Aquí os traigo mi primer fic sobre el fandom de OUAT. No sé qué tal habrá salido porque he tenido que estirarlo muchísimo para que alcanzara el mínimo de palabras necesarias en el reto. ¡Espero que os guste!

Nota: Este fic participa en "Baelfire", el primer reto de "Bienvenidos a Storybrooke" el foro de Once Upon a Time en español.

Disclaimer: ni los personajes ni el lugar donde se desarrollan los acontecimientos me pertenecen.


Decisiones


Los últimos rayos de luz del día se reflejan en el cielo. Baelfire está sentado en un viejo tronco, con la mirada perdida. En sus manos tiene la capacidad de alejarse de ese mundo que lo trata con desprecio y empezar una nueva vida. Un futuro en el que la gente no lo mire con miedo.

‹‹—Es a tu padre a quien temen, no a ti.››

Las dulces palabras que, no hace mucho tiempo, le dirigió su amiga resuenan, una vez más, en los oídos de Bael y el chico no puede evitar sonreír al pensar en la persona que se las dijo. Moraine es especial, diferente; siempre sabe qué decir para hacerle sentir mejor. Él es consciente de que no hay una amiga más leal ni bondadosa que ella y, aún así, debe decirle adiós.

Aprieta los puños con rabia: es injusto.

A Bael le gustaría quedarse con ella, hacerse mayores y marcharse a recorrer el mundo juntos como siempre habían soñado. Él incluso se había atrevido a albergar esperanzas y planes de futuro junto a ella, porque si había existido una sola certeza a lo largo de la vida de Bale—aparte del amor incondicional que su padre le profesaba— esta era que, algún día, se casaría con Moraine.

‹‹Si te vas, eso no ocurrirá jamás›› dice una voz en su cabeza y Bael no puede evitar que se le forme un nudo en la garganta.

Ojalá las circunstancias fueran diferentes y todo volviera a ser como antes de que su padre se transformara.

Apelando a toda su voluntad, el joven reprime las lágrimas que amenazan con desbordarse y vuelve a observar la habichuela mágica que guarda en sus bolsillos como si del mayor de los tesoros se tratase.

El hada le ha dado a Bael una oportunidad única que no puede malgastar y, por mucho que le duela separarse de Moraine, debe aprovecharla. Nunca se perdonaría haber desperdiciado la posibilidad de recuperar a su padre, la oportunidad de salvarlo de sí mismo.

Suspira, apesadumbrado. Ella lo entenderá, se dice para consolarse, algún día Moraine lo perdonará por haberla abandonado.

Decidido, el joven se pone en pie y comienza a correr con todas sus fuerzas a través del bosque, esquivando cuantos obstáculos hay en su camino. Nada le impedirá llegar a su casa y proteger a su padre de un destino incierto.

La luz tenue y titilante de las estrellas guía sus pasos por los senderos que tantas veces ha recorrido y el aire frío de la noche azota su rostro, permitiéndole pensar con mayor claridad.

Al cabo de unos momentos, Bael detiene su carrera y una sonrisa se dibuja en su cara cuando se da cuenta de que, pase lo que pase, en ese nuevo mundo estará junto a una de las personas que más quiere.

‹‹Mientras permanezcáis unidos todo irá bien›› susurra la voz de su cabeza y Bael asiente, conforme. Siempre y cuando esté al lado de su padre podrá afrontar cualquier dificultad que le presente la vida.

No le cabe la menor duda.