He leido muchas historias sobre que los Cullens leen los libros pero casi ninguno en español todos estan en ingles, y bueno quiero darme la oportunidad de hacerlo yo, no se si me saldra bien y os guste, subo el primer capitulo para que me digais vuetra opinion y si es un desastre pues lo borrare y bueno algunos me direis ¿Por qué Amanecer y no empiezas por Crepusculo...etc? Mi libro preferido es Amanecer, me parece que en este libro las cosas entre todos estan muy claras (Jacob/Bella/Edward), la relación con Rose es buena, la aparición de Reneesme, los Volturi, es un cumulo de muchos ingredientes, bueno sin mas el capitulo
La familia Cullen al completo estaban en la sala donde reunían cuando las cosas se ponían turbias o cuando se preveía algún peligro ,Carlisle, en los último años sólo se reunían en esa sala sólo para dar instrucciones a la hora de cazar , los grupos que iban a ir , si veía algún peligro. Pero en esa ocasión los miembros de la familia estaban reunidos por otro motivo.
—¿Ves algo, Alice? — le dijo mirando directamente a los ojos de su hija.
—No, Carlisle, por lo menos nada peligroso , lo si sé es que tenemos que enterarnos , he visto que todos lo hacemos.— Alice miró a todos, si alguien se opusiera a su opinión se la verían con ella.
—Alice, cariño, cálmate. — esta vez el que habló fue Jasper, su esposo. Puso sus manos en los hombros de su esposa y la giró. — ¿Qué ves?. Si crees importante que...
Ante esto Rosalie bufó a lo que Alice la fulminó con la mirada para después hablar.
—Rosalie no eres la única que se preocupa por la familia no veo nada peligroso en leer este libro, Carlisle.— miró directamente a su padre.
—¿Estás segura, hija? — pregunto, Esme.
—No tienes porque preocuparte, Esme , Alice no ve nada peligroso, ademas pienso que es interesante leer este libro ya que podrían hablar sobre nosotros . Y ¿No queremos eso verdad, Rosalie? — dije yoburlonamente.
Rosalie rodó los ojos.
—Por una vez en mi existencia le doy la razón a Eddie, estos libros son del 2008, ¿No lo veis? Cuenta el futuro , esto ocurrirá dentro de cinco años, y algo muy importante tiene que pasar , para que estén en nuestras manos y , Carlisle. — dijo mirandolo. — Nos lo han mandado directamente a nosotros a lo mejor estos libros tienen algo que ver con nosotros — reflexionó Emmet.
Alice lo miró sorprendida — Que no se hable más. — Empiezo yo.
Allí encima de la mesa redonda había un libro , cuyo nombre era "Amanecer" Extraño título
Era un fin de semana y todos estábamos ocupados haciendo nuestras cosas, Esme estaba diseñando, Carlisle leyendo un libro en su estudio, yo estaba tocando una melodía en el piano , Emmet y Jasper estaban apostando quien ganaba a la Wii. Rosalie y Alice estaban ojeando revistas de moda. Cuando el timbre de la puerta sonó
—Iré yo — dijo Rosalie aliviada de escapar del aburrimiento. Se acercó a la puerta y la abrió para encontrar un solo libro. — ¿Qué es esto?
Alice dio un salto y se paró detrás de ella, — Amanecer —, dijo ella, y entonces miró en el interior — La fecha de publicación es en 2008, viene del futuro — alarmó a mi familia. — Esto va a ser interesante.
—¿Por qué?—, preguntó Rosalie.
—¡Porque es del el futuro!— Les dijo a todos que ya nos habíamos reunido en torno al extraño libro
Todos comenzaron a hablar al mismo tiempo.
—Carlisle este libro vino a esta casa por algo ¿Por qué no lo leemos? No perdemos nada.
Y así fue como comenzamos una disputa en la mesa del comedor sobre si era peligroso leer este libro que había llegado a nosotros en extrañas circunstancias ¿Peligroso un libro? No creía que eso era posible pero de todos modos la voz de Carlisle me sacó de mis pensamientos ya que empezaba a leer
Prefacio
Había tenido a estas alturas de mi vida un cupo más que razonable de experiencias cercanas a la muerte,
—Parece que se trata de una chica — dijo Rosalie — Aunque no sé que relación tiene con nosotros.
—Pobre chica todo lo que ha tenido que pasar — dijo Esme siempre tan compasiva.
Yo fruncí el ceño.
aunque desde luego no es algo a lo que uno pueda llegar a acostumbrarse.
—Esta historia no empieza bien — río Emmet
—¿Que le pudo haber pasado? — murmuró Carlisle.
—Es un libro a lo mejor es fantasía Carlisle no necesariamente eso ha pasado en la realidad puede que sea producto de la imaginación de la escritora — reflexioné
Parecía extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento con la muerte
—Sin duda lo de esta chica es mala suerte, supongo que este libro nos dirá lo que sucederá. — dijo Emmet
Daba la impresión de que estaba marcada por el desastre.
Emmet río por su anterior pensamiento ya que estaba en lo cierto.
Había escapado una y otra vez, cierto, pero continuaba viniendo a por mí. Sin embargo, qué distinta era esta vez respecto de las otras. Puedes huir de alguien a quien temes, puedes intentar luchar contra alguien a quien odias. Todas mis reacciones se orientaban hacia esa clase de asesinos, tanto monstruos como enemigos.
—Espera, ¿Has dicho monstruos?, Carlisle ¿Es posible que esta chica sepa de nuestra existencia?— dijo una Rose alarmada.
—Tiene sentido — murmuró Jasper — Por eso este libro esta en nuestras manos para evitar eso de cualquier manera..
Yo lo corté a la vez que le gruñía no me gustaba la lineo de sus pensamientos — No vamos a matar a nadie Jasper. ¿Carlisle?
—Leeremos el libro y veremos. — suspiró éste.
Te quedas sin opciones cuando amas a tu potencial asesino. ¿Acaso es posible huir o luchar sieso causa un grave perjuicio a quien quieres?
—¿Por qué quiere algo que la esta matando?— preguntó Emmet.
—No lo sé pero que sí sé es que esta chica esta relacionada con nosotros.— Dijo Rose
—¿Y si somos uno de nosotros...? — Esme intentó hablar pero Alice la interrumpió y siguió con la lectura.
Si la vida es cuanto puedes darle y de verdad le amas por encima de todo, ¿por qué no entregársela?
—Esta chica piensa igual que Edward — Jasper sonrió y yo levantó una ceja — Si los dos tenéis un humor muy parecido y unos pensamientos muy dramáticos.
—¿Quién quiere leer el primer capitulo?— preguntó Alice
—Yo, a ver si aclaramos todas nuestras dudas —Carlisle cogió el libro.
Carlisle leyó "Comprometida" e inmediatamente a Esme se le plantó una sonrisa no sabía porqué pero la simple felicidad de la chica la ponía feliz.
—Supongo que tendremos boda ¿no? — Emmet río y Rose le hizo una mueca.
Nadie te esta mirando, me prometí a mi misma. Nadie te esta mirando. Nadie te esta mirando.
—Probablemente todo el mundo te esta mirando — se rió Emmet y los demás no pudieron evitar reírse también o poner una sonrisa en su cara como Esme o Edward.
Mientras esperaba a que uno de los tres semáforos de la ciudad se pusiera en verde, eché un vistazo hacia la izquierda y allí estaba el monovolumen de la señora Weber, que tenía el torso totalmente torcido en mi dirección.
—Eso es totalmente grosero.— dijo una indignada Esme
—Creo que la mira porque no es muy normal que una chica se case tan joven — dijo Alice.
—¿Por qué? — pregunté —Quizás se casa porque esta realmente enamorada.
—Oigan, tenemos una Sr Webber aquí ¿Será la misma? — cuando Emmet acabó de hacer la pregunta todos se quedaron callados, no se había dado cuento de eso.
—Puede que Alice tenga razón y esto pasara en el futuro no Carlisle? — preguntó Jasper.
—O puede ser una coincidencia de todos modos seguiremos leyendo.
Sus ojos me perforaban, así que me encogí, preguntándome por qué no bajaba la vista o al menos se cortaba un poco. Que yo supiera, todavía se consideraba grosero que alguien te clavara la mirada, ¿no? ¿Acaso eso no se me aplicaba a mí también? Entonces recordé que mis cristales eran tintados y de un color tan oscuro que probablemente no tenía ni idea de la identidad del conductor, ni siquiera de que la había pillado en pleno cotilleo.
—¿Cuál será el coche? Suena extravagante — murmuró Rose.
Intenté extraer algo de consuelo del hecho de que ella realmente no me estaba mirando a mí,sino al coche. Mi coche. Suspiré.
—Parece que no le agrada su coche, Rose — Emmet se río de su esposa.
—Esta chica es muy rara. — Dijo Rose pensando en su preciado coche aparcado en el garaje de los Cullens.
Dirigí la vista hacia la izquierda y gemí. Dos peatones se habían quedado pasmados en la acera, perdiendo la oportunidad de cruzar por quedarse a mirar.
