Ciao! Qué onda gente yo de nuevo dando lata, jajajaja
Pues como ven, según yo ya había acabado todo con "Amor frio" y "El viaje de Is" peroooooo, un día en que los pajaritos cantaban y las abejas zumbaban….(?) ok no.
La cosa es que cuando te llega una buena idea sería un crimen dejarla en el olvido, así que me dije a mi misma: "hazlo con una chingada antes de que se te olvide!" o algo por el estilo xD
Entonces les traigo este nuevo fic, que un muy agradable chico (Fun Night) me ayudo a plasmar las ideas que ahí estaban pero no querían salir las desgraciadas xD también le doy mil gracias a un amigo muy especial que ya tuve el gusto de conocer en persona (Iv Anhell) quien me dio en empujón inicial :D
Bueno ya basta de parloteo! Vamos a la historia!
La Zona Helada está de fiesta, todos en el castillo central están muy ocupados corriendo de un lado a otro arreglando y preparando todo para la mayor celebración que se llevara a cabo, ¿Cuál es la gran ocasión? Ni más ni menos que el cumpleaños 18 de la princesa Nankyoku.
Noru supervisaba la decoración del gran salón, no quería que nada saliera mal en el cumpleaños de su única hija. Después de asegurarse de que los meseros tuvieran sus ordenes fue a buscar a Anky para preguntarle qué era lo que quería ponerse, la busco por todo el castillo, recorrió cada cuarto pero no la veía, llego hasta la cocina, encontró a su esposo pero no había rastro de la princesa.
-Den! ¿Has visto a Anky?-
El rey se estaba atiborrando con los bocadillos que iban hacer para la fiesta –Creí que estaría contigo Noru- traga el montón de comida –Como veras me di a la importante tarea de probar todo lo que se va a servir en la fiesta-
Noru vio al pegaso con fastidio antes de sacarlo del lugar jalándolo de las alas –AAAY! AAAY! Noru! ¿Qué pasa?-
-¿Qué pasa?! Que tu hija no aparece eso pasa!-
El pegaso toma a su esposa por los hombros –Noru…yo se que te preocupas por Anky mas que nadie en este mundo, pero debemos aceptar que ya no es nuestra bebe, y que ella también quiere explorar el mundo, seguramente estará por el pueblo-
-OOOH! Si Den tienes razón- sus palabras claramente denotaban sarcasmo, al menos la mayoría lo notaria- Seguramente Anky estará rondando algún pueblo cercano, y para que preocuparme, seguramente algún semental la vera y querrá hacerle compañía- Den se quedo con los ojos muy abiertos y lentamente soltó a Noru.
-GUARDIAS!- grito el pegaso a todo pulmón
-Si su majestad- cinco ponys guardias aparecieron al instante saludando militarmente.
-Quiero que vayan a todas las aldeas y busquen a la princesa con carácter de urgente, y a cualquier tipo sospechoso cerca de ella lo arrestan de inmediato!-
-A la orden su majestad!- los guardias salieron corriendo del castillo para dar con la princesa lo antes posible, Noru se quedo viendo a su esposo con una sonrisa triunfal, tal vez el le daba más libertad a su hija pero conocía muy bien lo celoso que era con ella.
(…)
Mientras tanto por las calles del pueblo que esta al norte del castillo de hielo, trotaba tranquilamente una unicornio, su crin rubia estaba atada por una cola alta, su pelaje de color lila, sus ojos azules como el cielo, iba cubierta por una capa negra para que nadie supiera que ella era la hija de los reyes de la Zona Helada, la princesa Nankyoku.
Anky había adquirido un hábito que les ocultaba a sus padres, especialmente a su sobreprotectora madre, desde hace unos años salía al pueblo disfrazada iba hasta la plaza y junto con algunos ponys gitanos que tocaban instrumentos ahí se ponía a deleitar a todos con su melodiosa voz. Ahí fue donde encontró su talento y su cutie mark, que consistía en un corazón y sobre este la clave de sol.
Noru, no la dejaba salir mucho del castillo, y las pocas veces que se lo permite tiene que llevar varios escoltas, claro que ansiaba libertad y conocer el mundo.
Como ese día era su cumpleaños quería compartir su alegría con los pueblerinos, llego a su lugar de siempre junto a la fuente, varias ya la conocían sin saber quién era verdaderamente, muchos la llamaban la cantante de la fuente.
Anky empezó a entonar su fina voz cuando los ponys gitanos la vieron y comenzaron a tocar sus instrumentos, no tardo mucho antes de que el lugar se llenara de espectadores.
Ese día en especial sentía que algo le quemaba por dentro, y lo iba a dejar salir con su voz.
(…..)
En la entrada del pueblo se veía un pony bastante alto para ser terrestre, además de robusto, era de pelaje oscuro y de crin gris, ojos color lila, traía una bufanda blanca en el cuello y su cutie mark consistía en una llave de tuercas atravesada por un rayo.
