UN ERROR LO COMETE CUALQUIERA
DEDICATORIA: Esto es para ti, Hermana. Así como van las cosas, vas a terminar pagando mi
habitación en un lujoso hotel con paredes acolchadas.
DISCLAIMER: No me pertenecen. Es más, ni siquiera el título es mío. Pertenece (como todo buen
joven latinoamericano medianamente informado debería saber) al Chapulín Colorado (ídolo).
FEEDBACK: Lo que no enseñan las madres es que enviar feedbacks es como comer manzanas: enviar
un feedback al día, mantiene la belleza y la alegría. (¿Qué esperas? Es más barato que la fuente
de la juventud?).
*******************************
Respirar se hace tan difícil a veces. Saber que hay que dar un paso, pero no nos atrevemos a
movernos, porque el miedo nos paraliza. Y, aunque suene extraño, quedarnos también nos aterra.
Tengo que irme, salir de aquí lo antes posible, antes de que amanezca. No podría escucharlo
decir que ha sido un error, no otra vez. No quiero encontrarme con la culpa en sus ojos, ni
escuchar que nuestra amistad es demasiado importante como para estropearla así. Maldición, no
soportaría oírlo decir que me quiere, pero está enamorado de otra.
Ya lo dije. El miedo me está matando, porque sé que para él fue solo un error, una buena noche,
pero su corazón está con ella.
Dejar esta cama se convierte en una necesidad aún más imperiosa y en la misión más difícil a la
que me he enfrentado.
**********
Cuando despierto y no está a mi lado no me sorprendo. Aún puedo sentir su aroma en mi almohada,
su sabor en mis labios.
Monica Reyes le da un nuevo sentido a la palabra pasión. Es más, creo que le da un nuevo
significado a todo lo que toca, a todo lo que ilumina. (¿Acabo de pensar eso?)
Me levanto sólo para cerciorarme de que ha recogido su ropa de todos los lugares por donde
quedó esparcida anoche y se ha ido.
Es extraño cuando lo pienso. Seis meses atrás no habría dudado un segundo en morir por Scully,
creía estar completamente enamorado de ella. Ahora, tampoco lo dudaría, pero sé que eso no tiene
nada que ver con el amor. Nada de lo que había sentido hasta el día de hoy se parece a lo que el
amor es en realidad, nada de lo que he conocido se parece a lo que es Monica. (¡Demonios! El
amor me está volviendo cursi, incluso ella si me oyera se reiría)
Amé una vez, parece que fue hace siglos. Nos casamos y creímos que sería para siempre. Tuvimos
un hijo y lo perdimos. Pero nuestro matrimonio se nos había ido de las manos mucho antes, nos
faltó conversar, nos faltó conocernos realmente, nos faltó construir un hogar, algo más que un
lugar al cual llegar después del trabajo.
Entonces llegó ella, y el cuerpo de mi hijo convirtiéndose en cenizas frente a mis ojos. Y más
dolor del que creí que sería capaz de soportar.
No sé cómo pasó con exactitud, pero una noche desperté agitado en una cama que no era la mía,
desnudo y abrazando a una mujer que, definitivamente, no era mi esposa. De haberlo sido jamás
me habría dolido todo el cuerpo ( y curiosamente es así como me siento ahora). Había una tristeza
tan profunda en sus ojos cuando intenté disculparme por lo que había sucedido, cuando le dije
lo importante que era para mí su amistad. Me dijo que lo entendía, que sabía que yo tenía un
matrimonio que salvar...
Hoy es diferente. Lo de anoche no fue un exceso de alcohol, no fue la necesidad desesperada de
encontrar consuelo, algo (cualquier cosa) que llenara el vacío que tenía en el alma. Lo de
anoche fue amor.
Un amor del que no me di cuenta hasta que casi fue demasiado tarde, que llegó cuando no lo
esperaba. Un amor que sé que ella siente también por mí.
