Bueno, esto se me ocurrió luego de leer el final de 'Miraculous Ladybug: Esperanza en Paris' de sonrais777 (por cierto, muy buena tu historia, me encanto y espero poder seguir leyendo mas de ti). Y sinceramente, ni yo se por que carajos me salio esto luego de leer el final (ya soné como Fernanfloo ¿verdad?) lo único que se es que lo leí con algo de música, y entre eso y recordar cuando jugaba con mi consola (que ya se terminó fregando la chin %$) me salió esto, se que aun tengo pendiente lo de Miraculous and Darkness, pero no se preocupen que sigo escribiendo el capítulo, solo que si no escribía esto, lo mas probable es que no me haya dejado en paz y no hubiese podido escribir lo otro.
Así que, sin más ¡ES HORA DEL DUELO!... Perdón, quise decir ¡comencemos!
Frío, era todo lo que sentía, solo la brisa del viento enfriando mi rostro.
Me sentía débil, pero no tanto como la ves que desperté ¿que había ocurrido? A diferencia de mi anterior letargo, en esta ocasión pude recordar lo que sucedió con anterioridad.
Después de haber consumido una gran cantidad de energía, sostuve una pelea que se prolongó por horas, en ningún momento flaquie, en ningún momento dude, en ningún momento baje la guardia,. Pero ni con el poder que obtuve, ni con la experiencia de luchas anteriores fueron suficientes para hacerme con la victoria. Yo solo quería un mundo donde nadie sufriera, donde no hubiera enfermedades, donde no existiera la desigualdad, donde no existiera la muerte. La mayoría no aceptó aquella brillante idea, ni siquiera mi propia hermana le pareció bien, para ella, yo estaba muerto, solo pocos entendieron mi forma de ver las cosas, mas sin embargo no eran aptos para formar parte del nuevo mundo, jamás lo serían.
Después de mis esfuerzos, después de luchar incesantemente, después de tratar de alcanzar mi sueño de un mundo mejor. Terminé de rodillas, con los brazos cercenados, imposible de recuperarme, y delante de mi se encontraba el vencedor de aquel combate, y mi verdugo.
Yo ya no deseaba seguir luchando, pude haber escapado y recuperar energías, sin embargo ya no me interesaba tratar de cambiar todo, de mejorarlo, si así querían vivir, yo ya no me opondría, mire a los ojos al que acabaría con mi existencia. Se reconocer cuando he perdido, no soy de la clase de personas que luchan por algo que ya ni vale la pena seguir intentando, tan solo le dediqué unas palabras a modo de felicitarlo por su triunfo, y las últimas que diría
"bienvenido a la cima de la cadena alimenticia"
El me miró con rabia, me bastaba con verlo a los ojos para saber que disfrutaria mi muerte, yo simplemente esperé a que diera el primer paso, aceptando así mi destino, mi final.
Pero algo ocurrió
Sin que ninguno de los dos lo hubiese esperado, una luz desconocida iluminó el lugar donde se libró la batalla, él se cubrió con sus brazos mientras yo trataba de soportar aquello aun con los ojos cerrados, ambos gruñiamos por la incomodidad de aquel brillo.
Luego, todo fue silencio
No se escuchaban lamentos, ni gritos, ni rugidos, helicópteros, explosiones, disparos, nada. Algo me decía en mi interior, que ya no estaba en mi ciudad, pero tampoco tenía idea de donde me encontraba, mas el silencio y la tranquilidad que se percibía, fueron mas que suficientes para sentirme en paz, para dejar a un lado todo los problemas, todas las angustias y ambiciones, para poder reflexionar acerca de mis acciones
Yo deseaba una utopía, un lugar donde aquellos problemas mundanos que solo servían de estorbo para la civilización fueran dejados de lado y todos fuésemos iguales sin miedo a padecer de algún mal, pero ¿como lograr dicho sueño cuando todo era forzado? ¿como vivir en armonía cuando desate el infierno en la tierra? ¿como vivir sin miedos si todo lo que captaba la vista era terror, desesperación, sangre, destrucción y muerte? ¿como hacer que las personas entendieran mi punto de vista, si con mis acciones realizaba todo lo contrario?
¿como tener un mundo perfecto, cuando me abandonaron y yo traicione a los que se unieron a mi?
Había hecho todo mal, absolutamente todo, y todas mis acciones no tienen perdón, no solo maté a personas que mintieron he hicieron daño a los demás, también maté a personas inocentes, personas que no tenían nada que ver en todo eso, ahora me doy cuenta el por qué el odio de mi hermana a mi, y sinceramente, yo siento mas odio que ella a mi persona, me odio a tal punto de suicidarme y librar del mundo a una escoria como yo, pero de antemano sabía que ya no era posible aquel camino
Comienzo a escuchar un ruido, un silbido algo particular, uno que conocía perfectamente, y luego siento mi temperatura corporal bajar de a poco, era el viento que me rodeaba en ese momento.
Con dificultad, fui abriendo los ojos de a poco, notando el cielo obscuro, pero sin el tono rojizo que lo caracterizaba desde hace unos meses, en esta ocasión era de un azul puro, siendo adornado por los pequeños destellos de las estrellas. Aún con las fuerzas bajas, traté de levantarme, mareandome en el proceso. Parecía que estaba en una plataforma a una gran altura, pues lo primero que divise fueron los barandales donde me sostuve y una formación de metal atrás mio. Al tener la vista acostumbrada y ver mejor mi entorno, no pude evitar sentirme asombrado por mi descubrimiento
Me encontraba en París, específicamente en la cima de la Torre Eiffel
"¿como llegué aquí?" me pregunté, sabiendo que mi duda no tendría respuesta ni por alguien ni por algo, y por un momento me sentí fastidiado al tener que buscar nuevamente respuestas. Pero antes de tan siquiera moverme, observe algo en la parte de abajo de la edificación, tres figuras se movían a gran velocidad, alejándose y acercándose a la vez, como si estuviesen en un combate.
Mi curiosidad por saber que diablos pasaba abajo superó con creces mi necesidad por saber como llegue ahí, antes de intentar hacer lo que tenía pensado, necesitaba ver si aun poseía mis habilidades aprovechando que me sentía un poco mejor, siendo comprobado cuando di un puñetazo a la estructura de metal y logré traspasarlo sin ningún problema.
De un tirón, retire una parte de los barandales y fui cubierto por mi armadura, eché un último vistazo al panorama que me otorgaba la ciudad y dejando que la inercia hiciera su trabajo, me dejé caer
Con la armadura puesta, era mas que obvio que mi descenso era mas rápido, mas sin embargo tuve suficiente tiempo para seguir apreciando las luces que iluminaban la ciudad, un momento mágico que de ser posible jamás dejaría de vivir. Aún así, tenía que cumplir con dos propósitos en ese momento, y uno de esos propósitos se hallaba abajo, justo a pocos metros de distancia.
Y tal como sucedía siempre, creé un cráter al impactar con el concreto