Mientras caminaba todos salían de su camino, era una presencia imponente y aterradora, entro a un callejón oscuro donde se encontró con un unicornio de dudosa procedencia, este lo examino con cuidado.
-Tú debes ser el bandido de la nieve- hablo el pony misterioso al recién llegado
-Da! Espero que pague por adelantado camarada, mis trabajos son garantizados- el pony negro tenía un acento muy marcado.
-Espero que sea eso cierto – le entrego una bolsa llena de bist –Esta noche habrá una fiesta en el castillo, estarán lo suficientemente distraídos para que entres y traigas lo que te pido-
-Debo preguntar ¿Para qué quiere esa joya en específico si tiene tanto dinero para pagar?-
-Dicen que la reina es una hechicera muy poderosa y esa joya la creo para aumentar la magia de quien lo porte, y yo la quiero para volverme el ser más poderoso de este congelador y cumplir con mis sueños más oscuros-
-No necesito que me cuentes tu vida ¿Da?, me aburres- dijo con una sonrisa que más que otra cosa daba miedo –Para mañana tendrás tu joya- el pony negro salió del callejón rumbo a la plaza con esa sonrisa que daba escalofríos.
(…..)
El atardecer llego en la Zona Helada, la oscuridad empezaba a reinar y fue bien aprovechada por un corcel negro, este subía por una de las paredes del palacio, sin preocupación ya que noqueo a dos guardias que vigilaban la parte norte del palacio con mucha facilidad. El pony se cuelga con solo su pata delantera de la pared incrustando su fuerte casco en esta con mucha facilidad. Con el otro saca un mapa un poco mal dibujado, que intenta leer.
-¿A esto le llaman hacer mapas? En la madre patria si los saben hacer Da~ –Se dijo el pony muy molesto -Según esta estupidez debo estar por llegar a la habitación de la servidumbre –El corcel entra por una de las ventanas del palacio.
De repente abre los ojos como platos al encontrarse con una habitación totalmente afeminada y con el estilo único de la realeza. Volvió a sacar el mapa de su bufanda con una cara de total ira.
-¡Maldita sea! –Exclamo el pony -Esto está mal, la torre norte es la de servidumbre, esta es la torre de la princesa….alguien pagara por esto Da~- parecía que al pony jamás le desaparecía esa sonrisa que en lugar de alegre, era siniestra.
De repente siente unos pasos acercarse y este se esconde en un pequeño armario que yacía ahí. Se abre la puerta y de esta entra la princesa Nankyoku con su madre, al parecer muy molesta con su hija.
-¡Ya te dije que lo siento mamá! –Exclamo Nankyoku.
-¿Qué lo sientes? ¡Te desapareces y no le avisas a nadie! Tu padre también está muy molesto jovencita! –Le reprocho su madre Noru.
-¡Ya no soy una niña pequeña! – Nankyoku se tiro a su cama para poner su almohada contra su rostro -¡¿Cuando vas a dejar de tratarme como una niña pequeña?!-
-¡Cuando te dejes de comportar como una! –Noru iba a proseguir con el reproche a su hija, pero sintió un pequeño llanto proveniente de Anky que ocultaba con su almohada, a culpa invadió a la reina de hielo y se acerco cariñosamente a abrazar a su hija mientras con su casco le acariciaba la crin.
-Lo siento –Se disculpo Noru -Solo que… Te quiero demasiado pues eres mi gran tesoro, y… bueno tú sabes… que, quizás… de alguna forma… exista la posibilidad de que… yo exagere un poquito a veces-
Nankyoku se saca la almohada de su rostro -¿A veces? Mamá exageras todo el tiempo. A penas puedo ir sola a un lugar de vez en cuando y la mayoría de las veces mis guardias me acompañan-
-Mira… es tu fiesta, luego hablaremos sobre esto -Noru se levanto de la cama-Ahora mi querida hija, arréglate que muchos te están esperando-
-Sí, si… Ya lo sé, ese ejército de viejos debe estar deseoso de verme el plot y si con eso no bastara seguro ya esos príncipes antipáticos están practicando sus corrientes cortejos – Nankyoku cruzo sus cascos.
-Bueno quieras o no, ese ejército de viejos tiene el dinero para las fundaciones de caridad y están aquí por ti y esos de esos príncipes antipáticos como les llamas debes ser cortes pues tal vez alguno llegue hacer tu pareja-
-Prefiero que me corten el cuerno antes de eso- chisto muy molesta la princesa
-Anky…Solo será unos momentos, es el protocolo real, luego podrás divertirte en tu fiesta todo lo que quieras, por favor ¿Por mi? –Le suplico Noru ya que sabía que la única forma de llegar a su hija era a través de su corazón.
-Está bien –Dijo derrotada Nankyoku.
