Hola! aquí os presento mi nuevo fic. Espero que os guste y como siempre ansiosa por ver si tiene aceptación.
Explico que tal vez este fic pueda tener escenas subiditas de tono, quiero hacerla erotica, así que espero una ayudita por vuestra parte y saber si voy por el buen camino o no ;). Intentare por todo los medios que no quede grosero y obsceno, pero si quiero utilizar un lenguaje mas fuerte. Tenedme paciencia ok?. Esto en modo experimento :D .
Pues sin mas, os dejo el resumen y el primer capi. Besos!
RESUMEN:
Nada comparable a tu amor.
Damon es un jugador italiano de fútbol. Ficha por los lobos de Mistic Falls del que Grayson Gilbert es propietario. Allí su hija y única heredera, Elena Gilbert, trabaja para el.
La historia seria muy sencilla si no fuera por que ambos descubren un secreto oculto de cada uno. Para que no salgan a la luz deciden hacer un trato. El problema viene cuando la proximidad de ser vecinos los llevará a cumplir con lo que realmente quieren.
Mistic Falls. Virginia.
- Bendigame padre por que he pecado.- se santigua.
- Dime hijo mio.-
- He pecado muchas veces padre..- agacha la cabeza.- Soy un mentiroso, ambicioso y he tenido sexo con mujeres fuera del matrimonio. Bueno, yo no, mas bien ellas.- rectifica intentando evitar reírse mirando al suelo.
- La lujuria guía tu camino, hijo.-
- Lo se, padre. Pero ellas me piden que la satisfaga y solo cumplo con lo que me demandan.-
- ¿ Y te arrepientes?-
- Mentiría si le digo que si. Seria otro pecado mas. -
- Reza tres padres nuestros y un ave maría. Que dios salve tu alma y cuide de ti.-
- Gracia, padre.-
Damon sale del confesionario y camina hacia la salida con una gran sonrisa dispuesto a seguir con su nueva vida en Mistic Falls.
En la entrada de un edificio un camión de mudanzas aparca en frente. Tras el, Damon llega con su cámaro y sale de el.
Se quita las Rayban para contemplar el nuevo lugar donde se viene a vivir. Odiaba tener que mudarse y dejarlo todo para venir a un pueblo que desconocía incluso que existía. De todos modos no le quedó mas remedio que aceptar la oferta ya que pagaban algo mas que lo que percibía en su antiguo equipo. Sin mencionar que los Lobos de Mistic Falls eran de los mejores en el estado de Virginia. Podría ganar algún que otro titulo mientras sobresalía para que otro equipo de mayor prestigio lo fichara. Todo esto era un trampolín para seguir con su carrera futbolistica.
- ¿Donde tenemos que llevar las cosas?- preguntaba el chico del camión.
- Ahm, al ultimo. El 3-D.- responde sin aun haber visto su piso.
Cuando entra al recibidor descubre con fastidio que no tiene ascensor, por lo que tiene que subir por las escaleras.
Llega a la segunda planta y se detiene al ver a una chica rubia que salia de su casa con mucha prisa. Colocándose el bolso en el hombro,sostenía un termo con café en una mano y con la otra intentaba cerrar su puerta. Al girarse se sorprende al ver ese desconocido mirándola.
- Hola...- saluda el con un tono sutil.
- Hola.- responde desconfiada.
- Perdona..., no quiero asustarte. Soy tu nuevo vecino, el del tercero- señala con el dedo hacia arriba.
- Encantada. Yo soy Caroline. La del segundo.- con simpatía le ofrece su mano.
- Igual...- el se la estrecha con suavidad y la mira con intensidad.
- Vale... ahm...- la chica lo suelta rápidamente incomoda- Ya nos veremos.- pasa por su lado para bajar.
- Eso espero .- dice seductor observándole el trasero.
Después de conocer a la primera persona en el pueblo, sigue subiendo hasta su nueva casa. Una vez dentro de ella ordena a los trabajadores de la mudanza donde quiere todas sus cosas.
Caroline entra a paso ligero por la oficina y dejando su café en su escritorio sale de su despacho para tocar la puerta que tiene en frente.
- ¿Se puede?- pregunta abriendo y asomando solo la cabeza.
Elena asiente y se lleva el dedo a la boca para que guarde silencio. Escuchaba muy atenta a lo que le decían por teléfono.