—Sueno como un coche de lujo, me pregunto por qué no le gusta...umh — dijo Rose
Detrás de ellos, el señor Marshall parecía observar embobado a través de los vidrios del escaparate de su pequeña tienda de regalos.
Edward frunció el ceño, tenía un sensación extraña — Esto es muy extraño — dije a lo todo el mundo me miró — Quiero decir los sucesos de este libro parece que suceden en Forks dentro de unos años.
Alice rodó los ojos — Eso es lo que yo dije desde un principio. Carlisle por favor prosigue.
Aunque no había apretado la nariz contra los cristales. Al menos, todavía no. Pisé a fondo el acelerador en cuanto la luz se puso en verde, pero lo hice sin pensar, con la fuerza habitual para poner en marcha mi viejo Chevy
—¡Oh dios mio! Tenía. Un. Chevy ¿Que pasaba por la cabeza de esta chica entonces? — exclamó Rose
El motor rugió como una pantera en plena caza y el vehículo dio un salto hacia delante tanrápido que mi cuerpo se quedó aplastado contra el asiento de cuero negro y el estómago se meapretujó contra la columna vertebral.
—¡Agg! —di un grito ahogado mientras tanteaba con el pie a la búsqueda del freno. No perdí lacalma y me limité a rozar el pedal, pero de todas formas el coche se quedó clavado en el suelo,totalmente inmóvil.
No pude evitar el echar una ojeada alrededor para ver la reacción de la gente. Si antes habían tenido alguna duda de quién conducía este coche, ya se había disipado.
—La han reconocido — río Emmet —Debe de ser muy torpe.
—Emmet no te burles de la chica — regaño Esme.
Yo asentí — Parece que no esta muy acostumbrada a este tipo de coche.
Con la punta del zapato presioné cuidadosamente el acelerador, apenas medio milímetro, y el vehículo salió disparado de nuevo.
Me las apañé de mala manera para llegar hasta mi objetivo, la gasolinera. Si no hubiera tenido la cabeza en otra cosa, no se me habría ocurrido aparecer por la ciudad en absoluto.
—¿Por qué? — pregunté confundido a lo que mi familia no tenían respuestas.
Había pasado todos los días de atrás sin un montón de cosas, como pan de molde o cordones para los zapatos,con el fin de no mostrarme en público.
A la hora de echar gasolina me moví tan deprisa como si estuviera en una carrera de coches:abrí la portilla, desenrosqué el tapón, pasé la tarjeta e introduje la manguera del surtidor en la boca del depósito en cuestión de segundos. Ahora bien, nada podía hacer para que los números del indicador se marcaran con mayor rapidez. Avanzaban con lentitud, como si lo hicieran aposta para fastidiarme.
—Eso pasa cuando quieres pasar el menor de tiempo posible en un lugar, crees que todo va en tu contra. — dijo Jasper
—No entiendo a esta chica ¿Le tendrá miedo a la calle? — reflexionó Alice — Espero que no, quisiera ir de compras con ella una vez la conozca —sonrió.
—Alice no podemos relacionarnos con ella. — dijo Rose a lo que Alice bufó
No había mucha luz al aire libre, porque era uno de esos días típicos en Forks, Washington.
—¿Esto lo confirma no Calisle? — pregunté.
—Pues si, estos libros han llegado a nosotros por algo.
—¿Que haremos Carlisle? — Esme se levantó de donde estaba sentada y fue apoyar a su esposo.
Carlisle suspiró — Seguiremos leyendo y veremos cuando la decisión que tomamos después de leer el libro.
pero me sentía como si tuviera un reflector enfocado en mí, centrado sobre todo en el delicado anillo de mi mano izquierda.
Esme se sentó al lado de Carlisle con una sonrisa en la boca , palabras como amor o matrimonio la ponían intensamente feliz.
—¿Cómo sería el anillo? — preguntó Alice con una sonrisa en la boca.
En momentos así, cuando notaba ojos ajenos clavados en mi espalda, me parecía que el anillo latía como si fuera un anuncio de neón que dijera: «Mírame,mírame»
—¿Por que piensa así acerca del matrimonio?¿Acaso no se quiere casar? — dijo Esme preocupada.
Era estúpido estar tan pendiente de uno mismo, y yo lo sabía. Aparte de mi madre y mi padre,¿realmente importaba lo que la gente dijera sobre mi compromiso? ¿O sobre mi coche nuevo?¿O respecto a que me hubieran aceptado tan misteriosamente en una universidad tan reputada?¿O incluso sobre la pequeña y brillante tarjeta de crédito negra que sentía arder al rojo vivo en el bolsillo trasero de mis vaqueros?
Todo el mundo en la sala se empezaron a ver alarmados, esta chica sonaba extrañamente similar a ellos. Jasper tuvo que usar su don para que la tensión en la sala se rebajara, pero esto asustaba, misteriosamente un libro cae en nuestras manos hablándonos de esta chica, algo no encajaba en la ecuación.
—Eso es, a nadie le importa lo que piensen —mascullé.
—Eh, señorita... —me interrumpió una voz masculina.
Me volví, y entonces deseé no haberlo hecho.
Dos hombres permanecían de pie al lado de un lujoso todo terreno que portaba dos kayaks de última moda en lo alto del techo. Ninguno de los dos me miraba, sino que tenían los ojos clavados en el vehículo.
Personalmente, lo cierto es que no lo entiendo. Más bien soy de la clase de personas que se enorgullecen con ser capaces de distinguir entre los símbolos de Toyota, Ford y Chevy.
El automóvil era de un reluciente color negro, esbelto, y en verdad bonito, pero para mí, no era nada más que un auto.
Rose y yo estábamos indignados por esto ¿No podía reconocer el arte de un coche?
—Siento molestarla, pero ¿podría decirme qué clase de coche es el que conduce? —me dijo el hombre alto.
—Bueno, es un Mercedes, ¿no?
Rose parecía todavía mas indignada, no decía ni la marca, el año...¡Uhm!
—Sí —repuso el hombre educadamente, mientras su amigo de menor altura ponía los ojos en blanco como reacción a mi respuesta—. Eso ya lo sé, pero me preguntaba si no estaría usted conduciendo... un Mercedes Guardian —pronunció el nombre con un respeto casi reverencial.
—¡Un Mercerdes Guardian! Ni siquiera esta en le mercado Wow! — Rose se había levantado de la emoción.
—Rosie tranquila cariño , no te exaltes — río Emmet
Rose entrecerró los ojos y dijo — ¿Te estás burlando de mí, Emmet?
—¿Como crees, cariño?
—Carlisle sigue con la lectura —interrumpió Alice
Tuve la sensación de que ese tipo se llevaría bien con Edward Cullen
Todo el mundo contuvo el aliento y se miraron en estado se shock y muy alarmados
—Definitivamente este libro es de nosotros — dijo Jasper preocupado
—¿Como puede ser posible? ¿De que conoce esta chica a Edward? — preguntó Rose confundida.
—Estos libros son del futuro y todo puede ser posible.
Por otro lado yo estaba confundido no sabía ni que decir, pero lo mejor era seguir leyendo y eso mismo dije — Carlisle es mejor seguir leyendo para averiguarlo todo.
—Yo tengo una ligera idea de que puede ser. — Edward miró a Alice pero ésta lo evitó.
mi... mi novio
Rose se levantó exaltada a la par de furiosa — No puede ser , esto... esto es simplemente imposible.
Todos se quedaron a mí sin decir nada, realmente sorprendidos por la noticia, Esme fue la primera en levantarse y acercarse a mí, puso sus manos en mis mejillas.
—Edward, te vas a casar — la miré a los ojos saliendo de mi letargo, si ahora mismo Esme fuera humana tendría lágrimas corriendo por sus mejillas — Estoy muy orgullosa de ti, por fin has encontrado a tu otra mitad — Esme miró a Carlisle que se había levantado también — Tenía razón Carlisle este libro trata de nosotros , Edward se va a casar.
—Mamá yo...
—Yo lo sabía , es por eso que el libro esta en nuestras manos — Alice se acercó a mí — Estoy tan feliz por tí Edward te lo mereces...Estoy deseando conocerla.
Y ahí fue cuando finalmente entendí que había encontrado a mi pareja, me sentí feliz, y emocionado, no sabía que pensar pero quería conocerla, si mi auto yo había decidido casarse es porque realmente la amaba, no cabía en mi más felicidad quería que Carlisle siguiera leyendo quería saber todo de ella, sus gustos, aficiones….no sabía ni su nombre.
—Carlisle...
—Hijo —sonrió y me abrazó — Me alegro que hayas encontrado la felicidad , por alguna casualidad de la vida este libro ha caído en nosotros ...— Emmet interumpió lo que Carlisle iba a decir
—Eddie no puedo creer que por primera vez te hayas fijado en una mujer — río —y ¡Te vayas a casar! Me alegro por tí, hermano — se acercó un poco más y me dijo — Por Rosie no te preocupes esta un poco asustada que sea humana pero se que se alegra, en le fondo te quiere, eres su hermano.
