Tantos los personajes como la historia original sobre la que se basa este fanfic no me pertenecen.


Capítulo 1

Movimientos bruscos y poco precisos. Unos dedos que se pierden hasta encontrar la siguiente tecla que pulsar, que por lo general, no es la correcta.

Kōsei sonríe, mientras Tsubaki le recrimina su floja risa.

-¡Idiota! No todos somos unos genios para tocar el piano. -Dice Tsubaki enfadada.

Kōsei cede mientras ríe:

-Creo que ha heredado tus técnicas de piano y no las mías.- Contesta Kōsei observando a su esposa mientras esta se marcha de la habitación con cara de falsa ofensa.

El ya adulto pianista observa a su pequeña hija de pelo marrón y ojos azules, que pese a la frustración de no conseguir completar desde hace varios días un trozo de partitura, sigue rebosando esa juventud que tanto ilusiona a sus padres.

-Papa, no quiero tocar el piano. ¡Es imposible!- Exclama la pequeña.

Pese a que ella sola había querido a aprender a tocar el piano debido a la admiración que sentía por su padre, él siempre le recordaba que el piano requiere mucho esfuerzo y práctica, y que los resultados solo se ven con el tiempo.

-No te preocupes Rinda, no tienes por qué tocarlo si no quieres. Puedes escoger el instrumento que más te haga feliz, o simplemente disfrutar de la música aunque no seas tú la que toque.- Dice acercándose a su hija en tono paternal.

-Hmm...- Respondió Rinda pensativa. Se marchó al instante con una gran sonrisa en el momento en el que Tsubaki anunciaba que la cena estaba lista.

[...]

Se empezaba a notar el calor en aquel día de Abril y cómo comienzan a asomarse tímidas flores entre las cada vez más verdes plantas del jardín que rodea el auditorio de música.

Kōsei había sido invitado a tocar en un nuevo concierto, otro con una gran reputación a la que solían asistir los ya consagrados grandes pianistas de Japón, pues aunque había viajado al extranjero cientos de veces, seguía siendo especial para él tocar cerca de su casa, de donde creció.

-¡Mi actuación te superará esta vez, Arima, no tengas duda de ello!-

Kōsei se gira y puede observar a un tenaz Takeshi, con el puño cerrado y una sonrisa que demostraba auténtica confianza en sí mismo.

-¿Aún siguen con estos juegos a esta edad?-Se sorprende Emi, que acababa de entrar en la sala de espera para salir a tocar, encajando cierto tono de reproche en su voz. -Tontos.

Se ríen al mismo tiempo los 3 ante aquella situación, pues aunque mantienen una firme amistad, continúa existiendo esa rivalidad característica entre todos ellos que tantos éxitos individuales les ha hecho alcanzar.

Aunque ya no compitan en concursos ni por plazas para estudiar en colegios de música, siempre que tocan juntos se crea una gran expectación en el público, lo que provoca un lleno completo allá donde vayan.

[...]

-¡Ha sido una actuación asombrosa Kōsei! ¡Y Emi está tan guapa!- Exclama Watari dándole una palmada en la espalda a Kōsei de forma emocionada.

-No sabía que habías podido venir finalmente Watari, ¡me alegro mucho!- Dice Kōsei dándose un abrazo con su amigo.

-Díselo a Tsubaki, que es la que me convenció para que viniera después de decirme que tocarías una interpretación de Beethoven.-

-¡¿Qué?! ¡Mentiroso! Solo viniste porque habría chicas guapas que también tenían una actuación.- Gritó Tsubaki golpeando a Watari con una pelota de béisbol que tenia en su bolso, mientras Watari se preguntaba cómo podía ser que aquella mujer guardase una pelota de béisbol en el bolso.

Kōsei rió con fuerza ante la pelea de su mejor amigo y su mejor amiga con la que, con el paso de los años, fueron floreciendo unos sentimientos que tardaron tiempo en madurar.

Se recreaba aquella imagen como en tiempos pasados, siempre acompañada del verde de los árboles, y del olor de las flores que la cálida brisa se encargaba de transportar de un lado a otro.

-¡Papá!¡Mamá!- Exclama Rinda mientras corría hacia ellos con gran felicidad y con un color rojizo en sus pómulos.

-¡Quiero tocar el violín!

-¿Eh?- Contestaron al unísono Kōsei, Tsubaki y Watari.

Definitivamente, la primavera había vuelto.


No soy de escribir demasiado, pero creo que lo que me transmitió este anime me ha hecho que tenga que escribir algo sobre él a modo de agradecimiento, para que no caiga en el olvido.