Se hace tarde, será mejor que vaya a la oficina... alguien tiene que darle ese bendto informe a
Skinner.
**********
Fue un error. Un estúpido, evitable y maldito error. No fue nada más que eso.
O por lo menos he estado intentado convencerme de ello desde que salí de casa de John Doggett.
(Nunca imaginé que salir de una cama fuera tan difícil).
Tengo que ser capaz de ser yo la primera que hable esta vez.
Mi aspecto es lamentable. Unas ojeras astronómicas le están gritando a todas las personas
reunidas en el edificio Hoover que anoche esta agente hizo cualquier cosa menos dormir (no
puedo evitar sonreír al pensar eso: "cualquier cosa", ufff...). ¿Desde cuándo el FBI tiene
tanto trabajo un sábado por la mañana?
Respira. (Fue un error) Tranquila. (Fue un error). Abro la puerta... no hay nadie.
Sólo tengo que imprimir el informe, llevárselo a Skinner y desaparecer. Manos a la obra.
La puerta que se abre me hace saltar.
- Agente Reyes.
¡Dios! Sólo es Dana.
- Hola. - le digo con lo que intenta ser una sonrisa.
- ¿Ocurre algo?
- No, nada. - vuelvo a concentrarme en la pantalla del computador.
- ¿Sabes qué le pasó a John? Dijo que le traería el informe a Skinner...
- Lo estoy imprimiendo.
- ¿Le sucedió algo a John?
Dana es mi mejor amiga en DC y realmente me encantaría contarle con lujo de detalles todo lo que
le sucedió a John. Sin embargo, considerando las circunstancias, sólo le respondo:
- Nada que yo sepa.
- Monica...
- ¿Sí? - esto está saliendo más rápido de lo que esperé, sólo unos segundos más y podré escapar
de aquí.
- ¿Qué ocurre? Actúas muy extraña esta mañana...
- No ocurre nada, en serio. ¿Qué podría pasar?
Lo sé: es una pregunta estúpida. Después de todo, estos son los Expedientes X, hay Ovnis, y
mutantes, y asesinos en serie, y una conspiración espantosa para matar a un bebé...
La puerta se abre nuevamente, y mi corazón se detiene esta vez. John trae un vaso de café y
parece sorprendido (¿de verme a mí o a ella?).
Basta, Monica, concéntrate. Fue un error.
- Hola. - dice cerrando la puerta.
- Tengo listo el informe.
- Excelente.
- ¿Sucedió algo, agente Doggett? - le pregunta Dana - Dijiste que vendrías a las ocho...
Nos miramos por un par de segundos. (Fue un error)
- Creo que... me quedé dormido.
- No te preocupes, tengo el informe listo. Voy a dejárselo a Skinner.
- Te acompaño...
- No te molestes, volveré enseguida.
Sé que no es lo que tenía en mente, pero salir de esa oficina es todo lo que quiero hacer en
este minuto y la idea de encerrarme en un ascensor con John a solas, tampoco está en mis planes
de una mañana perfecta.
**********
¿Qué hice mal?
Monica sale tan rápido de la oficina que parece que mi presencia le diera alergia, ni siquiera
una sonrisa, nada.
- ¿John?
Dana me mira con expresión interrogante. Deduzco que Monica no le ha contado nada.
- ¿Qué está ocurriendo?
Esa es una buena pregunta.
- Nada. - ¿siempre miento tan mal o sólo es ahora? - ¿Qué podría pasar?
- Mhhh, no lo sé. - empieza a dar vueltas por la oficina - Pero considerando que Monica y tú
actúan extraños esta mañana, que tienen unas ojeras espantosas y que ninguno de los dos
contestó el teléfono anoche...
Dos posibilidades: o cree que estuvimos investigando por nuestra cuenta, o...
- Yo diría que hicieron algo más que el informe...
No le contesto. Pero de alguna manera entiende que está en lo correcto. Sonríe.
- La verdad es que... bueno... Monica y yo...