En ese momento miré a mi familia delante de mí y les sonreí sin saber que decir.
—Gracias no sé que decir, quisiera conocerla ...— sonreí me había quedado sin palabras
—Sabes que nos alegramos Edward, perdona si no te lo digo pero no puedo lidiar con tantas emociones a la vez — Jasper sonrío
—Carlisle vamos a seguir leyendo — chilló Alice impaciente
Al pasar a sentarnos Rosalie me sonrío, sabía que la noticia no la había tomado bien pero trataría de tolerarlo, y con eso todos nos sentamos a seguir leyendo, y a para mí, averiguar todo de mi futura esposa.
ya que no tenía sentido eludir la palabra teniendo en cuenta los pocos días que quedaban para la boda.
En esto Esme miró a Carlisle y sonrió brillantemente.
—Sólo espero que yo haya planificado los preparativos de la boda...
Pero yo no escuchaba a nadie, estaba en mi propio mundo imaginándomela, ¿Cómo sería?¿Cómo nos habríamos conocido?...
—Se supone que ni siquiera están aún disponibles en Europa —continuó el hombre—, sino sólo aquí.
—Conociendo a Edward eso no es ningún impedimento — río a carcajadas Emmet.
Edward lo fulminó con la mirada pero tenía que reconocer que tenía razón.
Entretanto, el desconocido recorría lentamente los contornos de mi coche con los ojos, unas líneas que a mí, la verdad, no me parecían tan diferentes a las de otros Mercedes tipo Sedan. Pero claro, en realidad, yo tampoco tenía mucha idea, porque mi mente ya tenía bastante con cavilar sobre palabras como «novio», «boda», «marido» y demás.
En esto todo el mundo sonrió, incluso Rosalie que le costaba un poco entenderlo, a decir verdad no comprendía nada pero a pesar de eso sonrió
Simplemente es que no las podía meter todas juntas en mi cabeza. Por un lado, me habían educado para que me estremeciera ante la mención de vestidos blancos voluminosos y ramos de flores;
—¿Por qué? — preguntó Esme.
pero más aún, me costaba mucho trabajo reconciliar un concepto soso, formal y respetable como «marido», con mi idea de Edward. Era como comparar un contable con un arcángel. No podía visualizarle en ningún papel tan normal y cotidiano. Como siempre, cada vez que empezaba a pensar en Edward me veía atrapada en una espiral vertiginosa de fantasías.
Emmet se río a carcajadas a lo que to lo fulminé con la mirada a decir verdad me sentía algo avergonzada era demasiado extraño que alguien pensara así de mi, todo mi existencia había estado sólo.
Jasper sonrió y me mandó oleadas de calma, Jasper aún se sentía extraño respecto a los humanos pero esta chica le parecía sumamente interesante, le sonreí por aquel pensamiento
El extraño tuvo que aclararse la garganta para captar mi atención, ya que estaba esperando todavía una respuesta en lo referente al modelo y al fabricante del coche.
—No lo sé —le contesté con toda honradez.
—¿Le importa que me haga una foto con él?
Me llevó al menos un segundo procesar eso.
—¿De verdad...? ¿De veras quiere sacarse una foto con el coche?
—Es un chico extraño —exclamó Esme
Rosalie se encogió de hombros, ella no haría eso pero seguramente haría algo, su fascinación por los coches era imparable
—Por supuesto, nadie va a creerme, salvo que lleve una prueba.
—Mmm, bueno, vale. Retiré rápidamente la manguera y me deslicé en el asiento delantero para esconderme mientras aquel fan sacaba de la mochila una enorme cámara de fotos de aspecto profesional.
Él y su amigo se turnaron para posar al lado del capó y después tomaron fotos de la parte trasera. Echo de menos mi coche, me lamenté para mis adentros.
—Pero ¿Por qué? —indagó Rose.
Todo el mundo se miraron confundidos y de pronto sentí una fuerza por defenderla que no sé de donde venía, era extraño.
Fue muy, pero que muy inconveniente, que mi viejo trasto exhalara su último aliento unas cuantas semanas después de que Edward y yo acordáramos nuestro extraño compromiso
Edward sonrió complacido, por sus palabras parecía que lo conocía muy bien.
—¿Extraño compromiso? — preguntó Esme
—Creo que se refiere a lo humano/vampiro ¿no? — respondió Alice.
Tan desigual, uno de cuyos detalles consistía en que podría reemplazar mi coche cuando dejara de funcionar de modo definitivo. Edward juraba que simplemente había pasado lo que tenía que pasar, que mi vehículo había gozado una vida larga, plena y que después había muerto por causas naturales. Eso al menos era lo que decía él.
Alice se echó a reír — ¿Alguien se lo cree?
—Me sorprendes, hermano ¿Que le has hecho a ese trasto? — dijo Emmet a lo que yo sonreí
Carlisle me miró y soltó una risita
Y claro, yo no tenía forma de verificar esa historia ni de resucitar mi coche de entre los muertos contando sólo con mis fuerzas, porque mi mecánico favorito...
Detuve en seco el pensamiento, impidiendo que llegara a su conclusión natural.
Todos nos miramos confusos en eso
En vez de eso,escuché las voces de los hombres en el exterior, amortiguadas por las paredes del automóvil.
—... pues en el vídeo de Internet iban hacia él con un lanzallamas y ni siquiera se chamuscaba la pintura.
—Claro que no. Puedes pasarle un tanque por encima a esta preciosidad. Este no ha pasado por el mercado, porque lo han diseñado sobre todo para diplomáticos de Oriente Medio, traficantes de armas y narcos.
La sala entera estalló en carcajadas y no pude evitar reírme, era evidente que la cuidaba mucho y no quería que nada le pasara.
—Oye ¿y tú crees que ésa es alguien? —preguntó el bajito en voz casi inaudible.
En la sala volvimos a reírnos todos, incluso Rosalie.
—Oye Edward, eres muy sobreprotector con ella — dijo Alice
—Eso parece — le sonreí
—Aunque todavía no os he visto juntos, siento que es perfecta para ti Edward — miré a mi madre emocionado — Carlisle, sigue
Yo agaché la cabeza con las mejillas encendidas
—¿Tiende mucho a sonrojarse o me lo parece a mi? — preguntó Emmet con una sonrisa.
—¡Es adorable¡ — exclamó Alice — Me encanta — sonrió
—¿Qué? —replicó el alto—. Quizá. Porque ya me contarás para qué quiere alguien de por aquí cristales a prueba de misiles y dos mil kilos de carrocería acorazada. Parece propio de sitios más peligrosos.
Carrocería acorazada. «Dos mil kilos» de carrocería acorazada. ¿Y cristales «a prueba de misiles»? Estupendo. ¿Qué tenían de malo los viejos cristales antibalas de toda la vida?Bueno, al menos esto tenía algún sentido... si es que gozas de un sentido del humor lo bastante retorcido.
Todo el mundo en la sala se echaron a reír cuando Carlisle acabó de leer.
—Supongo que se refiere a mi ¿no? —dijo Emmet entre risas.
Y no es que yo no hubiera esperado que Edward sacara ventaja de nuestro trato, para quepudiera dar más, mucho más de lo que iba a recibir.
— Edward te conoce bastante bien — me dijo Alice a lo que yo sólo le sonreí
Yo estuve de acuerdo en dejarle reemplazar mi coche cuando fuera necesario, aunque desde luego no esperaba que ese momento llegara tan pronto. Cuando me vi forzada a admitir que el vehículo no se había convertido más que en un tributo a los Chevys clásicos en forma de bodegón automovilístico pegado a mi bordillo, me di cuenta de que el cambio me iba a avergonzar a base de bien, convirtiéndome en el foco de miradas y susurros. Pero ni en mis más oscuras premoniciones hubiera concebido que fuera a buscarme dos coches.
—¿Dos coches?, espero que sea un deportivo porque bueno un Mercedes Guardian es bonito, elegante pero nada comparado con un deportivo …. — reflexionó Rose
Me puse hecha una fiera cuando me explicó lo del coche «de antes» y el de «después».Este no era más que el «de antes». Me contó que sólo lo tenía en préstamo y me prometió que lo devolvería después de la boda, lo cual carecía de todo sentido para mí. Al menos hasta ese momento
—No le gustan los lujos ¿no?— interrogó Esme
—Pues parece que no, es una persona desinteresada — sonreí para mis adentros
—Pues se tendrá que acostumbrar, si va a ser parte de nuestra familia — dijo Alice
Ja, ja. Aparentemente, necesitaba un coche con la resistencia de un tanque para mantenerme a salvo debido a mi fragilidad, pues era humana y propensa a los accidentes, a la vez que una víctima muy frecuente de mi propia y peligrosa mala suerte.
—¿Que quiere decir eso? — pregunté alarmado ya ahora que me acordaba del prefacio donde había pasado muy cerca de la muerte.
—Pues que es muy patosa — dijo Emmet con una sonrisa.
Qué risa. Estaba segura de que tanto él como sus hermanos habían disfrutado bien de la broma a mis espaldas.