-Gracias hija– la reina le dio un beso en la frente, luego se dispuso a irse pero no sin antes dirigirle una cálida sonrisa a su hija.
Nankyoku suspiro y se dirigió a su armario para empezar con la decidía de que usar, esta lo abrió y de repente un semental salió de adentro tomándola de las pesuñas azotándola contra la cama bruscamente.
-Sera mejor que no grites o te muevas, de lo contrario dislocare tu pata ¿Da?–Le amenazo el semental.
-AAAAAY! ¡¿Qué te pasa idiota?! Eso me duele!- La princesa voltea su rostro para ver al corcel y se encuentra con los ojos violeta de este.
El corcel también se queda viendo fijo a los brillantes ojos azules de Anky, unos segundos pasaron y no despegaron la mirada del otro, de repente se escucho como alguien se acercaba, el pony negro soltó de inmediato a la princesa para ir a la ventana, pero antes de salir por esta la miro una última vez. Nankyoku corrió a la ventana para ver como el corcel saltaba por el tejado para perderse en la oscuridad.
Tocaron la puerta para luego abrirse revelando a rey del lugar –Princesita, ¿Estas lista hija?- hablo Den entrando feliz al lugar, pero al ver a su hija perdida viendo por la ventana la acompaño -¿Qué estás viendo?-
Anky se sorprendió y pego un pequeño brinco –Pa..papá! ¿Cuándo llegaste?-
-JAJAJ! Llevo aquí un rato ¿Qué es tan interesante a fuera que te distrajo?- el pegaso abrazo a su hija con el ala –Na…nada papá! Mejor vete que tengo que arreglarme, mamá se enojara….otra vez…. si me retraso más-
-Tienes razón, te esperamos en el gran salón, pero antes… – Den saca algo de su traje –Hija, este es el regalo de cumpleaños para ti de parte de tu madre y mío- le da un beso en la frente y le entrega una cajita –Feliz cumpleaños hija-
La princesa toma el regalo y lo abre con su magia, revelando un hermoso collar con una enorme gema colgando, esta era un corazón azul y dentro flotando una piedra brillante roja mas pequeña, el rey la toma y se la coloca en el cuello.
-Esta gema la creo tu madre después de que naciste, es una piedra mágica, ambos acordamos que cuando llegaras a esta edad tú la poseyeras-
-Es…hermosa papá…gracias…-
Den sonrió complacido –Bueno mejor me apuro o no podre seguir probando los bocadillos antes de que tu madre me regañe JAJAJA!- el pegaso salió con su típica sonrisa de bobo de la habitación de la princesa.
Nankyoku decidió por fin arreglarse, no se atrevía a decirle a su padre de su pequeño encuentro con aquel pony, todo había pasado tan rápido, pero, al ver esos ojos sintió algo extraño dentro de ella.
Se puso un fino vestido, peino su crin de un modo distinto, se puso algo de maquillaje ligero y para rematar la hermosa joya que ahora le pertenecía, solo debía aguantar el saludar a los invitados como el protocolo lo manda para luego poder divertirse como lo había planeado, aunque para ser franca con ella misma, no podía evitar recordar esos ojos violetas.
(…)
La fiesta comenzó, el salón estaba repleto de ponys de la alta sociedad, y algunos jóvenes que le habían permitido a Anky invitar para no aburrirse.
Los reyes fueron los que hicieron primero su aperción, vistiendo elegantemente como se esperaría de ellos, tomaron su lugar en el trono. Luego una voz empezó llamo la atención de todos.
-Yeguas y Corceles, con ustedes la princesa Nankyoku – una luz ilumino la parte de arriba de la escalinata principal donde estaba la unicornio luciendo espectacularmente a la vista de todos –Quien este día cumple sus 18 primaveras, por favor junten sus cascos para una gran ovación-
Mientras la princesa bajaba las escaleras, todos aplaudían, Anky se sentía soñada, feliz, pero algo faltaba, aunque no sabía exactamente qué.
Cuando llego a la parte de debajo de la escalera, la orquesta empezó a sonar dando inicio al vals real, en ese momento solo deseaba que la tragara la tierra, para ella eso era tan aburrido, rápidamente se vio rodeada de príncipes y alguno que otro viejo verde.
-¿Me permite esta pieza princesa?- un pony príncipe del reino vecino le ofreció su casco
-Pues ya que…- Nankyoku solo tenía que aguantar un rato, luego pondría en marcha su plan para animar las cosas, después de todo es su cumpleaños.
(…)
Afuera del castillo seguían llegando los invitados, quienes entraban solo con invitación. De entre los arbusto un pony negro seguía reprochándose mentalmente por ser tan idiota, se supone que era un profesional y dejo que un par de ojos bonitos lo distrajeran.
