FT & sus personajes son propiedad de Hiro Mashima.
[N/A]: Solo quiero aclarar que iré publicando las historias de atrás para adelante porque sí (?), no sé en mi mente sonaba divertido xD
Así que arrancamos con el día 7~
Sí gustan regalarme algún review cuando terminen de leer está bien, y sino, pues también (?). Seré feliz con solo saber que leyeron uwu
¿Las demás notas? Al final del escrito~
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Bien, estaba de acuerdo en que eran solo niños y ese tipo de cosas no deberían importarle, pues porque, obviamente, son niños. Además, ¿Qué clase de niño tiene celos? Que no sean celos de cuando peleas con tu papá por el amor de mamá o como cuando sabes que vas a tener un nuevo hermanito. Pero Gray no era bobo, era inteligente, tampoco es que fuese un súper genio, pero podía entender cosas que para otros niños eran complicadas o que simplemente no querían aprender.
Entonces…
¿Por qué?
Se gritó internamente mientras seguía sentado en su lugar, moviendo constantemente sus pies y con sus manos apoyadas sobre sus piernas mirando fijamente al suelo. Entre ratos levantaba su mirada y observaba un punto en específico de su salón de clases, pero luego se desesperaba más y volvía apartar su vista posando sus ojos en alguna de las decoraciones del salón, tratando de distraerse. Gray sabía que era un buen niño. Siempre obedecía a sus padres, respetaba a sus mayores, era responsable con sus deberes, daba sus tres o cinco comidas diarias, dormía a sus horas, se llevaba bien con toda su clase, su grupo de amigos era grande —aunque no a todos les confiaba sus cosas—, para ser un niño de tan solo diez años ya había comenzado su primera "enemistad" con un chico de otro grupo llamado Natsu, aunque al final de cuentas se llevaban bien, el año pasado le había gustado por primera vez una chica pelirroja. Cosas que pasan comúnmente cuando se es niño.
Pero ahora…
Se encontraba demasiado inquieto…y molesto.
¿La razón? La niña que se había convertido en una buena amiga cercana a él, estaba sentada junto a otro niño explicándole lo que parecía ser un problema de matemáticas. O sea, no le molestaba el hecho de que ella estuviera explicándole algo a aquel niño, pero…ella era su amiga, suya, no de aquel niño, sino solo suya. Gray no solo se recriminaba eso, sino que también ya habían pasado más de media clase juntos por culpa del profesor al haber formado parejas a elección de su mismo criterio. Primero hubo más niños preguntando sí podían cambiar de pareja, a lo que el profesor respondió con una negativa definitiva. Miró en dirección a su amiga y el estómago se le revolvió al ver que ella se estaba riendo con aquel otro niño. Intentando ignorar aquella sensación tan desagradable, poso su mirada en el reloj que estaba colgado en la pared arriba del pizarrón y sonrió un poco, faltaban menos de veinte minutos para que la clase terminara. Se recargo en su pupitre y comenzó a mover su lápiz como si de una baqueta se tratara.
Quince minutos.
Faltando los diez minutos, la mayoría de los niños del salón de clases ya habían guardado sus respectivas cosas y solo se dedicaron a guardar en sus mochilas los libros en los que tenían deberes que hacer. El profesor tuvo que salir unos pocos minutos antes debido a una emergencia, les dejo la indicación de poder salir ordenadamente al tocar la campana. Apenas dejo el profesor el aula y tanto Gray como sus demás compañeros tomaron sus pertenecías y comenzaron a pararse mientras platicaban de cualquier cosa en lo que tocaba la campana.
La campana ya había tocado, pero en esos momentos a Gray eso era lo que menos le importaba y para cuando acordó y bajo algunas miradas curiosas y llenas de sorpresa por parte de algunos de sus compañeros, se había encontrado apartando a su amiga —sujetándola por la mano de una forma tan inocente— de ese niño mientras se disponía a salir del salón de clases casi arrastrando a su amiga.
— ¿Gray-sama? —cuestiono la niña ante aquella repentina forma en que su amigo la había apartado de su otro compañero—. ¿Está todo bien?
Y Gray no se había dignado a responder nada. Al menos no hasta que estuvieron fuera de la escuela y sentados en una de las banquitas que había en la entrada delantera de la escuela. Y ahora Gray estaba un poco nervioso ante su repentina —y pequeña— rabieta.
—Gray-sam-…
—Está todo bien. —respondió antes de que su amiga terminase de formular preguntas.
— ¿Seguro? Juvia cree que-...
—Eres mía.
