Era una tarde soleada en Albuquerque, las hojas de los árboles se movían lentamente al ritmo del poco viento que esos días recorría la ciudad. Las personas caminaban lentamente, algo aletargadas por el calor, o recorriendo simplemente la hermosa ciudad. Una chica rubia manejaba su descapotable emocionada. Aquel día comenzaban las vacaciones. Venía de su última clase en la universidad de Albuquerque y esa misma tarde, su hermano Ryan volvía de Julliard. ¿Quién habría imaginado que Sharpay lo iba a extrañar tanto? Nadie que la conociera en East High creería que la reina del hielo extrañaba a su mellizo. Pero un año lejos de él le enseñó que aquel chico, además de ser su hermano y su compañero de musicales, era su mejor amigo. Se habían mantenido en contacto todo el año. Ya fuera por llamadas telefónicas o video llamadas por el computador, y su amistad había crecido aún más. Sharpay sentía que había cambiado, ahora era más independiente. No necesitaba de Ryan repitiéndole que era la mejor cantante, la mejor actriz y la más bella. No necesitaba que Ryan la ayudara con sus problemas de autoestima, porque ahora, un año después de su último año en East High había aprendido a conocerse… y a aceptarse.
Ya no quedaba ningún rastro de la chica que necesitaba hacer sentir a los demás inferiores a ella… no necesitaba sentirse superior, no necesitaba saber que los demás tenían problemas… porque ya no debía escapar de los de ella. Había aceptado realmente que sus padres no eran unos padres dedicados como los de sus compañeros. Viajaban continuamente, llenándola de regalos que excusaban su ausencia en los cumpleaños de los mellizos, olvidaban llamarlos y su crianza fue gracias a las variadas niñeras que sus padres contrataban. Pero ella ahora lo entendía. Sus padres la querían, a su manera, pero no habían sido capaces de ejercer su paternidad. Y ella los había culpado toda su infancia y parte de juventud. Por eso le gustaba tanto llamar la atención, porque así, aun que no fueran sus padres, las personas la notaban y se fijaban en ella. Era la mejor cantante y actriz, y aunque sus padres no fueran a todas las obras escolares, demostraba su talento frente a otras personas. Atesoraba en su corazón aquellas semanas de verano, donde parecían la perfecta familia feliz en Lava Springs. Aquellos días, sus padres de verdad parecían interesarse en ellos, aunque al final del día la cena con sus socios y amigos fuera más importante que un paseo bajo la luz de la luna.
Sharpay sonrió sin ganas. No tenía por qué pensar en eso, porque luego de un año ella había entendido que era la vida que le había tocado vivir, y que existían personas que darían lo que fuera por tener un poco de su vida. Había conocido cara a cara el otro lado de la moneda y no le había gustado. Fue entonces en que se dio cuenta lo bendecida que era. Tenía un padre y una madre, que aun que estuvieran ausentes la mayoría del tiempo cuando la veían parecían ser los padres más felices de la tierra, pese a los problemas que tenían entre ellos. Y tenía un gran hermano, su mejor amigo, que siempre estuvo a su lado apoyándola… Quizás donde estaría si no fuera por Ryan.
Pisó el freno lentamente y estacionó frente a su casa. Podía ver el auto de su hermano. ¡Ryan había llegado! Corrió hacia la entrada y abrió rápidamente la puerta. Unos fuertes brazos la envolvieron antes de cerrar la puerta por completo.
- ¡Shar! ¡No sabes cómo te extrañé hermanita!
Sharpay respondió el abrazo con fuerza, tratando de contener las lágrimas de emoción que la embargaban.
- Yo también te extrañé Ryan- le dijo la rubia alejándose un poco de él.
- Estás preciosa Shar- le dijo sonriendo.
- Y tú estás muy guapo, a que todas las chicas están muertas por ti- dijo golpeándole el brazo suavemente.
- Bueno, la verdad hay una chica que me gusta muchísimo.
Sharpay lo golpeó en el brazo.
- ¡Pero si estás de novio con Kelsi! Te prometo que si la engañas lo pagarás muy caro- le dijo a su hermano apuntándolo con un dedo- es una chica estupenda y no se merece que le hagas daño.
Ryan sonrió ampliamente y le apuntó con un gesto de cabeza hacia la puerta de la cocina, a la derecha de Sharpay. La chica volteó rápidamente y vio que Kelsi le sonreía.
- Y yo que pensaba que mi cuñada me odiaba- le dijo con una tierna sonrisa.
- Sus padres están de viaje ¿No te importa que se quede aquí cierto?
*
- ¡No puedo creer que hayas bailado vestido de mapache!- dijo Sharpay riendo con ganas aquella noche. Ella, Ryan y Kelsi estaban en su habitación contándose acécdotas de sus actos musicales de ese año.
- Eso fue lo de menos Shar, se le atoró la cabeza y cuando terminó de cantar no podía sacársela- dijo Kelsi riendo.
- No es motivo de risa, apenas podía respirar con esa cosa en la cabeza- se defendió el rubio.
