ClassicaLoid y sus personajes no me pertenecen. Si fuera así, Schu mandaría a volar a Beto y sería feliz...


Fuera de mi mente
Hoy voy a dejarte atrás
Era diferente
Lo que prometiste dar.

Ella se cansó. Por supuesto que lo hizo, considerando que había recibido durante dos vidas más indiferencia de la que cualquier persona podría soportar. Y el amor no era así; no se trataba del camino de un sentido, de dar sin recibir. No tenía sentido ni caso alguno seguir esperando los afectos de quien no podía, no quería corresponderle, porque eso no era amor.

¿Qué solía decirle Schindler? "¡Beethoven te amaba! ¡Dijo que tenías la chispa divina!"

¡Tonterías!

Ella sabía (porque era estúpida, pero no ciega) que Beto no la miraba como ella a él, no la apreciaba con el mismo aprecio que ella le prodigaba, y jamás la amaría con la misma intensidad con que ella lo amaba. No lo hizo antes, no lo haría ahora.

Así que se cansó, se rindió. Y, sin embargo, la semilla de la esperanza que cayó al suelo dio paso a una frondosa nueva vida.

La noche cobra vida y me dejo llevar
Oh oh, no, no te lo tomes a mal
Ahórrate la culpa y el esfuerzo de quererlo negar
Ya no se puede arreglar.

Esa noche no bajó a cenar con los demás, aunque nadie se dio cuenta de ello. Esa noche se arregló más de lo normal, se vistió con ropa nueva, sonrió con nuevos bríos. Por supuesto que esperaba las miradas de sorpresa cuando bajó las escaleras, y las bocas abiertas en la sala de estar casi la hicieron reír. Casi, porque un vestigio de su baja autoestima le hizo preguntarse si lucía realmente mal.

Pero podría acostumbrarse a ello; la mirada sorprendida de la casera, los malos piropos de Mozart, la sonrisa orgullosa de Liszt. Recibió con una risa los inicios de su nueva vida.

Incluso a la titubeante, estupefacta e incrédula cara de su senpai. ¿Qué significaba esa mirada en su rostro? Ya no le interesaba saberlo. Se acercó a él y de puntillas se alzó para darle un beso en la mejilla y un sentido gracias. Lo dejó allí, a él y todo lo que significaba doscientos años de amor unilateral. Vio su mano levantarse y querer detenerla, pero no lo permitió. No le guardaba rencor pero era tarde, demasiado tarde para disculpas y explicaciones.

Ella tomó un bolso y salió a donde quiera que las ansias de libertad la llevaran.

Mira qué ironía
Ahora me río yo
Tanto que creía
Que me iba a morir de amor

Días de playa y noches de fiesta; tertulias con gente culta, risas con personas alegres. Su vida se convirtió en un carrusel de nuevos lugares y experiencias. Tenía una facilidad increíble para hacer amigos y ganarse un lugar en el corazón de quienes conocía. Y ella estaba contenta de estar entre iguales, gente que la trataba con aprecio por lo que era, que la admiraba por lo que era capaz.

¿Era esto lo que se había perdido por estar obsesionada con Beto?

De vez en cuando le embargaba la tristeza y el dolor al recordarlo, pero sucedía con menos frecuencia; su corazón se sentía más y más liviano con el pasar del tiempo. Aunque era inevitable verlo en la mansión, encuentros inesperados acompañados de una mirada incómoda, tal vez culpable, de parte del maestro. Ella sonreía y meneaba la cabeza, hablando con él de la misma manera que hacía con los demás.

Ahora estando sola no la paso tan mal
Oh oh, no, más bien la paso genial
Estoy volviéndome tan receptiva que me vienen a hablar
Y no lo puedo parar

Era gracioso ver a chico tras chico querer conquistarla. Ella reía y les seguía el juego, aceptando sus regalos y sus noches divertidas. Por fin había alguien suplicando por su atención, esperando su voz y su sonrisa, y se sentía tan bien.

Ahora ella tenía una nueva esperanza: encontrar a alguien que le diera las miradas, el aprecio y el amor que su antigua adoración no pudo darle.

Tomó su bolso y salió de la mansión, cantando al caminar:

— "Para olvidar tu amor hoy no seré tan selectiva para la pasión. Voy a salir y a casi nadie le diré que no..."

Para olvidar tu amor
Yo sé que hacer
Yo sé que hacer

Para olvidarte
Yo sé que hacer
Yo sé que hacer