-El sonido del reloj es fastidiante, traté de pensar en una forma de huir, pero ese maldito sonido no me deja pensar con claridad, se que detrás de esa puerta estarán algunos de sus hombres y que no me permitirán ni siquiera asomarme fuera de este maldito cuarto. Me han cerrado la ventana con cadenas, por lo visto ya no me subestiman tanto- Yui ya no lograba distinguir si sus pensamientos los guardaba para ella misma o si ya los había compartido con cualquiera que pudiese estar escuchando, el plazo se cumplía mañana, ella debía escoger de entre los hijos mayores de cada una de las esposas de Karl Heinz o en su defecto hijo único de esta para contraer matrimonio, y debía escoger bien según las palabras del propio Karl, que más haya de ser un consejo, era una amenaza.

El haberla encerrado en esa habitación no fue orden del mismo Karl, eso lo habían decidido todos y cada uno de sus hijos, unos con la intención de que la situación de la chica no empeorara y los demás por sus propios intereses, entre la desesperación que le provocaba la incertidumbre de su futuro la chica se hallaba acurrucada en un pequeño espacio que ella había hecho entre su cama y uno de los búros pertenecientes a esta.

Con el cuarto casi destruido y ella llorando en silencio le llego un mensaje, por suerte, de todas las cosas que le habían arrebatado para no tratar de huir, ella logró esconder bien su celular y con las pocas fuerzas que le quedaban logro leer el contenido del mensaje: "Hallaremos la forma de zafarte de esto, no estas sola...nunca lo has estado..."M"...". El estado en el que se encontraba no le permitía pensar más halla de nada, se encontraba perdida en su propia mente, el estado de shock no sería una definición suficiente para poder diagnosticar su condición, "M" es todo lo que su cabeza le permitía razonar del mensaje que hace unos instantes había leído. En ese momento todo se nublo para ella, solo actuaba por hacerlo no pensaba en sus movimientos ni los premeditaba, busco una de las sillas que todavía se encontrara en pie y con todas sus fuerzas la arrojo en dirección a la ventana y casi en el mismo instante se escondió dentro del closet que se encontraba cerca, no paso mucho tiempo cuando los hombres que se encontraban fuera entraran casi derrumbando la puerta, los sonidos le eran inaudibles, no pensaba en sus actos solo se limitaba a llorar y respirar sin hacer ningún tipo de ruido que en pudiese delatarla.
El momento en el que ella salio de su escondite y de esa habitación le sería difícil recordarlo, con la mente en blanco, movía su cuerpo casi arrastrándolo por los pasillos, y a pesar de que su cuerpo rebotara con la fuerza suficiente para lastimarla, ella seguía moviéndose, lo que pasó después de ese instante se volvió borroso, cuando ya no podía avanzar más se dio cuenta que debía girar la perilla de una puerta y al atravesarla lo único que siguió viendo fue oscuridad, de alguna forma ella había salido de esa mansión y ya se encontraba en la entrada del bosque, si había ruido al rededor de ella en esos momentos jamás lo notaría...