- Me alegro por los dos. De haberlo sabido, yo le habría entregado el informe a Skinner.
Sonrío.
- ¿Te dijo algo?
- Nada. ¿Ocurre algo más?
- No, es sólo que... se fue sin despedirse... Son tonteras mías...
- No creo que tengas nada de que preocuparte. Ella te ama, eras el único que no se había dado
cuenta.
Lo sé. Puedo ser un verdadero imbécil.
**********
Skinner no anda de buen humor esta mañana. Desgraciadamente me di cuenta cuando llegué a
entregarle un informe que teníamos que presentar hace dos horas. Además fui sola, y él quería
hablar con ambos. Menos mal que no puse lo de los fantasmas en mi informe.
En fin, ya superé el huracán "Wally", ahora viene lo más difícil.
La puerta está cerrada. La abro con un solo pensamiento en mi cabeza: fue un error.
John está de pie leyendo un expediente, levanta la vista y sonríe cuando me ve en la puerta.
- Hola.
- Hola. - trato de mantener una voz firme y un tono neutro - Skinner no estaba precisamente
contento con nuestro informe...
- Monica...
No puedo, simplemente no puedo. Tengo que hablar más rápido que él.
- John, sobre lo de anoche...
Dios, esto va a necesitar más valor del que pensé.
**********
Hay algo que anda mal. Muy mal.
Me acerco a ella un par de pasos. Esquiva mi mirada.
- John, sobre lo de anoche... Fue un error...
- ¿Un error?
No puedo creer lo que me está diciendo. Si tan sólo me mirara a los ojos, tal vez podría empezar
a pensar que está diciendo la verdad.
- Sí, yo... Lo siento. - me mira a los ojos. - Nuestra amistad es muy importante para mí y no
quiero que pienses que yo... bueno, que lo de anoche fue algo más de lo que en realidad fue...
- ¿Me estás diciendo que lo de anoche fue solo una noche de sexo casual?
- Yo no le llamaría así...
Nuevamente baja la mirada. Tomo su barbilla y la obligo a verme a los ojos.
- ¿Te arrepientes, Monica?
Mi pregunta la toma por sorpresa y es todo lo que necesito. Sé lo que está haciendo, está
repitiendo las palabras que le dije hace años. ¿Por qué? ¿Por qué no hacerlo diferente esta vez?
Me ama y lo sabe, todos lo saben...
Ahí está la respuesta. Cree que estoy enamorado de *ella*. No puedo evitar sonreír.
- No es sobre arrepentimientos, John... pero...
Acaricio su mejilla, haciendo que deje de hablar.
¿Cuántas veces me ha faltado el valor para hacer lo que quiero hacer? No te besé esa vez que me
abrazaste con lágrimas en los ojos sin ningún motivo un minuto después de abandonar la sala, no
te besé cuando me limpiaste la mostaza. No te besé la noche de tu accidente, tampoco la noche
que te llevé a casa. Resistí el impulso de recuperar mis fuerzas durmiendo entre tus brazos,
después de que se llevaron el cadáver de Bob Fassl.
Esta vez tengo todo el valor que necesito.
- Los dos sabemos que fue un error...
Porque sé que deseas esto tanto como yo.
**********
La sonrisa de John me hace sentir más nerviosa de lo que ya me sentía antes de empezar esta
estúpida conversación.
Ya no puedo decir nada. John me está besando, con una mano en mi nuca y la otra rodeándome la
cintura, atrayéndome hacia él.
Esto es un error. Y sé que la única lastimada de todo esto voy a ser yo. Pero no importa, nada
importa si su lengua está en mi boca y sus manos insinúan caricias que no fueron hechas para
horarios de oficina.
¿Qué va a pasar más tarde? Voy a volver a donde empecé, claro. Me pregunto si volver a ese punto
va a ser más doloroso después de cada vez que me bese así, que me acaricie así, que sienta sus
besos en mi cuello...
Maldición... nunca he sido buena aprendiendo de mis errores.