-Tengo que arreglar esto Da~, ya perdí mucho tiempo con ese mapa mal hecho y esa yegua contestona-
Se quedo viendo como entraban los ponys de sociedad y rápidamente le vino una idea a su perversa mente. Por detrás noqueo a un potro con un movimiento de su pata y lo llevo hasta los arbustos, luego le quito las finas prendas que llevaba puestas, para vestirlas él. Arreglo su alborotada crin en el largo peinándola hacia atrás, su bufanda la amarro de tal modo que se viera elegante, tomo la invitación del pony noqueado y se dirigió a la entrada.
Un pony guardia reviso la invitación –Ah! Conde buenas noches, adelante disfrute la fiesta-
Éxito! Una vez más sus habilidades lo pusieron en el juego, una vez adentro solo tenía que dar con la joya y salir de nuevo, nada que no hubiera hecho antes.
Al entrar se topo con mas ponys de los que pensó, todos bailaban lentamente al compas de una melosa música, solo rodo los ojos y se puso a buscar un acceso al interior del castillo, varias yeguas se le insinuaban para bailar, pero el solo las ignoraba olímpicamente, ya tenía un objetivo y nada del mundo lo iba a distraer, era un ladrón profesional después de todo.
Iba pasando por la pista central cuando por obra del destino volteo hacia esta y la vio, era la misma pony respondona de hace un momento, detuvo su andar para poder observarla, hace solo unos minutos parecía una yegua de muy mal genio pero de bellos ojos y ahora era como una princesa de bellos ojos azules.
Se dio una bofetada -¿Qué estoy haciendo? Se supone que tengo que terminar este trabajo y luego largarme a otro lugar para gastar mis bits Da~, no tengo tiempo para contemplar…yeguas…de…bellos ojos…que…- se dio cuenta que de nuevo divagaba –проклятие!- maldijo en su lengua natal dando una fuerte pisada en el piso.
De nuevo retomo su caminar, pero por andar reprochándose a sí mismo no se dio cuenta del mesero que estaba enfrente de él, todo paso como si el destino quisiera burlarse de el pony negro, al momento que choco con el mesero, por ahí iban bailando Nankyoku con un príncipe, el mesero derribo al príncipe y Anky termino entre las patas del ladrón.
Ambos se quedaron contemplando por un rato, sus ojos chocaron de nuevo.
-Tu…tu eres…- el semental le tapo la boca a la princesa
-Si dices algo tendré que hacerle daño a ese bello rostro ¿Da?- la tomo de la cintura con una pata y con la otra del casco, luego le susurro al odio –Solo baila como si no pasara nada, necesito llegar a la salida, si haces o dices algo puede que este sea lo último que hagas..-
-No te atrevas a amenazarme bruto!- chisto la princesa pero no se soltaba del agarre
-Pues entonces mantente cayada niña Da~- la abrazo mas fuerte para empezar a bailar pues no quería levantar sospecha.
Nankyoku lo miraba furiosa, el pony solo le sonreía siniestramente como acostumbraba, y a pesar de eso ambos despedían una buena atmosfera.
Desde el trono de los reyes, Noru y Den contemplaban extrañados la escena.
-Den…¿Quién es el que baila con Anky? Jamás lo había visto-
-No lo sé querida, pero no te preocupes, seguro lo aleja en un segundo, sabes que ella no tolera bailar con nadie más que una pieza-
Tres valses después esos dos seguían bailando por alguna razón, el ladrón había tenido más de 100 oportunidades para irse de ahí y no las aprovechó, lo más curioso de todo es que no dejaban de insultarse el uno al otro mientras se movían al compas de la música.
-Bruto desaliñado-
-Niñata malcriada-
-Pony asqueroso!-
-Yegua loca!-
-Loca tu abuela! Tu bruto!-
-Da~ ¿Quieres dejar de decirme bruto? Yo tengo un nombre potrilla mimada-
-¿Así? Dudo que puedas deletrearlo-
-R.O.S.H.I.A mi nombre es Roshia ¿Da?, a ver si puedes decirlo niñita-
-Deja de decirme así! Yo tengo mi nombre y será un honor para ti conocerlo- se aclaro la garganta altanera –Soy la princesa Nankyoku!-
-Da~ ya lo sabía…-
-EEEEH! ¿Y todo este tiempo no pudiste referiste a mi apropiadamente?-
-Niet….es más divertido así-
La música paro un momento para descansar, la princesa y el bandido lejos de separarse se fueron a un rincón a conversar.
-¿Qué haces aquí? Deduzco por la forma que me atacaste hace rato es que eres un ladrón o algo así...-
-Da! Estas en lo correcto, y si sabes que lo soy ¿por qué no me temes?-
-¿Bromeas?...mi madre me ha enseñado sus mejores hechizos, si quisiera podría desintegrarte ahora mismo-
-JAJA! Si claro Da! No tienes tanto poder princesita-
-Claro que lo tengo! Y más ahora que mis padres me regalaron esto!- Nankyoku le enseño a Roshia la joya que le dio su padre hace pocas horas.