*
-Tu hermana ha cambiado Ryan- le dijo su novia esa noche cuando ambos caminaban hacia sus respectivas habitaciones.
- Bueno… creo que para ella ha sido más difícil ¿sabes? Eso de afrontar la verdad, darse cuenta de que nuestra infancia no fue la infancia perfecta que creíamos.
- Pero tú lo has llevado muy bien ¿Por qué a ella le afecta más?
- Bueno, Shar siempre fue la hijita de papá, enterarse de la verdad creo que fue más difícil, no se esperaba que mi padre hiciera algo así… no sé Kelsi, supongo que ella estaba más encerrada en su burbuja perfecta y de pronto todo se le vino abajo…
- Debe haber sido muy difícil- le dijo la chica tomando su mano suavemente.
- Lo fue, yo por fin entendí que mamá acompañaba a papá a todos sus viajes porque tenía miedo de perderlo, prefería dejarnos a nosotros solos que dejar a papá cerca de otra mujer… a Shar le costó entender que ella desconfiara de papá y nos abandonara…
- No los abandonó…
- Sí Kelsi, pasar 3 semanas del año junto a sus hijos es abandono, solo venían a ciertas obras escolares y a nuestro cumpleaños… nada más… antes esperábamos con ansias esos días pero creo que ahora Shar entendió que no los necesita… me gusta que lo haya entendido… siento que ahora Sharpay esta sacando lo que yo siempre vi que tenía en su interior.
- Debería haberme acercado más a ella en la escuela, es una gran chica, pero antes…
- Antes se escondía bajo su fachada de reina de hielo, de la mejor de la escuela… solo buscaba aprobación Kelsi, buscaba que en la escuela le dieran la atención que nuestros padres nunca le dieron, lamentablemente nadie podía saber las verdaderas razones… siento que mi hermana se perdió una etapa importante… la de hacer amigos- dijo cabizbajo.
- ¡Feliz Cumpleaños Ryan!
Sharpay saltaba sobre la cama de su hermano con una gran sonrisa. El rubio apenas estaba abriendo los ojos y cuando escuchó las palabras de su hermana sonrió.
- ¡Feliz Cumpleaños Sharpay!
Ambos hermanos se abrazaron sonriendo, ese día, ambos cumplían 19 años.
- Y yo que pensaba que no alcanzarías a llegar para este día- le dijo Sharpay emocionada- ¡Te hubiera matado con mis propias manos si llegabas dos días más tarde!
- No me podía perder nuestro cumpleaños- le dijo sonriendo- ¿Cuáles son nuestros planes?
- Kelsi te está preparando el desayuno- dijo tapándose la boca inmediatamente- no debía contarte eso- le dijo avergonzada.
- Haré como si fuera sorpresa- le dijo su hermano desordenándole el cabello.
- Supongo… supongo que cenaremos juntos ¿Cierto?- preguntó Sharpay- digo… sé que este año lo quieres pasar con Kelsi, pero nuestra cena es una tradición.
- Claro que cenaremos juntos y Kelsi invitó a los chicos esta noche a casa ¿Te parece una fiesta de cumpleaños una buena idea?
Sharpay lo miró sorprendida unos segundos.
- ¿A qué? ¿A qué chicos invitó?
- A Taylor, Zeke, Jason, Chad, Martha y Gabriella y Troy supongo.
Sharpay se sentó rápidamente sobre la cama y sin mirar a su hermano habló.
- La verdad… la verdad ya tengo planes para esta noche- dijo sonriéndole rápidamente- pero después de cenar, obviamente, así que anda, ve a la cocina, pasa el día con Kelsi y más tarde cenamos ¿eh?
- ¿Segura que no quieres estar en la fiesta?
- Segura, ya te dije… tengo planes.
Sharpay se levantó rápidamente de la cama de su hermano y se apresuró a salir.
- Cumpleaños feliz… me deseo yo a mí- susurraba Shar mientras se columpiaba lentamente en la plaza cercana a su escuela. Había ido ahí luego del grandioso desayuno que Kelsi les había preparado. No quería mentirle a su hermano y por eso había creído que la mejor solución era evitarlo un momento, hasta que pusiera en orden sus pensamientos. No deseaba ver a los chicos de East High, no deseaba ver a Troy y Gabriella. Se había dado cuenta de la horrible verdad. Ella no tenía amigos en su secundaria, y ver al grupo de linces solo le haría recordar los penosos momentos en la escuela. Sí… penosos. Porque ella aún recordaba haber estado enamorada de Troy. Recordaba todos los intentos por llamar su atención, por lograr que el chico le sonriera… aun que sea una vez. Recordaba todos esos momentos en que creía que Troy por fin se había dado cuenta de que ella era la mujer perfecta para él. También recordaba las muchas invitaciones que le había hecho para que la fuera a ver cantar… Troy nunca había ido. Hasta que apareció Gabriella. Troy se desvivía por ella, cantó por ella e incluso bailó. Descubrió el mundo del teatro y en él su futuro. Todo gracias a Gabriella. ¿Y ella? ¿Y la chica que insistió desde tercer grado en que Troy sería un gran actor? ¿Y la chica que lo fue a ver cada partido de los wildcats porque sabía que necesitaba el apoyo de sus compañeros? ¿Qué pasó con ella? Penoso. Todos sus intentos fueron penosos… porque Troy nunca le dedicó más de un pensamiento. Incluso él la llamaba reina del hielo. La única persona que ella creía que era distinta, que creía que podía ver más allá de las apariencias… resultó ser un fraude, resultó ser igual que cada chico que se burló de ella en East High.