*******************************
CONTINÚA...
DEDICATORIA: Esto es para ti, Hermana. Así como van las cosas, vas a terminar pagando mi
habitación en un lujoso hotel con paredes acolchadas.
DISCLAIMER: No me pertenecen. Es más, ni siquiera el título es mío. Pertenece (como todo buen
joven latinoamericano medianamente informado debería saber) al Chapulín Colorado (ídolo).
FEEDBACK: Lo que no enseñan las madres es que enviar feedbacks es como comer manzanas: enviar
un feedback al día, mantiene la belleza y la alegría. (¿Qué esperas? Es más barato que la fuente
de la juventud?).
*******************************
Respirar se hace tan difícil a veces. Saber que hay que dar un paso, pero no nos atrevemos a
movernos, porque el miedo nos paraliza. Y, aunque suene extraño, quedarnos también nos aterra.
Tengo que irme, salir de aquí lo antes posible, antes de que amanezca. No podría escucharlo
decir que ha sido un error, no otra vez. No quiero encontrarme con la culpa en sus ojos, ni
escuchar que nuestra amistad es demasiado importante como para estropearla así. Maldición, no
soportaría oírlo decir que me quiere, pero está enamorado de otra.
Ya lo dije. El miedo me está matando, porque sé que para él fue solo un error, una buena noche,
pero su corazón está con ella.
Dejar esta cama se convierte en una necesidad aún más imperiosa y en la misión más difícil a la
que me he enfrentado.
**********
Cuando despierto y no está a mi lado no me sorprendo. Aún puedo sentir su aroma en mi almohada,
su sabor en mis labios.
Monica Reyes le da un nuevo sentido a la palabra pasión. Es más, creo que le da un nuevo
significado a todo lo que toca, a todo lo que ilumina. (¿Acabo de pensar eso?)
Me levanto sólo para cerciorarme de que ha recogido su ropa de todos los lugares por donde
quedó esparcida anoche y se ha ido.
Es extraño cuando lo pienso. Seis meses atrás no habría dudado un segundo en morir por Scully,
creía estar completamente enamorado de ella. Ahora, tampoco lo dudaría, pero sé que eso no tiene
nada que ver con el amor. Nada de lo que había sentido hasta el día de hoy se parece a lo que el
amor es en realidad, nada de lo que he conocido se parece a lo que es Monica. (¡Demonios! El
amor me está volviendo cursi, incluso ella si me oyera se reiría)
Amé una vez, parece que fue hace siglos. Nos casamos y creímos que sería para siempre. Tuvimos
un hijo y lo perdimos. Pero nuestro matrimonio se nos había ido de las manos mucho antes, nos
faltó conversar, nos faltó conocernos realmente, nos faltó construir un hogar, algo más que un
lugar al cual llegar después del trabajo.
Entonces llegó ella, y el cuerpo de mi hijo convirtiéndose en cenizas frente a mis ojos. Y más
dolor del que creí que sería capaz de soportar.
No sé cómo pasó con exactitud, pero una noche desperté agitado en una cama que no era la mía,
desnudo y abrazando a una mujer que, definitivamente, no era mi esposa. De haberlo sido jamás
me habría dolido todo el cuerpo ( y curiosamente es así como me siento ahora). Había una tristeza
tan profunda en sus ojos cuando intenté disculparme por lo que había sucedido, cuando le dije
lo importante que era para mí su amistad. Me dijo que lo entendía, que sabía que yo tenía un
matrimonio que salvar...
Hoy es diferente. Lo de anoche no fue un exceso de alcohol, no fue la necesidad desesperada de
encontrar consuelo, algo (cualquier cosa) que llenara el vacío que tenía en el alma. Lo de
anoche fue amor.
Un amor del que no me di cuenta hasta que casi fue demasiado tarde, que llegó cuando no lo
esperaba. Un amor que sé que ella siente también por mí.
Se hace tarde, será mejor que vaya a la oficina... alguien tiene que darle ese bendto informe a
Skinner.