El semental negro empezó a sudar frio, era justo esa joya por la que le habían pagado para llevarla ¿Por qué la tenia ella? Eso no podía ponerse peor, momento…¿Por qué le afectaba que ella tuviera eso? Simplemente debía arrancárselo y salir de ahí ¿no era nada difícil….o sí?
Sea lo que sea debía planear algo y hacerlo pronto, cuanto más se quedara en la fiesta más se arriesgaba a llamar la atención y peor aún, esa yegua mimada le hacía sentir inquieto y más cuando la veía a los ojos. Debía buscar un lugar relajado y sin muchos ponys para planear su próximo movimiento.
-Creo que voy al baño –Roshia se dispuso a irse al baño pero algo se lo impidió, Nankyoku le había intervenido el paso posicionándose frente a él.
-¿Te ocurre algo niña? –Le pregunto el corcel extrañado.
-Tú no iras a ninguna parte –Le dijo secamente la princesa.
-JAJAJA! Y porque piensas que puedes detenerme, estás loca Da~ -
-Basta una alerta mía y toda la guardia estará aquí. No escaparas hasta que termine la fiesta – Nankyoku tenía una sonrisa maliciosa en su rostro algo raro en ella, aunque hacia que se pareciera más a su madre.
Roshia se vio acorralado, por unos momentos sintió unas ganas enormes de romperle el cuello a la unicornio, tomar la joya, saltar por una de las ventanas, matar a quien fuera que cruzara en su camino y escapar exitosamente. Pero esa idea se desvaneció al instante al recordar que la Reina Noruu~e si no lo mata en al instante, lo encarcelaría para aplicarle las más horribles torturas imaginadas.
-Me tiene entre la espada y la pared ¡Maldita sea! –Pensó para sus adentro Roshia.
-¿Y bien, prometes no huir hasta que acabe la fiesta? –Le pregunto Nankyoku muy segura de sí misma.
-Está bien niña, me quedare, pero solo con una condición-
-¿Condiciones? No creo que estés en posición de exigir condiciones-
-Solo que me atrajo mucho ese collar. ¿Al final de la fiesta me lo permitirías verlo mejor?- la imborrable sonrisa vacía del pony negro se torció un poco, estaba molesto y de él un aura negra salió al mismo tiempo que de su boca provenía un sonido raro –Kolkolkolkol- Roshia estaba bastante enojado aunque no lo pareciera, ya había perdido mucho tiempo ahí.
-¿Mi collar? Está bien, supongo… -Nankyoku se llevó su casco a su collar no muy convencida, pero ya había aceptado. Además ¿Qué tantas posibilidad tenia de escapar? Lo tenía justo donde quería.
-Da~ me quedare entonces-
(…..)
Nankyoku trajo a Roshia arriba abajo por toda la fiesta, a veces bailando y otras comiendo los bocadillos, ningún otro príncipe se le había acercado en todo ese tiempo, debido a la imponente presencia que despedía el potro.
La media noche llego, Anky había esperado esa hora todo el día, era momento de subir el volumen de la fiesta y enseñarle a esos vejestorios como se celebra.
-Roshia, espérame aquí-
-Da!...¿tengo opción?-
-Sabes que no, lo prometiste, además ahora veras algo que seguro te sorprenderá-
-No hay nada que a mí me…..-
El pony no pudo terminar de hablar pues la princesa se había ido donde sus padres. Los reyes se pusieron de pie para anunciar algo a los invitados.
-Como evento especial por el cumpleaños de nuestra amada hija, ella nos deleitara con su bella voz acompañada por la orquesta- Den hablo con orgullo de padre mientras Anky ocupada su lugar donde la orquesta.
Todos aplaudieron, incluso Roshia que lo hacía más que nada por compromiso, si esa era la sorpresa que le menciono, no estaba nada sorprendido.
Nankyoku estaba en posición y una única luz la ilumino, de repente empezó a sonar un piano delicadamente.
-What an amazing time
What a family
How did the years go by?
Now it's only me-
Empezó a cantar la princesa calmadamente con su dulce voz, pero de repente hizo una señal a unos guardias, estos sacaron unos instrumentos musicales y el ambiente dejo de ser tranquilo. Las luces se volvieron de colores y al aumentar el ritmo de la música Anky arranco su fino vestido para dar paso a uno más provocador. Este era negro y azul, consistía en una medias largas que se apretaban en su blanco, en sus patas delanteras también llevaba medias un poco más cortas, en su lomo un atuendo ceñido abierto de los lados, su collar que le dio su padre era el complemento final.
De nuevo empezó a cantar pero esta vez con energía e ímpetu.
