Lo contrario

-¿Detenerme a mí, Bismarck Waldstein?

La bruja no se tomó sus indagaciones a la ligera y un hormigueo se extendió desde la mano de Lord Waldstein, cerrada en su brazo, hasta subir como veneno por su torrente sanguíneo y golpear su corazón, empujándolo al vacío negro de la inconsciencia. Allí, flotando, las estrellas explotaron y recuperó la vista en otro lugar.

-Levántate, dormilón. Es nuestra noche de bodas.

Bismarck, que por entonces no sabía nada del Geass y aún tenía dos ojos para parpadear, irguió su cabeza desde el cálido refugio de las medias de seda de...

-A este paso no tendré nada de qué jactarme cuando regresemos a nuestros puestos.-Marianne...¿con un vestido de novia a medio remover, los senos casi exhibidos y una sonrisa tierna que él solo le conocía por mostrarla durante ejecuciones?

Estuvo a punto de hacer las preguntas alrededor de los hechos que no acababa de creer y que no encajaban cronológicamente con nada de lo vivido hasta entonces. Sin embargo, la palabra "ilusión" o "alucinación", más bien, resultó dolorosa de empujar a su campo de consideración. Los gestos de Marianne le captaron la atención, haciéndole olvidar su análisis momentáneamente.

Ella se puso de pie, substituyendo con una almohada sus muslos bajo la nuca de Bismarck y se subió la falda del blanco vestido. Sin dejar de sonreír se bajó las bragas, cortándole el aliento...

...

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-Supongo que tendré que hacer las cosas yo.

Tenía una verga más grande que la de Bismarck, parada y goteando, contoneándose con el movimiento de sus caderas. Él trató de apartarla pero ella era más fuerte, algo comprobado durante pruebas humillantes.

C.C. observó que el muchacho gritaba en su pesadilla pero antes de dejarlo solo, no dejó de notar que tenía tremenda erección.