Naruto no me pertenece.

Mundo alterno (actual)

Este fic participa en la dinámica del foro: El NejiTenten no ha de morir.
Por el mes NejiTen.

Tema: Juego.

¿Recuerdas la promesa?

Se encontraba en un lugar demasiado amplio, con varios vestidores y armarios que guardaban los mejores y novedosos diseños de vestido de novia. Junto a ella en una banca se encontraba su cuñada con una amplia sonrisa, elogiando lo bien que se veía, junto a su cuñada estaba sentada su suegra, que sólo la miraba de reojo y daba comentarios atinados aunque fríos. Al otro lado estaba la chica que le había probado el vestido y que era la encargada de vender un vestido de novia aquella tarde. Frente a ella un espejo gigantesco en el que se reflejaba a sí misma dando a notar el gran vestido blanco.

Tragó hondo y es que aun no creía que estaba a dos semanas de casarse.

— ¿Qué te parece? —habló la encargada de la tienda—, me gusta mucho la combinación de tu cabello con el caído del vestido, es más, te traeré un tocado para que planes el peinado de una vez—dicho esto, la mujer giró en sus talones y salió en busca del tocado.

Tenten soltó un suspiro y sonrió tímida a su propio reflejo, aquel vestido le gustaba mucho, no era muy llamativo, pero tampoco sencillo, era perfecto para la ocasión: su boda. Volvió a mirar a sus acompañantes, aquellas dos mujeres que le habían ayudado mucho y que estaban igual de emocionadas que ella.
Para empezar estaba su cuñada: Hana Inuzuka, de cabello castaño y lacio, de ocho años mayor que ella. Hana siempre había sido muy comprensible con Tenten, le había ayudado en varias cosas y se habían hecho muy amigas.
También estaba su suegra: Tsume Inuzuka, con parecido extraordinario a sus dos hijos, aunque tenía una personalidad más extravagante que los dos juntos. Tsume no era igual que Hana en el sentido de ser amable, había veces en las que Tenten pensaba que ella no era el tipo de chica que quería para su hijo, peor de alguna u otra manera la había aceptado y es lo que importaba.

—Me gusta mucho, es muy tu estilo—aseguró Hana poniéndose de pie—, ¿No lo crees mamá?

—Sigo pensando que estaban mejor los vestidos de la boutique anterior—Enfatizó la mujer cruzándose de brazos.

—No le hagas caso—Le susurró su cuñada—, te ves muy linda, estoy segura de que mi hermano se enamorará más de ti cuando te vea con este vestido.

Tenten se sonrojó de inmediato al recordar a su novio. De verdad que había tenido suerte en encontrar a un chico como Kiba.
Todo empezó hace cinco años, cuando solía trabajar de mesera en un restaurante de comida rápida muy cerca de la universidad donde estudiaba, ella no era una joven de familia con mucho dinero, por lo que tuvo que empezar a trabajar para pagar sus gastos de la carrera, tenía que comprar pinturas, brochas y lienzos constantemente, artes plásticas es una carrera muy costosa pero era su pación. Fue en el restaurante que trabajada donde conoció a su novio. Recuerda que él llegó con un amigo, el cual no era nada discreto y cuando Tenten regresó con la orden, aquel chico de cejas pobladas gritó: "Oye, chica, mi amigo no ha parado de decir lo linda que eres, ¿Crees que podrías darle una cita?" La castaña entre el sonrojo y la presión tuvo que bajar los ojos para observar al famoso amigo, ambos se miraron por unos segundos y de verdad el chico se veía avergonzado por lo que su amigo acababa de decir pero tenía un aire de autosuficiencia. Aquello le ocasionó una pequeña risa a Tenten, que no tardo mucho en aceptar, además tenía que admitir que aquel chico de verdad era apuesto.

Kiba también estudiaba en la misma universidad que ella, sólo que él estudiaba veterinaria, y el amigo que había ocasionado que comenzaran a salir se llamaba Rock Lee; después de salir por tres meses, Kiba tuvo la iniciativa de pedirle que fueran novios formales, a lo que Tenten aceptó de inmediato por el gran cariño que le había tomado al Inuzuka.