-Like a cat in heat stuck in a moving car
A scary conversations,
Shut my eyes, can't find the brake
What if they say that you're a climber?
Naturally i'm worried if i do it alone
Who really cares cuz it's your life
You never know, it could be great
Take a chance cuz you might grow
Oh... oh ohhh
What you waiting
What you waiting
What you waiting
What you waiting
What you waiting for!?-
Todos se quedaron con la boca abierta, los que eran pegasos no pudieron evitar expandir sus alas ante la belleza que ofrecía la princesa. Roshia quería articular palabra pero ni un Da le salía. Noru y Den casi se van para atrás ¿en qué momento su hijita había preparado todo eso? ¿Cómo convenció a los guardias? Y sobre todo ¿Por qué usaba esa vestimenta tan lujuriosa? A la reina le iban a salir canas pronto con una hija así.
Nankyoku se paseaba por el lugar cantando y moviéndose al ritmo de su música, los más jóvenes se habían puesto locos de emoción, los viejos sentían que les daba el soponcio. La princesa se sentía en las estrellas y sobre todo cuando se percato que Roshia no perdía detalle de sus movimientos.
Cuando acabo el lugar se lleno de humo y explosiones, ya no se podía ver a la princesa pero los ánimos seguían álgidos. Roshia buscaba a la princesa con la mirada, pero alguien le susurro a la oreja.
–Te veré en el balcón de mi habitación, se que sabes cómo llegar- Era Nankyoku quien se había escabullido hasta donde estaba el potro, después de decir eso se teletransporto.
Obviamente para el ladrón eso era lo último que quería, pero solo tenía que resistir ya estaba a un paso del mentado collar y acabar con ese trabajo de mierda, la princesa lo fastidiaba pero debía admitir que tenía un carácter decidido. Se escabullo entre los invitados y salió del lugar, se dirigió al único camino que sabia para llegar donde lo había citado la princesa, se deshizo del ridículo traje que ya lo estaba ahogando, se acomodo su bufando y subió por la pared ágilmente como la primera vez, luego entro por la ventana junto a la habitación de Nankyoku, no quería llevarse más sorpresa, estaba llegando a su límite. Se asomo por el pasillo para asegurarse que no había nadie al rededor antes de salir.
Nankyoku en su habitación se había quitado ese atuendo tan extravagante, había amarrado su crin con su cola alta como le gustaba, solo conservaba puesto su collar y su corona, no necesitaba más para estar cómoda. Estaba en el balcón de su habitación recargada en el barandal viendo hacia afuera esperando al ladrón, era extraño porque a pesar de que podía herirla algo le gustaba en él, cerró los ojos para aprovechar la brisa helada de la noche.
De repente tocan a la puerta y Anky rápidamente la abre, al hacerlo Roshia entra bruscamente cerrando la puerta al instante para que nadie lo viera entrar a la habitación de la princesa, eso sería mal interpretado por cualquiera, pero su objetivo verdadero era el collar y no la princesa.
-¡Roshia! –Saludo Anky bastante animada-¿Te gusto el espectáculo?-
-Si… Si muy bonito niña, le diste un paro cardíaco a todos Da~ –Dijo Roshia rodando los ojos –Y casi a mi también- eso ultimo lo dijo mas para sí mismo.
Nankyoku se voltea hacia su balcón donde mira las estrellas con un brillo singular en sus ojos, como deseando o esperanzando algo. Esto llama la atención de Roshia que se le acerca.
-¿Te pasa algo? –Le pregunta con una pisca de interés.
La princesa continúa mirando el cielo.
-Nada… Solo que. Por primera vez me divertí tanto en una fiesta… Es todo –Le contesta ya estando ambos en el balcón, Nankyoku se había puesto su cabeza sobre sus cascos mirando el cielo soñadoramente.
-¿Qué no te diviertes en tus fiestas? Eres de la realeza-
-Lo sé… pero no soy feliz siendo de la realeza…..hay muchas reglas y prohibiciones, esta ha sido la mejor fiesta que he tenido en años, y no puedo creer que la haya pasado con un semental que no conozco y además que es un ladrón-
Una vez más se oye que tocan la puerta.
-¡Roshia rápido escóndete! –Antes que Anky lo pudiera notar el corcel a su lado había desaparecido -¿Roshia? –Lo busco con la mirada.
-Estoy aquí –Se sintió una voz proveniente de la orilla del balcón era Roshia que se estaba colgando con sus cascos.
-¿Estarás bien ahí?-
-Claro, no me subestimes ¿Da?… Yo soy el mejor en mi oficio…-
La princesa le sonrió dulcemente, estaba tranquila y confiada, se acerco rápidamente a la puerta para abrirla. De repente toda su confianza se apago como una vela al ver a su madre Noru literalmente con la cara roja de la furia, su mirada era tan acusadora y penetrante que asusto a Nankyoku haciéndola retroceder mientras su madre se le acercaba muy enojada. Pero luego el semblante duro de la reina cambio a uno de calma.