Juvia parecía no haber entendido del todo ante aquella repentina respuesta que su amigo había dado. Opto por callar mientras esperaba a que Gray continuase hablando, por el modo en el que se comenzó a revolver su cabello y había fruncido demás su entrecejo, sabía que Gray tenía algo más que decir. Por otro lado, Gray no se sorprendió del todo cuando dijo aquello, muchas veces más se lo había gritado internamente, pero nunca lo dijo en voz alta hasta ahora. Y de cierto modo se sintió bien diciendo aquello, se regañó mentalmente por haberse comportado y dicho algo así, pero también sentía que no podía ya ir guardándose aquello en su pequeño cuerpo de niño. Además su cabeza le dolía cada que pensaba en eso, y no era normal que un niño de tan solo diez años tuviese una rabieta de ese modo.
—Escucha, tú eres mía ¿sí? Por eso no te puedes juntar con ese. —dijo sin más y cruzado de brazos—. Eres mi amiga, él puede conseguirse otra amiga que no seas tú.
Reconocía que estaba siendo caprichoso y envidioso al no querer que su amiga pasara más tiempo con otros niños. Pero también tenía que aceptar que sincerarse de ese modo con Juvia estaba bien, ya que ella tendía a preocuparse por todo, y la verdad no le gustaba tenerla encima de él con preguntas frecuentes de si se encontraba bien. Tras haber terminado de decir aquello, observo a su amiga y podría jurar que por unos breves instantes vio corazones en sus ojos. Igual, era un niño y su imaginación pudo haberle jugado una broma ante aquello.
—Juvia está de acuerdo con Gray-sama~
Y ahora, a sus veintidós –casi veintitrés— años, se encontraba saliendo de un baño público hasta dar con el pasillo que lo llevaría de vuelta al lugar donde estaba pasando un rato con sus amigos. Reconocía que no estaba en sus cinco sentidos, pero podía mantenerse en pie y mantener aún un poquito de cordura. Llego a la mesa con sus amigos y allí se encontró con un acalorado Natsu gritando que cambiaran la música que porque esa canción le hacía recordar que su ahora ex-novia ya no lo amaba por su misma culpa. Gray no era de los que seguía el arguende, pero esa noche debido a los efectos del alcohol hizo una excepción y se unió a los gritos de Natsu, ni siquiera le importo que Gajeel los estuviera filmando en un stream. A los pocos minutos sus gritos habían sido escuchados y el DJ con tal de ya no escucharlos, cambio de música a un género más movido. Ordenaron más alcohol y comenzaron a hacer un baile improvisado alrededor de su mesa. El calor comenzó a acumularse en el cuerpo de Gray y opto por ir a la barra a pedir una cubeta con hielos. En su travesía intento hacer el contacto menos posible con las personas, aunque a algunas termino empujándoles. Y cuando finalmente llego a la barra, sintió como algo del aire acondicionado del lugar golpeaba en su cara, se sentía tan bien. Se recargo en la barra y tratando de sonar lo menos ebrio posible llamo al bartender.
— ¿Qué desea señor?
—Unha cubetha de hielossh por favorrr…
El hombre asintió amablemente e intentando no reírse de la forma en la que realmente había intentado sonar sobrio, le dijo que en unos segundos volvería con su pedido y se fue dejando a Gray en espera. Mientras para matar el tiempo, el Fullbuster tomo su celular y quiso ver que había de nuevo, llevándose la sorpresa de que este había quedado literalmente muerto de la batería. Chasqueo su lengua y gurdo nuevamente celular en el bolsillo trasero de su pantalón. Trato de enfocar bien su sentido visual y no teniendo algo más que hacer en su espera, se dispuso a observar a las personas de allí —en su mayoría público más joven, otra gran parte de su misma edad y en algunos rincones personas más mayores de edad. Se giró un poco en aquella silla en la que estaba y podía jurar que a tan solo unos metros vislumbro a alguien con peculiar cabello celeste, pensando que era su imaginación lo dejo pasar. El bartender volvió con su cubeta de hielos y Gray se encargó de dejarle algo de propina por su buen trato para con él. Noto como el lugar de un momento a otro se había llenado un poco más y las personas le obstruían el paso para poder llegar a su mesa con sus dos amigos. Rodo sus ojos y opto por tomar un camino de las orillas, cuando paso un par de mesas más, un poco más atrás la escucho. Una risa que conocía perfectamente bien estuviera o no en sus cinco sentidos. Se dejó guiar por su sentido del oído hasta que escuchaba más de cerca aquella voz y risa. Algunas personas le llamarían loco, incluso Natsu que tenía sus sentidos bastantes desarrollados le sorprendía que Gray pudiese tenerlos demasiado cuerdos por la sola voz de una persona.
Y la vio.
