ROJO Y NEGRO.

Jeanne se levanto ligeramente de la cama, tomo una toalla para cubrirse, y se dirigió así el baño, abrió la llave del grifo, y lavo su rostro, todavía no lo creía, no creía lo que avía hecho, le avía entregado su virginidad a Bayonetta.

Se acerco a la puerta del baño para poder apreciar la hermosa figura de Bayonetta, que ya asía dormida en la cama de su amplia habitación, todavía se preguntaba como avía terminado en esta situación, lo único que Bayonetta hiso fue decirle ''te amo'', esa palabra fue todo lo que ella necesito, para tenerla debajo de sus sabanas.

Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la débil voz de Bayonetta:

Bayonetta: ¿Jeanne… ven a dormir…?

Jeanne: tranquila, aquí estoy.

Jeanne se volvió a recostar a su lado, y extendió su brazo para atraerla asía su pecho, dándole un fuerte abrazo. Pero Bayonetta últimamente avía comenzando a actuar de una forma muy diferente desde que Jeanne avía vuelto hacer la misma , pero a Jeanne le gustaba esa forma de ser, y si las cosas iban hacer así como hoy, no le importaba mucho entonces que le deparaba el destino, mientras Jeanne siempre tuviera a Bayonetta, todo iba a salir bien.

A la mañana siguiente Jeanne se despertó, encontrándose sola se apresuro a bajar las escaleras buscando a Bayonetta, pensando que se abría ido, pero para su sorpresa, la encontró combatiendo contra la estufa intentando preparar el desayunó, Jeanne le sonrió y Bayonetta le dio una pequeña carcajada:

Jeanne: ¿Qué estas intentando hacer?

Bayonetta: bueno, yo estaba tratando de preparar el desayuno, pero es más difícil de lo que parece.

Jeanne solamente le sonrió, y coloco un suave beso en su frente, para después darse cuenta de la escasa ropa que llevaban, se sonrojaron y decidieron repetir exactamente todo lo que sucedió anoche.