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"Alfred va a pasar la semana de San Valentín con su hermano, pero en su estancia descubre el diario de Matthew y no duda mucho en darle una ojeada. ¿Qué hará cuando descubra que su hermano está enamorado de Lovino?"

UN CUPIDO PARA MI HERMANO

Gazziero-Gumi

CAPÍTULO 1: Por Melanny

Conociendo los secretos de mi hermano.

POV's Alfred.

Eran las seis en punto de la mañana, todo estaba listo para el gran viaje a Canadá. Películas, pijama, cepillo, celular, y una botella de miel de maple, para mi hermano, Matthew.

Estaba muy entusiasmado, ya que San Valentín lo pasaría con mi hermano, no como una pareja, no, claro que no, es… ¿Cómo decirlo? Amor fraternal y amistoso, nada de amantes ni parejas prohibidas, no, claro que no, simplemente una apacible visita al hogar de mi hermano. Con muchos pancakes, películas, revistas y guerras de nieve.

Cerré mi mochila, la coloqué en mi espalda, cogí mi boleto de avión y todo listo. Miré mi departamento, desordenada como siempre, tal y como me gustaba tenerla y pues claro, como esperaba verla al regreso si es que Obama no se entera de que he viajado. Eso sería horrible y a cambio me da como castigo una limpieza total a mi departamento, eso es una tortura para mí y para las señoras de limpieza.

—Nos veremos en unos cuantos días —sonreí mirando mi departamento como tonto, esperando a que este respondiera.

Cerré la puerta y le eché seguro, para evitar futuros problemas. Luego salí a la calle, tomé un taxi hacia el aeropuerto y luego hice la misma rutina que siempre hacía: Entrar al aeropuerto, registrar mis cosas, esperar a que me llamen, acercarme a la puerta de mi avión, entregar el boleto y subir al avión. Debo admitir que es aburrido pero al fin y al cabo valía la pena, le iba a dar a Matthew la mejor semana de su vida, incluyendo San Valentín con full diversión.

Fueron unas cuantas horas las que estuve en el avión sentado, pero que al fin y al cabo valieron la pena. Llegué a Canadá y respiré profundamente, como si fuese la primera vez que pisaba suelo canadiense, fresco, frio, acogedor. Cogí mi mochila, salí del aeropuerto y tomé un taxi directo a la casa de mi hermano.

Durante el camino, observé a los señores retirar la nieve de las entradas de sus casas, yo me andaba imaginando a mi hermano haciendo eso para recibirme feliz. Pero lamentablemente eso no fue lo que paso; cuando llegué, observé la casa de mi hermano cubierta de nieve, era la única casa que tenía la nieve hasta la mitad de la puerta de entrada.

—Esto es raro—baje del taxi pagándole con desgano al chofer.

Me acerque lentamente a la casa tratando de encontrar algún sentido lógico a lo que mi hermano NO había hecho para recibirme.

—Joven—llamó uno de los vecinos de mi hermano— ¿Usted sabe lo que le sucede ahí? Hace días no he visto al señor Williams salir de casa...

Tic tic tic tic tic tic... ¡PUM! En ese momento deje mi mochila en el piso, cogí sin permiso la pala del vecino y comencé a hacer un camino hacia la entrada de mi hermano. Y pues claro, como yo tenía una súper fuerza, lo hice en pocos minutos, la nieve estaba a los costados de la entrada y la pala tirada a un lado; fue ahí, que con mucho frio decidí tocar la puerta.

— ¡Matt, Matthew!—levante el tono de voz— ¡Matthew, ábreme la puerta!

Sentía que en cualquier momento rompería la puerta si mi hermano no me abría y debido a las constantes películas de terror que veía, muchas crueles ideas abundaban en mi mente.

—Alfred— Matthew me miró asombrado abriéndome la puerta.

—Matthew, estas bien, ¿Qué pasó?—me acerque a él viendolo detenidamente.

Matthew llevaba puesto unos pantalones sueltos de color rojo junto a su polera del mismo color y que en el centro decía "Canadá"; junto a sus pantuflas de ositos blancos. Está claro que Matthew llevaba su pijama, lo cual es raro ya que él se despertaba temprano.

—Me olvidé de levantar la nieve—seguía mirando a la nieve y no a mí.

