Hola! Acá les traemos nuestro segundo Fanfic :3 Esperamos que lo disfruten, trabajamos mucho :'D
Clases con el Profesor Kheel
Las cosas en la relación se encontraban en un estado algo delicado últimamente, para no decir bastante. Ya hacía seis meses que habían empezado a salir y Near se mostraba un poco "distante"; claro, siempre estaba ahí para Mello, apoyándolo…pero no se puede decir lo mismo en lo que al físico respecta. Hay que mencionar el hecho de que Near aún no cumplía los dieciséis y que era muy tímido, jamás había tenido ninguna relación amorosa con nadie. ¿Y cómo es que está en la Universidad si sólo tiene quince años? Pues, él era muy inteligente y "se salteó" algunos años de la secundaria. Decía que era para poder mantenerse ocupado ya que la escuela lo aburría, que quería empezar una carrera y ser alguien…pero ya sabemos el verdadero motivo: Quería estar con Mello, celoso de que pudiera encontrar a alguien de quien enamorarse allí. Así que adiós escuela, adiós orfanato y hola Mello.
Al principio, el rubio pensó que era el fin del mundo. Cuando lo vio entrar a su nueva habitación, la cual "supuestamente" iba a compartir con Matt, casi le da un infarto… ¡¿y cómo no?! De seguro pensaba: "Este pinche enano me quiere hacer la vida imposible, de seguro que pretende venir conmigo a la Universidad sólo para echarme en cara que es mejor que yo, el maldito acosador" o algo así. Y ni hablar cuando le dijo que tendrían que compartir la habitación, que era la condición con la que Roger accedió a que Near viniera, eso ya era demasiado…te juro que en ese momento Mello quiso mandarlo de nuevo al orfanato de una patada, si es que no era posible más lejos. Aunque claro, todo formaba parte del maligno plan acosador del albino. Y así transcurrieron los primeros meses, Mello tratando de alejarse de Near todo lo que podía, y Near siguiéndolo a todas partes, espiándolo desde las penumbras… No fue hasta después de un tiempo que el mayor pudo acostumbrarse a aquella situación: levantarse temprano, estudiar, volver y encontrarse al rarito de Near en su habitación, jugando con sus juguetes al lado de la puerta, como si estuviera esperando a que el otro llegara. La relación fue mejorando lentamente, Mello se dio cuenta que su compañero no era tan terrible, lo trataba amablemente (aunque frío como siempre), y no le refregaba sus notas como antes. Todo marchaba bien, hasta que el rubio se dio cuenta que se estaba enamorando perdidamente de Near. La relación se volvió incómoda, hasta que alguno dio el primer paso y empezaron a salir juntos.
Así es como llegaron a esto. Cualquiera pensaría que es algo bueno, de hecho no era algo malo tampoco, sólo que bastante complicado. Near amaba a Mello con todo su corazón, pero no podía demostrarlo con palabras y mucho menos con acciones; todo lo contrario a Mello, que si bien no era tan romántico, era muy pasional .Sin embargo, el mayor no lo forzaba a tener relaciones, ni lo perseguía todo el día con eso; sabía muy bien que su albino era inexperto en todo lo referente al sexo, era muy joven y nunca fue de sentirse muy a gusto con el contacto físico…Pero ya se estaba cansado de esperar, ya eran seis meses de noviazgo y no pasaba nada. Si seguía así iba a colapsar, no sabía lo que realmente pensaba el otro, lo que sentía. Siempre obtenía la misma respuesta: "Sí, te amo, en serio", Pero eso no era suficiente, él quería sentirlo, tenerlo en sus brazos, hacerle demostrar alguna reacción, algún sentimiento de deseo o pasión ¡por el amor de Dios! ¡¿Acaso no tenía ningún tipo de atracción sexual hacia él?! "Podría ser posible, ese enano no tiene sensibilidad para nada" Pensaba Mello cada vez que se debatía lo mismo. Y así como el rubio se preocupaba, Near también tenía sus dudas: "¿Por qué no me lo pide? ¿No estoy lo suficientemente bueno para él?" Siempre creía que no era atractivo, y por eso es que Mello no lo buscaba para…ya saben "¿Me estará engañando con alguien más? ¿O es que ya no me quiere?". Estaba claro que había un problema de falta de comunicación muy severo.