-Anky, tenemos que hablar –Le dijo Noru a su hija que ya estaba cubriéndose el rostro con sus pesuñas.
-¿Qué? –Pregunto confundida Anky.
Noru la rodea y se sienta sobre la cama de Nankyoku invitándola a sentarse al lado de ella. Anky sin cuestionar mucho a su madre se sentó, al menos esto era mejor que ser regañada.
-Escucha hija…. llego el momento de hablar de algo muy importante, sobre lo que hiciste… -fue interrumpida.
-¡No me arrepiento de nada! Por primera vez hice lo que siempre quise hacer en mi propia fiesta – Nankyoku se cruzo de cascos.
-Lo sé… pero… tienes que entender que tu cuerpo ya se desarrollo al de una yegua madura, y cuando una pony ya tiene la edad suficiente los potros ya la empiezan a mirar con otros ojos, además…-
-¡MAMÁ! –Anky se levanto de la cama algo ruborizada -Por favor no me des el discurso de "tu cuerpo está cambiando", enserio es muy aburrido y vergonzoso-
-Está bien, quería ser amable y comprensiva esta vez- El tono de voz cambio drásticamente a uno más severo -Pero veo que no funciona –Noru se levanta de la cama también para confrontar a su hija -¡Como mierda se te ocurre vestir como una cualquiera y mostrarte así ante todos! –Le grito dejando salir toda esa furia que había reprimido con anterioridad.
Nankyoku se encogió de hombros ante las palabras de su madre.
-E…Es… mi cuerpo, no tienes derecho a decirme como vestir o que hacer… Ya tengo 18 años –le respondió Anky tratando de sacar valor.
Mientras madre e hija discutían, Roshia colgado del balcón, escuchaba todo lo que hablaban sin emitir ningún sonido.
-Valla carácter tienen las dos, que problemáticas…- Pensó mientras seguía atento de la discusión.
-¡Sigues siendo una niña! ¡No lo entiendes! –Noru camina alrededor de Nankyoku mientras le gritaba -¡Ahora todos los nobles y príncipes van a creer que la princesa de la Zona Helada es una pony cualquiera que regala como una puta! ¡¿Estas feliz Anky?! –Noru se posiciona frente a su hija frente a frente -¡Nos avergonzaste a tu padre y a mí!-
Con esas últimas palabras Nankyoku se echo a llorar a su cama con todas sus fuerzas, en realidad esa no era su intensión, ella solo quería divertirse, pasarla bien por una vez en su vida en su propia fiesta. Lamentablemente para sus deseos, su madre no estaba de acuerdo, si bien ella siempre ha querido a sus padres más que nada, a veces sentía un miedo hacia su madre que no lograba comprender.
Noru camino hacia la puerta de la habitación –No saldrás de tu habitación en los siguientes 3 días- sentía que el corazón se le congelaba como cuando era joven –A partir de este momento tienes estrictamente prohibidas todas las salidas del castillo- con cada palabra que le decía a su hija sin verla, sentía como si mil agujas se clavaran en su alma.
-¿QUEEEEEEEÉ?!- Anky alzó su mirada aun llorosa –Eso es lo más injusto que me puedes hacer, a duras penas me dejas salir del castillo y ahora esto!-
-Es por tu bien hija, algún día me lo agradecerás- Noru no podía ver a su hija a la cara, sentía que si lo hacia se iba a desmoronar, y para mantenerla a salvo y bien a veces ella tenía que ser la villana.
-No….no…- la princesa negó incrédula –NOOO! Jamás voy agradecer algo así! Yo…yo…TE ODIO!-
La reina sintió como si un pedazo de su corazón colapsara, esas palabras le dolieron más de lo que aparentaba, salió de la habitación en silencio y con su rostro sin expresión. Nankyoku lloro con mas intensidad deseando que las lagrimas lavaran el dolor que sentía.
Una vez afuera de la habitación de su hija, la reina vio a su esposo esperando ansioso –Y bien ¿Qué paso?...- Noru no pudo más y se soltó a llorar, Den se espanto y se acercó a ella rápidamente.
-Noru! Querida ¿Qué paso? Dime por lo que más quieras..-
La reina seguía llorando en el pecho de su esposo.
-Anky…Anky me odia….he fracasado como madre!….- hablo entre sollozos.
Den la abrazo con más fuerza con sus patas y sus alas.
-Si dices que fracasaste como madre, yo lo he hecho como padre entonces….-
-Den tú no….-
-Anky ha crecido, y por más que queramos no podremos tenerla bajo nuestra protección por siempre, a mí también me duele esa verdad, más de lo que te imaginas-
Noru se abrazo más fuerte del pegaso.