—Ahora vuelvo—corrí a coger mi mochila y de paso a dejarle la pala al vecino.

— ¿A qué hora llegaste?—me preguntó un tanto ido.

—Matthew, este no es el momento, tengo frío y ¿Por qué mejor no nos vamos a dentro? —jale a mi hermano dentro de la casa cerrando la puerta de un solo golpe.

La verdad es que sí tenía frío, sólo llevaba puesto un polo, una chompa ligera y unos jeans pegados con zapatillas negras. Como todo tenía calefacción, no tenía tanto problema con el frio, pero, tras meterme a excavar hacia la entrada de la casa de mi hermano, estaba claro que ya me estaba muriendo de frío.

Ambos ingresamos a la casa y tú seguías algo ido, yo no supe por qué y mucho menos sabía qué hacer y como tratando de encontrar calor, te abrecé.

— ¡Estás frío! —exclamaste separándote abruptamente de mí.

Yo simplemente sonreí y me fui corriendo directo a tu habitación para cambiarme antes de que me pegaras por haberte hecho perder calor.

Ya en la noche, Matthew y yo estábamos frente a la chimenea. Yo deseaba quedarme dormido frente a la chimenea, caliento y confortable; pero Matthew, inconforme con eso, se negaba a mis ruegos, lo cual no era justo porque yo era su invitado.

Please, Matt, sólo esta vez, ya mañana dormiré contigo en la cama—me tiré en el suelo cubriéndome con unas mantas que traje.

—Alfred, la leña se puede acabar, y con este frío puede ser que acabemos muertos.

—Exageras, sabes que siempre dormimos juntos y esta no será la excepción—me arrastré hacia él y lo jalé hacia mí poniendo cara de cachorrito en la lluvia.

— ¿Por qué siempre terminas convenciéndome?—se acostó al lado mío.

—Porque soy tu hermano querido—exclamé feliz.

—Tengo a otra persona—susurraste dándome la espalda.

Yo abrí mucho los ojos ante ese comentario, ¿Que tenías otra persona? ¿Quién era esa persona? ¿Acaso estabas jugando conmigo? Todas esas preguntas decidí ignorar y después de un largo rato de insomnio, me quedé dormido junto a ti en el suelo, mientras que tu oso dormía no muy lejos de nosotros.

A la mañana siguiente me levanté completamente congelado. Miré a mi alrededor y Matthew no estaba, la leña estaba hecha cenizas y el oso estaba caminando por la casa sin hacer nada.

—Hermano—llamé— ¿Matthew, dónde estás?

Para ese momento yo ya me había levantado del piso, andaba llamando a mi hermano. Pero este no respondía, me fui a la cocina y mire una nota de Matthew colgada en el refrigerador con un imán.

"Salí a comprar las cosas para el desayuno, anda a mi cuadro a cambiarte. Matthew W."

Sonreí ante su nota, mi hermano siempre tan directo, dejé la nota tal y como estaba y subí corriendo a la habitación de Matthew.

Ingresé y vi todo tan ordenado, tan ordenado que sentí que hacía falta desordenarlo. Abrí la puerta del armario y comencé a sacar la ropa buscando algo que me quedara bien; pero como Matthew se vestía a la antigua, no habían cosas fabulosas con que vestir.

Entre tanto sacar y sacar ropa, llegué al fondo del armario donde encontré un libro pequeño. Curioso, saque el libro y lo abrí. En la primera hoja decía "Matthew's diaries". En ese momento mire a ambos lados, no había nadie, y con temor comencé a leer páginas al azar.

"Querido diario, mi jefe me dijo que tengo que interactuar con las naciones, pero, ¿Cómo hacer eso si nadie me nota?"

—Pff eso es sencillo, tienes que ser más como yo—reí cambiando de hoja.

"Querido diario, en estas últimas semanas he progresado mucho. Me he relacionado con una nación muy amable, él es Romano, puede aparentar ser indiferente y todo, pero en verdad es muy noble y de buen gusto culinario..."

— ¿Disculpa? —miré indignado el diario— Pero si soy yo quien tiene la mejor comida en todo el mundo, ¡¿Y cómo que romano?! Ese tipo es un demente, y hasta creo que pertenece a una mafia asesina—cambié de página.