-Tal vez deba preguntárselo-Se decía Near para sí mismo, sentado en la cama, sólo en la habitación, pues Mello había salido con Matt y la novia de este, ellos siempre fueron de mente abierta con lo referente a la homosexualidad. Lo habían invitado pero el albino se negó, diciendo que tenía que estudiar. Debía pensar un poco las cosas.
-¿Por qué esa cara larga?-Preguntó Angie, la novia de Matt, con preocupación. Sabía que la relación entre el rubio y el albino estaba algo afectada, desde hacía ya un par de semanas que Near no salía a divertirse, prácticamente no salía de su habitación, sólo lo hacía para ir a clases, no iba ni a comer y Mello debía llevarle la cena al cuarto porque el pequeño estaba "estudiando".
-…Nada, es sólo que Near me preocupa.-Confesó Mello con cara de pocos amigos-Lo noto muy distante, y la verdad es que no creo que esté estudiando.
-¿Y qué crees que hace?-Inquirió Matt con aire burlesco-Porque la verdad no se me ocurre que pueda estar haciendo otra cosa, ya sabes cómo es él, se le pasará.-
Angie lo miró con el ceño fruncido, dedicándole un "mejor cállate".
Se ve el triste ... damnificado explicar ignorando amigo.
-¿Y no le preguntaste por qué? Tal vez sólo está estresado-Le sugirió la chica con una mirada comprensiva en sus ojos castaños. Era obvio ella tenía experiencia en esto de las relaciones, pues aunque Matt parecía alguien simple y sin vueltas, a veces podía llegar a ser insufrible: siempre prendido a sus videojuegos, algo sarcástico y cero romántico, se desentendía de lo que le pasaba a su pareja, aunque no lo hacía a propósito. Por culpa de eso habían tenido una pelea importante hace un par de meses, por suerte, Angie tenía mucha paciencia.-Puede ser que les falta comunicación, quizás Near actúe así porque quiere decirte algo y no sabe cómo. Eso suele pasar mucho.
-Eso de la comunicación es cosa de chicas-Dijo Matt poniéndose en papel machista-Lo que pasa es que Near no quedó satisfecho la última vez y por eso te guarda rencor-…Oh, sí. Matt se refería al sexo.
Mello se quedó mirando molesto, el pelirrojo quería sacarlo de sus casillas hoy.-Yo no lo dejo con ganas-Se defendió elevando la voz.-Bueno…no lo haría…si lo hiciéramos-Dijo esto último en un susurro, dándose cuenta de que había revelado ese pequeño detalle de su intimidad a sus amigos. ¡Qué vergüenza! Los otros dos lo miraron estupefacto.
-¿O sea que nunca lo han hecho?-Preguntó sorprendida Angie-¡Pero si llevan juntos más de seis meses!
-Te lo dije, el problema siempre está en un mal polvo…o la falta de él-Se burló Matt, agregando lo del final para rematar. Es cierto que se sentía mal por su amigo, pero no iba a demostrarlo…aunque seis meses durmiendo en la misma habitación sin nada de acción era una locura, sobre todo para alguien tan necesitado como Mello.
-Es que Near es especial, no quiero asustarlo o algo así, además a él no le gusta el contacto físico-Explicaba el pobre Mello lleno de vergüenza.
-Es obvio que algo está mal con el enano-El pelirrojo seguía echando leña al fuego.
-Deberías hablar sobre eso con él-Prosiguió Angie dulcemente-Probablemente todo sea un malentendido. Sé que Near es bastante peculiar pero no creo que llegue al extremo de no querer tener relaciones contigo, Mello. Después de todo, se enamoró de ti por alguna razón ¿no crees?
