🎀Disclaimer: Todo lo que tenga que ver con esta serie y copyright, junto con todos sus personajes pertenecen a Mitsurou Kubo. Esto es un fanfiction basado en la serie de MAPPA y Sayo Yamamoto, solo con fines de entretenimiento.

🎀Advertencias: Bueno este fic es muy fluff y con algo de humor, es una viñeta corta.

-Aclaraciones: Es dedicado para fans de esta pareja en Yuri! On Ice, 100% Victor x Yuuri. Y bueno saldrán parejas secundarias en las cuales no profundizaré mucho pero sabrán que están juntas.

-Créditos de las imágenes de portada: al dueño del dibujo aenaluck en DA


Era 23 de diciembre y las calles estaban pobladas por la magia de aquel fino manto blanco que había caído el día anterior sin detenerse, siendo en ese año, la nevada más larga de la historia en el norte de Japón.

¡NAVIDAD!¡NAVIDAD, PUTA NAVIDAD! —cantaba Yuuri luego de haber sido despedido a una semana y media de terminar el año—. Odio mi maldita vida de empleado corriente, pero odio más navidad que en vez de traernos alegría, a veces nos trae más tristeza y corazones vacíos.

Un hombre de cabellos platinados observaba al japonés cantando, parece que había encontrado a una persona que odiaba la navidad, por eso decidió conocerlo esa misma semana.

—Vaya, pero que tenemos aquí. —Una sonrisa de corazón madura subió el vidrio del auto y luego se marchó.

Parece que cierto japonés se había pasado un poco de tragos, pero su billetera todavía estaba llena con su liquidación por haber trabajado cinco años en esa juguetería.

En cambio, lo más triste es que debía usar ese poco dinero para pagar los dos meses de renta que debía y adelantar dos meses más en lo que consigue un nuevo trabajo.

—Por lo menos no pasaré navidad en la calle —unas lágrimas afloraron de sus tristes ojos café mientras pensaba en su hermanita—. Mari no tiene la culpa de que la vida se haya llevado a nuestros padres, por eso debo llevarle algo de comer hoy... es solo es una niña de dos años, ayúdame Kami.

El frío arreció más ante la plegaria de Yuuri —dejando que el viento llevara un susurro al cielo, esperando un milagro— de modo que se detuvo frente a un puesto de venta para comprar comida.

Luego de un largo día, el japonés agotado llegó a casa y justo en la entrada se encontraba la jefa del inmueble.

—Señora Anzu —la miró sin animo—. Lo siento, ya tengo su pago atrasado más los dos meses correspondientes al próximo año.

—Mas te vale Katsuki, sabes que he aguantado tirarte a la calle por tu hermana —amonestó la mujer de semblante tosco extendiendo la mano, exigiendo su pago.

Yuuri sacó su billetera y le dio el dinero contando cada yen.

—Está completo —aseguró con dolor en su corazón porque solo le quedaba cinco mil yenes para una semana.

—Perfecto, ha sido un placer hacer un trato contigo y cuidar de Mari —la mujer le entregó los recibos y los comprobantes—. Que pases una feliz navidad Katsuki, y no te vuelvas a atrasar en los pagos.

Yuuri dejo ir ese día y el siguiente buscando trabajo hasta que finalmente lo halló el día 24.

Ser instructor de «Pole dance», deporte que había dejado hace dos años atrás desde la muerte de sus padres porque no pagaba mucho, pero si lo suficiente para vivir hasta que consiga otro trabajo.

—Buenos días a todos —el japonés de veintiocho años llegó al gimnasio y miró a los tres alumnos en especial uno que vino vestido de santa—. Bien... quiero que me muestren lo que saben hacer.

El primero fue Christophe Giacometti, un suizo que vino desde tierras lejanas solo para frotarse duro contra el tubo y hacer las maniobras más peligrosas que un pole dance novato no debería hacer, obteniendo consigo dolorosas caídas en su frenesí pasional, que al menos dejó una parte del tubo con fluidos pegajosos, poco reconocibles.

Una gota de sudor surcó el rostro de Yuuri, quien tenía un gesto indescifrable tras semejante presentación tan lasciva. El japonés no hizo más que desinfectar el tubo por si acaso y secarlo bien para ser usado de nuevo.

El segundo fue Yuri Plisetsky, quien luego de ver eso se pensó dos veces en si usar el tubo o no. El chico de dieciocho años peleaba más con el tubo y no se decidía si el tubo era su amigo o su enemigo. Le gritó tres veces «¡Davai!» antes de hacer su espectáculo y caerse como reverendo idiota, luego de eso dijo que no iría a clases con el cerdo nuevo y salió pitando por la puerta como camión sin vía.

Yuuri con dos dedos en la frente ni se molestó en ir tras él. Solo observó como el hombre de cabellos platinados lo miraba. Parecía seguro de que fuese a hacerlo bien, pero Yuuri tenía miedo que a sus cuarenta años se fuese a quebrar...

La música sensual: «Tainted Love» empezó a correr junto al ruso quitándose la camisa y dejando entrever tremendos pectorales.

Yuuri quedó asombrado y enamorado al ver esa agilidad con la que hizo un hermoso y perfecto «Ina Bauer» giratorio de entrada extendiendo sus brazos hacia él, poniéndose de cabezas como todo un maldito profesional.

Yuuri se dio cuenta que solo vino a retarlo, así que el japonés aceptó su invitación para destruirlo en los primeros dos minutos.

Con ímpetu Yuuri agarró el otro tubo de forma elegante e hizo gala de un baile rápido, sensual y erótico con sus piernas sosteniendo el tubo donde terminó colgado haciendo girar su cuerpo como una serpiente mientras estaba de cabeza simuló besar el tubo, terminando con un divino split al aire.

Viktor quedó embobado y siguió peleando contra él hasta que se cansó de bailar luego de una hora intentando destronar al nuevo «Instructor Eros». Fallando en el intento.

—¿Sorprendido? —Yuuri se bajó del tubo con una sonrisa gloriosa—. Me di cuenta que me seguías desde hace tiempo. Se llama acoso.

—Lo siento, te oí decir que odiabas la navidad y quise hacerte el milagro de darte alegría con mi presencia—se acercó peligrosamente a Yuuri tomando su cintura—. ¿Me das una oportunidad de conquistarte y hacerte creer en la navidad de nuevo? Mi nombre es Viktor, dueño de este gimnasio.

Yuuri le sonrió y dejó un pequeño beso en su dulce boquita para apartarlo después.

—Para ti, solo una oportunidad. —Yuuri se mordió los labios y dejó el gimnasio dejando atrás cualquier deseo a merced mental del ruso.

Fin.


Nota final: xD esto es todo, el resto lo dejo a su imaginación porque es una viñeta especial jajaja solo eso, gracias por leer :3

:v Viktor a los 40

Para decirles que aquí termine este encuentro hermoso entre ambos, pero habrá especial navideño el día 25 :3 eso es todo.