-Yo….solo quiero evitar que pase de nuevo algo como cuando era niña…..no podría soportarlo…no de nuevo….verla casi morir frente a mis ojos yo…-
El pegaso la cayó con un tierno beso, para pegarla más a su abrazo protector –Eso no va a volver a pasar jamás, yo no lo permitiré. Ahora es mejor que ambas se calmen y por la mañana trataremos de resolver esto como familia-
-Has madurado mucho Den, ya no eres tan idiota como cuando te conocí-
-Las ventajas de estar casado con una yegua de carácter-
Los reyes se fueron a sus aposentos, Noru sentía que el mundo se le había caído encima y necesitaba descansar.
(…..)
Nankyoku seguía llorando desconsoladamente en su habitación, su almohada esta húmeda de tristeza, pero una voz la trajo a la realidad.
-Oye niña, deja ese drama no es digno de la realeza ¿Da?-
-Roshia!- la joven princesa había olvidado por un momento la presencia del ladrón, este la observaba con sus penetrantes ojos violetas parado a un lado de la cama. Nankyoku se paró de la cama limpiando sus lágrimas y tratando de no verse más patética.
-No paso nada….-
-Da~ lo que digas…. Ven al balcón-
A Anky le pareció extraña la petición, la verdad ahora su cabeza y sentimientos estaban hechos una mezcolanza. Lo que ella ignoraba era que el potro negro ya iba a jugar su última carta para acabar con su misión, ya su paciencia se había ido al carajo.
Roshia ya estaba en el balcón cuando la princesa se decidió acompañarlo.
-As de cuenta que nada paso y concéntrate en mi ¿Da?- hablo el ladrón con su típica sonrisa enigmática. Ante esas palabras Anky se estremeció, su corazón retumbo en su pecho, la verdad era que ahora estaba nerviosa.
-Roshia…¿Qué estás?...-
Él le tapo la boca con un casco, luego lo puso en el collar que traía en el cuello ella.
-Este collar brilla como tus ojos, es hermoso Da!-
-Roshia….- Anky se había ruborizado
Este no dijo nada, solo la observaba detenidamente con sus profundos ojos violetas, su casco libre lo empezó alzar hacia el rostro de la princesa, ella se puso como tomate mientras lo veía sin decir nada.
-Tengo que aceptar que eres linda Da~ y esta noche no fue nada de lo que planee…- hablo el ladrón con voz tranquila.
Nankyoku sonrió mientras su corazón casi se le salía.
-Pero este juego se acabo!-
-¿Qué?!- Anky abrió los ojos como platos.
Roshia apretó el collar con su casco, mientras el otro que subía por la cara de Anky termino por usarlo para golpear el cuerno de ella para que no usara magia. La princesa se quejo por el dolor producido.
Luego jalo el collar para arrancarlo de su cuello mientras la empujaba, ella termino por golpearse el lomo con el borde de la cama y cayó al suelo sin remedio. El potro sintió algo raro al verla lastimada en el piso, sacudió su cabeza y se giro para saltar por el balcón.
Roshia bajaba a toda prisa la pared del palacio, Nankyoku seguía llorando en el piso, en el momento de más necesidad de cariño, de consuelo, lo único que recibió a cambio fue que le robaran el collar que con tanto esfuerzo hizo su madre para ella. Sus lágrimas recorrían sus mejillas, se sentía devastada, por unos momentos considero al ladrón como su amigo. El primer semental con el que se había divertido en su cumpleaños le terminar robando, no quería creer que pasaría, no al menos de ese modo tan cruel. La princesa de hielo se arrastra hasta el balcón aun adolorida por el golpe y aun soltando lágrimas, por unos breves instantes pensó en alertarle a la guardia, pero por un fuerte dolor en su corazón no podía soltar ninguna palabra. Miro hacia abajo para encontrarse con el corcel que estaba a punto de saltar la cerca del jardín y así poder irse.
Roshia miro a la princesa que lo miraba con ojos sollozantes y un corazón lastimado tanto por su madre y por él, nunca antes había sentido la culpa de robarle a alguien. Esquivando cualquier emoción salto para salir de la vista de la princesa dejándola ya totalmente sola.
Nankyoku se tiro a su cama para mojar las almohadas con sus lagrimas, este sufrimiento le resultaba familiar, un fuerte dolor en su pecho y en su corazón, lo que iba a ser un gran día fue arruinado, y sin poder hacer nada se dedico a seguir llorando toda la noche. Por su madre, por Roshia y por ella misma.
Eso es todo por ahora, si les gusto no se contengan a dejar review y si no tienen galletas también se aceptan donas, muffins y pastelitos.
Nos leemos a la próxima :D
P.D: Pueden pasar a mi DA (DeaviantArt) a ver las imágenes de los personajes de esta trama ;) el link está en mi profile.
P.D2: La canción que canta Nankyoku es la de Gwen Stefani - what you waiting for