"Querido diario, Lovino y yo tuvimos una cita, bueno, tal vez no una cita, sino una cena para tratar de conocernos más, y fue de maravilla. Tuvimos varias cosas en común e incluso me regaló una gran caja de chocolates, fue la mejor noche..."

— ¿Cita? ¡¿Qué?! ¿Lovino?—para ese entonces sentía que se me salía el corazón del cuerpo—no puede ser posible, Matthew y Lovino, ellos...Oh my God! No lo creo—cambié de página.

"Querido diario, Lovino me invitó a ir a Italia a pasar San Valentín allá. Dice que hará una gran fiesta y que además iba a estar solo ya que España iba a visitar a sus "Hijos Latinoamericanos" y su hermano iba a pasarlo con Alemania. Lamentablemente tuve que rechazarlo ya que mi hermano Alfred me había pedido pasar tiempo conmigo, cosa que es raro y pues, hace tiempo no lo veo, lo puse a él en primer lugar..."

Oh yeah, baby! Él me eligió a mí antes que a ti—señalé el diario justo en el nombre de Lovino— Pero…

¿Alfred? ¿Estás arriba?

Holy shit!—miré toda la ropa tirada en el piso— Necesito saber más —volví a leer el diario, esta vez en la última página y en el último párrafo.

"Hubiera deseado pasar san Valentín con Lovino, tal vez hubiese pasado más que una simple amistad..."

— ¿Alfred? ¿Estás ahí?—se escuchaban los paso de Matthew subiendo.

—Santa madre...

Cerré el diario y lo tire como sea al armario, luego comencé a coger la ropa y todo lo tiré en el armario. Estaba todo desordenado, y por tanto no debería dejar que Matthew lo viese. Una vez todo estaba en el armario, lo cerré dejando solo la ropa necesaria en el suelo, a la velocidad de la luz me desvestí, y para parecer niño bueno me senté en el piso junto a la ropa dando la espalda a la puerta.

—¿Alfred?—ingresó Matthew.

Good morning, Matt—me giré a saludarlo.

— ¿Alfred, por qué estas rojo y en calzoncillos?—me señaló—Oh my God! ¡No me digas que te estás masturbando en mi habitación, Alfred!

—Oh no no no no... Yo sólo me estoy cambiando—me levanté del suelo con la ropa en mano—¡¿Ves?! Yo sólo me voy a cambiar.

— ¡Uff! Gracias a Dios, por favor cámbiate para que bajes a desayunar.

—Ok, enseguida bajo.

Matthew se retiró y yo me cambie de ropa un tanto inquieto. Muchas cosas daban vueltas en mi cabeza, y al final llegue a la conclusión de que le había arruinado el san Valentín de mi hermano. Me sentí tan mal, que en el desayuno me lo comí con desgano.

Me encontraba echado en el mueble viendo televisión, Matthew se había ido a su habitación a dormir un poco. Por suerte todavía no ve el desorden del armario.

Andaba pensando en un plan de cómo hacer que Matthew pase san Valentín con Lovino, pero hasta ahora ni mi mente ni la televisión me ayudan. De pronto en oso polar de Matthew pasa en frente mío… Tardé como 15 minutos en pensar bien las cosas, ahora tenía un plan.

Me levanté y fui directo al armario de escobas y otras cosas de Matthew. Abrí la puerta y lo que necesitaba estaba delante mío, unos dardos para dormir; Matthew los utilizaba algunas veces en animales, pero exactamente no sé para qué.

Entonces cogí un pequeño tuvo, puse el dardo para dormir y comencé a buscar al oso, fue muy sencillo a decir verdad, el oso estaba sentado mirando la televisión. Me acerqué lentamente hacia él y luego me puse en posición, justo cuando iba a tirarle el dardo, este se voltea. Me quedé quieto, sin hacer nada, pensando que estoy era una cacería de verdad.

— ¿Quién?—preguntó.

Yo sin responderle le lance el dardo y este, después de unos segundos, cayó al piso. Era momento de iniciar mi plan.

CONTINUARÁ...


¿Y? QUÉ LES PARECIÓ? ESPERAMOS SUS REVIEWS!

EL PRÓXIMO CAP. SERÁ ESCRITO POR: AKARI YUMEI.


PUBLICACIÓN: 15/02/2014