Esas palabras fueron pronunciadas de manera cortante, al menos así lo sintió Chat Noir que estaba sintiendo como si lo hubieran cortado con un cuchillo.

"Tengo novio"

Volvió a repetir su inconsciente esa frase. Chat Noir sonrió ante lo que dijo su Lady tratando de que no demostrar como su corazón se rompió en miles de pedazos. Pero a los minutos, esa sonrisa comenzó a flaquear. ¿Cómo podía sonreír? Cuando su Lady, era tocada, era abrazada y era besada...

Por alguien que no era él.

¿Por qué? ¿Por qué nunca pudo mirarlo a él? ¿Cómo la miraba a ella?

— ¿¡Por qué, My Lady!? —Gritó de repente, sin apartar esos ojos verdes que mostraban conmoción de ella— ¿Por qué? Te he amado, te he protegido y te he querido como nadie —Empezó sintiendo que le faltaba el aire— ¿Por qué? ¿Por qué tienes novio? ¿Por qué lo amas a él? ¿Y no a mí? ¿Qué tiene él, que no tenga yo?

Ladybug estaba completamente impactada por lo que estaba oyendo. Esas palabras que pronunciaba el minino, escuchándose completamente desesperado.

— ¿Quién es él? ¿Por qué me estás haciendo esto?

El gatito sabía que estaba actuando irracionalmente. No tenía que darle explicaciones, no tenía por qué excusarse. Ella podía hacer lo que quiera. Sin embargo el felino no quería que hiciera eso. No quería que entregue su corazón, su alma y su cuerpo a alguien que no era él. En un rincón de su mente, creyó que estarían siempre juntos.

Como amigos en un principio y luego naturalmente algo mas... Pero ¿Quien era el tercero en discordia? ¡Ese que se atrevía en arruinar el plan de su vida! Ese que esta haciendo cosas con ella, esas, que siempre deseo hacer él.

Por otra parte, Ladybug no sabía qué hacer, nunca se imaginó que Chat Noir reaccionaria de esta manera al decir que tenía un novio.

— ¿Lo amas?

Esa era una pregunta estúpida y él lo sabía. Si era su novio, si se convirtió en eso, su Lady debería tener sentimientos románticos por él. Por eso inmediatamente cambio su pregunta: "¿Te ama como yo?"

Ladybug adquirió una tonalidad rojiza en sus mejillas. Esas que Chat Noir tocó con sus manos enguantadas.

— ¿Te toca como yo? —Dijo deslizando suavemente hasta llegar a la comisura de su boca y rozar suavemente sus labios. Esos que miraba con una furia contenida al dar por hecho que ya habían sido profanados.

Ladybug comenzaba a respirar entrecortadamente mientras miraba a esos ojos de gato. Esas pupilas dilatadas.

— My Lady... —Llamó— ¿Te hace sentir lo mismo?

La heroína sentía un calor abrasador recorrer por todo su cuerpo.

— ¿Es mejor o peor? ¿Igual?

Ella no sabía que contestar sin poder apartar sus ojos de esas pupilas. Esas que parecían que en cualquier momento...

— ¿Te besa como yo?

Y ahí estaba, ese deseo enjaulado había sido liberado.

— ¿Lo hace? —Preguntó y como las anteriores preguntas, la joven no dijo ni una palabra. Chat Noir pusó sus dos manos en sus mejillas claramente coloradas y la besó.

Posó sus labios contra los de ella separándolos debajo de los suyos antes de deslizar su lengua dentro. Fue con ferocidad en un intento de robar su aire, de estar unos segundos sin respirar. Al rato profundizo el beso, deslizando su lengua contra la de ella lentamente.

Un gruñido dejo salir de su boca.

Al sentir -para su sorpresa- que tímidamente Ladybug se dejaba llevar y extendía su lengua, encontrándose con la suya. Esa sensación le hacía querer morder sus labios y dejar su huella en los mismos, pero se contuvo y se separó.

Al instante los dos se pusieron a tomar aire, la muchacha ni siquiera podía mirarlo a los ojos luego de lo sucedido, solo se encargaba de respirar que era lo único que creía que podía hacer en el momento.

Cuando creyó que podía hacer algo. Pedir una explicación y no tartamudear en el intento. Chat Noir la abrazo, demasiado fuerte, haciendo enderezar su espalda y frenar su corazón.

— ¿Te abraza como yo?

Ahora cuestionó, sus labios rozando su oído y acelerando su corazón, aferrándola con fuerza como si temiera dejarla ir. Como si la necesitara para no hundirse, como un ancla y el barco.

Sus brazos presionaban fuertemente sus omoplatos, sus cuerpos unidos como si estuvieran pegados con pegamento.

De nuevo, al rato la liberó y tomó su mano, entrelazando los dedos con los suyos.

— ¿Te toma la mano como yo?

Mientras la miraba con un brillo especial en esos ojos gatunos.

— ¿Te hace feliz? —Interrogó— ¿Te hace sentir libre?

Ladybug estaba atónita. Su cerebro se había desconectado completamente.

— ¿Y dime...? —Cuestionó queriendo saber— ¿Sentiste lo mismo conmigo que con tu novio? ¿Mejor o peor?

Ella seguía sin decir ni una palabra, la verdad, es que creía que nunca más podía hablar y Chat Noir le había arrancado la lengua.

— No me voy a disculpar por lo que te hice —Espeto sin una gota de lamento, quien estaba a punto de marcharse por lo que se podía observar— No me puedo disculpar por algo de lo que no tengo ningún arrepentimiento.

Él sabía que sonaba presuntuoso, pero poco le importo. Imaginarse a su Lady con alguien más, era lo último que quería hacer.

— Mañana puedes golpearme, odiarme —Refutó— Puedes hacerme lo que quiera, pero una disculpa es algo de lo que no oirás. Una confesión es lo único que te puedo dar.

Con eso dicho se fue dejando a Ladybug muda y con la boca abierta, sintiendo ardor en sus labios por tan fogoso beso que le dio Chat Noir hace unos momentos, mientras su pecho bajaba y subía sintiendo que le faltaba el aire. Entretanto su mente viajaban miles de pensamientos, de forma escandalosa.

¿Y ella que sabía? ¿Si sentía lo mismo? ¿Si era mejor o peor?

Se preguntaba en su cabeza, histéricamente. Después de todo se había creado un novio para que Chat Noir por fin se rinda con ella; el "novio" que decía tener...

¡Ni siquiera existía!

Y como ya comprobó, esa mentira no funciono para alejarlo. Hasta se podría decir que había hecho que se acercara más a ella.

Uff... Demasiado...