Sacudió la cabeza lentamente. No valía la pena recordar aquellos momentos. Hoy empezaba un nuevo año en su vida y debía dejar el rencor atrás. No lograría nada con la autocompasión. Ella sabía quién era, sabía lo que podía lograr y no necesitaba el reconocimiento de nadie. Aunque en el fondo de su corazón algo le hiciera pensar lo contrario.
- ¿Sharpay? ¿Sharpay Evans?- escuchó una voz a sus espaldas. Se odió a sí misma por reconocerlo. Ella debería haberlo olvidado por completo, pero incluso un año después su voz lograba acelerarle el corazón.
Se giró lentamente y encontró a Troy Bolton mirándola sorprendido. Estaba más alto, más guapo. Mucho más guapo, como si eso fuera posible. Le sonrió lentamente.
- Hola Troy, tanto tiempo.
- Un año ¿No? Desde la entrega de diplomas.
Sharpay asintió.
- ¿Qué tal la universidad?
- Muy bien, me gusta… ¿Y tú? Supe que también estudiabas teatro.
- Sí- le respondió Troy pasándose la mano por su pelo desordenado- creo que al final teníamos más en común de lo que pensaba- le dijo con una leve sonrisa.
"Yo siempre lo supe" dijo Sharpay en su cabeza.
- ¿Y qué haces acá? ¿Viniste a pasar las vacaciones?- le preguntó la rubia.
Troy asintió ¿De verdad la chica que estaba frente a él era Sharpay? No actuaba como la Sharpay que él recordaba. Incluso dudó unos minutos antes de acercarse a ella, algo tenía… algo en su expresión, en sus ojos cuando lo miraba… algo había cambiado y el no sabría decir que era.
- Extrañaba venir a casa…
Sharpay le sonrió.
- Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde ¿No? ¿Creíste alguna vez que extrañarías Albuquerque?
Troy sonrió.
- No, nunca lo había pensado hasta que estuve muy lejos de mi hogar.
Sharpay se levantó lentamente del columpio y le sonrió a Troy.
- Bueno, ha sido un gusto verte Troy, espero que lo pases muy bien en tus vacaciones.
- Si… yo… bueno… espero que tú también lo hagas- le dijo confundido. ¿Desde cuándo Sharpay no quería pasar tiempo con él? Actuaba como si lo único que quisiera era alejarse de él. Pero lo más importante ¿Por qué eso le molestaba?
- Saludos a todos, supongo que los verás esta noche en mi casa.
- ¿Tu casa? ¡O si!- dijo recordando a Ryan- el cumpleaños de tu hermano.
"Y el mío" agregó Sharpay tristemente. ¿Tan poco la estimaba Troy que ni siquiera recordaba que era la melliza de Ryan? ¿Y que estaban de cumpleaños el mismo día?
- Supongo que nos vemos esta noche- le dijo Troy sonriendo.
- La verdad tengo planes- le dijo Sharpay sin mirarlo, quería irse, desaparecer. Aquel encuentro con Troy reafirmaba todo lo que ya sabía. Nunca significó nada para él- Adiós Troy- dijo caminando rápidamente hacia su auto estacionado un poco más lejos.
Troy se quedó mirándola confundido mientras se alejaba de él. Aquella Sharpay no era la Sharpay que él recordaba. Y eso lo intrigaba. Era una Sharpay confundida… triste….y odiaba verla así. Sharpay siempre reía cuando estaba cerca de él, siempre lo hacía sentir importante y valioso, como si él realmente fuera un súper héroe. No lo había pensado hasta ese momento, pero Sharpay había sido una parte importante de su vida escolar… y al parecer no lo había sabido apreciar. ¿Qué sabía de Sharpay Evans? Que era una genial actriz y cantante, que le encantaba sonreír cuando estaba junto a él y que iba a apoyarlo en los partidos aun que ella odiara ese deporte. Era le melliza de Ryan y siempre, siempre estaba dispuesta a aconsejarlo cuando tenía algún problema. Troy se quedó quieto y abrió los ojos sorprendido. ¡Era la melliza de Ryan! ¡Ella también estaba de cumpleaños ese día! ¿Cómo pudo haberlo olvidado?
Bueno, este es mi primcer fic en . Aún no sé mucho sobre el uso de esta página pero espero que les haya gustado mi historia. Nunca había escrito sobre Sharpay y Troy y la verdad me ha gustado muchísimo la idea. Espero que a ustedes también les guste!