Cuatro años después se encontraban festejando la graduación, por fin ambos habían terminado sus estudios y lo culminaban con una gran fiesta en la que habían pasado gran parte de la noche festejando con sus amigos, incluído Lee, bailaron, cenaron y hasta hicieron el famoso brindis con su generación de estudiantes. Antes de que dieran las tres de la madrugada y Kiba tuviera que ir a dejar a Tenten a su casa le pidió si podían salir al jardín del salón; cuando estaban afuera la castaña no dejaba de hablar de que su independencia comenzaría en ese entonces, que rentaría un departamento para ella, pero su novio la interrumpió de repente con simples palabras "Mejor vamos a vivir a nuestro nuevo hogar" Tenten se mostró confundida y preguntó a que se refería a lo que de nuevo Kiba tomó la palabra, no sin antes sacar un pequeño anillo que colocó frente a su novia: "Creo que te estoy pidiendo matrimonio" La castaña no pudo hacer otra cosa que gritar emocionada y aceptar el anillo. De verdad quería a Kiba y quizá podrían ser buenos compañeros de vida.

Desde ese entonces habían pasado seis meses que la joven pareja había aprovechado para hacer los preparativos de la boda, habían escogido un lindo jardín para el festejo y un templo no muy lejos para la unión. Cientos de invitaciones a habían sido repartidas, los platillos del banquete estaban elegidos, las flores combinaban perfectamente con la temporada de primavera, el pastel estaba listo. Todo, perfectamente todo estaba listo. En dos semanas se celebraría el mejor día para una mujer, su día tan esperado y añorado. ¿Por qué no lo sentía así? Quería mucho a Kiba, claro, hasta había vivido cinco meses con él y la parecía encantador, estaba convencida de que él la amaba, pero ella nunca había mencionado nada de amor en aquella relación.

Soltó un suspiro y observó como regresaba la chica que les atendía con una pequeña corona de flores en la mano izquierda y en la derecha un tocado fijo con detalles dorados.

—Mira, este tocado es para llevar el cabello suelto—le mostró la corona de flores—, éste es para un peinado recogido—mostró el otro tocado.

La castaña llevó su mano al tocado y comenzó a pasar sus dedos por él, sintiendo los relieves de aquel artefacto sin despertar ninguna emoción o anhelo de que el gran día llegara.
Un sonido del bolso de Tenten la hizo reaccionar y giró al sillón, su celular estaba sonando y con un poco de incomodidad bajó de la pequeña tarima y caminó hasta su bolsa en busca de su celular, que no tardo en encontrar por las pocas cosas que llevaba en la bolsa.

—Es Lee—Informó la chica a sus próximas familiares—. Hola.

¡Hola, Tenten!, ¿Cómo estás?

—Bien, estaba probándome un vestido, creo que me llevare el que tengo puesto ahora—Rió—, ¿A qué se debe tu llamado?

Alguien me recordó que hoy era tu cumpleaños, ¡Felicidades!

La castaña sonrió tremendamente, era 9 de marzo y Lee era la primera persona que la felicitaba, aunque estaba sospechando que aquella persona que le recordó a su amigo de su cumpleaños se trataba de Kiba, por lo que se tranquilizó, conociendo a su novio de seguro se encontraba preparando una gran sorpresa.

Por cierto, ¿Puedes darte una vuelta por mi casa en dos horas?, tenemos que festejar.

—Bien, entonces dejare la compra de vestido para el día de mañana—rió la castaña, pero nada le daba más gusto que posponer la compra de algo tan importante—. Entonces a las cinco estaré por ahí.

¡Te espero!

La castaña llevó sus ojos a Hana, que la miraba impaciente.

—Era Lee, me invitó a su casa, no puedo escoger tan rápido, ¿Podemos regresar mañana? —Tenten sonrió, intentando convencerlas.