- Si, esta bien. Tu mándame los papeles y yo se los entregaré personalmente a mi padre. No te preocupes. Vale, Adiós.- cuelga el teléfono y lo tira sobre la mesa algo estresada
- Un mal día?-
- Mas bien un mal año. - resopla y se reclina es su silla. - El trabajo se me acumula por momentos y sigo sin cogerle el truco a esto del soccer o futbol o como se diga. Lo odio.- le explica harta.
- Ya te dije que no deberías haber aceptado el trabajo que te ofreció tu padre. Tenias que haber seguido estudiando tu carrera. Eso es lo que te hacia ilusión.- le vuelve aconsejar sentándose en la otra parte del escritorio.
- Como esta la economía en este país no me quedaba mas remedio. Ademas mi carrera no me llevaba a ninguna parte. No creo que pudiera ganarme la vida solo con la pintura o la música.-
- Hablas como tu padre.-
- Normal, lo tengo encima mía constantemente por si cometo algún error. Y cuando hablo de error también me refiero a mi vida privada.-
- No puedes dejar que te maneje a su antojo Elena. Tengo la sensación que pronto te venderá a cualquier ricachón para hacer algún negocio.- bromea Caroline relajando sus piernas encima del escritorio.
- No digas tonterías- suelta una carcajada y se levanta para darle un leve empujón a las piernas de su amiga para que las baje.- Aunque no me quiero imaginar que me haría si se entera con quien comparto mi cama.- se acerca a uno de los archivadores para sacar mas papeles.
- Uhhh, yo tampoco quiero imaginármelo.- la rubia va para la puerta y antes de irse, algo que le tenia que contar mas la hace detenerse.- Ah!, se me olvidaba.- se gira para mirar a su amiga.- Tienes un nuevo vecino y esta... mmmm.-
- ¿Que?-
- Esta mañana me encontré con el nuevo inquilino que vivirá en frente tuya y está para comérselo si no fuese por lo pervertido que es.-
- ¿Como?- pregunta curiosa.
- Es un ángel caído del cielo. Salia de mi casa y se me presento el solo. El problema es que me desnudaba con la mirada. Parece un sátiro, pero esta buenísimo.- le explica con emoción.
- Como se entere Nik de lo que estas diciendo ahora mismo, va ir a romperle la cara.- vuelve a su silla para seguir con lo que estaba haciendo y no dándole ningún tipo de importancia a lo de su nuevo vecino.
- Si claro.- bufa - cuando lo veas tu con tus propios ojos me entenderás. Entonces será Matt quien le parta la cara a el.- le dice en un tono bajo y desaparece por la puerta.
Elena revuelve los ojos y vuelve a concentrarse en su trabajo.
Odiaba con todas sus fuerzas seguir en esa empresa. Pero en un futuro seria todo suyo y no podía decepcionar a su padre diciéndole que no quería tener nada que ver con sus negocios. De todos modos la única razón por la que seguía trabajando con el era que se había enamorado y por nada del mundo quiere irse del pueblo sin Matt.
Damon estaba acomodado en su sillón mirando la tele, cambiando de canal con desgana, al ver que no echaban nada tiro el mando encima de la mesita. Cogió su móvil y miro en su agenda. Estaba aburrido y la mejor manera para quitarse ese aburrimiento era llamar alguna de las tantas `` amigas´´ que tenia en su agenda.
Pronto recordó donde se encontraba y que la chica mas próxima estaría a dos horas de aquí. Resopla desencantado y deja el teléfono a su lado.
Por el cambio de cuidad había perdido a toda su clientela, como el las llamaba, pero no le importaba. Seguramente en este pueblo habría mas mujeres descontentas con su matrimonio que necesitarían de su servicio tarde o temprano. Sin pensárselo dos veces, coge las llaves y sale de su apartamento para captar alguna que otra mujer necesitada de cariño.
Una cafetería delante de su edificio seria el escenario apropiado para ligar. Cuando entra por la puerta todos los presentes guardan silencio y lo observan con expectación.
Algo incomodo, se acerca a la barra y una chica joven, de tez morena y muy simpática le atiende con amabilidad.
- Hola, buenas tardes. ¿ Que desea tomar?- se pone a teclear en el ordenador esperando a que pida.-
- Un café bien cargado por favor.- le dice extrañado por todas las miradas que arrastraba a su paso.
