Introducción
"Me imagino que a todos vosotros os ha de gustar el patinaje sobre hielo y es obvio que han de amar a nuestra pareja de hoy.
¡Claro que hablo de la leyenda del patinaje artístico, Viktor Nikiforov y su ahora esposo, Yuri Katsuki! Desde que ambos ganaron el Gran Prix final y nos dieron el placer de apreciar una hermosa y original propuesta de matrimonio, las preguntas no han dejado de surgir y ahora con la noticia de un nuevo integrante en esta hermosa familia seguro que han de estar más curiosos, así que hoy os traigo los detalles completos sobre su relación, ¡Quédense con nosotros!
Viktor y Yuri Nikiforov... ¿Ahora padres?
Lo sentimos chicas pero... Parece que la familia Nikiforov sigue creciendo.
Fuentes anónimas y las recientes fotos de JJ y otros patinadores cercanos al ruso, corroboraban que ayer la leyenda del patinaje artístico ha dado el siguiente paso en la relación que mantiene con su pupilo y actual pareja ya desde hace algún tiempo. Como ya lo sabemos, el patinador de veintiséis años ha sido visto al lado de Viktor en múltiples ocasiones a lo largo de estos tres años. La última vez que se les vio juntos fue saliendo de un restaurante en Japón la tarde de ayer, se cree que celebraban su segundo aniversario de bodas y horas más tarde se les vio paseando por varias tiendas para bebés.
Al principio se pensaba que no era más que una cita romántica o una vacaciones que podían acabarse en cualquier momento para que ambos volvieran a la pista y que quizás sólo miraban esa clase de artículos por una corazonada, pero ahora las sospechas van más allá de un descanso pasajero luego de que el patinador ruso de veintinueve años publicara recientemente en su cuenta de Instagram una fotografía de lo que parece ser la cuna de un bebé, al mismo tiempo que su pareja publicara una foto de Viktor. En la foto se podía observar a Nikiforov pintando una habitación, junto con su mascota y se podía leer en la descripción: "¿Listos o no? Ya eres bienvenida #tbt #newmember #familystuff". No cabe duda que Viktor Nikiforov y Yuri Katsuki, forman una de las parejas más atractivas del espectáculo y tan bien va su matrimonio, que recientemente se le preguntó a Nikiforov sobre su relación y comentó que sueña en un día llegar a ser el padre perfecto.
''Llevamos tres años y cuatro meses aproximadamente. El 25 de Diciembre cumpliré los treinta y él cumplirá los veintisiete el 29 de Noviembre. Y en cuanto a tener hijos, obviamente siempre está esa ilusión y pensar en el futuro, me gustaría hacerlo, ¡moriría por ver a unos cuantos pequeños correteando por ahí! Y quién sabe, tal vez podrían seguir nuestros pasos'', comentó el ruso.
Al preguntarle si viven en Rusia, Katsuki explicó rápidamente: ''No, ahora mismo vivimos en Barcelona, queríamos relajarnos y cambiar de aire así que nuestra casa de San Peters...burgo por ahora está vacía. Es simplemente una etapa perfecta para los planes que estamos llevando a cabo''.
En relación a cómo imaginan que sería su gran regreso al hielo dijo: ''Me encantaría volver e iría con mi vestuario renovado, algo formal y elegante. Pienso que ambos podríamos probar patinar en pareja, pero eso es sólo una fantasía con la que nos gusta bromear, por ahora nos enfocamos en nuestras carreras individuales'', concluyó Viktor, quien próximamente iniciará como coreógrafo de su antiguo compañero, Yuuri Plisetsky.
¿Será que muy pronto los veremos en el podio convirtiéndose una vez más en los dueños del oro o se darán un tiempo para ellos mismos? Esperemos ver a esta bella familia crecer."
Cerré la revista con la risa contenida, no podía esperar para mostrarle a Yuri el artículo que recién publicaban, estaba seguro de que se volvería loco y se avergonzaría a más no poder al recordar lo ebrio que estaba cuando aceptamos dar esa entrevista. Mientras los medios estuvieran encima de nosotros sería algo difícil cuidar de nuestra pequeña, quien asombrosamente, era tan tranquila y mona como ninguna niña en el mundo. Habíamos decidido tomarnos un descanso de las competencias para disfrutar el tiempo familiar al máximo porque no iba a quedarse pequeña para siempre, por más que lo deseáramos no podía ser, así que en lugar de llamar a una niñera o dejarla encargada con la familia de Yuri y verla cada década nos mudamos de San Petersburgo y nos obligamos a buscar opciones más tranquilas hasta quedar en Barcelona, pero desafortunadamente habíamos encontrado mucha menos paz de la que nos imaginamos, una vez que regresamos a San Petersburgo por un allanamiento de morada en la casa que rentábamos, llevándose sólo cosas personales, estuvo más que claro que no podríamos ocultarlo por más tiempo y que ese lugar no era lo suficientemente seguro para criar a nuestra hija. Siempre teníamos a nuestra niña en nuestros brazos o la dejábamos en la porta bebés a nuestro lado mientras nos ocupábamos de otras cosas, a pesar de todo, ella no daba demasiados problemas ni se la pasaba llorando la mayor parte del tiempo, muy distinta a lo que nosotros creíamos que sería. Nuestra pequeña hija era un angelito, los primeros días tuvo algunos problemas para dormir, le costaba acostumbrarse a quedarse en la cuna y lloraba en cuanto la dejábamos sola, también tuvimos una buena pelea contra los cólicos, los pañales sucios y en cómo calmar el llanto. Durante las mañanas la sacábamos de paseo en la carreola mientras Yuri hacía su calentamiento, la teníamos con nosotros durante los entrenamientos y por las noches me tocaba levantarme para traerla con nosotros a la cama, le faltaba acostumbrarse al frío de Rusia. Yurio se había ablandado al verla por primera vez y no había dudado en mandarnos un cargamento de distintos trajecitos para bebé como un pijama en forma de tigre, con sus orejitas en el gorro y la cola por detrás, era tan mono que se convirtió nuestro favorito y el de ella también.