-O puedes ir directamente al grano y te lo follas contra la pared-Sugirió Matt como si quisiera acabar el tema aquí, aunque no perdía esa sonrisa socarrona del rostro. Mello lo fulminó con una mirada asesina.
-Nunca te callas, ¿verdad?-Inquirió Angie agotada de discutir con él. Sólo quería terminar su cena en paz.
Era ya de madrugada cuando Mello regresó. No se había percatado de la hora y entró a su habitación ruidosamente, lo que provocó que el albino que dormía plácidamente, despertara. Mello lo observó con detenimiento. El menor se había quedado dormido sobre la cama tendida, completamente vestido, a excepción de los zapatos. Tenía los cabellos todos revueltos, la camisa arrugada y un hilo de saliva caía por la comisura de su boca. "Es tan endemoniadamente lindo" pensó el rubio al verlo así.
Near, aún algo adormilado, se sentó sobre la cama y se secó la boca con el puño de su camisa. Se quedó así, esperando a que el recién llegado hablara.
-Lamento haberte despertado-Se disculpó el otro- de saber que estabas durmiendo habría entrado con más cuidado.
-¿Y qué se supone que estaría haciendo?-Le preguntó con un toque de enfado en su voz, chequeando el reloj.-Son las dos de la mañana… ¿En dónde estabas?
-¿En serio?...-Se sorprendió Mello.-Perdóname, el tiempo se me fue volando, no creí que fuera tan tarde.-Le explicaba queriendo apaciguar la situación.
-Te fuiste a las ocho…-Recriminó el albino, posiblemente pensando en que quizás el rubio le estuviera ocultando algo.
-Sí, ya lo sé. Es sólo que me quedé con Matt y Angie a tomar algo. Lo siento.
-Déjalo, está bien-Le respondió con semblante triste, cortando con la conversación.
Un silencio incómodo reinó en la habitación durante casi un minuto. Near miraba con algo de decepción en sus ojos, y Mello no podía dejar de notarlo. Lo único que podía hacer era maldecir mentalmente. En el pasado había sido un tonto despreciando a Near, no se pudo dar cuenta de lo que tenía, y, ahora que por fin lo logró, podría perderlo. Lo perdería si no hacía nada al respecto.
-¿…Y por qué no te acostaste? Aún estás vestido.-Quiso saber el mayor tratando de romper el hielo.
-Es que te estaba esperando.-Le confesó Near mientras un leve sonrojo aparecía en su bello rostro.-Quería que habláramos sobre algo.
-¿Sobre qué?-El rubio trató de sonar tranquilo pero lo cierto es que se estaba poniendo un tanto ansioso.
Near no le respondió de inmediato, sólo se limitó a juguetear con un mechón de pelo, cosa que siempre hacía cuando estaba concentrado, impaciente o nervioso.
-Mello, ¿tú…me quieres?-Preguntó con voz suave y tímida.
-Por supuesto que sí. Near, yo te amo, que no te quepa la menor duda sobre eso.-Le respondió el rubio sentándose a su lado, entre las dos camas individuales que habían juntando hace ya tiempo, ya que al mayor le gustaba dormir cerca de su acompañante.
- ¿Y tú me amas?
-S-si en serio-tartamudeó el otro ruborizándose cada vez más.
Mello sonrió tiernamente y le acarició el cabello. Lentamente, se acercó más y más a él, hasta que ambas bocas se encontraron unidas en un beso encantador, sumidos en la penumbra del cuarto a oscuras al que únicamente la luz de la luna iluminaba. El rubio chupaba y lamía los labios del albino con desesperación pero menguó el rito al notar a Near rígido, apretando los puños en el regazo. El albino se encargó de terminar el beso con un bostezo involuntario que no pudo contener ya que se estaba muriendo de sueño.
-Será mejor que vayamos a dormir- Sugirió Mello con pesar; él quería seguir besando a su novio… eso y algo más también.
El quinceañero se puso su pijama blanco rápidamente y se metió en la cama. El rubio lo imitó.
