada, justo antes de que la cabeza del sujeto rodara por el piso y su cuerpo inerte cayera también.

— Misión completa… vamonos — Comentó la encapuchada antes de que otras tres aparecieran y todas salieran huyendo del lugar.

En otro lugar la escena era similar pero con un método aparentemente distinto.

— Eso fue todo, vamonos — Habló uno de ellos con un tono bastante perezoso, junto a otros cuatro encapuchados antes de retirarse del lugar.

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La tarde lucia radiante sobre una tranquila ciudad, donde sus habitantes disfrutaban de ese fin de semana, dentro de un centro comercial no muy lujoso, 5 chicas se encontraban en un pequeño café aparentemente disfrutando el día como el resto de los ciudadanos, pero había algo extraño en ellas, despedían un aura que helaba la sangre y su mirada asustaría a cualquier valiente que intentara acercarse a ellas, tanto así que el lugar estaba prácticamente vació por su sola presencia.

Finalmente la única persona valiente que se atrevió a quedarse hay por mas tiempo, intentando no darle importancia a la presencia de esas jóvenes, cedió y se retiro del lugar dejado a las chicas solas en ese café, a las cuales no pareció importarles en los mas mínimo ese gesto.

— Iré al tocador — Simplemente anunció la de cabellos rosas y orbes jade antes de levantarse de su asiento.

— Voy contigo — Murmuró una joven de cabellos castaños en dos chongos y ojos del mismo color, imitando la acción de su amiga.

— Yo también — Exclamó una rubia de 4 coletas y ojos azules.

— Yo iré por otro café, ¿quieres que te traiga algo Hinata? — Preguntó otra castaña de ojos negros a su compañera de ojos perlas y cabellos negro azulados.

— No gracias — Respondió seca y fríamente la chica antes de quedarse completamente sola.

— No puede ser, otra vez estoy retrasado… ya casi puedo escuchar el sermón de Neji sobre la puntualidad — Decía un chico rubio, de ojos azules y tres extrañas marcas en sus mejillas corriendo a toda velocidad dentro del centro comercial, antes de llegar al mismo café en el que se encontraban las otras chicas.

Por su parte la chica de cabellos negros, instintivamente levanto la vista al notar una presencia de un chico agitado, inclinado, colocando sus manos en sus rodillas para apoyarse, parecía haber corrido por varios kilómetros, lo cual no le dio importancia, pero él joven pareció notar la mirada e inmediatamente levanto la vista encontrándose con las orbes perlas de ella.

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Moon:

Ese fue el primer día que lo vi, y creo que desde ese momento… me enamore de él.

Fin Moon.

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