—Como me conoces — dijo Emmet a la vez que se echaba a reír y yo no pude esconder mi sonrisa
O quizás, solo quizás, susurró una voz bajita en mi cabeza, no es ninguna broma, tonta. Tal vez es que realmente está muy preocupado por ti. No es ésta la primera vez que se pasa lo suyo sobreprotegiéndote.
Suspiré
—Umm
—¿Qué? — le pregunté a Jasper
—No nada solo pensaba — Jasper pensaba los mismo que yo que esta chica había tenido muchas oportunidades cerca de la muerte.
Aún no había visto el coche de «después». Permanecía escondido bajo una lona en la esquina más lejana del garaje de los Cullen. Sabía que la mayor parte de las personas ya le habrían echado una buena ojeada, pero la verdad es que yo no quería saber nada.
—Seguro que una de esas personas eres tu, bebe — dijo Emmet a su esposa
—¿Tu crees?, ¿crees que me llevo bien con ella? — preguntó Rose sorprendida
—Creo que la relación que tiene con Edward es de hace tiempo y estamos acostumbrados a ella — dijo mi padre y yo asentí, eso era la sensación que tenía.
Lo más probable era que no tuviera una carrocería acorazada, puesto que no iba a necesitarla después de la luna de miel. Uno de los extras que me hacían más ilusión de mi transformación era precisamente la casi completa indestructibilidad. La parte más interesante de convertirse en un Cullen no eran los coches caros ni las impresionantes tarjetas de crédito.
—¿La vas a convertir? — me preguntó Rose
—No, eso no es posible, no puede ser, yo nunca condenaría a alguien a esta vida y más si ese alguien es el amor de mi existencia. — dije negando con la cabeza
—Como he dicho antes, Edward, esta relación tiene que ser muy fuerte para que tu hayas dejado a un lado tus prejuicios.— dijo Carlisle
—Es lo más coherente, Edward, te vas a casar con ella, vivirás con ella por toda la eternidad. — expresó Jasper
—A mi me encanta esa decisión, Esme, seremos unas más en la familia. — le dijo Alice a mi madre a lo que ésta le sonrió brillantemente
—Y tendré una nueva hermanita — dijo Emmet a lo que yo todavía no podía creer ¿Qué pasaba por la cabeza de mi auto yo?
—Yo no estoy de acuerdo, Edward, la vas a condenar, no podrá tener hijos y...y tu sabes que eso...— Dijo Rose pero yo la corté.
—Ni yo mismo lo sé Rose, no sé como piensa mi yo en el libro. — dije confundido
—¡Eh! —me llamó la atención el hombre alto, curvando las manos y asomándose por ellas en unintento de ver algo a través de los cristales—. Ya hemos terminado. ¡Muchas gracias!
—De nada —respondí y después me puse en tensión cuando encendí el motor y pisé el pedal con la mayor suavidad posible...
Daba igual cuántas veces condujera hacia mi casa por aquella calle tan familiar; no podía hacer que los carteles deslucidos por la lluvia se fundieran con el fondo. Estaban sujetos con abrazaderas a los postes telefónicos y pegados con celo a las señales de tráfico, y cada uno era como una bofetada.
—¿Por qué? — pregunté confundido
Mi familia se encogió de hombros, no tenían ni idea.
Y una muy merecida, además, en plena cara. Mi mente se centró de nuevo en el pensamiento que acababa de interrumpir poco antes, porque no podía evitarlo cuando pasaba por esta calle. No al menos con las imágenes de mi mecánico favorito pasando a mi lado a intervalos regulares. Mi mejor amigo. Mi Jacob.
—Su mejor amigo — dije
—¿No os suena el nombre de algo?— preguntó Carlisle.
—Lo que es extraño es que haya carteles por la calles de él ¿Qué habrá hecho? — preguntó Emmet y se echó a reír.
Los carteles rezaban: «¿Han visto a este chico?»
—Ha desaparecido, pobre chico — dijo Esme preocupada
La idea no era del padre de Jacob, sino una iniciativa del mío, Charlie,
—Mira Eddie ya sabes el nombre de tu suegro — río a carcajadas Emmet
Yo lo fulminé con la mirada.
—Umh ...me pregunto si él...
—Carlisle...ejem — interrumpió Alice a mi padre, quien sonrió tímidamente
que había hecho imprimir los anuncios y los había desplegado por toda la ciudad; y no sólo por Forks, sino también en Port Angeles, Sequim, Aberdeen y cualquier otra ciudad de la península Olympic.
—Pobre familia — dijo Esme
Se había asegurado de que todas las comisarías del estado de Washington tuvieran también uno de esos carteles colgado en la pared. Su propia comisaría contaba con todo un panel de corcho dedicado a la búsqueda de Jacob. Generalmente solía estar casi vacío, para su disgusto y frustración.
—Vaya, vaya, es la hija del mismísimo jefe de policía — río Emmet
—¿Te quiere callar, Emmet? — le gruñí
—Todavía la hija no está aquí en Forks — dijo Jasper — Supongo que vive con su madre.
Esme frunció el ceño al saber que sus padres estaban separados y ya podía imaginarme por donde iban sus pensamientos, Esme siempre era tan compasiva...
Aunque mi padre se sentía disgustado por algo más que la ausencia de noticias. Estaba enfadado con Billy, el padre de Jacob y el mejor amigo de Charlie
Carlisle dejó de leer y dijo en voz alta el pensamiento que tenía en mente
—¿Billy? ¿Billy Black?¿El de la Push? — Carlisle frunció el ceño y todos en la sala nos tensamos.
—Esperemos que sólo sea una coincidencia — dijo Jasper preocupado.
Porque Billy no había querido implicarse en la búsqueda de su «fugitivo» de dieciséis años, ni había colaborado poniendo carteles en La Push, la reserva de la costa donde había vivido Jacob
Ante esto todos nos miramos preocupados
Y por su aparente resignación ante la desaparición, como si no hubiera nada que pudiera hacer,y su cantinela: «Jacob ya está crecidito. Regresará a casa cuando quiera».
También estaba frustrado conmigo por haberme puesto de parte de Billy.
Yo tampoco era partidaria de los anuncios, ya que tanto Billy como yo conocíamos, por así decirlo, el paradero de Jacob; y también sabíamos que nadie iba a ver a ese «chico»
—Esto no me gusta — dije preocupado — ¿Significa que sabe sobre los hombres lobos?
Carlisle me miró preocupado y siguió leyendo a la vez que noté que Jasper mandaba olas de calma
Me alegraba que Edward se hubiera marchado de caza ese sábado
Yo ante esto sonreí cuando la escuchaba hablar de mí se me borraban todos los problemas de la cabeza.
—Así que estás de caza — dijo Rose — Es evidente y esto los confirma que sabe nuestro secreto, ¡Estás poniendo en peligro nuestra familia!
Carlisle se levantó y se acercó a Rose
—Rose, se va casar con Edward, va a formar parte de nuestra familia y pronto será uno de nosotros — ante esa afirmación yo fruncí el ceño — Se que es difícil para ti pero tienes que acostumbrarte — yo asentí y miré Rose que suspiró y sintió con la cabeza., pero sin aceptarlo.
porque ante la visión de esos carteles se me formaba un nudo enorme en la garganta y los ojos me escocían, llenos de lágrimas punzantes, y también él se sentía fatal al verme reaccionar de ese modo.
Ante el dolor de ella, de pronto sentí una punzada en el estómago, no me gustaba verla sufrir y me sorprendí por este hecho.
Ahora bien, el sábado también tenía ciertos inconvenientes y vi uno de ellos nada más girar lenta y cuidadosamente hacia mi calle. El coche patrulla de mi padre estaba aparcado a la entrada de nuestra casa. Hoy había pasado de ir de pesca. Todavía andaría enfurruñado con lo de la boda.
—¿No le gusta la idea de la boda? — dijo Esme confundida.
—Piensa igual que su hija —sonrió Jasper
—Yo todavía no puedo creer que la hija de Charlie al que todos conocemos sea parte de nuestra familia — dijo Emmet alucinado.
Yo rodé los ojos, Emmet nunca cambiaría
Así que no podía usar el teléfono allí dentro, pero tenía que llamar.
—¿A quién? — pregunté
—¿Celoso? — dijo Emmet y yo rodé los ojos.
Aparqué junto al bordillo, detrás de la «escultura» del Chevy, y saqué de la guantera el móvil que me había dado Edward para las emergencias. Marqué, manteniendo el dedo en el botón de«colgar» mientras el teléfono sonaba. Sólo por si acaso.
—¿Hola? —contestó Seth Clearwater y yo suspiré aliviada, porque era demasiado gallina para hablar con su hermana mayor, Leah. La frase «te voy a arrancar la cabeza» no era una simple metáfora cuando la pronunciaba ella.
—Hola, Seth, soy Bella.
—¡Por fin sabemos su nombre!
—Bella — dije suavemente emocionado
—Es un nombre precioso — dijo mi madre sonriéndome
—Bella Swan — repetí
—O Bella Cullen — dijo Carslisle sonriendo y algo en mi muerto corazón saltó
—¡Ah, hola, Bella! ¿Cómo estás?