Después de unos cuantos minutos cuando el mayor estaba a punto de dormirse una vocecita apagada lo trajo de vuelta a la realidad.
- Mello ... ¿? -
-¿Mmm?- Dijo frunciendo el ceño, bastante dormido todavía.
-¿Tú me deseas?- Inquirió Near con la enterrada en la almohada por la vergüenza a pesar de que su pareja no podía verlo.
-Si- Suspiró el ojiazul semi-consiente.
-¿De verdad?-
-Si… te quitaría la ro..pa y…- Trataba de hilvanar una oración completa pero ya era un caso perdido, probablemente, mañana siguiente, ni se acordaría a la de lo que estaba diciendo.
Near volvió a enrojecer, esta vez sorprendido. Lo miró tratando de ver su rostro pero su compañero ya se había quedado dormido.
-Yo también te deseo- Le confesó Near antes de dormirse también.
Aquella mañana estaba lluviosa y gris, también hacía frío. Un fuerte trueno resonó no muy lejos despertando al joven albino de un sacudón. Lentamente se estiró conteniendo un quejido. Luego se fijó la hora, eran las diez y media, por suerte era sábado. Se quedó sentado en la cama por un largo rato, observando a Mello dormir. Estaba panza arriba ocupando todo el espacio que le era posible, tenía un pie afuera, las sábanas desacomodadas y roncaba a todo pulmón. Si la tormenta no hubiera logrado despertar a Near de seguro que los ronquidos del rubio lo hubieran hecho. El menor se acercó más a él, buscando su calor, pero Mello se giró aplastándolo por completo.
-Mello… me estás asfixiando- le decía removiéndose debajo de él, lo que causó que el otro afianzara su agarre. –Mello, ¡No respiro!-.
-Mmmh- se quejó al despertar. Miró al chico debajo suyo aún sin comprender que pasaba. -¿Qué?-.
- 'Suffocating Me're - Leer llorar parecía menos aire.
Mello solo se corrió unos centímetros para que el otro pudiera inhalar una bocanada de aire, sin soltarlo del todo. Se quedaron así algunos minutos.
-Oye… ¿Y esto?- le preguntó el rubio al notar un libro debajo de la almohada.
-Oh, eso no es nada, tan solo es un libro que tengo que estudiar- Le explicó Near ocultando aquel objeto entre sus brazos.
El mayor lo miró incrédulo-¡Mentira!- Acusó, mientras le quitaba el libro de las manos.
-¿¡Pero qué haces?! ¡Devuélvemelo!-
Mello simplemente lo ignoró, desviando su atención a aquel "tesoro". Al parecer era una de esas guías sobre la sexualidad, se titulaba "La iniciación sexual masculina" "Mmm… interesante" pensó el mayor mientras le daba una ojeada. Hablaba sobre la masturbación, la pubertad, el sexo, blah, blah, blah, los puntos erógenos… ¿La homosexualidad?¿Sexo anal? "¿¡Pero que carajos hace Near con esto?!".
-¿Por qué tienes este libro?- Le preguntó tratando de sonar tranquilo, conteniendo una carcajada.
-…Es que yo… N-no es lo que tú crees… y-yo- Tartamudeaba el otro buscando una forma de explicarle aquello. Al no encontrar palabras enmudeció.
-…No me digas que es porque tú eres…- sospechó Mello al darse cuenta de los motivos del albino y sin poder evitarlo se le escapó una sonrisa socarrona de los labios.
Near enrojeció terriblemente cuando notó que su novio había descubierto sus intenciones ¡Qué vergüenza! Él quería sorprenderlo, demostrándole lo mucho que lo amaba, y ahora la situación se le había vuelto en contra. Era demasiado para el pequeño, por lo que huyó al lugar más cercano, el baño. Se movió a la velocidad de la luz y al entrar cerró la puerta tras de sí.
El rubio, al caer en la cuenta de su estupidez, alcanzó la puerta del cuarto y habló a través.
