Bastardo (escrito para el womelovefest, en lj, una celebración de los personajes femeninos incomprendidos en el fandom)

Lobos huargo. Nadie los ha visto en cientos de años y de pronto hay seis de ellos en el bosque de Invernalia. Es una maravilla, un regalo de los dioses para la familia Stark, y Sansa se siente de pronto como una de esas princesas de las que hablan las canciones. Imagina las aventuras que le depara un destino marcado por este augurio, los romances, las sorpresas. Ha oído los rumores, su Alteza tiene intenciones de llevarlos a todos a vivir en la corte. Sansa siente que al fin su historia comienza. La princesa del norte, cantarán algún día, que siempre era guardada por una loba huargo y desafió al invierno por su verdadero amor.

La Vieja Tata dice que los lobos se parecen a sus dueños y sin duda es cierto. Viento Gris es grande y majestuoso, valiente, siempre con un ojo puesto en el horizonte. Se parece un poco a Robb, pero se parece más al señor que su madre asegura que Robb será algún día. Arya llamó a su loba Nymeria en honor a una reina legendaria (una guerrera, corrige Arya, una reina, insiste Sansa). No tiene el pelaje de Dama, ni su humor calmado, y no obedece a nadie. Da un poco de miedo. El lobo de Bran es algo introvertido, siempre observando. No deja a Bran ni a sol ni a sombra. La Vieja Tata dice que Bran no consigue ponerle un nombre porque él mismo no ha encontrado su lugar todavía (la Vieja Tata siempre dice cosas extrañas). Rickon ya tendrá tiempo de arrepentirse del nombre que le puso al suyo. Peludo es oscuro, un poco difícil, y de ningún modo un "Peludo".

Jon Nieve también tiene el suyo. Es un lobo blanco de ojos rojos, elegante como los otros, orgulloso como los otros, pero claramente distinto.

Sansa tenía cinco años la primera vez que se preguntó por qué Jon Nieve no llevaba su mismo apellido. Fue más o menos por la época en que descubrió que Theon Greyjoy no era su hermano, aunque viviera en el castillo, comiera con ellos y se pasara el día pegado a Robb. Se le ocurrió que lo mismo debía pasar con Jon. Después de todo, Madre nunca se sentaba con él en la hierba ni le contaba historias, como hacía con ella, nunca le arreglaba la ropa después de montar o le recordaba las responsabilidades del futuro señor de Invernalia, como hacía con Robb.

- Cuando crezca voy a casarme con Jon Nieve-, le dijo un día a la Septa Mordane. Jon era siempre amable, no se burlaba de sus juegos como Theon y Robb, y tenía una sonrisa secreta que solo mostraba a los elegidos. Estaba segura de que Padre lo consideraría adecuado. Era obvio cuánto aprecio le tenía.

La septa se atoró con el té.

"Bastardo" es una palabra difícil a los cinco años. Sansa solo la había escuchado en las canciones y nunca se refería a nada bueno. Jon era siempre amable, cuidaba a los pequeños (incluso a Arya, que ya por entonces era incorregible), tenía los ojos brillantes y una sonrisa secreta. Pero también era un bastardo. Su hermano bastardo.

Pasaron años antes de que Sansa llegara a comprender todas las razones por las que aquel día había dicho una estupidez.

El lobo de Jon se llama Fantasma. Es un buen nombre para un lobo blanco como la nieve en los páramos de Invernalia. Un buen nombre para el lobo de un bastardo que se mueve sin ser visto entre los señores del norte.

Juegan los seis en el Bosque de Dioses, como si fueran perros y no seres de leyenda. Viento Gris y Nymeria miden fuerzas, Peludo y el lobo sin nombre de Bran se persiguen entre los árboles. Fantasma observa a sus hermanos, mordisqueando una raíz. Dama se deja acariciar, tumbada bajo el sol.

El nombre fue idea de Jon.

- Ésta es para ti- dijo nada más llegar, sonriente y cargado de lobos huargo (y hacía tanto que Sansa no veía esa sonrisa…).- Es la que mejor se ha portado en el camino. Toda una dama.

Su hermano bastardo. Bastardo. Nunca se le olvida. De alguna manera lo hace un poco menos malo. No es como si fuera la sonrisa de Robb. No exactamente.

Sansa ha oído los rumores. Jon se irá al Muro en algún momento, es su destino. Ella tiene un destino distinto, entre damas y caballeros. Paseará por los jardines de la corte y será la princesa del norte (la hermana de un traidor, la prisionera de un villano) guardada siempre por un lobo fiel, y el vencedor del torneo le ofrecerá una sonrisa secreta (una confesión terrible, una devoción callada) en la oscuridad del sendero que lleva al castillo (en un puente solitario, bajo las llamas verdes de la batalla).