Medio asfixiada. Desesperada por sentirme más segura.
—Bien.
—¿Llamas para saber las últimas noticias?
—Pareces un psíquico...
—Qué va, yo no soy Alice
—¡Ah! ¡Me conoce! — Alice se levantó cantando y bailando y yo miré a Carlisle sorprendido
—Esto es preocupante, Carlisle ¿Cómo es que los lobos conocen a Alice? — dijo Jasper siempre preocupado por Alice.
—Parece que tenemos buena relación con este chico , no lo sé Jasper, yo también estoy sorprendido — dijo Carlisle.
—A mi lo que me preocupa es por qué Bella se relaciona con hombre lobos — dije yo y Rose me apoyo
—¿Que tiene que hacer con los estúpidos chuchos?
—Seguiremos leyendo — terminó Carlisle suspirando
Es que tú eres bastante predecible —se burló él. Entre los miembros de la manada de los quileute en La Push, sólo Seth se sentía cómodo al mencionar a los Cullen por sus nombres, y era el único también que hacía bromas con cosas como mi futura cuñada,casi omnisciente.
Carlisle dejo de leer con una sonrisa — Parece que con el transcurso de los años nuestra relación con los hombres lobo es mejor, eso es una buena noticia.
—¿A quién le importa eso, Carlisle? Me ha nombrado, ¡Bella me ha dicho cuñada! Eso quiere decir que me debe conocer muy bien.
Yo rodé los ojos y Jasper le mandó ondas de calma a su esposa
—Pero es cierto parece que este chico se lleva bien con nosotros — dijo Jasper mirando a su esposa
—Sé que lo soy —dudé durante un segundo—. ¿Qué tal está?
Seth suspiró.
—Igual que siempre. Se niega a hablar, aunque sabemos que nos oye. Procura no pensar deforma humana, ya sabes, y se limita a seguir sus instintos.
—¿Conocéis su paradero actual?
—Anda en algún lugar del norte de Canadá, no sabría decirte la provincia. No presta mucha atención a las fronteras entre los estados.
—¿Alguna pista de si... ?
—No va a volver a casa, Bella. Lo siento.
Tragué saliva.
—Vale, Seth. Lo sabía antes de preguntar, pero es que no puedo evitar el desearlo.—
Ya, claro. Todos nos sentimos igual.
—Gracias por no perder el contacto conmigo, Seth. Ya sé que los otros se van a poner pesados contigo.
—No es que sean tus mayores fans, no —acordó conmigo entre risas—. Una tontería, creo. Jacob hizo sus elecciones y tú las tuyas; además, a él no le gusta la actitud que tienen al respecto. Ahora, que tampoco es que le emocione mucho que quieras saber de él, claro.
Yo tragué aire precipitadamente
—¿Que significa eso de sus propias elecciones? — pregunté pero todos se encogieron de hombros
—Pero ¿no has dicho que no habíais hablado?
—Es que no nos puede esconder todo, por mucho que lo intente.
Así que Jacob era consciente de mi preocupación.
No sabía quien era este Jacob, bueno si sabía era el mejor amigo de Bella y hombre lobo pero no me gustaba que Bella se preocupara de él, no quería verla inquieta, a parte de que esa relación me daba mala espina
Dudaba sobre qué debía sentir al respecto. Bueno, al menos él sabía que yo no había saltado hacia el crepúsculo olvidándole por completo. Probablemente, me habría creído capaz de eso.
—Espero verte el día... de la boda —le comenté, forzando la palabra entre mis dientes
—¡¿QUÉ? — Rose se levantó espantada — Ha invitado a los chuchos a la boda, pero...
—Ahora nos llevamos bien con ellos, además son amigos de Bella —dijo Carlisle pacientemente
—Todavía no puedo entenderlo — dijo Rose sentándose un poco menos osfuscada
—Ah, claro, mamá y yo iremos. Ha sido muy guay por tu parte pedírnoslo. El entusiasmo de su voz me hizo sonreír. Aunque invitar a los Clearwater había sido idea de Edward
Carlisle me miró con una ceja alzada y yo me encogí de hombros sorprendido
me alegraba mucho de que se le hubiera ocurrido. Sería estupendo tener allí a Seth,una conexión, aunque fuera muy tenue, con el hombre ausente que debía haber sido mi padrino.
No será lo mismo sin ti, pensé.
—Saluda a Edward de mi parte, ¿vale?—Seguro.
—Parece que es tu amigo Edward — dijo Jasper
Asentí confundido.
—Es un poco raro ¿no? ¿Qué pudo haber pasado para que...? — Alice no terminó ya que Carlisle empezó a leer de nuevo fanscinado por esta nueva revelación con respecto a las relaciones con los hombres lobos
Sacudí la cabeza. La amistad que había surgido entre Seth y Edward era algo que todavía me dejaba con la boca abierta, sin embargo era la prueba de que las cosas no tenían por qué ser como eran. Los vampiros y los licántropos podrían convivir sin problemas si se lo propusieran de verdad.
Pero esta idea no le gustaba a nadie
—Por supuesto que no ¡Qué idea más absurda! — dijo furiosa Rose
—Tranquila, bebe —dijo Emmet abrazándola
—Pues a mi me encanta la idea, me parece muy interesante, me preguntó cómo...
Alice carraspeó cortando a Carlisle
Por otro lado yo estaba sorprendido por tener una amistad con un hombre lobo, pero Seth sonaba muy buena persona, sonreí
—Ah —dijo Seth, con la voz una octava más alta—, esto, Leah acaba de llegar.
—¡Oh! ¡Adiós!La línea se cortó. Dejé el teléfono en el asiento y me preparé mentalmente para entrar en la casa,donde Charlie me estaría esperando.
Mi pobre padre tenía mucho con lo que bregar en esos momentos. Jacob «el fugitivo» no era nada más que una de las gotas que casi colmaban su vaso. También estaba preocupado por mí,su hija, apenas mayor de edad y dispuesta a convertirse en una señora casada en apenas unos días.
—Apenas mayor de edad — Tiene tan sólo dieciocho años — Ese pensamiento me puso furioso todavía no entendía porque la iba a sacrificar así.
—Edward se lo que estás pensando y de ya te dijo que pares — me dijo Alice
Caminé con paso lento bajo la llovizna, recordando la noche en que se lo dije...
—¡Dios mio! Vamos a revivir cuando Bella se lo dijo a su padre, me preguntó si estarías delante — dijo Emmet emocionado y a decir verdad yo también lo estaba estaba ansioso por saber como era mi relación con Bella.
Esme sonrió intensamente y Alice aplaudió.
Cuando el sonido del coche patrulla de Charlie anunció su regreso, el anillo empezó a pesar de repente unos cincuenta kilos en mi dedo. Habría deseado ocultar la mano izquierda en un bolsillo, o quizá sentarme encima de ella, pero la mano fría de Edward mantenía firmemente cogida la mía justo por delante de los dos.
—¿Sera el anillo de Elizabeth, Edward? — preguntó Esme emocionada.
—Deja ya de retorcer los dedos, Bella. Por favor, intenta recordar que no vas a confesar un asesinato.
—Qué fácil es decirlo para ti.
Atendí a los sonidos ominosos de las botas de mi padre pisando con fuerza en la entrada de la casa. La llave repiqueteó en la puerta que ya estaba abierta. El sonido me recordó aquella parte de las películas de miedo en la que la víctima se acuerda de pronto de que ha olvidado echar el cerrojo
La sala entera se echó a reír, Bella era realmente muy dramática.
—Tranquilízate, Bella —susurró Edward, escuchando cómo se me aceleraba el corazón.
La puerta golpeó contra el batiente, y me encogí como si me hubieran dado una descarga eléctrica.
—Hola, Charlie —saludó Edward, completamente relajado.
—¡No! —protesté en voz baja.
—¿Qué? —replicó Edward con un hilo de voz
—¡Espera hasta que cuelgue la pistola!
Emmet se rió estruendosamente
—Eso no sería buena idea, Edward no sentiría nada —dijo Alice riendo entre dientes
Los demás en la sala tenía una sonrisa en el rostro igualmente.
Edward se echó a reír y se pasó la mano libre entre los alborotados cabellos del color del bronce. Mi padre dio la vuelta a la esquina, todavía con el uniforme puesto, aún armado, e intentó no poner mala cara cuando nos vio sentados juntos en el sofá. Últimamente estaba haciendo grandes esfuerzos para que Edward le gustara más. Claro, la revelación que estábamos a punto de hacerle seguro que iba a acabar con esos esfuerzos de forma inmediata.
—Parece que no le caes bien a tu suegro Eddie —dijo Emmet con rintintin
Edward gruñó pero se miró preocupado
—Hola, chicos. ¿Qué hay?
—Queríamos hablar contigo —comenzó Edward, muy sereno—. Tenemos buenas noticias.
La expresión de Charlie cambió en un segundo desde la amabilidad forzada a la negra sospecha.
