Ironic
Una cinta rosa sobre la mesa, dos cartas abiertas y una copa de vino a medio tomar.
Las luces de la casa eran lo suficientemente bajas como para darle ese ambiente cálido que reflejaban las maderas. Y, Diosas!, la chimenea encendida brindaba todo el calor que la naturaleza les quitaba; afuera, nieve.
Las cartas son de Sakuragi. Lo recuerdas? Aquel chico coladito por ti, aunque siempre tan despistada, no te diste cuenta. Y él, con el tiempo dejo escapar aquella fascinación que sentía por ti. Ahora está casado, una hija de 3 años.
En el estacionamiento del supermercado, has visto al hombre de tus sueños, abrazando a su esposa, que es más hermosa que tu. Para colmo, él te ha reconocido, y te regañas por no haber recordado su singular cabello rojo. Te saluda con la mano y tú, calmando aquella cosa que temblaba en tu interior, te acercas para apreciar más de cerca a esa persona con la que dejaste de tener contacto. Hace cuatro años. Y que ahora está de vuelta en esa ciudad pequeña.
-Mónica
- y ella…- apuntó a una niña pequeña, no escuchó lo que él intentaba decirle. Aun asimilaba lo de su esposa, pero suponía que debía ser su hija. Sakura? Haruka? Algo así ha mencionado.
Tú les sonríes, le acaricias la cabeza a la pequeña. No te das cuenta que él te mira con ojos melancólicos, llenitos de ayer.
Finges un atraso en tu trabajo, que se desliga totalmente de aquel deporte que los había unido años atrás. Él se disculpa por no haber avisado su llegada, promete volver a verte.
Te quedas sin aire mientras los esposos se besan dentro del auto. Y te obligas a caminar al auto. Te sientas y, sobre el manubrio, comienzas a llorar. Lloras y lloras como la niña que siempre has sido. Te obligas a manejar y a olvidarte de aquel saco de zanahorias. Piensas miles de insultos dedicados a la señora perfección y… y te callas cuando piensas en la niña. Tenía los ojos de Sakuragi, esa mirada perseverante, obstinada.
Suspiras con rabia, recordando el fracaso de noviazgo que llegaste a tener con Rukawa. Lo que habías soñado se desmoronaba, aunque habías ganado un amigo, el más cercano que jamás llegaste a imaginar.
Y vuelve a ti Hanamichi. Aceleras y llegas a la casa, destapas un vino y relees las cartas de amor que un día dejó debajo de tu banco. Te hiciste la tonta, y dijiste jamás haberlas recibido.
En un momento de locura, tuvieron una cita, en la que él caballerosamente, te regaló un osito rosa, que luego destrozaría tu perro, salvándose solo esa cinta rosa, la que está sobre la mesa, y que no has lavado.
Son las 6 de la tarde. Afuera está oscuro y la nieve ha tapado un poco el cobertizo.
Sin embargo te echas en el sillón, frente a la chimenea, con una copa de vino en tus manos.
No has visto ha Hanamichi. No le has visto.
Y cuando lo veas, te desentenderás del tema. Aunque se sepan almas gemelas, no podrías destruir su vida. No podrías destruir la vida de esa niña.
Porque tiene mis ojos.
Que bien te conozco.
Fin :3
Hola! Me hago llamar Tibby n.n y es, en teoría, la primera historia que publico bajo este nombre. Lalalala… nOn
Cortito? Haruko? De más xD Ojalá les halla gustado; el título, por una canción de Alanis Morissette, de la cual extraje algunas palabritas :).
Espero que hayan pasado unas felices Fiestas y que tengan un año mejor que el anterior ;) , juaz! que tarde, pero es lo que hay u.u
Doy gracias por leer, y vamos! dejen algún comentario nOn Abajito, reviews :)
Nos veremos en otra historia, si lo desean xD
Hasta Luego:3