—Pero señorita, este vestido de verdad le queda muy bien, ¿Por qué no comprarlo de una vez? —Intentó convencer la vendedora.

—Mañana regresaremos—Habló Hana, que se ponía de pie y le dirigía una sonrisa a Tenten—. Vamos, te ayudare a cambiarte.

Su cuñada la había pasado a dejar al gran departamento que compartía con Kiba, cuando entró no le sorprendió no encontrar a su prometido, de seguro seguía en el trabajo o se encontraba en el departamento de Lee. Estaba segura que el castaño había organizado una pequeña fiesta por su cumpleaños. Así que emocionada por rencontrarse con algunos amigos subió a bañarse y se arregló; un vestido holgado color verde había sido la elección, para no perder el estilo peinó su cabello en dos moños altos, aquel peinado que la caracterizo en la universidad en los primeros años y que aun después de tanto tiempo le seguía pareciendo el peinado más práctico del mundo; fue hasta su tocador donde coloco muy poco de maquillaje, labial en los labios y un perfume dulce que le había regalado su novio la navidad pasada, terminó con un collar de plata y unos aros de pulsera; miró el reloj, quizá llegaría media hora después de lo acordado, lo mejor era darse prisa. Así que bajó a la calle donde tomó un taxi con rumbo a la dirección de su amigo.

Llegó al destino quince minutos tarde, pero era una buena hora comparación de los retardos constantes que tenía su amigo pelinegro. Colocó su mano en el timbre y lo presionó, para soltar y comenzar a acomodar su flequillo. En menos de lo esperado el chico abrió la puerta con una gran sonrisa y la abrazó.

— ¡Feliz cumpleaños, Tenten!

—Lee—Murmuró la mujer intentando respirar—, suéltame, gracias.

Rock Lee sonrió y la soltó, la tomó del hombro la invitó a pasar, pero los ojos castaños no notaron nada fuera de lo normal, no observaba los globos o los letreros de feliz cumpleaños, no miraba nada en penumbras y al centro un gran pastel que dijera "Felicidades", no escuchaba el grito de sus amigos y no miraba las serpentinas saltando por ningún sitio. Lo único que observó fue a una persona que se encontraba sentada en la sala, dándole la espalda. Pero Kiba no aparecía por ningún lado.
Cuando pasó su mirada a su amigo en busca de una explicación, éste la tomó de la mano y la llevó hasta quedar junto a la persona misteriosa de la sala.

—Bien, Tenten, te dije que alguien me había recordado que era tu cumpleaños—Sonrió y la soltó delicadamente para dar un paso hacía atrás—, ustedes tienen mucho de que platicar, hay comida en el refrigerador, llegaré hasta mañana por el mediodía—Lee tomó las llaves de su auto y una pequeña maleta que ya había preparado para caminar a la puerta, no sin antes girar un poco a la persona que se encontraba sentada—. Neji, está a dos semanas de casarse, tienes que ser muy bueno—sonrió y salió del apartamento.

—Neji—susurró la chica.

—Cuanto tiempo, Tenten—la miró al fin.

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X.X.X.X.X

¡Hola!

Como verán este fic tendría que ser publicado el día 17, por falta de tiempo a penas lo escribí y lo subí, casi un mes después :c

Pero bueno, ¿Qué tal?, ¿Les gustó? :3 Tengo que decir que este fic ha sido el que más me ha gustado de todos lo que tengo pendientes, no sé porque :v
¿Les gustaría continuación? ¿O ya se hacen una idea de lo que pasará? xD

Por cierto, a las personas que han leído mis historias pasadas, ¿Cuál merece una continuación pronto? Tengo las siguientes historias que se aproxima continuación:
"Cambio de portátil"
"Cambios habituales"
"La chica que conocí en el bar"
O si ustedes lo piden, esta historia.

Háganme saber para empezar a escribir y eso xD

Bueno, los quiero mucho. Un saludo grande c:

¡Gracias por leer!

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