—¿Buenas noticias? —gruñó Charlie, mirándome a mí directamente.
—Más vale que te sientes, papá.
Él alzó una ceja y me observó con fijeza durante cinco segundos. Después se sentó haciendo ruido justo al borde del asiento abatible, con la espalda tiesa como una escoba.
—No te agobies, papá —le dije después de un momento de tenso silencio—. Todo va bien.
Edward hizo una mueca, y supe que tenía algunas objeciones a la palabra «bien».
Él probablemente habría usado algo más parecido a «maravilloso», «perfecto» o «glorioso».
Ante eso Esme sonrió tiernamente y yo hice lo propio a parte de que me encantaba ver mis interacciones con ella.
—Por supuesto Edward siempre tan romántico — dijo Rose y Alice la fulminó con la mirada
—Seguro que sí, Bella, seguro que sí. Pero si todo es tan estupendo, entonces, ¿por qué estás sudando la gota gorda?
—No estoy sudando —le mentí.
Me eché hacia atrás ante aquel fiero ceño fruncido, pegándome a Edward, y de forma instintiva me pasé el dorso de la mano derecha por la frente para eliminar la evidencia.
—¡Estás embarazada! —explotó Charlie—. Estás embarazada, ¿a que sí?
Rosalie parecía un poco ida cuando Carlisle dijo esa frase, estaba mirando por ventana de la sala y todos sabíamos el porqué, para ella era muy difícil hablar de este tema, ya este era su deseo, Rose deseaba poder tener hijos y ser madre.
—Rose, bebe, tranquila — Emmet abrazó a su esposa dulcemente e instó a Carlisle a que siguiera leyendo
Aunque la afirmación iba claramente dirigida a mí, ahora miraba con verdadera hostilidad a Edward, y habría jurado que vi su mano deslizarse hacia la pistola.
—¡No! ¡Claro que no!
Me entraron ganas de darle un codazo a Edward en las costillas, pero sabía que eso tan sólo me serviría para hacerme un cardenal. ¡Ya le había dicho que la gente llegaría de manera inmediata a esa conclusión! ¿Qué otra razón podría tener una persona cuerda para casarse a los dieciocho? Su respuesta de entonces me había hecho poner los ojos en blanco. «Amor». Qué bien.
—Por supuesto que sí — dije con una sonrisa y los demás en la sala se echaron a reír tan sólo Carlisle, Esme y Rose que todavía seguía un poco nostálgica se quedaron con una tímida sonrisa
La cara de pocos amigos de Charlie se relajó un poco. Siempre había quedado bien claro en mi cara cuándo decía la verdad y cuándo no, por lo que en ese momento me creyó.
—Ah, vale.
—Acepto tus disculpas.
Se hizo una pausa larga. Después de un momento, me di cuenta de que todos esperaban que yo dijera algo. Alcé la mirada hacia Edward, paralizada por el pánico, pues no había forma de que me salieran las palabras.
Él me sonrió, después cuadró los hombros y se volvió hacia mi padre.
—Charlie, me doy cuenta de que no he hecho esto de la manera apropiada. Según la tradición,tendría que haber hablado antes contigo. No deseo que esto sea una falta de respeto, pero cuando Bella me dijo que sí, no quise disminuir el valor de su elección; así que en vez de pedirte su mano, te solicito tu bendición. Nos vamos a casar, Charlie. La amo más que a nada en el mundo, más que a mi propia vida, y, por algún extraño milagro, ella también me ama a mí del mismo modo. ¿Nos darás tu bendición?
Estaba pletórico aunque ya tenía una idea de la inmensidad de mis sentimientos por Bella escucharlo desde mi propio yo me llenaban de felicidad, era feliz y estaba enamorado y me iba a casar, no tenía palabras para definir lo que estaba sintiendo, miré a Jasper y me sonrió, él sabía exactamente lo que estaba sintiendo.
—Edward...aunque ya te lo he dicho, estoy muy orgullosa de tí y ya estoy deseando conocer a Bella para que ya nuestra familia este al completo — dijo mi madre
Alice se levantó y se sentó a mi lado — ¡Estoy tan emocionada Edward !, Carlisle sigue leyendo por favor.
Y con eso y las sonrisas de toda mi familia Carlisle cogió el libro.
Sonaba tan seguro, tan tranquilo. Durante sólo un instante, al escuchar la absoluta confianza que destilaba su voz, experimenté una extraña intuición. Pude ver, aunque fuera de forma muy fugaz, el modo en que él comprendía el mundo. Durante el tiempo que dura un latido, todo encajó y adquirió sentido por completo.
Esme y Carlisle se miraron y sonrieron
Y entonces capté la expresión en el rostro de Charlie, cuyos ojos estaban ahora clavados en el anillo. Aguanté el aliento mientras su piel cambiaba de color, de su tono pálido natural al rojo, del rojo al púrpura, y del púrpura al azul. Comencé a levantarme, aunque no estaba segura de lo que planeaba hacer, quizá hacer uso de la maniobra de Heimlich para asegurarme de que no se ahogara, pero Edward me apretó la mano y murmuró «dale un minuto», en voz tan baja que sólo yo pude oírle.
—Edward a ver si se ahoga — dijo Esme preocupada
—Eso no sería bueno — río Emmet
El silencio se hizo mucho más largo esta vez. Entonces, de forma gradual, poco a poco, el color del rostro de Charlie volvió a la normalidad. Frunció los labios, y el ceño y reconocí esa expresión que ponía cuando se «hundía en sus pensamientos». Nos estudió a los dos durante un buen rato, y sentí que Edward se relajaba a mi lado.
—Diría que no me he sorprendido en absoluto —gruñó Charlie—. Sabía que me las tendría que ver con algo como esto antes de lo que pensaba.
Exhalé el aire que había contenido.
Esme sonrió orgullosa
—Vuestro amor es tan fuerte que ni su padre se sorprende por la boda.
—Me preguntó como os conocisteis, porque conociéndote no debió ser fácil involucrarte con un ser humano, y más estar tanto tiempo con ella sin sentir sed — dijo Jasper
No había pensado esa ¿Cómo lo soportaría cuando la conociera?
—¿Y tú estás segura? —me preguntó de forma exigente, mirándome con cara de pocos amigos.
—Estoy segura de Edward al cien por cien —le contesté sin dejar pasar ni un segundo.
Todo el mundo sonrío a esa palabras
—Entonces, ¿queréis casaros? ¿Por qué tanta prisa? —me miró, nuevamente con ojos suspicaces.
La prisa se debía al hecho de que yo me acercaba más a los diecinueve cada asqueroso día que pasaba, mientras que Edward se había quedado congelado en toda la perfección de sus diecisiete primaveras, y había permanecido así durante unos noventa años.
—¿Por eso quiere convertirse por tener unos años mas que Edward? — dijo Rose indignada — ¿Cómo puede querer destrozar su vida así? — me miró — ¿Y tú cómo lo permites?
—No lo sé yo nunca haría eso pero mi yo en el libro piensa de otra manera, no lo comprendo, —dije frustrado — No me gustaría condenarla a esta vida.
Aunque éste no era el motivo por el que yo necesitaba anotar la palabra «matrimonio» en mi diario, porque la boda se debía al delicado y enrevesado compromiso al que Edward y yo habíamos llegado para poder alcanzar el siguiente punto, el salto de mi transformación de mortal a inmortal
Yo negué con la cabeza
Pero había cosas que no le podía explicar a Charlie.
—Nos vamos a ir juntos a Dartmouth en otoño, Charlie —le recordó Edward—. Me gustaría hacer bien las cosas, bueno, hacerlas como es debido. Así es como me educaron —Edward se encogió de hombros.
No estaba exagerando, ya que había crecido con esa moral, ya pasada de moda, durante la Primera Guerra Mundial
Todo el mundo se echó a reír ante eso y yo sonreí tímidamente
—Pobre Bella se va a casar con un vejestorio — río Emmet
—¡Emmet no te burles de tu hermano! —regaño Esme a lo que sonreí y él rodó los ojos
Charlie torció la boca hacia un lado, buscando un modo de abordar la discusión. Pero ¿qué era lo que podía decir? ¿«Prefiero que vivas en pecado primero»? Era un padre y en ese punto estaba atado de pies y manos.
—Sabía que esto iba a pasar —masculló para sus adentros, frunciendo el ceño. Entonces, de repente, su rostro se transformó en una expresión perfectamente inexpresiva e indiferente.
—¿Papá? —pregunté con ansiedad. Le eché una ojeada a Edward, pero no le pude leer el rostro mientras él miraba a mi progenitor.
—¡Ja! —explotó Charlie y yo pegué un salto en mi asiento—, ¡ja, ja, ja!
—¿Por qué se ríe? — preguntó Emmet, todos estábamos igual de confundidos
Observé con incredulidad cómo mi padre se doblaba de risa, con el cuerpo sacudido por las carcajadas.