**********
Fue un error. Un estúpido, evitable y maldito error. No fue nada más que eso.
O por lo menos he estado intentado convencerme de ello desde que salí de casa de John Doggett.
(Nunca imaginé que salir de una cama fuera tan difícil).
Tengo que ser capaz de ser yo la primera que hable esta vez.
Mi aspecto es lamentable. Unas ojeras astronómicas le están gritando a todas las personas
reunidas en el edificio Hoover que anoche esta agente hizo cualquier cosa menos dormir (no
puedo evitar sonreír al pensar eso: "cualquier cosa", ufff...). ¿Desde cuándo el FBI tiene
tanto trabajo un sábado por la mañana?
Respira. (Fue un error) Tranquila. (Fue un error). Abro la puerta... no hay nadie.
Sólo tengo que imprimir el informe, llevárselo a Skinner y desaparecer. Manos a la obra.
La puerta que se abre me hace saltar.
- Agente Reyes.
¡Dios! Sólo es Dana.
- Hola. - le digo con lo que intenta ser una sonrisa.
- ¿Ocurre algo?
- No, nada. - vuelvo a concentrarme en la pantalla del computador.
- ¿Sabes qué le pasó a John? Dijo que le traería el informe a Skinner...
- Lo estoy imprimiendo.
- ¿Le sucedió algo a John?
Dana es mi mejor amiga en DC y realmente me encantaría contarle con lujo de detalles todo lo que
le sucedió a John. Sin embargo, considerando las circunstancias, sólo le respondo:
- Nada que yo sepa.
- Monica...
- ¿Sí? - esto está saliendo más rápido de lo que esperé, sólo unos segundos más y podré escapar
de aquí.
- ¿Qué ocurre? Actúas muy extraña esta mañana...
- No ocurre nada, en serio. ¿Qué podría pasar?
Lo sé: es una pregunta estúpida. Después de todo, estos son los Expedientes X, hay Ovnis, y
mutantes, y asesinos en serie, y una conspiración espantosa para matar a un bebé...
La puerta se abre nuevamente, y mi corazón se detiene esta vez. John trae un vaso de café y
parece sorprendido (¿de verme a mí o a ella?).
Basta, Monica, concéntrate. Fue un error.
- Hola. - dice cerrando la puerta.
- Tengo listo el informe.
- Excelente.
- ¿Sucedió algo, agente Doggett? - le pregunta Dana - Dijiste que vendrías a las ocho...
Nos miramos por un par de segundos. (Fue un error)
- Creo que... me quedé dormido.
- No te preocupes, tengo el informe listo. Voy a dejárselo a Skinner.
- Te acompaño...
- No te molestes, volveré enseguida.
Sé que no es lo que tenía en mente, pero salir de esa oficina es todo lo que quiero hacer en
este minuto y la idea de encerrarme en un ascensor con John a solas, tampoco está en mis planes
de una mañana perfecta.
**********
¿Qué hice mal?
Monica sale tan rápido de la oficina que parece que mi presencia le diera alergia, ni siquiera
una sonrisa, nada.
- ¿John?
Dana me mira con expresión interrogante. Deduzco que Monica no le ha contado nada.
- ¿Qué está ocurriendo?
Esa es una buena pregunta.
- Nada. - ¿siempre miento tan mal o sólo es ahora? - ¿Qué podría pasar?
- Mhhh, no lo sé. - empieza a dar vueltas por la oficina - Pero considerando que Monica y tú
actúan extraños esta mañana, que tienen unas ojeras espantosas y que ninguno de los dos
contestó el teléfono anoche...
Dos posibilidades: o cree que estuvimos investigando por nuestra cuenta, o...
- Yo diría que hicieron algo más que el informe...
No le contesto. Pero de alguna manera entiende que está en lo correcto. Sonríe.
- La verdad es que... bueno... Monica y yo...
- Me alegro por los dos. De haberlo sabido, yo le habría entregado el informe a Skinner.
