¡Lumos!

Juro que mis intenciones no son buenas

Bueno hola a todos, aquí vengo con otra cosa TOTALMENTE diferente a mi historia Enfréntate a tus miedos, que es la buena, la currada y la que tiene que leer tol mundo, pero me apetecía hacer algo nuevo y dar mi versión de lo que yo creo que pudo pasar en situaciones del pasado, presente y futuro. No seguiré una línea temporal fija, pero lo más seguro es que cada cápitulo esté en parte relacionado con dos de ellos, osea que cada tres un tema nuevo, mi intención es subir por época osea que será cada uno de un tiempo.

Bueno y sin más si no pediros un poco de compresión y que disfruteis aquí os dejo esto.


Frío e hipotermia

-James tengo una mala noticia que darte.

Era sábado. 23 de Diciembre. Sí, hacía frío, mucho frío.

El interpelado levantó la cabeza. Black acababa de hacer aparición en escena, o sea la Sala Común, después de haber estado horas vete tú a saber donde, aunque para ser exactos James tampoco es que estuviera muy interesado en saberlo, pero tenía una expresión muy seria y nada propia de él.

James que había dedicado toda la tarde a intentar hacer jaque a Lupin en el ajedrez, "si ni siquiera te pido un jaque mate, ¿qué te cuesta dejar que te coma la reina? Si el otro día fuiste capaz de ganarme con los peones", pero nada, de hecho la partida que acababa de interrumpir Sirius no tenía muy buena pinta ya que, tanto las fichas de Remus como las suyas, habían hecho piña en contra de él y se preparaban para saltar encima y hacerle morder el polvo.

-Canuto cuantas veces tengo que decirte que si Quejicus se lava el pelo no es una mala noticia –se levantó y le sujetó por los hombros y le gritó a la cara con todas sus fuerzas- ¡ES UNA SEÑAL PLAUSIBLE DE QUE EL APOCALIPSIS HA LLEGADO!

-No imbécil no me refería a eso. Aunque ahora que me lo dices estaré atento por si acaso tengo que esconderme en el búnker secreto de Honeydukes.

-¿Honeydukes tiene un búnker secreto? –preguntó emocionado Colagusano que estaba sentado al lado de Remus.

-Claro que lo tiene, ¿a dónde crees que va Cornamenta cada vez que Evans le rechaza? Pues a atiborrarse de golosinas.

James le pegó en la cabeza con el puño.

-A mí me preocuparía más una invasión alíen de gente que fuera como tú.

-Dominaríamos el mundo a base de sonrisas encantadoras –dijo Sirius mientras miraba hacia un grupo de chicas que acaban de entrar por el hueco del retrato y les llamaba la atención con una sonrisa- ¿cómo va eso?

Las chicas se sonrojaron y se fueron a sus habitaciones, eran de segundo.

-Quieres dejar a las pobres en paz, que no tienen por qué aguantar a un espécimen tan degenerado como tú. Además yo no me preocuparía por una invasión de Sirius en el planeta Tierra, bueno miento sería MUY preocupante, pero yo me plantearía irme a vivir a la Luna, muy irónico, sí, parad de reír, yo me preocuparía más si nos invadieran, no sé gente como tu prima Bellatrix, por ejemplo, o gente de Slytherin –añadió Lunático.

-Si eso ocurriese es que directamente me ataría una piedra alrededor de mi cuello y me tiraría al lago –masculló Black.

Entonces de repente Colagusano empezó a reír de forma ruidos y descontrolada de un chiste que sólo el conocía. Los otros tres se miraron escépticos.

-Creo que acaba de pillar el chiste que conté el otro día –dijo Sirius.

-¿Sabes lo que le dice un jaguar a otro?... Jaguar you? Sí vamos una cosa impresionante te esforzaste al máximo.

-Bueno ya sabes como es Peter con los idiomas

-No es eso, es que… -otra vez una estruendosa carcajada- me he imaginado un ejército de Snape invadían el mundo y… -risa otra vez- y seguro que hacían que las empresas de champú quebraran.

Lupin movió el sillón para darle de lado mientras James le tiraba el ajedrez a la cabeza y Sirius le daba la extremaunción.

-Bueno, si olvidamos lo que acaba de pasar aquí, porque esto de hecho nunca ha pasado, ¿qué es lo que querías? –preguntó James que se había sentado encima de Colagusano que seguía riéndose a mandíbula batiente.