Miré a Edward para que me tradujera lo que pasaba, pero él tenía los labios apretados con firmeza, como si también estuviera conteniendo la risa
—¿Qué es tan gracioso? — volvió a preguntar Emmet mirándome
—No tengo ni idea — respondí confundido
—Vale, estupendo —replicó Charlie casi ahogado—, casaos —le dio otro ataque de carcajadas—. Sí, sí, pero...
—Pero ¿qué?
—Pues que se lo tendrás que contar tú a tu madre, y yo ¡no le pienso decir ni una palabra a Renée! ¡Es toda tuya!
Y volvió a estallar en estruendosas risotadas.
—Sigo igual de confundida — dijo Alice
Hice una pausa con la mano en el tirador de la puerta, sonriendo. Seguro que en aquel momento las palabras de Charlie me hicieron poner los pies en el suelo. La última maldición:contárselo a Renée. El matrimonio en la juventud ocupaba una posición muy alta en la listanegra de mi madre, figuraba antes incluso que el hervir cachorros vivos.
—Ahora esta todo más claro le tiene miedo a su madre —dijo Emmet
—Pero ¿Por qué? — dijo Esme
—Supongo que por su divorcio, las personas que han fracasado en sus matrimonios piensan así — dijo Carlisle
¿Quién podría haber previsto su respuesta? Yo no, y desde luego, Charlie tampoco. Quizás Alice, pero no se me había ocurrido preguntárselo
—Mal hecho — río Alice
—Bueno, Bella... —había dicho Renée después de que yo escupiera y tartamudeara las palabras imposibles: «Mamá, me caso con Edward» —. Estoy un poco molesta por lo que has tardado en contármelo. Los billetes de avión van a salirme mucho más caros. Oh —comenzó a preocuparse—. ¿Crees que le habrán quitado ya la escayola a Phil para ese momento? Va a quedar fatal en las fotos si no lleva esmoquin...
—Espera un segundo, mamá —repuse en un jadeo—. ¿Qué quieres decir con «haber tardado tanto»? Pero si nos hemos com... —era incapaz de echar fuera la palabra «comprometido»—, si hemos arreglado las cosas, ya sabes, hoy mismo.
—¿Hoy? ¿De verdad? Qué sorpresa. Yo pensaba...
—¿Qué es lo que habías pensado? ¿Cuándo lo pensaste?
—Bueno, ya parecía que estaba todo muy hecho y asentado cuando vinisteis a visitarme en abril,
—Fuimos a visitar a su madre en abril — repetí más para mí mismo que para los demás.
—¡Enhorabuena, Eddie ya conoces a la suegra!
—Las cosas parecen muy asentadas entre vosotros — dijo Esme maravillada
no sé si sabes a qué me refiero. No es que seas especialmente difícil de leer, corazón. No te había dicho ni una palabra porque sabía que no iba a servir para nada. Eres igualita que Charlie—ella suspiró, resignada—. Una vez que has tomado la decisión, no hay manera de razonar contigo, te apegas a ella
—Es igual de terca que tú — río Emmet y yo sonreí
Y entonces dijo la última cosa que jamás hubiera esperado escuchar de mi madre:
—No estás cometiendo un error, Bella. Da la impresión de que estás asustada tontamente, y adivino que es porque me tienes miedo a mí —soltó unas risitas—. O a lo que yo pueda pensar. Ya sé que te he dicho un montón de cosas sobre el matrimonio y la estupidez, y no es que las vaya a retirar, pero necesitas darte cuenta de que estas cosas se aplican específicamente a mí. Tú eres una persona muy diferente. Tú cometes tus propios errores y estoy segura de que tendrás tu propia ración de cosas que lamentar en la vida, pero la irresponsabilidad nunca ha sido tu problema, corazón. Tienes una gran oportunidad para hacer este trabajo mejor que la mayoría de las cuarentonas que conozco —Renée se echó a reír de nuevo—. Mi niñita de mentalidad tan madura. Afortunadamente, pareces haber encontrado un alma madura como la tuya
—Muy madura señora, Eddie tiene más de noventa años...¡Ay! Rose — Dijo Emmet mirando a su esposa que al igual que yo lo fulminaba con la mirada
—¿No te has vuelto... loca? ¿No piensas que cometo una equivocación monumental?
—Bueno, vale, habría preferido que esperaras unos años más. Quiero decir, ¿acaso te parezco tan mayor como para comportarme como una suegra? No me contestes a eso. Porque todo este asunto no tiene que ver conmigo, sino contigo. ¿Eres feliz?
—No lo sé. Me siento ahora mismo como si esto fuera una especie de experiencia extracorporal.
Renée volvió a soltar unas risitas.
—¿Él te hace feliz, Bella?
—Sí, pero...
—¿Acaso piensas que podrías querer a algún otro?
—No, pero.
Sonreí ante esa respuesta
—Pero ¿qué?
—¿Es que no me vas a decir que sueno exactamente como cualquier otro adolescente caprichoso tal como ha sucedido desde el comienzo de los tiempos?
—Tú nunca has sido una adolescente, cielo. Sabes lo que te conviene.
Durante las últimas semanas, Renée se había sumergido de forma totalmente inesperada en los planes de boda. Se pasaba todos los días unas cuantas horas al teléfono con la madre de Edward, Esme, así que no hubo preocupación alguna respecto a cómo se llevarían las consuegras.
Esme sonrió entusiasmada de relacionarse con la familia de mi futura esposa, sus pensamientos eran de una felicidad que no sabría como calificar.
Rosalie sonrió, pensaba en si su yo en el libro aceptaba a Bella o estaba un poco receptiva
Renée adoraba a Esme, pero claro, dudaba que alguien pudiera evitar sentirse de otro modo con respecto a mi encantadora futura suegra
—¡Ay! Edward me encanta esta chica, es encantadora — dijo mi madre y yo le sonreí de vuelta
—Tienes toda la razón
Eso consiguió librarme del asunto. La familia de Edward y la mía se habían hecho cargo de los preparativos nupciales sin que yo tuviera que hacer, saber o pensar en ninguna cosa. Charlie, claro, se había enfadado, pero lo mejor del tema era que no estaba furioso conmigo. La traidora había sido Renéeya que había contado con ella como el peor oponente a mis planes.¿Qué era lo que iba a hacer ahora, cuando la última amenaza, contárselo a mi madre, se había vuelto totalmente en su contra? No tenía nada a que agarrarse y lo sabía. Así que se pasaba todo el día de un lado para otro por la casa, mascullando cosas como que no se podía confiar en nadie de este mundo.
—Para ser separados se llevan bastante bien —comentó Alice entre risas
—Tienen una relación atípica — dijo Rose sonriendo
—Parece que tu suegro no quiere que te cases con Bella, esta furioso — dijo Emmet
Yo le gruñí y el se echó a reír escandalosamente
—¿Papá? —llamé mientras abría la puerta principal—. Estoy en casa.
—Espera un momento, Bells, espera ahí un momento.
—¿Eh? —pregunté deteniéndome de forma inmediata
—¿Qué pasa?— pregunté
—Dame un segundo. Au, me has pinchado, Alice.
¿Alice?
—¡Soy yo!¡Y estoy con su padre! Supongo que somos muy buenas amigas — Aplaudió efusivamente
—Cariño calmate — dijo Jasper sonriendo ante la efusividad de su esposa
—Lo siento, Charlie —respondió la voz vibrante de Alice—. ¿Qué te parece?
—Lo estoy manchando todo de sangre.
Esme dejó escapar un suspiro angustiado y todos miramos a Alice
—Estás bien. No ha traspasado la piel, confía en mí.
—¿Qué está pasando? —exigí saber, vacilando en la entrada.
—Treinta segundos, por favor, Bella —me pidió Alice—. Tu paciencia te será recompensada.
—¡Ja! —añadió Charlie.
Golpeteé el suelo con un pie, contabilizando cada latido y antes de que llegara a treinta, Alice gritó:
—¡Venga, Bella, entra!
Avanzando con precaución, di la vuelta a la esquina que daba al salón de estar.
—Oh —me enfurruñé—, ¡oh, papá! Pareces...
—¿Estúpido? —me interrumpió Charlie
—¡Oh dios mio! Es el traje para la boda — dijo Alice exultante.
Yo sólo sonreí ante la inminente boda y la aceptación de Charlie
—Oye ¿Quién será los padrinos?— dijo Emmet
—No lo sé ….
—¡Oh vamos Edward! Eres el novio tendrás algo en mente — dijo Rosalie
—Supongo que lo sabremos pronto — suspiré
—Estaba pensando más bien en «muy elegante».
El se ruborizó y Alice le cogió del codo y lo empujó con ligereza para que diera una vuelta lenta y luciera un poco el esmoquin de color gris claro.
—Vamos a dejar esto ya, Alice. Parezco un idiota.
—Nadie que yo haya vestido ha parecido jamás un idiota.
—Muy cierto — dijo ésta y todos no reímos
—Tiene razón, papá, ¡tienes un aspecto fabuloso! ¿Y para qué es todo esto?
Alice puso los ojos en blanco.
—¿Es en serio? ¡Ja! Bella para tu boda.
—Alice, ¿Le estás hablando al libro?
