Una vez, un capitán, un líder, un buen amigo... Me encontró en un momento importante para mi...
Me sentía perdida, sola, había olvidado las ganas de volar...
Había caído en la monotonía, veía los días pasar como si fueran hojas de un árbol en otoño.
Me hablo de la importancia de ser fuerte, a expresar mi arte con el mundo, me enseñó la importancia de vivir salvándome de mi misma. Del valor de equivocarme.
"Se necesita valor para convertir la luz en oscuridad...
Puedes quedarte aqui en la comodidad de tu hogar, viendo pasar tu vida por la rendija de la ventana, pero te ofrezco la oportunidad de vivir aventuras con los que acabarán siendo las personas en las quien mas confíes.
Decídete y al alba nos veremos en la ladera. Si no vienes entenderé que quieras quedarte"
Ya tenía mi decisión tomada.
Porque involucrarme con gente que ni conocía, parecían majos eso si, pero ¿compartir aventuras? Una fantasía de una soñadora...
No se lo que pensé esa mañana para aún sabiendo que el extraño se iba... cogí la bicicleta y fui a su encuentro...
Ahora las cosas han cambiado...pero eso...es otra historia.
Este relato lo escribí el año pasado por la sencilla razón de que necesitaba por algún motivo recordarlo... Dándole vida atrás de estas palabras. A día de hoy en mi recorrido por este mundo lleno de ilusiones... He vuelto a tropezar con ese gran capitán. Fue un momento muy raro, me sentí como una niña pequeña que sabe que a cometido un error y esperar ser castigada, pero no fue así, en su lugar habían risas, buen ambiente, sin rencores.
Siempre ha sido un buen capitán, no por las riquezas que busca, ni los mundos nuevos que trate de descubrir, sino por la fuerza de valores, porque nunca traicionara, sus principios. Porque sabe diferenciar lo que es justo y lo que no ayudándote en todo momento... Porque solo el sabe lo que es estar solo y aun así seguir adelante, porque para él siempre seras parte de su familia, y a la familia se le quiere, se le perdona y nunca se le abandona...
No tengo muy claro que vaya a leer este gran pensamiento, tampoco hay necesidad de poner etiquetas... Solo espero que si lo lee... le alegre saber que siempre recordare aquel día que no me dejo caer...
Gracias Capitán