-¿Qué que yo…? –preguntó Sirius extrañado- ¡ah! ya me acuerdo, es que nos desviamos del tema y se me olvida.

El chico volvió a poner la cara de funeral con la que había entrado y comunicó solemnemente.

-Evans ha muerto.

-¡¿QUÉ? –gritaron Remus, James incluso le llegó la voz ahogada de Colagusano debajo de Cornamenta.

El de las gafas se tiró del sillón y agarró a Sirius por la pechera de la túnica y le gritó.

-¿Pero cuánd…, cóm…, por q…, QUIÉN, POR QUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES, DÓNDE ESTÁ?

-Pues sí es que estaba en el invernadero y murió de hipotermia, pero se ha encontrado una nota donde te dedicaba sus últimas palabras y ponía sin asomo de dudas el gran amor que te profesaba.

Lupin se relajó entonces, y el corazón volvió a latirle a un ritmo regular, Sirius tramaba algo y no tardaría en saber lo que era, en cambio Peter y James seguían mirando a un muy afectado Black tragándose la mentira enterita.

-¿Pero cómo es posible? ¿Por qué no la han llevado a ver a Dumbledore o a Madame Pomfrey?

-Era demasiado tarde ya la encontraron fría como una estatua –dijo Sirius tapándose la cara con las manos.

-Y tú bromeando aquí tan tranquilamente. No te lo perdonaré en la vida. ¡NOOOOO! AHORA SI QUE HA LLEGADO EL FIN DEL MUNDO –salió corriendo como alma que lleva al diablo hacia el hueco del retrato mientras Sirius bostezaba y cogía un paquete de ranas de chocolate que alguien había dejado olvidado.

-Inconsciente. ¿Por qué has hecho eso? –le preguntó Lunático

-Lo sé, a quién se le ocurre dejar olvidado una caja entera de ranas –dijo Sirius haciéndose el loco.

-Sabes perfectamente que no… -pero fue interrumpido por un grito proveniente del hueco del retrato. Los tres se giraron.

La auténtica Lily Evans había aparecido en el preciso momento en el que James se disponía a cruzarlo corriendo.

El chico se abalanzó sobre ella y le dio un abrazo que la levantó del suelo.

-¡Potter! Que diablos crees que estás haciendo… ¡Suéltame ahora mismo!

Toda la habitación giró para ver que pasaba.

-¡Estás viva! –gritó James.

-¡Claro que estoy viva! Que clase de estúpida broma es esta –le dijo separándose de él cuanto pudo.

-¡Estás viva no te has muerto de hipotermia! –el chico rió a carcajadas y se volvió a lanzar hacia ella.

Ésta intentó esquivarlo pero se chocó con sus amigas que estaban a su lado en estado de shock. Y se quedaron más asombradas todavía cuando Potter le puso las manos alrededor de la cara de ésta y le plantó un beso en la boca.

.

.

Una vez que se hubo disipado un poco el jaleo James se acercó al resto de Merodeadores, con las gafas colgándole de una oreja, el labio partido y un ojo morado, antes de sentarse se acomodó un poco la ropa y dijo dignamente.

-Pues ha valido la pena después de todo…

Después le propinó un puñetazo a Sirius en toda la cara.

.

.

-¡Es que hace un frío de mil pares! –gritó Canuto con la voz pastosa por la sangre que le salía de la nariz.

Ninguno de los dos había querido que Remus les arreglase un poco, afirmaban que les daba apariencia de duro.

-¡Y por eso tienes que inventarte esa historia! –exclamó James.

-¡Solamente te ponía en situación de lo que ocurrirá si no ponemos remedio! ¡Además de que te quejas enmarca este día en tu calendario porque probablemente no volverá a ocurrir nunca más!

-Claro se me olvidaba que ahora somos capaces de controlar los elementos –comentó de forma casual Lunático.

Colagusano se señalaba a sí mismo y afirmaba con la cabeza dándose importancia.

-Pensáis a la baja chicos –sonrió Sirius dejando ver sus dientes manchados de sangre –pensáis a la baja.

.

.

Un par de horas después los cuatro estaban agazapados debajo de la capa invisible esperando, esperando.

Las caras de Cornamenta y Canuto habían vuelto a la normalidad, gracias a las insistencias de Colagusano quien se negaba a salir con ellos si seguían empeñados en ir con esa pinta.

-Vale Colagusano te toca –murmuró Canuto.

Pero ya no le hablaba a su amigo si no a una rata que acaba de salir correteando velozmente en dirección a la puerta entreabierta que estaban espiando en los sótanos.