- Muy bien. Serian tres con cincuenta.- le pone la mano para que le entregue el dinero.
- A si!.- reacciona y se lo entrega.- ¿Puedo hacerte una pregunta?-
- Claro señor. Dígame.-
- ¿Por que me mira todo el mundo?-
La chica suelta una risa y se apoya sobre la barra para acercarse a el.
- Este pueblo es así. Llega uno nuevo y es como una atracción de feria. Se quedan embobados.- le responde susurrándole para que nadie los escuche.
- Es bueno saberlo.- al tener a la chica tan cerca no pierde el tiempo y le dedica una sonrisa seductora.- Gracias...Bonnie...- lee su nombre en la pequeña placa que llevaba en el uniforme.
- De nada.- se sonroja y le entrega su café.
- ¿Puedo hacerte otra pregunta?¿ A que hora sales?- deja su café al lado de otros cafés que estaba sirviendo la chica y apoya sus codos sobre la barra divertido.
- Tengo novio...- le responde avergonzada.
- Vaya, lo siento entonces por ti. Supongo que nos volveremos a ver.- vuelve agarrar su vaso sin mirarlo y se va de allí.
Elena miro la hora de su reloj y decidió parar todo lo que estaba haciendo para ir a comprarse un café. Entrando por la puerta, Bonnie la ve y se acerca a ella para cogerla del brazo y sentarse en una de las mesas.
- ¿ Que te pasa?- pregunta ella extrañada por el comportamiento de su amiga.
- No sabes lo que me ha pasado hace unos minutos.-
- No, pero Bonnie tengo que irme. Tengo mucho que hacer, solo venia a por mi café.- se intenta levantar pero su amiga la sienta obligada otra vez.
- Espera. Un tío ha intentado ligar conmigo.- le comenta emocionada.
- Vaya, al parecer Caroline y tu estáis hechas unas sex simbol.- bromea por que tampoco es nada del otro mundo que un tío les dedique algún que otro piropo.
- Si - se ríe - pero este fue directamente al grano y no sabes como me miraba. Parecía que...-
- Te desnudaba con la mirada?- no la dejó terminar al ser lo mismo que le dijo Caroline esta mañana.
- ¡Si!, lo conoces?-
- No, pero creo que tengo una ligera idea de quien puede ser.-
- ¿Quien?- pregunta impaciente por saber.
- Caroline me dijo que esta mañana que se había mudado un chico a nuestro edificio. Será mi vecino de enfrente.- resuelto el problema se levanta de una vez - Al parecer quiere ser amigo de todas las mujeres de este pueblo.- se pasa las manos por la falda entubada que llevaba para acomodarla.- ¿Me puedes dar ya mi café?.-
- Esta en la barra.- Bonnie se lo acerca y le un beso a Elena para despedirse.
- Después nos vemos. Me pasaré con Caroline antes de que cierres.- concluye Elena saliendo de la cafetería.
Caminado hacia la oficina, toma un sorbo de su café y su cara de asco no se hace esperar al comprobar que ese vaso no era el suyo. Estaba demasiado cargado y se extrañó por que Bonnie sabia como le gustaba a ella. Sin querer volverse para la cafetería a cambiarlo, decide tomárselo. Por lo menos tanta cafeína haría que el trabajo fuera mas llevadero.
Damon conducía mirando entre la carretera y un papel con la dirección donde lo habían citado. Presentándose delante de una enorme mansión, comprueba que es la casa de su nuevo jefe.
El chico de seguridad le dejó pasar, no sin antes de pedirle la identificación y aparco al lado de la entrada.
Dentro de la casa una señora mayor le pidió que esperara y aprovechó para darle un sorbo a su café. Antes de hacerlo se percata que en su vaso hay un nombre escrito. Elena lee en cartón y se maldice mentalmente por descubrir que el liquido no es para nada fuerte. Se había equivocado y cogido el vaso de la tal Elena esa.
Un hombre cincuentón baja por las escaleras con una gran sonrisa en la cara y capta su atencion rápidamente.
- ¡Damon Salvatore!, que alegría tenerte aquí.- ofrece su mano.
- Un placer, Señor Gilbert.- se la estrecha cordialmente.
