He olvidado como me veo al sonreír. No puedo evitar sacar esa idea de mi cabeza mientras observo mi rostro en el difuso reflejo de la negra pantalla. Un monitor apagado no es más que eso: un espejo oscuro.

Cada uno de mis dedos duelen. Casi pareciera como si tuviera cientos de agujas clavados sobre ellos. Qué tontería... La verdad es siempre más traumática: Llevo ya varios meses así, y aún mi cuerpo no logra acostumbrarse a las jornadas largas re escribiendo código toda la madrugada.

Siento los párpados cayendo. Todavía no. No puedo permitírmelo. Estiro mi mano y cojo otra bebida energizante. Es la última, así que tengo que darle provecho. Tengo que encontrar otro hueco, alguna pista olvidada por él, por ESO. "Leviathan", vaya nombre... No puedes borrar todo rastro de una persona. No mientras haya alguien dispuesto a buscarla.

La madrugada es de las cigarras y los hackers. Su llamado constante hace eco en mi cabeza revuelta. Pero si no fuera por ellas, el silencio me volvería loco. ¿Cuántas personas se han sentido realmente solas ante el mundo? ¿Han sentido realmente el peso del silencio presente todos los días?

Cada foro, cada red social... En cada rincón: Estúpidos escribiendo desde sus móviles caros, quejándose de que sus padres no les dejaron ir a un concierto, o que les regañen por sus calificaciones. Siento asco cada vez que los leo. Ni siquiera es por mi, ¿qué hizo Hajime para que él nos abandonara? Eramos niños ambos, ¿tanto nos odiaba como para qué cuando más lo necesitábamos, él se fuera?

"Necesitábamos"... No, nunca Lo necesitamos realmente. Ni a él, ni al resto de esa "familia" que solo quería separarnos. Hajime confiaba en que yo estaría siempre con él... No: Él confía. Solo debe esperarme un poco más. Siento que ya lo conseguiré. Sobrevivimos por nuestra cuenta hasta ahora, esto es solo un obstáculo más. Solo otro firewall que atravesar.

El cursor blanco titila sobre el final de la linea de comandos. Mis ojos arden. Me culpo a mi mismo por tener que alejarme otra vez de mi búsqueda, y apago el ordenador. Cada día que dejo pasar, la culpa torturándome por dentro aumenta, y siento que el se aleja más de mi. Pero se que sigue allí, que entre todo ese océano de información, esta clave para encontrarlo. Yo lo prometí. Nunca te iba a dejar solo, Hajime. Es lo que hace un hermano mayor. Y haré lo que sea necesario para cumplir con esa promesa.

Otra vez mi rostro se refleja en la pantalla negra. Otra vez, lo siento ajeno. No hay lugar para las sonrisas en un espejo negro.