Sonrío.
- ¿Te dijo algo?
- Nada. ¿Ocurre algo más?
- No, es sólo que... se fue sin despedirse... Son tonteras mías...
- No creo que tengas nada de que preocuparte. Ella te ama, eras el único que no se había dado
cuenta.
Lo sé. Puedo ser un verdadero imbécil.
**********
Skinner no anda de buen humor esta mañana. Desgraciadamente me di cuenta cuando llegué a
entregarle un informe que teníamos que presentar hace dos horas. Además fui sola, y él quería
hablar con ambos. Menos mal que no puse lo de los fantasmas en mi informe.
En fin, ya superé el huracán "Wally", ahora viene lo más difícil.
La puerta está cerrada. La abro con un solo pensamiento en mi cabeza: fue un error.
John está de pie leyendo un expediente, levanta la vista y sonríe cuando me ve en la puerta.
- Hola.
- Hola. - trato de mantener una voz firme y un tono neutro - Skinner no estaba precisamente
contento con nuestro informe...
- Monica...
No puedo, simplemente no puedo. Tengo que hablar más rápido que él.
- John, sobre lo de anoche...
Dios, esto va a necesitar más valor del que pensé.
**********
Hay algo que anda mal. Muy mal.
Me acerco a ella un par de pasos. Esquiva mi mirada.
- John, sobre lo de anoche... Fue un error...
- ¿Un error?
No puedo creer lo que me está diciendo. Si tan sólo me mirara a los ojos, tal vez podría empezar
a pensar que está diciendo la verdad.
- Sí, yo... Lo siento. - me mira a los ojos. - Nuestra amistad es muy importante para mí y no
quiero que pienses que yo... bueno, que lo de anoche fue algo más de lo que en realidad fue...
- ¿Me estás diciendo que lo de anoche fue solo una noche de sexo casual?
- Yo no le llamaría así...
Nuevamente baja la mirada. Tomo su barbilla y la obligo a verme a los ojos.
- ¿Te arrepientes, Monica?
Mi pregunta la toma por sorpresa y es todo lo que necesito. Sé lo que está haciendo, está
repitiendo las palabras que le dije hace años. ¿Por qué? ¿Por qué no hacerlo diferente esta vez?
Me ama y lo sabe, todos lo saben...
Ahí está la respuesta. Cree que estoy enamorado de *ella*. No puedo evitar sonreír.
- No es sobre arrepentimientos, John... pero...
Acaricio su mejilla, haciendo que deje de hablar.
¿Cuántas veces me ha faltado el valor para hacer lo que quiero hacer? No te besé esa vez que me
abrazaste con lágrimas en los ojos sin ningún motivo un minuto después de abandonar la sala, no
te besé cuando me limpiaste la mostaza. No te besé la noche de tu accidente, tampoco la noche
que te llevé a casa. Resistí el impulso de recuperar mis fuerzas durmiendo entre tus brazos,
después de que se llevaron el cadáver de Bob Fassl.
Esta vez tengo todo el valor que necesito.
- Los dos sabemos que fue un error...
Porque sé que deseas esto tanto como yo.
**********
La sonrisa de John me hace sentir más nerviosa de lo que ya me sentía antes de empezar esta
estúpida conversación.
Ya no puedo decir nada. John me está besando, con una mano en mi nuca y la otra rodeándome la
cintura, atrayéndome hacia él.
Esto es un error. Y sé que la única lastimada de todo esto voy a ser yo. Pero no importa, nada
importa si su lengua está en mi boca y sus manos insinúan caricias que no fueron hechas para
horarios de oficina.
¿Qué va a pasar más tarde? Voy a volver a donde empecé, claro. Me pregunto si volver a ese punto
va a ser más doloroso después de cada vez que me bese así, que me acaricie así, que sienta sus
besos en mi cuello...
Maldición... nunca he sido buena aprendiendo de mis errores.
*******************************
CONTINÚA...