- Vayamos a mi despacho y hablemos.- le hace un gesto con la mano para que pasé primero.
Una vez allí le pide que se siente y el hombre hace lo mismo al otro lado del escritorio.
- Bueno, ¿que te parece el pueblo?.- se acomoda en su asiento.
- No he tenido mucho tiempo para inspeccionarlo. Acabo de mudarme y recién termino de ponerlo todo en orden.-
- No importa, mañana será tu presentación. Ahora eres la estrella de mi equipo y quiero celebrar tu fichaje por todo lo alto.- dice Grayson entusiasmado.
- No creo que sea necesario, señor. Solo vengo a ayudar al equipo en todo lo que pueda.- dice con falsa modestia.
En realidad esto de que lo adularan tanto le encantaba y una grandisima fiesta de bienvenida era lo que queria.
- Por favor, tutéame. Y sí, creo que es necesario celebrar la llegada del hombre que nos llevará a la final. He visto vídeos tuyos y mis ojeadores no pueden estar mas de acuerdo que he hecho una buena contratación.-
- Gracias.-
- Espero que estés de acuerdo con tu salario. Se que no es mucho, pero quizá con el tiempo y con los títulos que ganes puedas percibir algo mas.-
- Esta todo bien, señor..., quiero decir Grayson.-
Lo único que no estaba de acuerdo era en eso. Cobraría una mierda de sueldo, pero para lo que pagaban en otros equipos, esta era la mejor opción que pudo elegir. De todos modos, con su ``otro trabajo´´ ganaba lo suficiente para sus caprichos y vivir bien.
- Perfecto, si estamos de acuerdo mañana firmaremos el contrato en la fiesta. El lunes ya podrás entrenar con tus compañeros.- se levanta del sillón para dar concluida la reunión.
- Entonces nos vemos mañana.- Damon hace lo mismo y va hacia la puerta.
- Ah! otra cosa, Damon. La directora de comunicaciones se pondrá en contacto contigo para entrevistarte. Es para nuestro canal y estoy seguro que los aficionados estarán pendiente de todo lo que dices.- le informa antes de que Damon asienta y se vaya.
Elena entra a su edificio con prisas por dejar en el suelo las pesadas bolsas de la compra que traía. Resopla cansada al ver las escaleras y respira hondo para coger fuerzas y subir. Al agacharse para cogerlas de nuevo, Damon entra por su espalda y se detiene al ver el despampanante trasero de esa desconocida.
Ladea su cabeza ensimismado en esas delgadas y musculosas piernas y sin poder evitarlo se pone tras ella.
- ¿Te ayudo?-
La chica se asusta y se levanta rápidamente para saber quien le esta hablando, con toda la mala pata que al girarse tropieza con las bolsas y cae encima de el.
- Vaya..., si hubiese sabido que esta seria la bienvenida habría venido mucho antes a este pueblo.- le dice con un tono burlón sujetándola.
Elena se quedo paralizada ante esos preciosos ojos azules que la miraban con lujuria. Entonces supo quien era y reacciono separándose de el.
- Lo siento- se disculpa recogiendo sus bolsas.
- No pasa nada. Me encanta que una mujer se me eche encima.-
A Elena no le gusto nada el comentario y lo ignoró para subir las escaleras.
- Espera.- el va tras ella.- Déjame que te ayude, yo también subo.- intenta que le de una bolsa.
- No es necesario, puedo yo sola.- dice con un tono cortante.
- Insisto.- la detiene y a la fuerza le quita un par de bolsas de la mano.- ¿Donde vas?- pregunta curioso subiendo los peldaños a la velocidad de ella.
- Al tercero.- le confiesa impaciente por llegar a su casa.
- Yo también vivo allí. Soy tu nuevo vecino. Tu vives enfrente, ¿no?.-
- Pues si solo hay dos apartamentos en esa planta, supongo que si.- ironiza ella seria e incomoda por la presencia de el.
Damon no podría creerse la suerte que tenia al haberse venido a vivir a ese edificio. Las dos únicas personas que había conocido eran mujeres y a cual mas buena. Se relamía nada mas que pensarlo.
- Pues ya estamos.- le deja las bolsas al lado de su puerta y se sacude las manos orgulloso por haber ayudado a esa damisela en apuros.
- Gracias.- Elena saca sus llaves y entra para su casa cerrando la puerta de un portazo.