-¿Puedo entrar?- Dijo con voz apenas audible. Al no escuchar respuesta repitió la pregunta pero esta vez una suave voz respondió –Entra…-.
Cuando ingresó al baño Near se hallaba sentado en posición fetal dentro de la bañera. Mello se sentó junto a él y habiendo pasado ya por situaciones similares, sabía que ahora el chico se cubriría con aquella máscara de indiferencia y se quedaría mirando hacia la nada, jugueteando con su cabello, y así en ese estado, se pondría a analizar el problema, para luego no mencionarlo más.
-Near, lo siento. Soy un idiota… No quise ofenderte- Se disculpó. Pero el menor no le dirigió la mirada en lo más mínimo. –Near, mírame por favor-.
El quinceañero lo vio gentilmente, tratando de ocultarse en sus sentimientos. Mello suspiró, de nuevo se había convertido en una piedra.-Hablaremos de esto, dime lo que quieres, no soporto verte así. No soporto que te quedes callado ¡Quiero saber qué es lo que pasa por tu cabeza!- le pidió prácticamente a gritos, roznado la desesperación.
-Yo quiero que…- susurró Near bajando la mirada. Mello lo sujetó por la nuca quedando, frente a frente, haciendo que sus miradas se cruzasen. Los ojos negros de Near cobraron un brillo especial logrando que su lado más tierno despertara.
-Quiero acostarme contigo- Le reveló.
-¿Quieres tener sexo conmigo?- Inquirió el otro con sorpresa.
-S-sí, pero me asusta… el no saber cómo- Explicó el menor sintiendo que se quitaba un peso de encima-.
-No tengas miedo- Lo tranquilizó el rubio.- Yo te enseñaré-.
La expresión de Near se tornó a una de asombro cuando su compañero cerró la distancia que los separaba empujando sus labios sobre los de él en un beso tierno que con el correr de los segundos se intensificaba y se volvía más exigente. Mello mordió el labio inferior de su compañero, causando que al otro se le escapara un suave gemido, lo que hizo que el mayor diera el siguiente paso; los labios de éste se deslizaron por la mandíbula del albino mordisqueando y lamiendo con paciencia hasta llegar al cuello. Las manos de Near viajaron hasta el cabello de su amante, jalando de él lo suficiente como para poder volver a besarlo, lamió lentamente su boca entreabierta buscando invadir su interior, y, con cierta inseguridad, se encontró con la del otro. El rubio lo atrajo aún más hacia sí acomodándolo sobre su regazo y con las piernas enrolladas en su cintura.
Se besaron apasionadamente por lo que parecieron horas, acariciándose hasta que se separaron en busca de aire. Mello vio que Near estaba todo sonrojado, con una expresión que mezclaba vergüenza, ansiedad… y deseo también. Entonces no pudo resistirse y se abalanzó sobre su precioso albino y, dejándolo debajo de él, comenzó a descender por su cuello mientras prácticamente le arrancaba la camisa de su estúpido y sensual cuerpecito. Lo manoseó por todas partes, provocando suaves jadeos en el otro. Lamió sutilmente un pezón, para luego chuparlo animadamente hasta morderlo y pellizcarlo con sus dientes.
Mmm ... Mello-zona de al-Gimio que comenzó a sentirse emocionado.
Éste se estiró sólo un poco, para poder ver cómo aquel rubio lo observaba lascivamente, como si de un delicioso chocolate se tratara. "Un delicioso chocolate blanco" Se relamía Mello ante el pensamiento. En ese preciso instante, Near se sintió hechizado por el sujeto que se erguía sobre él, se sintió… tan a su merced, como nunca antes lo había hecho. Lentamente, y como si fuera su tesoro más preciado, el menor acarició el rostro de su amado; deslizó sus dedos por el cuello y más allá, hasta toparse con la camiseta, y, sin poder controlar lo que hacía, lo dejó con el torso desnudo. Ambos se volvieron a besar, ahora con parsimonia y sensualidad, produciendo ese sonido estremecedor que ocurre cuando dos pares de labios se unen para devorarse. El albino se recostó en el suelo de la bañera, dejándose hacer.
