Era un miércoles por la mañana, el sol brillaba en el cielo y hacía de este día un día caluroso. Yo me dirigía a la consulta de la psicóloga que me habían asignado en el centro de menores, la consulta de la doctora Esme Cullen. No fue demasiado difícil encontrarla, ya que su consultorio privado era uno de los más famosos de Forks.

Entré en el edificio, y me encontré una pequeña sala con las paredes blancas, y el suelo de mármol. La puerta de la entrada estaba enfrente de una gran ventana que mostraba el exterior del consultorio como algo lejano y ajeno.

Vi a una señora mayor y me dirigí hacia ella para preguntarle por mi turno.

-Buenos días, jovencita, soy la Señora Cope, ¿en qué puedo ayudarte?

-Buenos días, verá... Tengo una cita con la doctora Cullen.

-Ah sí, dime tu nombre por favor.

-Isabella Swan, si no recuerdo mal, era a las doce menos cinco.

-Oh, sí, siéntate por favor, enseguida te atenderá. Está con otra paciente, pero no tardará demasiado.

Le hice caso y me senté en una de los cómodos sillones que había al lado de las grandes ventanas. Minutos después salió la psicóloga. Era alta, delgada pero no anoréxica, con el pelo largo y castaño, y una sonrisa extremadamente dulce que por un momento me hizo entristecer y recordar cosas de mi pasado.

Todo pasó demasiado deprisa…, fui a la habitación…, todo estaba oscuro, no podía ver nada excepto su cuerpo..., estaba inerte, sin vida..., el tarro estaba junto a ella…, solo que daban 2 pastillas…

El tarro era nuevo…, lo había comprado para las noches que tenía insomnio…, y ahora estaba casi vacío… No lo pude soportar…, empecé a gritarle…, pero ya no podía hacer nada…, todo se había acabado…

-Esme, ésta es Isabella Swan...- le dijo la señora Cope.

-Oh, cariño, ¡pasa!- me dijo ella al instante.

No pude evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas, hacía mucho, muchísimo tiempo que nadie me hablaba con tanto cariño… eso me recordaba a mi madre.

Entramos en una gran habitación, de forma cuadrada. La puerta estaba situada justo en el centro y en frente de esta, en el otro extremo de la habitación, había una gran y elegante chimenea. A la izquierda de la puerta había un escritorio de roble, con papeles ordenados por encima y una gran lámpara. Detrás del escritorio, otra grande ventana parecida a la de la habitación anterior mostraba un paisaje verde y húmedo. No puedo decir que no me asombró todo esto, ya que en los últimos cuatro meses había pasado prácticamente encerrada en una habitación con dos camas y un solo baño. Cuando salí de mi asombro me dirigí al sillón que estaba al lado de la chimenea, y en el que supuse que íbamos a iniciar la terapia.

-Túmbate cielo- me dijo la doctora Cullen- Relájate, y cuando estés preparada no tienes más que cerrar los ojos y empezar a hablarme de lo que sientes.

Lo pensé un momento, sintiéndome confusa, pero decidí que debía empezar, y cuanto antes, mejor.

- Ocurrió hace ya casi un año, mis padres tuvieron una temporada de crisis matrimonial. No había día que no discutieran por algo... mi padre casi nunca estaba en casa, y mi madre empezó a pensar que tenía otra mujer. Tras millones de intentos de hacer entrar en razón a mi madre, mi padre, Charlie, se rindió. Una tarde cuando yo llegué del instituto, vi a mi madre con la mirada perdida. Yo sabía que algo ocurría, pero ella insistió en negármelo, me dio un fuerte abrazo, lleno de angustia y subió a su habitación diciéndome que estaba muy cansada. Decidí dejarle su espacio y me dispuse a ducharme y ponerme algo cómodo para la larga tarde de deberes que me esperaba. Cuando salí de la ducha mi madre se arrojó sobre mí, me dijo que me quería con una voz que expresaba dolor y se fue a su habitación. Me asustó esto, pero mi madre había tenido actitudes muy raras todo ese tiempo. - Tuve que parar para beber un poco de agua y secarme las lágrimas- Tardé cuatro o cinco horas en salir de mi habitación y ayudarle a mi madre a hacer la cena.

