Cenizas de amor
La historia de amor jamás contada
Cuando el dolor está mezclado de un sentimiento del que no puedes liberarte; si el dolor te tiene atrapada en una trampa peligrosa, que puede hasta acabar con tu vida, si el dolor fuera tan excitante hasta el punto de que ya no te importase nada, sino estar con la persona amada, querer seguir sintiendo aquel dolor con los sentimientos de odio, amor, deseo mezclados en ello. Sientes que ya nada te salvara de aquel hoyo negro en la cual tu sola te has metido, sientes que la vida te está dejando poco a poco, te abandonan las fuerzas, el deseo de seguir viviendo. Pero, ¿Qué pasaría si obligaras a una luz a que te ayudara a salir de aquel hoyo? ¡OBLIGAR! Obligar a una persona a que te amé, OBLIGAR a que te extrañe, ¿es bueno obligar al destino? ¿Qué consecuencias traerá?
Capitulo 1
-Kouga, ¡basta!- Le exigía- ¿No entiendes? Necesito salir con amigas, entiende- Le suplicaba a bordes de las lágrimas, se sentía frustrada
-Si tu sales con amigas, ¡yo haré lo mismo!- Le grito Kouga- Aome, te amo, soy celoso, no quiero que vayas a encontrarte con hombres- Intentaba tranquilizarse
-¡Escúchate! Dices que me amas y no me dejas salir con amigas, encima dices que tú también harás lo mismo-
Aome era una muchachita de 18 años al igual que Kouga. Había estado en una relación con Kouga más de tres años, no era una relación normal, como todos dirían, era una relación enfermiza, nadie podía estar lejos del otro, se veía bonito pero poco a poco comenzaba a matar a los dos, los celos, las discusiones, las peleas, ¡todo!
-¿Acaso debo esperarte aquí mientras tú te revuelcas con otros hombres? ¡Si tu sales, yo salgo también!-
-¡Te odio!- Le grito Aome, estaba realmente enojada. Sabía bien como chantajearla- Esta bien, me quedare, que te moleste tu conciencia, porque yo no saldría con hombres sino con MUJERES-
-¡Cállate!- Kouga se acercó amenazadoramente a ella, la empujo contra la pared y pego sus manos en la pared acorralándola- ¿Por qué salir? Si yo te puedo hacer más feliz que "ellas" – Le susurro.
-Te odio…- Murmuro ella, su respiración estaba agitada, su corazón latía muy rápido. Estaba excitada por la escena que estaba viviendo, cada día era lo mismo.
-¿Estas segura, me odias?- Kouga sonrío de lado, le encantaba excitarla- Responde, ¿estas segura?- Le susurro cerca del oído.
-No, bésame- Pidió
-Hermosa…- Kouga obedeció besando el cuello de Aome desesperadamente. Aome le respondía con gemidos, a ella le encantaba la sensaciones que él le ofrecía, ¡lo amaba! Amaba como la besaba, amaba como la tocaba, amaba como le hacia el amor. Ella llevo sus manos sobre el pecho de Kouga, comenzó a desabrochar los botones de su camisa, pero el detuvo sus manos y la miro a los ojos con una sonrisa- Suficiente- Se separó de ella.
-¡No! Yo quiero más- Aome se desesperó. Se levantó la blusa dejando ver sus pechos, intento tentarlo así, pero a el parecía no importarle, bueno un poquito le interesaba, pero se contenía.
-Estas castigada por querer salir con "amigas"- Dijo con sencillez, se acostó en la cama y cerró los ojos- No te quedes ahí parada como una estatua- Siguió sin ni siquiera abrir los ojos
-Apenas son las dos de la tarde, ¿piensas dormirte?- Pregunto con un eje de enfado, se había quedado con las ganas- ¡Kouga! Te estoy hablando-
-Déjame dormir, ven y acuéstate tú también, tomemos una siesta- Su voz sonaba casada y soñolienta.
-¡Tonto!- Salió de la habitación y fue hasta la cocina en donde se sentó en la mesa. Ella ya estaba preparada, había quedado con sus amigas en ir al cine, ¡Dios! Kouga no le dejaba hacer nada, bueno, pero ella a el tampoco, ¡malditos celos! Aome se había mudado a casa de Kouga con el fin de estar lo más juntos posible.
El celular sonó.
-Rin, lo siento, no podré ir, si, exactamente, no, ¿pero cómo?, ¡aha… si, tienes razón, nos vemos- Ella guardo su celular en el bolsillo, Kouga estaba dormido, asique aprovecharía, no tardaría tanto, solo iría a ver una película, total, ¿qué tiene de malo? Entro a la habitación sin hacer mucho ruido, tomo su bolso y se marchó en dirección al cine.
En el cine.
-¡Aome!- La saludo Rin, de aproximadamente 16 años. Abrazo a su amiga con felicidad- Que suerte que has podido venir, mejor dicho escapar- Se hecho a reír acompañada de Ayame.
-¡No sean malas!- Aome rompió el abrazo- Cuando vuelva de seguro tendré serios problemas con él, no debí hacer esto- Miro a Rin, culpándola con la mirada
-Oye, yo solo te di una idea de cómo venir, no te obligue a hacer nada- Le entrego uno de los boletos para la película
-Bien, entremos- Suspiro pesadamente.
Se habían sentado en la tercera fila, ¡vaya! La película estaba de pelos, estaban viendo "Posesión diabólica" En casi todas las escenas Aome no dejaba de pegar gritos al igual que Rin, Ayame solo rolaba los ojos, no era tan terrorífico para ella, pero para sus amigas era más que terrorífico. De repente el celular de Aome sonó haciéndose escuchar algunos murmullos de enfado por parte de las personas.
-¡Lo siento!- Exclamo ella, atendió su celular y como pudo salió de la sala- ¿Diga?-
-Aome, solo quería decirte que como tú has salido, he traído unos amigos a casa para tomar algunas cervezas- Le comento Kouga con un eje de burla
-¿No crees que es un poco temprano para estar bebiendo?- Frunció el ceño, no le gustaba que llevara a sus amigos, siempre dejaban la casa patas para arriba- Pero bueno, estaré ahí en un momento-
-¡No vengas con unos de tus berrinches! Te he dicho muy bien, que si tú sales yo haré lo mismo, pero en vez de salir, decidí hacer la fiesta aquí- Gruño Kouga
-¡Hm! Kouga…- El rostro de Aome cambio a una de llena de ira, corto la llamada, comenzó a escribir un mensaje y se lo envió a Rin diciendo que ya se iría. Ese Kouga en es un ingrato, cuando traía a sus amigos a casa, ella debía de limpiar todo el chiquero que dejaban, y no era nada fácil de limpiar.