Alice rodó los ojos y le sacó la lengua a Emmet
—Esta chica no sabe lo que tiene en la cabeza
No me gustaba como hablaban de Bella pero Carlisle siguió leyendo
—Es la última prueba para ver cómo queda. Para los dos.
Aparté por primera vez la mirada de un Charlie tan poco acostumbrado a ir elegante y vi el pavoroso traje blanco extendido cuidadosamente sobre el sofá.
—¡El vestido! — me miró — ¡Edward no lo puedes ver!
—¿Y que pretendes? ¿Qué me salga de la habitación? — pregunté sarcástico
—No pero...
—Carlisle sigue — dije
—Aaahh.
—Vete a ese sitio feliz tuyo, Bella. No tardaré mucho.
Inhalé una gran bocanada de aire y cerré los ojos. Los mantuve así y subí tropezando las escaleras hasta mi habitación.
—Ja ja! Es torpe, lo que me voy a reír con ella — sonrió Emmet
—Emmet no te burles de ella — le regañó Esme
—Mama pero es divertido...
—Da igual que sea como sea
—Esme, yo lo controlaré — Rose le golpeó la cabeza y yo miré sorprendido a mi hermana, era evidente que no toleraba mucho a Bella.
—Pues a mi resulta encantador que ella sea torpe — dije sonriendo
—Tu no cuentas Edward, te vas a casar con ella — Alice puso los ojos en blanco — Pero de todo modos ¿Qué importa como sea? Yo quiero seguir leyendo a ver que pasa...así que Carlisle sigue
Me despojé de la ropa hasta quedarme sólo con las prendas interiores y extendí los brazos
Golpeé a Emmet que se estaba riendo y mirándome sugestivamente
—Parece como si te fuera a clavar palos de bambú debajo de las uñas —masculló Alice en voz baja mientras me seguía.
No le presté atención, porque me había escabullido a mi lugar feliz...
...un sitio en donde todo el rollo de la boda había pasado ya, lo había dejado a mis espaldas. Estaba reprimido entre mis recuerdos y olvidado
—Esta muy estresada por la boda — dijo Esme con empatía
—Sí, sobre todo si se casa con Eddie — Rose le pegó un zape y Emmet la miró con resentimiento
Carlisle negó sonriendo y siguió leyendo
En él, Edward y yo nos encontrábamos solos. El escenario era borroso y las imágenes fluían de modo constante, se transformaban desde un bosque neblinoso a una ciudad cubierta de nubes o a la noche ártica, porque Edward mantenía en secreto el lugar de nuestra luna de miel para darme una sorpresa
—La voy a llevarla de luna de miel — fruncí el ceño
—Eso quiere decir que...
—¡EMMET!, ….Edward, no te pongas mal cariño — dijo mi madre
—No puedo creer que la vaya a llevar de luna de miel...ella sigue siendo humana..y yo... le puedo hacer daño...no sé como mi propio libro puede permitir eso...¡no me reconozco! — Le podía hacer daño y eso no me lo perdonaría en la vida.
—Edward, para, me estás abrumando con tus sentimientos tan intensos — dijo Jasper y me llegó una ola de calma y tranquilidad
—Gracias
aunque la verdad es que no me interesaba especialmente dónde fuera. Edward y yo estábamos juntos por fin, y yo había cumplido por completo mi parte del compromiso. Me había casado con él, que era lo más importante, pero también había aceptado todos sus extravagantes regalos
—¿Por qué no le gusta que le regalen cosas? — preguntó Alice
—Es muy desinteresada — dijo Esme y y sonreí
—No sonrías, Edward, vas a tener un gran trabajo con ella, no te va permitir que le regales nada — se burló Alice
Fruncí el ceño
y me había matriculado, aunque no sirviera de nada, para asistir a la facultad de Dartmouth en el otoño. Ahora era su turno. Antes de que me transformara en un vampiro
Gemí.
—¿Por qué tiene que pensar así?
—Es evidente que la vas a convertir, y por eso no irá a la facultad — me reprochó Rose, ella pensaba igual que yo no le gustaba ni un poco la idea, de destrozar una vida humana así.
—¡Edward basta ya! No sólo porque eres incoherente sino porque vuelves loco a Jazz — me reprochó Alice
Carlisle y Esme me miraron seriamente concordando en todo con mi hermana.
su principal compromiso, tenía otra estipulación que hacer realidad
—¿Cuál sería? — dije
Edward tenía una especie de interés obsesivo por las cosas humanas que tendría que abandonar, las experiencias que no quería que me perdiera. La mayoría de ellas, como el baile de promoción, por ejemplo, me parecían estupideces. Sólo había una experiencia humana a la que no quería renunciar. Y era la única que él hubiera deseado que olvidara por completo.
—Algo que te niegas en este libro, debe ser algo que no puedes soportar , ya que hasta estas dispuesto a convertirla — dijo Rose
Yo ya estaba temiendo ¿Algo peor que convertirla? No me lo podía imaginar y seguramente no me gustaría...
Y aquí estaba la cosa, claro. Sabía muy poco sobre cómo iba a ser cuando ya no fuera humana. Había visto de primera mano cómo era un vampiro recién convertido
—¿QUÉ? — dijimos todos
—¿Cómo?¿Ha estado cerca de un neofito?... — Jasper no daba crédito
—Acordaros de experiencias cercanas a la muerte, lo decía en el prefacio — dijo Alice
—¿Pero como puedo permitir eso? ¿Dónde estaba?— me pasé las manos por el pelo, no entendía nada, miré a Carlisle, él también se veía alarmado, al igual que todos.
y había oído toda clase de historias a mi futura familia sobre esos primeros días salvajes.
—¿Yo apruebo esto? No lo creo — dijo Rose un poco más tranquila después de asimilar lo del neofito
Durante varios años, el principal rasgo de mi personalidad iba a ser la «sed». Me llevaría cierto tiempo poder volver a ser yo misma. E incluso cuando recuperara el control, no volvería a sentirme exactamente igual que antes
Gruñí y negué con la cabeza, me dolía que pensará así y que me dolía que no valorara su vida y seguiré repitiendo que no me entendía en el libro, ya quería escucharme y verme interactuar con ella para saber de que forma marchaba mi mente.
Esme me miró con reproche y me me dijo
—Hijo, no te castigues más, tu lo mereces, por favor — yo simplemente negué con la cabeza
Humana... y apasionadamente enamorada
—¡Que linda!
Yo sonreí un poco saliendo de mi depresión anterior
Quería tener la experiencia completa antes de que cambiara mi cálido, vulnerable cuerpo dominado por las hormonas, por algo hermoso, fuerte... y desconocido. Deseaba disfrutar de una auténtica luna de miel con Edward, y él había accedido a intentarlo a pesar del peligro que, a su juicio, esto suponía para mí
Carlisle paró de leer sabiendo como me sentía en ese momento
—Emmet no te atrevas a decir nada, te lo prohíbo — dijo Esme
Yo estaba en shock, no podía creer lo que iba hacer, había perdido la cabeza completamente, ¿Cómo podía hacerle eso? La iba a destrozar seguro, no me iba a controlar ¡Qué demonios estaba pensando cuando acepté eso!
—La voy a matar — dije con una voz sin vida
—Edward, es peligroso, pero seguramente, le habrás consultado a Carlisle o a tus hermanos antes, te conozco y no pondrías en peligro a algo tan valioso para ti...por favor hijo
—No mama no intentes convencerme de lo contrario ¿Que pasa si le hago daño? Nunca me lo perdonarí.a
Apenas fui consciente de Alice y del modo en que se deslizó el satén sobre mi piel. No me importaba, en ese momento
—¡Pues deberías¡ — exclamó Alice refunfuñada
—Déjala, esta fantaseando con Eddie — río Emmet, rodé los ojos
que toda la ciudad estuviera hablando de mí. No pensaba tampoco en el espectáculo que tendría que protagonizar dentro de tan poco tiempo. No me preocupaba tropezar con la cola del vestido ni echarme a reír en el momento equivocado ni ser demasiado joven ni la audiencia sorprendida
—¡Que nervios por boda! — dijo Esme en complicidad con Alice que también sonreía
ni el asiento vacío donde debería haber estado mi mejor amigo.
Yo estaba con Edward en mi lugar feliz
Sonreí de inmediato, todas la preocupaciones de antes se desvanecieron con lo último
—Este es el final — dijo Carlisle — Tenemos que sacara conclusiones, lo primero es que este libro habla de nosotros, concretamente de Edward y su compañera, así que si nadie se opone seguiremos leyendo a ver que pasa.
—Por supuesto que nadie se opone Carlisle — Alice rodó los ojos — Bueno un poco Rosalie — ésta bufó y Emmet la abrazó— Pero tarde o temprano la acabará aceptando, es más ya la acepta aunque no lo reconozca.
Y era verdad sus pensamientos no eran como en el inicio del libro, estaba un poco receptiva y a la expectativa
—Queremos conocer más a Bella, así que ¿Quién leerá el siguiente capítulo — preguntó Jasper
—Yo misma — sonrió mi madre