- De nada, vecina.- dice el atónito por el comportamiento de la chica y se va para su apartamento.
El chico se preparaba la cena cuando unas voces femeninas al otro lado de la pared captan su atencion. Baja un poco el volumen de la radio para escuchar mas nitidamente y se sienta en el mostrador de su cocina para escuchar.
Al otro lado, Bonnie, Caroline y Elena bebían vino tinto sentadas en el salón del apartamento. Riéndose y hablando de sus cosas, el tema estrella no tardó en salir a la luz.
- ¿Entonces también contigo, Elena?- preguntaba la rubia incrédula- De verdad que los tíos solo piensan en solo una cosa. Lo que tienen entre las piernas.- da un sorbo a su copa.
- No todos Car, Klaus suele pensar mas con la cabeza que con..- señala Elena divertida a su entrepierna.
- No me lo recuerdes, a veces me gustaría que pensara menos y fuera mas fogoso.- se lamenta la amiga.
Las chicas se ríen por el comentario y brindan por esos hombres perfectos que no existen.
- Pero no me negareis que tu nuevo vecino esta como un queso...- les dice Bonnie con una sonrisa picara.
- Y esos ojos que tiene son... No me cansaría de mirarlos.- se le une Caroline suspirando.
- Estáis locas. Solo es otro tío que busca un agujero para meterla.- dice Elena sin entender tanta fascinación por el.
- Pues ten cuidadito, amiga. Por que el agujero mas cerca que tiene es el tuyo.- le bromea la rubia para reírse con Bonnie.
- ¡Caroline!- le da un codazo molesta.- Yo no tengo la necesidad de eso. Mi agujero lo tengo bien ocupado.-
- Aggg, si, no me lo recuerdes.- dice fastidiada.- Ya sabes lo que opino de eso.- dice con fastidio.
- Ya empezamos...- se harta Bonnie por que ahora empiecen a discutir.
- Nunca vas a entenderlo, ¿verdad?.- pregunta Elena molesta por el reproche.
- Pues claro que no. ¿Como voy aceptar que un tío juegue con mi amiga como le da la gana?-
- El no juega conmigo.-
- ¿A no?. Y como llamas tu a un hombre que...- Caroline se detiene por el ruido que escucha en el descansillo de la entrada. Se levanta rápidamente y mira por la mirilla.
Elena y Bonnie se quedan extrañadas por la repentina huida de su amiga hacia la puerta principal.
- ¿Que pasa?.- pregunta la morena.
- Shhhh...- gesticula con la mano para que guarden silencio.- ¡Dios, santo!, este no pierde el tiempo.- se gira para sus amigas y abre la boca de par en par.
- ¿Que?- se impacienta Elena.
- Acaba de entrar una rubia despampanante, aunque algo mayor, a la casa de tu vecino. Parecía que estaba muy contenta de verla.- se ríe volviendo al lado de sus amiga.
- Lo dicho, un cerdo..- concluye Elena mirando a la pantalla de su móvil.
- ¿Has quedado con Matt?- pregunta Bonnie con algo de temor por que sus amigas empiecen otra vez a discutir.
- Hoy creo que no. Espero que me llame después.- lamenta guardándose el aparato en el bolsillo de atrás del pantalón.
Caroline resopla y prefiere callarse antes de que se líe otra vez. Sabe que por mucho que le diga a su amiga que Matt no le conviene, ella seguirá ciega.
Al irse las chicas, Elena se cambió y se puso el pijama. Se mete en la cama y echa un ultimo vistazo a su móvil por si tenia algún mensaje. Al comprobar que no era el caso, lo dejo en la mesilla y posó su cabeza en la almohada para cerrar sus ojos.
De repente, unos gemidos por parte de una mujer, se escuchaban al otro lado de la pared. Abrió sus ojos de par en par y puso un segundo su oreja en el frío muro.
No tenia ni idea que las paredes del apartamento fueran de papel y mucho menos que el dormitorio de su vecino daba con el suyo. Sin aguantar mas los gritos de satisfacción de ambos, dio dos golpes fuertes para que bajaran la voz. Algo que no hizo mucho efecto ya que parecía que seguían subiendo mas y mas su intensidad. Lo único que le quedó fue echarse la almohada encima de la cabeza e intentar dormir lo que pudieran dejarle.