Mello, al verlo sometido, retomó la labor de chupar y masajear los pezones de su compañero hasta dejarlos erectos, sus labios y lengua viajaron hasta el vientre de Near, mordisqueando y provocándole espasmos de placer. El rubio notaba que mientras más era el disfrute del pequeño, mayor era la excitación que recorría sus venas.
Los ágiles dedos se movieron lentamente por la cintura del pantalón del albino, quien lanzaba pequeños gemidos ante el contacto. Luego jugueteó con el botón unos segundos hasta que se decidió por desabrocharlo; en ese momento el albino se tensó y los gemidos cesaron.
El mayor al notar la tensión de su joven amante levantó la cabeza y lo vio a los ojos. Se sorprendió al darse cuenta de que toda la excitación y el deseo habían desaparecido y habían sido remplazados por puro terror.
- ¿Qué sucede - Mello cuestionada.
Near no podía emitir palabra por lo que sólo le envió una mirada que esperaba le diese una respuesta.
-¿No quieres que te los quite?- Preguntó el mayor señalando los pantalones que el pequeño llevaba puestos.
Solo se limitó a negar con la cabeza mientras cerraba los ojos en señal de vergüenza. Mello, al ver que su compañero se acobardaba, se deslizó sobre él hasta llevar su boca a la boca Near y depositar un suave beso para después decirle al oído:
-Bueno, entonces… no necesitamos sacarlos-
Y volviendo a besarlo lujuriosamente, una mano descendió por encima del pijama de su novio hasta rozar la creciente erección, mientras que la otra se dedicaba a tirar de su cabello. Repentinamente, inició el masaje de su zona sur, haciendo que aquella fricción le causase sensaciones desconocidas para él, pero igualmente placenteras.
-Near… ¿Alguna vez te has tocado?-Quiso saber Mello con un brillo de perversión en los ojos.
El albino se sintió confundido ante la pregunta.- ¿…Tocarme?-
-Sí, ya sabes…algo así como lo que aparece en tu libro. Algo como lo que te estoy haciendo ahora…-Le dijo frotando aún más su miembro.
-Nnng… ¡N-no!...Nohh-Respondió éste entre "dulces" gemidos.
-¡¿…No?! Eso te convertiría en la persona más virginal que conozco.-Se burló sutilmente.
Near no supo que responder a semejante declaración, y sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso, pero, sin embargo, puso mala cara.
El rubio soltó una carcajada al ver la cómica expresión de su enamorado.- ¿Pero por qué esa cara? ¿Acaso no te gusta?-
-N-no… Es decir… Mm-me gusta- Dijo buscando aún más su propio placer, refregándose contra la mano de Mello.
El mayor, al observar la acción de su albino, no pudo resistirse a complacerlo. Metió la mano en los pantalones del otro y tomó el miembro para masturbarlo como es debido, de arriba abajo. Primero lento y pausadamente para después aumentar el ritmo, rozando ocasionalmente la punta con las yemas de los dedos y llevándolo hasta el éxtasis.
-Ohhh…Mmm…Mello, q-quiero más…-Exigía Near con voz ronca, casi inaudible.
Mello necesitó de toda la fuerza de voluntad que tenía para no "desvirgarlo" en ese preciso momento, al escucharlo gemir de esa manera. Aumentó aún más el ritmo cuando empezó a sentir un líquido cálido y viscoso caer por su mano.
-Ahhg…M-Mello…M-me voy a… ¡AHHHGGG!-Gritó Near al correrse en sus pantalones, manchándolos.
