Dedicado a mi bella esposa Parlev, la idea surgió en una de nuestras charlas y me pidió que lo escribiera, y yo le cumplo sus caprichos como ella a mí 💅. No tengo la opción de dedicar en mi celular u.u

¡Espero que les guste!

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—Oye, ¿qué estás haciendo? —Indaga el Capitán

Eren, quien está de rodillas en el suelo con el trasero en el aire, se para de un salto y se da la vuelta, llevando las manos detrás de su espalda. Tiene una cara de culpabilidad, como si hubiera sido atrapado haciendo algo que no debería. Los ojos de Levi se entrecierran con sospecha.

— ¿Qué haces?

— ¡Señor! Estoy, uh, ¿Limpiando? Digo —Cabecea hacia los lados—, ya terminé.

— ¿En serio? —Levi ladea la cabeza y da un paso adentro de la celda para revisarla, pero el muchacho se tensa y se para más recto. — ¿Qué estás escondiendo?

— ¿Yo? Nada. —Pasa saliva de forma audible—. En realidad, creo que debería revisar las otras habitaciones primero, señor.

—Hazte a un lado.

— ¿Qué?

— ¿Tartamudee? Dije que te hagas a un lado, Eren.

—Creo que estoy bien aquí, señor. —Por la expresión de su rostro pareciera que su soldado está a punto de cagarse en los pantalones.

—Eren. —Usa el tono con el que da órdenes. —Fue una orden, no una sugerencia. Hazte a un lado.

El titán cambiante no alcanza ni a mover un dedo, cuando los oídos de Levi atrapan un ruido inusual, uno como el que hacen los patos, viene desde la espalda de Eren. El hombre lo aparta de un empujón y se queda viendo al patito bebé, que flota sin preocupación en el cuenco que Eren ha llenado de agua.

— ¡Cuak! —Le dice hola a Levi.

—Explicate. —Ordena este a su soldado, perdiendo la dureza en su voz.

—Lo encontré cuando salimos a entrenar —No tarda en confesar, con su mirada aguamarina abajo—, estaba solo, perdió a su mamá. No pude encontrarla y no quería dejarlo ahí indefenso, así que lo oculté debajo de mi chaqueta y lo traje. Por favor no lo eche, señor, no tiene a nadie.

Pone esos grandes ojos de cachorro a los que el Capitán ya no es inmune, él da una mirada al feliz patito que aletea, y se devuelve hacia las escaleras, confundiendo al joven soldado.

— ¿Señor?

— ¿Ya lo alimentaste?

— ¿No? No sé qué es lo que come con exactitud.

—Tomalo y traelo a la cocina, podemos alimentarlo con granos de maíz de las raciones. Luego revisaré si hiciste un buen trabajo limpiando. ¿Vienes o no?

El rostro del muchacho se ilumina con una sonrisa, que parece rejuvenecerlo.

— ¡Enseguida!

El bebé patito corre tras él a pasitos tambaleantes. Le recuerda a Eren.

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Gracias por leer ❤️