Había terminado de explicarle los pasos para el programa corto cuando el suave sonido del llanto de mi bebé hizo que saliéramos de la pista para averiguar que le pasaba y Yuri no dudó en tomarla en brazos para intentar calmarla. Sus pequeños ojos azul grisáceo se llenaron de lágrimas y arrugó la nariz ligeramente por el mal olor, eso significaba que necesitaba un cambio de pañal.
-Viktor, deja que yo me encargue — dijo Yuri con la pequeña en sus brazos.
-Yo lo haré, tú necesitas practicar — él abrió la boca en señal de protesta, pero le planté un beso en los labios y le quité a la bebé. Me volví hacia mi niña, su rostro comenzaba a ponerse rojo — Vamos a cambiarte y dejar a papá trabajar.
No había dolor más grande que ver a tu bebé llorar, eso era algo horrible, sentías que el corazón se te partía el corazón en más de mil maneras posibles que hubieran sido imposibles de comprender antes de tener sentido de la paternidad.
-Si necesitas ayuda sólo dímelo — le dio un beso en la frente a la bebé — Ya no llores, amor.
Sonreí y fui con la bebé hasta los vestuarios, ahí podría cambiarla más a gusto. La coloqué sobre el cambiador que había en los baños para mujeres y saqué de la pañalera lo necesario para cambiarle el pañal, le sonreí cuando intentó jalarme el cabello y arrugó la nariz por el esfuerzo.
-Ya no arrugues esa naricita puntiaguda, History — ella pataleó.
Así es, nuestra hija se llamaba History Axel Nikiforov y era la niña más hermosa que podía haber en este mundo, y no lo decía sólo porque fuera mi hija sino porque de verdad era una preciosidad. Yo siempre había estado ansioso por ser padre, quería tener niños propios para criarlos y verlos crecer rondando por ahí con la persona que amaba, cuando conocí a Yuri y me hice su entrenador ese deseo se incrementó a tal grado que en nuestro primer año de casados le pedí que tuviéramos un bebé; costó mucho convencerlo, pero terminó aceptando a la mitad del año. El trámite para una adopción era muy pesado y duradero, con el detalle de que el bebé que adquiriéramos no sería totalmente nuestro, así que descartamos esa idea y fuimos directamente a por un vientre de alquiler en una clínica americana que se especializaba en ello, sólo donamos un poco de la semilla de Yuri y la mía para que History pudiera ser creada, digamos que nuestra niña resultó ser una mestiza bastante bonita y sana. Ella nació el mismo día que Yuri ganó el Gran Prix final por primera vez y cuando le pedí matrimonio oficialmente, una coincidencia algo graciosa e irónica pero al fin y al cabo fue la mejor decisión de nuestras vidas.
-Здесь мы перейти! — desabroché el trajecito de History y le hice cosquillas en el estómago. Limpié el desastre que había hecho en su pañal y le coloqué uno nuevo, le hice unas cuantas cosquillas más y jugueteé un poco más con ella, le encantaba jugar con nosotros. Ella colocó sus pequeñas manitas en mi rostro y no pude evitar reírme, aún con dos meses de edad ya comenzaba a mostrar un parecido a nosotros — ¡Eres la niña más hermosa de este mundo, History! — la volví a vestir con algo de dificultad, le gustaba dar problemas. Cuando pude terminar con eso, le di un beso y la cargué para llevarla con Yuri.
Él seguía practicando los saltos, clavando los cuádruples en un golpe de suerte, no era su fuerte pero iba progresando de poco a poco. Jugué un rato en la pista con History mientras observaba la práctica de Yuri, hacíamos relevos de cuando en cuando para que yo pudiera corregirlo y añadir unas cuantas cosas más al programa que haría para el regreso. Seguía siendo su entrenador y coreógrafo, pero ambos queríamos volver a la pista como una pareja de rivales, habíamos acordado volver a competir en contra aunque nunca acordamos un momento exacto y ahora que teníamos una hija pensamos que sería el momento perfecto para hacerlo. Habíamos hecho una increíble cursilería; compramos un juego de medallas de oro para los tres, tenía grabada la fecha de nacimiento de History y dentro poseía una foto de los tres, dentro había espacio para dos fotos más, pero queríamos reservar el espacio faltante para otro momento que pudiéramos compartir como familia. Como os iba diciendo, Yuri estaba mejorando mucho más que años atrás, ya ni siquiera podía reconocer al antiguo patinador japonés que me robó el alma, era una persona y un atleta aún mejor que seguía haciéndome sentir orgulloso día con día, no podía esperar a ver cómo nuestra niña seguía nuestros pasos.
Nosotros teníamos la certeza de que habíamos nacido para hacer historia.
Bueno, aquí os he traído mi primera historia Vituuri (´ฺωฺ)
Espero que os guste y dejad vuestros reviews, si les soy sincera me he emocionado mucho al escribir una historia así y encima de una de mis parejas favoritas.