El rubio se quedó embobado al ver la expresión del albino. La respiración de este era muy acelerada, tenía las mejillas enrojecidas, la boca entreabierta y sus ojos tenían un brillo especial, como si unas lágrimas se estuvieran formando en ellos. No pudo resistirse y lo besó dulcemente. Deslizó la mano con la que masturbó al pequeño por todo el vientre de éste, dejando un rastro de semen allí. Mello se sorprendió cuando Near tomó su cara con las pálidas manos y lo besó con fiereza introduciendo su lengua en la boca de él, haciendo que se entrelazaran y chocaran. Llevó su mano hasta los pantalones del otro y trató de meterla en los boxers, pero Mello, rápidamente, se quitó de encima de él sin darle tiempo a nada.
-¿Por qué te alejas?-Le preguntó Near, desconcertado. ¿Acaso había hecho algo mal?
-Aún no estás listo-Respondió el otro dándole una caricia a su cabello blanco.
Near le dedicó una mirada que mezclaba mucha confusión y algo de molestia.-... ¿Por qué crees eso?
-Porque no puedo quitarte los pantalones que ya te haces un manojo de nervios.
-Pero… ¿Qué hay sobre ti? Todavía estás…-Dijo señalando con un gesto de cabeza la creciente erección del mayor.
-No te preocupes por eso-Respondió algo cortante mientras se levantaba.
-…Pero… ¡Eso no tiene sentido…!-Se quejaba el menor hasta que sus reproches fueron cortados.
-Será mejor que te des un baño-Le ordenó autoritario Mello mientras salía de aquel lugar.
"¿Pero qué acaba de pasar?" Se preguntaba Near sin entender nada de lo ocurrido. Se quedó solo en la habitación, y, luego de unos minutos, se desvistió y abrió el agua caliente. Se lavó el cabello con lentitud, pensando en lo que Mello le había dicho. Se sintió tan avergonzado e inútil, había dejado que su novio se fuera así como así…Pero él quiso seguir, ¿por qué entonces Mello lo detuvo? ¿Por qué siempre lo trataba de esa manera, como si fuera un bebé? ¡Ya tenía quince años, por el amor de Dios!
El enojo comenzó a brotar en su mente de repente, no dejaría que las cosas se quedaran de esa forma.
Salió del baño ya duchado. Su desnudez era cubierta por una toalla que se posaba alrededor de su cintura; las gotas de agua caían por su cuerpo, dejando el piso mojado por donde sea que pasara. Llegó hasta el armario y, con cierta pesadez, sacó su ropa: una sudadera blanca, unos jeans rasgados (no eran rasgados al principio, es Mello desquitaba su abstinencia con ellos *carita perver*… okno) y unos boxers blancos también. Antes de quitarse la puta toalla miró a Mello, que estaba sentado en el ordenador. Este ni siquiera se había volteado a verlo cuando el otro ingresó al cuarto. Near finalmente terminó de vestirse, y se decidió por decirle a Mello lo que pensaba.
-Mello…-Dijo casi en un susurro.
-¿Umm?-Se giró el otro para poder verlo.
El albino observó la mirada fría y distante del rubio y quedó completamente extrañado, el no solía mostrar dichas expresiones a no ser que realmente se enojara "… ¡¿Pero qué diablos le pasa?! ¡Yo soy el que debería estar molesto!" Pensó este con irritación. Sin embargo, Near no era del tipo de personas que buscan la confrontación, así que no se atrevió a desahogarse como tenía planeado. En cambio, se limitó a bajar la mirada.
-Emm ... Lo que vamos a desayunar?-Le sacó rápidamente, pero con voz indiferente.
-Mmm…No estoy seguro-Le respondió pensativo mientras se rascaba la cabeza.
-Mejor voy a la tienda a conseguir algo-Propuso el menor con tal de alejarse de ahí. Algo ridículo ya que ellos no tenían con que cocinar la comida.
-Está bien-Fue todo lo que dijo Mello, y redirigió su atención a la pantalla, dándole la espalda nuevamente.
Near realmente se sorprendió al ver que el otro no había prestado la más mínima atención a lo que dijo. Entonces, con un poco de melancolía tomó su abrigo y se dirigió a la puerta.
La historia no termina acá *-* Subiremos un nuevo cap. muy pronto! Gracias por leer xD
Sela y Kama :3
