Notas: Este es lo primero que publico, espero les guste. Hetalia es propiedad de Hidekaz.


Se escuchó un gran estruendo desde la cocina. La mano de Romano se separó del papel y dejó la pluma en la mesa. Tomó la hoja y la dobló con prisas metiéndola descuidadamente a un cajón.

Se fue refunfuñando a la cocina, donde el destinatario de su privada carta lo esperaba. El hombre era un desastre, como siempre. Había una suciedad increíble en la cocina, Antonio comenzó a escapar en cuanto vio la cara de su compañero.

—¡Maldito bastardo! ¿Has pensado en lo mucho que me cuesta dejarlo limpio? —gritó el menor. Antonio corrió a la primera habitación con el chiquillo siguiéndole. Recorrió con la mirada el lugar buscando una vía de escape.

—Vamos, querido, no te exaltes. Todo tiene solución. —decía nerviosamente recargándose con todas sus fuerzas en la puerta que era maltratada por Romano desde fuera.

—Solución, nada. Ya verás bastardo. —entonces España vio un papel que salía descuidadamente de un cajoncillo a su lado. Estiró su brazo para tomar la carta mientras trataba de que Romano no abriera la puerta.

Cuando tuvo el papel entre sus dedos le sorprendió distinguir su nombre con la caligrafía del italiano.

Para España

Anoche soñé una pesadilla. Era una hermosa...pero dolorosa pesadilla. Y ahí estabas tú, tomando mi mano, y sonriendo. Con esa mirada me diste a entender que jamás te irías de mi lado...pase lo que pase, cueste lo que cueste, en los mejores momentos, tanto como en los peores. Eras mi todo, y yo era tu todo. Sin ti, yo dejaba de respirar, sin mí tú morías. ¡Éramos la combinación perfecta! ¿Qué más podía pedir, si tan solo tenerte a mi lado, era más que suficiente para mí? Y entonces...algo pasó. Nuestras manos enlazadas fueron separándose de a poco, tu presencia se esfumaba como ceniza, mis ojos apreciaban como desaparecías y yo...no hacía nada. El hecho de que tu existencia haya acabado, me impedía abrazarte por última vez. Ya no sentí mi corazón latir, el cielo en cuestión de segundos, ahora era oscuro...y abrumador. Las lágrimas salían...y nunca se detuvieron. Fue cuando la lógica me permitió darme cuenta de que nada fue real. Pero aun así, jamás lo borraré de mi memoria. Por qué me demuestra lo importante que eres en mi vida, a pesar de que seas MI VIDA ENTERA, ¿Qué haría yo sin ti? Fácil. Muero

Estos son mis sentimientos...para ti Antonio.

-Romano.

Sonrió, levemente.

Antonio se quitó de la puerta y rápidamente esta se abrió. Romano entro casi cayéndose por la fuerza del empuje.

—Bastardo, ¿Qué tienes ahí? —dijo el italiano con mala espina.

—Algo especial. —dijo Antonio viéndolo fijamente. Y Romano sintió sus mejillas arder al identificar su carta que nunca debía ser vista.

Y aún más cuando sintió a Antonio acorralarlo contra la pared mientras lo besaba con ganas.