Cuando bajé las escaleras y fui a la cocina, allí no había nadie. Llamé a mi madre por todos los rincones de mi casa y finalmente fui a buscarla a su habitación... Y allí estaba ella, con su cuerpo sin vida, tendida en la cama en la que tantas veces me subía cuando era pequeña. En ese momento no supe reaccionar y lo único que hice fue gritarle que despertara. No podía asumir el hecho de que estuviese muerta y no pudiese volver a ver como sonreía. Llamé a papá y cuando llegó le acompañaban otros policías y una ambulancia. Sacaron el cuerpo de mi madre y aún recuerdo la cara de mi padre cuando la vio sobre la cama. Él, desde ese momento, no ha habido día en el que no se haya sentido culpable por la muerte de mamá. Pero yo no puedo vivir con la idea de que fui yo la última persona que la vio con vida. Si hubiese estado con ella esa tarde... ¡no habría pasado nada de eso! - No pude continuar, simplemente, mis palabras no emitían ningún sonido.

-Cariño, tranquilízate. Si quieres podemos hablar de esto otro día. Solamente escucha este consejo que te doy... NO puedes culparte por lo que ocurrió esa noche. Tú no tuviste la culpa, tu madre tuvo sus motivos… ¿acaso piensas que os dejaría a tu padre y a ti por una tontería? Piensa que si hizo eso fue por un motivo muy importante. ¿O preferirías que estuviera aquí sufriendo todos los días...?

¡Cuánta razón tenía! Todo lo que dijo, lo dijo con un tono de cariño, intentando que no me afectaran más sus palabras. Comprendí que sus palabras no me harían sentir mejor ahora, pero me ayudarían a superarlo en un futuro. Me dijo que no hacía falta que siguiera hablando de eso y poco después terminamos la primera consulta.

Salí corriendo de la consulta. Nadie podía verme así… Me encerré en mi coche. Allí me desahogué…

Todas las noches me pasaba, pero nadie me había visto. Lo que más me dolía era que Charlie ya no era el que era…, nunca estaba en casa ni en la comisaria…, cuando ella nos dejó nuestras vidas no fueron las mismas…

Ya había pasado un mes desde lo ocurrido…, ya pasado un mes desde lo ocurrido…, yo ya no sonreía… y Charlie ya no estaba en casa…, en nuestro mundo ya no había color…, todo era negro.

Cuando llegue a casa todo estaba en silencio y a oscuras. Como siempre. Preparé la cena…, solo mi plato ya que Charlie no vendría a cenar como siempre…

Una vez cenada, me fui a mi cuarto a hacer los deberes de ese día. Puse uno de los CDs que había comprado últimamente. Puse en el reproductor Apology de Alesana. Me encanta ese grupo.

Empezaron los primeros acordes… y hay estaba yo sumergida en mi mundo.

Sweat drips in my eyes…screams of lust we cry

Tonight you are everything to me…you're everything…

Estaba en la clase…, todo el mundo me mira mal a causa de la muerte de mi madre…

No tenía amigos…, Estaba sentada en mi pupitre de Física. Desde que estaba sola, esta materia se me daba bien al igual que Trigonometría.

You're everything to me no more

As I wake from this perfect dream

I'll escape from Eden's walls…

Can I not stay and live this lie?

Go away and I'll think only of myself

Se me acercó una chica popular…, ya empezaba lo de todos los días.

-¿Qué tal tu madre?... A no!!... que se suicidó.- siempre era lo mismo. Pase del comentario, pero lo que dijo a continuación no lo soporte.

And to think that you would not be scared

Or surprised if I'd severed all these ties

…this is the end…

I'll lose myself in anguish for tonight

Help me get over you

One last false apology

Help me get over you

-Así que tienen razón…, como no os soportaba ni a ti no a tu padre…, por que sois unos mala sangre…-no la deje continuar le pegue una bofetada.

-No te atrevas a decir eso…

I feel so numb to see this bitter

End of beautiful illusions…would this be the same?

Broken pieces will not mend to save our past now…go away…

I'll lose myself in anguish for tonight

Help me get over you

One last false apology

Help me get over you

Now we must let go…urgency overwhelms me as

I must restrain my flood of tears

I refuse to be slave to your false beauty again…

I'll lose myself in anguish for tonight

Help me get over you

One last false apology

Help me get over you

La canción llegó a su fin…, no podía olvidar nada de lo que me había pasado durante este año… Todo había ido de mal en peor…, mi madre muerta…, mi padre alcohólico…, y yo marginada.