La alarma del despertador sonó y Adrien se levantó y miró al techo.
-Hoy es el día.
Tomo un casco, un chaleco antibalas y una muñeca de Ladybug que le robó a Marinette cuando la visitó siendo Cat noir.
-Fue un gusto conocerte, fuiste el peor Cat noir pero de igual modo me agradabas por darme mucho queso.
El chico miró al kwami y le mostró la mesa de luz.
-Si no vuelvo para el atardecer, en esa mesa esta mi testamento.
Plagg asintió con la cabeza y Adrien fue rumbo a la batalla más peligrosa de todas: enseñarle a Marinette a conducir un auto, ¡SU! Auto nuevo.
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El rubio acariciaba a su amada mientras limpiaba sus lágrimas.
-Nos conocemos hace poco tiempo pero quiero que sepas que te amó.
Oyó el ruido de unos pasos y volteó para verla a ella, el mismísimo demonio por el momento.
-Hola Adrien, estoy muy ansiosa para aprender a conducir.
El chico se acercó a la azabache y puso una mano sobre su hombro con nerviosismo.
-¿No prefieres andar en bicicleta o en triciclo?
La chica empujó la mano de su amigo molesta.
-Cuando era Ladybug sin saber mí identidad tu hacías cualquier cosa por mí.
Se cruzó de brazos y el rubio suspiro cansado mientras susurraba algo que la chica oyó bien.
-Es que antes no sabía que Ladybug chocaba con sus propios pies en su forma de civil.
La chica no dijo nada, sólo sonrió con algo de malicia.
-Está bien, te puedes ir.
Se volteo y el chico se alegró con eso.
-¡Adiós my Lady!
Se subió a su auto con alegría pero algo lo detuvo.
-¿A quién llamas?
Marinette apartó la vista de su celular un rato.
-Llamaré a Nathaniel, el seguro me enseñara a conducir sin quejas y muy alegré.
El chico bajó su mirada y se movió al asiento del copiloto.
-Lo siento Mía, hoy sera tu fin.
Miró a Marinette con enojó y le señaló el asiento.
-Ya subete y borra el número de ese tomate .
La chica sonrió y se subió al auto.
-Hola Mía, hoy yo seré tu guía.
-¡No le hables a mí bebé!
La azabache sonrió con burla y arrancó el coche a toda velocidad.
-¡Mí bebé!
Y chocaron con un árbol.
-Lo siento.
Marinette lo miró apenada y el chico se limpió las lágrimas.
-Continúa, pero despacio por favor.
La chica asintió y volvió a arrancar el vehículo con más delicadeza mientras que Adrien sacaba la muñeca de Ladybug y la abrazaba.
-¿De cuándo tienes mí muñeca perdida?
Ahora el chico se puso el casco pues el auto se manejaba solo ya que Marinette soltó el volante con tranquilidad y despreocupación.
-Debí hacer que Mía haga su testamento también.
Luego de 10 minutos al volante, con el parabrisas roto, las luces salidas, una puerta casi caída y Adrien considerando la idea de llamar a Nathaniel, Marinette comenzaba a conducir mejor.
-Puedes ir más rápido si quieres.
Y el chico vio como una ancianita caminando los rebasó fácilmente.
-No me apures que con ese vidrio roto me hace difícil ver bien.
Adrien recordó como compró ese auto negro, con letras verdes, grandes que decían Cat noir y la huella de una pata de gato solo hace tres días y ahora ya estaba para la chatarrería.
-¿Estás llorando?
Se limpió las lágrimas y miró a su amiga con los ojos algo rojos y sus labios temblorosos.
-No, es que aveces mis ojos sudán por el calor.
La chica levantó sus hombros despreocupada y aumento la velocidad del auto mientras Adrien lloraba... digo, sudaba por los ojos en silencio.
Llegaron a una gasolinera para llenar el tanque del auto y Adrien miraba a su destrozada bebé de tres días mientras que Marinette hablaba quien sabe que cosa con alegría por aprender a conducir (destruir) un auto en menos de 30 minutos.
-Se ve peor de afuera.
Acarició el auto y ya no aguantó más, se arrodilló y se puso a llorar mientras que el hombre que los atendió le daba unas palmadas de comprensión en el hombro.
-Mí novia ya va tres autos que destruye en menos de un año.
Y ahora el rubio se puso a llorar más fuerte al pensar que éso era solo el principio de su dolor.
-Pero luego te dan tu recompensa para consolarte.
Y lloró aún más fuerte.
-¡Ella no es mí novia!
El hombre palidecio y se alejó para no empeorar aún más las cosas.
-Ya vamos Adrien, el tanque ya esta llenó.
La chica golpeó arriba de vehículo y a este se le salieron las cuatros ruedas y la puerta floja.
-¡Tomame a mí!
"9:35 am, Mía a muerto a manos de Marinette la asesina de autos Dupain Cheng, luego de 30 minutos con 23 segundos al volante.
Testigos.
Adrien Agreste, él padre del auto.
Pedro Escobar, el hombre que los atendió en la gasolinera.
Y Tikki, la cual iba en el bolso de Marinette.
Veredicto hacía la acusada.
Culpable."
-¿Qué escribes en esa hoja Adrien?
El rubio guardo el papel y miró a la asesina.
-Nada importante.
Llegaran a la casa de la chica y está hizo una reverencia.
-En verdad lamento todo lo sucedido.
El chico sólo miró a un costado ya que no podía sonreír ni falsamente.
Marinette miró con tristeza a su amigo y se acercó a él.
Adrien quedó estático pues sintió algo tibio y suave posarse sobre su mejilla izquierda.
-Esperó que me perdones.
La chica se fue a su casa mientras el chico tocaba su mejilla con un sonrojo y una sonrisa algo boba.
-¿Me preguntó cuantos autos perderé hasta que me besé en los labios?
Y se fue a su casa en la bicicleta rosa que le prestó la chica mientras cantaba de alegría.
Fín?
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Hola!
Creo que no hay fic así de miraculous y quise ser el primero en empezar uno de la A a la Z.
Espero que les guste.
Hasta la próxima...