-Porque siempre tengo que meterme en líos por vuestra culpa –les dijo Lunático hincándoles los codos a sus dos amigos.

-¡Auch! Porque en el fondo te encanta, deberías dejar de engañarte.

-Ahora soy prefecto así que…

-Te permite utilizar un bonito baño y poder quitarle punto a los Slytherin.

-Callaos, viene alguien –masculló James en voz baja.

Pero todo lo que vieron fue a Colagusano haciéndoles señas para que se acercaran.

Los tres muchachos se quitaron la capa sigilosamente y entraron en la habitación.

Gracias a sus excursiones nocturnas el castillo no era un secreto para ellos, de hecho estaban seguros que lo conocían mejor incluso que muchos de los profesores y la considerable cifra de la tres cuartas partes "no seas modesto Lunático, sabes que Hogwarts no ha conocido a nadie que sepa más que nosotros del castillo" del alumnado, por eso mismo eran Los Merodeadores. "Evans sé que quieres entrar en nuestro grupo pero lo siento es un grupo cerrado" "Déjame en paz Potter no ves que estoy estudiando" "Siempre puedes se la mujer del más guapo, el cabecilla, el… ¡cállate Canuto lo soy!" "Hazle un favor al mundo y tírate al lago" siempre decía la pelirroja mientras desaparecía escaleras arriba. "Me adora, en el fondo me adora" "Claro, tan al fondo, tan al fondo que ese lugar está al lado de la tierra perdida de Atlantis"

Todos esos viajes habían dado como resultado para felicidad del "increíble plan ideado por una mente brillante" "¡Me duermo!" "Cállate idiotagusano porque eres una parte importante del plan" la localización exacta de las calderas del colegio.

-A la de una… –dijo Sirius contando con los dedos.

-¿Pero a la de tres decimos los hechizos o esperamos a que hayas terminado de contar? –interrumpió James.

-…a la de dooooos… -continuó Sirius.

-Podemos esperar a que bajes el brazo por si las dudas –comentó Remus bostezando.

-… y a la de tr…-gritó Canuto perdiendo la paciencia.

-Esperad, esperad, ¿cuándo hay qua hacerlo? -preguntó Peter preocupado.

-¡TRES!

-¡INCENDIO!

.

.

-Tú dirás lo que quieras Lunático pero ha valido la pena –comentó Canuto.

Estaban en la habitación de castigados cubiertos hasta arriba de vendas.

-Hombre la verdad es que es cambian bastante las cosas –dijo Colagusano mientras intentaba agarrar la pluma de una forma con la que pudiese escribir el castigo impuesto por McGonagall, lo que era bastante difícil debido al actual estado de sus manos.

-¿Cuánto tiempo creéis que tardarán en arreglarlas? –preguntó Lunático quien no se despegaba del pergamino con aire de estar totalmente arrepentido por su último estado de locura transitoria tal como le había hecho saber a Dumbledore y a la profesora McGonagall.

-Hombre teniendo en cuenta que el propio Dumbledore está encantado de poder pasearse con la túnica remangada por todo el castillo, pues yo diría que al menos hasta después de vacaciones –comentó Sirius que tenía puesto un bañador y unas gafas de sol como si en lugar de estar en una habitación castigado bajo la atenta mirada de McGonagall en maga corta "profesora por favor, ¡qué va usted provocando!" estuviera de vacaciones en el Caribe.

-¿Tú que crees Cornamenta? –le preguntó girando la cabeza para verle.

Él había sido quien se había llevado la peor parte de la explosión ya que le había dado de lleno en la cara y la tenía cubierta de vendas con tan sólo un pequeño espacio para los orificios nasales. También le habían puesto las gafas encima de las vendas, porque como Sirius había dicho mirándoles a todos como si estuvieran locos, "¿pero si no ve tres en un hipogrifo sin ellas, cómo vais a quitárselas?"

Como no podía hablar porque tenía la boca tapada, levantó el pulgar en señal de victoria aunque como no veía, también debido a las vendas, le hizo la señal a McGonagall ganándose otra semana de castigo.

Pero Canuto lo entendió enseguida. Había valido la pena.

Era sábado. 23 de Diciembre. Hacía calor, joder que si hacia calor.


And le voilà! Gracias si has llegado hasta aquí y espero que os haya gustado, si lo ha hecho ( y es la única vez que lo haré) dejadme un review, aunque sea minúsculo...

¡GRACIAS!

¡Nox!