Naruto y sus personajes no son míos.
Drabble.
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Pequeños monstruos
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—¡Escúchenme bien porque es la primera y la última vez que lo diré! —miró con dureza a cada uno de los tres niños que estaban sentados en el pasto—. No me importa si entre ustedes no se llevan bien; si quieren matarse pueden hacerlo, siempre y cuando no me molesten.
Los tres niños se miraron unos a otros, la más pequeña con una expresión confusa y divertida, los otros dos parecían odiarse.
—¡Siempre nos dice eso! —habló uno de ellos, rubio y con enormes ojos azules, cruzándose de brazos e inflando severamente las mejillas—. Nos reúne para combatir, finge que es débil para que podamos creer que podemos ganarle, pero…
—Siempre nos derrotas, papá —agregó la chica, acomodándose las gafas—. Y tenemos que ir a dormir a nuestra otra casa.
—Tks. ¡Eso es trampa! Pero no logra darme miedo, ni a Himawari. ¡Podemos vencerlo!
La niña se sobresaltó y solamente le sonrió tímidamente a su hermano, y éste comprendió que su hermana todavía era demasiado pequeña para comprender la gravedad de la situación.
—Idiota, mi padre puede derribarte con sólo usar un brazo —defendió la otra niña.
—Tu padre sólo tiene un brazo, Sarada —se burló.
—¡Eres tan tonto, Bolt!
—Eso a mamá no le importa. Yo la escuché decirle a la Tía Ino que con un sólo brazo del señor Uchiha, ¡puede llevarla a las estrellas! —sonrió animadamente—. Sarada, ¿querrá tu papá llevarnos a ver estrellas también?
Sarada y Bolt enrojecieron hasta la frente, evitando intercambiar miradas a toda costa y sin saber qué decir. La inocente Himawari los contempló extrañada, pestañeando cada dos segundos.
—¡Basta! —ordenó el mayor—. ¡Ustedes tres, a luchar!
Sasuke se posicionó en modo de defensa.
—¡Ahora verás, anciano!
El primero en atacar fue Bolt, tan enérgico y confiado como Naruto.
Sasuke esquivó sin problemas los ataques del rubio, y sonrió de medio lado. Aquello era parte de su nueva vida, y la verdad no le desagradaba convivir con los hijos de su actual esposa.
—¡Te di! ¡Sarada golpeé al horrendo de tu padre…! ¡Ah!
Sasuke lo lanzó lejos, y luego limpió discretamente el golpe que el chiquillo le había alcanzado en la mandíbula. Los pequeños monstruos se ponían cada vez más fuertes, si continuaban así sería más difícil para él conseguir al menos una noche libre con Hinata.
Porque de eso se trataba. Si lograban vencerlo, podrían quedarse los tres en casa mirando televisión hasta muy tarde. Pero si él ganaba, y eso sucedía siempre, conseguía una noche entera para disfrutar con Hinata, los dos solos entre sábanas blancas, intentando restablecer el clan Uchiha.
Los intentos era lo que más disfrutaba Sasuke.
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FIN
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NA:
Originalmente, estaba escribiendo un drabble SasuIno con Inojin... no sé en qué momento eso se transformó en esta historia. Supongo que es mi segundo SasuHina indirecto.
Si les gustó la historia agradecería saberlo. Muchas gracias por leer!