No venía vestida como para estar en aquel lugar, más bien por su apariencia supo que ella había dejado de hacer sus cosas para ir a aquel lugar. Pero, ¿Por qué no se había ido directamente a buscarle como Juvia haría normalmente? No estaba enojado u indignado, solo un poco desconcertado. Frunció su entrecejo al ver como aquel muchacho abrazaba a Juvia, y no, no estaba molesto con ella, sino consigo mismo y con aquel estúpido. Hacía mucho tiempo que no sentía esa maldita opresión en su estómago, no desde aquella vez —hace tantos años— en la primaria cuando también vio a Juvia riendo con aquel mismo sujeto. Dio unos pasos más hasta que llego a su misma distancia y paso su brazo por los hombros de la joven, sorprendiéndola en el acto.
— ¡Gray-sama! —exclamo más calmada cuando vio que se trataba de su amado—. Juvia vino a buscarlo.
— ¿En serio? Yo vine a buscahhr hielossh. —la muchacha no pudo evitar sonreírle al encontrarlo en ese estado.
—Juvia lo sabe, pero ella vino para decirle que en su casa hay más hielo.
— ¿¡Es en serio!?
—Sí. —respondió mientras se sujetaba de una parte del brazo con el que Gray le había rodeado los hombros—. Por cierto Gray-sama, Juvia estaba platicando con un viejo amigo.
—A ti te recuerdo. —dijo señalando al muchacho con el que Juvia había estado conversando minutos antes—. Ibash a la primaria con nosotrosh.
—Oh sí. —respondió un tanto nervioso—. Ha pasado tiempo ¿No Gray?
—¡Pero sihh hace poco te vi por la universidaaat!
— ¿En serio? —rio tratando de ocultar su nerviosismo—. No he tenido la oportunidad de verte.
—Sí. —respondió restándole importancia. Paso ahora su brazo de los hombros a la cintura femenina, apegándola un poco más a su cuerpo, ocasionado así un enorme sonrojo en Juvia—. ¿Vez? —cuestiono señalándola con la mirada—. Te dije que sí era mía.
Juvia intentando no dejarse llevar tanto por su estado soñador al escuchar a Gray decir nuevamente aquello, como pudo se disculpó con aquel muchacho. Y termino saliendo de aquel lugar con un Gray sumamente ebrio. Sabía que su imaginación era muy grande y ante aquello dicho recientemente, desearía estar imaginado su boda con el muchacho donde serían un feliz matrimonio con treinta hijos. Pero sabía que no era el momento, tal vez llegando a la casa de Gray lo haría, pero por ahora Juvia no podía sentirse más feliz, pues aunque el chico no estuviera en sus cinco sentidos, sabía que aquello que decía era cierto, pues sabía que en un estado de sobriedad Gray jamás diría aquello. Si bien su relación con Gray se había complicado desde que habían ingresado a secundaria, él se había vuelto un tanto distante para con ella y le costaba saber lo que el chico pensaba, ya no eran los niños de aquel entonces donde se contaban todo. Con el paso del tiempo ella se había enamorado realmente de él. Aunque en un inicio ambos pensaron que se trataba de algo obsesivo u mera confusión por la amistad que habían llevado tiempo atrás. Pero conforme habían iniciado la universidad, se dieron cuenta de que no fue así, tanto para ella como él. Sí bien Gray no estaba realmente enamorado de Juvia, no podía seguir negando su obvio gusto por ella y su compañía. Así como ella tampoco podía ocultar desde más chica el amor y devoción que le profesaba al chico. Hacía poco menos de dos años que habían comenzado a acercarse más íntimamente, tenían sus ratos de privacidad donde solo gozaban de la compañía del otro, alguno que otro beso u caricia. No le habían puesto nombre a lo suyo, y era como un secreto a voces. En el que todos sabían que se pertenecían el uno al otro.
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¿Que creyeron? ¿Que no iba a participar? ¡Pues acertaron correctamente! y como premio u desgracia aquí me tienen publicando para sus ojazos (?)
También aclaró, quise manejar a un Gray niño y un Gray adulto estando ebrio. No se, siento que Gray siendo niño sería de esos que alguna que otra vez harían una rabieta, no tan grande pero al final rabieta xD. Y no sé, también siento que estando ebrio, Gray sería del tipo caprichoso que habla gracioso xD
La verdad sí, quería participar desde el primer día pero toda la semana tuve cosas que hacer (además de perder el tiempo en internet y estar programando algunas cosillas), pero igual entre ratos me puse a escribir hasta terminar y me dije que publicaría hasta el día 7 todo de golpe (o entre ratos) y aquí estoy haciendo new story and update mientras espero a que salga el capítulo de la S3 de Boku no hero academia (?)
En fin...estaré subiendo los capítulos.
¡Hasta al rato!
PD: lo siento sí hay errores ortográficos, según yo revise esta madre y no había, pero ya ven que cuando se publica uno comienza a notar los enormes errores que hay :'v
~Chachos Bane~
